Partida Rol por web

Lioqueles que opininas de hacer, vamos e intentamos hablar con el tranquilamente o entramos amenzandole?

Tu que opinas?

Antes de que mis compañeros decidan qué hacer, me adelanto y tomo la inicativa. Estoy convencido de que el recién llegado es el hombre que buscamos, y prefiero hacerlo por las buenas para evitar otra muerte sobre nuestros hombros.

- Hola Enzo - le digo una vez ubicado frente a él - Sabemos quien eres, pero no queremos hacerte daño. Los hombres que enviaste para matarnos han fracasado, como podrás comprobar - Hago un gesto con la mano señalando a mis compañeros - Así que no hagas una tontería y te dejaremos en paz. Sólo necesitamos que contestes a algunas preguntas

Bueno Ulfgar la próxima te daré mi opinión, parece que Smendric tomo la iniciativa vamos antes de que el supuesto Enzo se nos escape.

Ante la indecisión del grupo, Smendric cansado de tantas vacilaciones toma la iniciativa, se levanta y va a encarar directamente al hombre que todos creen es el tal Enzo.

El mago se le acerca y habla con el hombre con firmeza pero intentando no ser muy agresivo.

Hola Enzo, sabemos quién eres, pero no queremos hacerte daño. Los hombres que enviaste para matarnos han fracasado, como podrás comprobar, así que no hagas una tontería y te dejaremos en paz. Sólo necesitamos que contestes a algunas preguntas.

El hombre se sobresalta cuando Smendric lo encara y ante tales acusaciones, visiblemente nervioso y asustado, sudando profusamente, le responde tembloroso con una voz insegura:

¿Eh…. qué?, ¿Cómo sabe mi nombre? Eee… no se a qué se refiere señor, yo no he enviado a nadie a ningún lado, no se quién es usted, además ya me iba, con permiso.

El nervioso personaje mirando hacia todos lados comienza a caminar con rapidez hacia la puerta de la taberna con la clara intención de irse del lugar.

"Dicen de Likos que le gusta cerrar picos"
"Que a los tapones siempre les da sermones"

 Mira a Ulfgar y le dedica una sonrisa.
                                                                                                                                                                                                                                           "Que con su daga a las damas halaga"  

"No camaradas, no miren mi bragueta. Me refiero a esta daga"
                                                                                                                                                                                                                         "Y con su estoque ampliar sus escotes"

"No se si entiendas el juego de palabras machote. Estoque, escote. No se si lo entiendes ¡ehh…ehhh!"
                                                                                                                                                                                                                            "Que sin siquiera decir pero acepta el dinero"
"¡Cuidado! Decían. Cuidado con Likos"
"Porque no es como los otros chicos"

El bribón se planta delante de la puerta de la taberna, justo en el momento que ese tal Enzo y intentaba salir por patas de allí. 

Si bien había tomado de más, no estaba completamente ebrio. Solo se trataba de una treta más del pícaro para obtener información adicional para la investigación ¿Quién tendría tantos reparos en hablar delante de un borracho que poco le falta para derrumbarse sobre la barra?

"Mis amigos le preguntaron algo. Mmmm...No, no. Muy descortés de su parte"

Acota Likos, lanzando un grosero y portentoso eructo en el rostro del sujeto.

Al verse increpado el hombre intenta escapar del lugar, pero cuando está llegando a la puerta Likos, algo borracho, se interpone cortándole la salida.

Enzo comienza a atemorizarse cada vez más y desesperado por salir de ahí y aprovechando que Likos no se ve del todo sobrio, intenta derribar al bribón. Apreta el paso y lo empuja con sus manos, en un intento por correr a un costado al beodo Likos.

¡Con permiso!

El hombre intenta aprovecharse de ese vaivén producto de las copas de más del joven bribón. Intenta derribarlo pero, a pesar del estado de Likos, este demuestra que su destreza no fue afectada por el alcohol y con un grácil movimiento deja fuera de lugar a Enzo y su intento de fuga.

"Debes aprender pichón, que un pícaro un tanto borracho sigue siendo un pícaro"

Comenta Likos, despidiendo mientras lo hace el olor a malta característico de la cerveza. Repitiendo la espumosa bebida dice a sus compañeros.

"Siempre terminan confiando en el gran Likos ¿No les importó que haya estado un poco beodo? ¿Y si se me escapaba? Bueno no importa. Todos sabíamos que no iba a ser así.

Mira a sus camarada y les dedica una sonrisa de oreja a oreja.   

Joder, siempre tan impacientes...

ve como se acerca smendric y deja que se mueva de la barra, GRRR, si preparao planes es para seguirlos.... JODER...

entonces empuja a likos, pero no consigue moverlo. entonces se acerca, y pone su mano en su pecho mientras pone su pierna detras de su rodilla, mientras empuja con fuerza para derribarle e imovilizarle... su fuerza es mayor que la de su enemigo, y lñe mueve sin dificultad, tropezando con su pierna, y le derriba contra el suelo, y entonces se sienta encima de su pecho, para inmovilizarle pero sin hacer que se axfisie.

A ver gusano, ibamos por la buenas, pero viendo tus intenciones, tendre que tomar cartas al asunto, mira esto. le enseña la daga que le dio como pago al mercenario. como ves, hemos vencido a tu matón, por lo que o hablas o usare esta misma daga para cortarte la lengua y que entonces no puedas hablar en tu puta vida, asique desembucha, que no tengo mucha paciencia despues de mancharnos las manos de sucia sangre mercenaria....

espera sus respuestas...

Enzo, algo asustado intenta escapar, pero al llegar a la puerta de la taberna Likos se interpone entre él y la salida, y no le deja avanzar.

¿Pero quienes son ustedes, que quieren de mí?

En ese momento Ulfgar aparece desde atrás y haciendo un movimiento combinado, aplica una maniobra sobre Enzo y lo tira al suelo con facilidad generando un sonoro golpe seco cuando su cuerpo golpea la madera del piso de la taberna, luego el enano se sienta sobre el pecho del indefenso personaje inmovilizándolo.

Al escuchar las palabras de Ulfgar y ver la daga  Enzo se da cuenta de que estos son los hombres que Rittoro y los suyos debían eliminar, pero al parecer sucedió lo contrario. Enzo se pone pálido y se da cuenta de que su vida corre peligro por lo que  muerto de miedo decide contar lo que sabe:

Eee, está bien, está bien, les diré lo que quieran saber, pero no me hagan daño…

Pero justo cando está por abrir la boca, se escucha un fuerte voz proveniente desde la barra de la taberna, es el tabernero que al parecer esta algo cabreado por lo que acaba de hacer el enano.

Con su enorme mazo en la mano, presto pero hendir la cabeza del enano y de cualquiera que amenace su taberna dice:

¡SUFICIENTE! SE LOS ADVERTI! FUERA DE MI ESTABLECIMIENTO! Les dije que aquí nadie pelea, no sé qué asunto tengan con ese hombre, pero sea lo que sea continúenlo fuera de mi taberna, afuera  ¡YA!

El enorme tabernero visiblemente molesto, da un paso hacia Ulfgar y Likos, con su gran mazo en el aire, exigiéndoles que salgan de su taberna junto con Enzo a terminar sus asuntos en otro lugar.

sabia que no debia de omitir la amenza del tabernero, y aqui está, no se preocupe mi buen tabernero, como el dije no sufriria ningun daño su taberna, ni lo intentariamos si quiere mi buen maese, nos vamos ahora mismo, y nos llevamos a este gusano con nosotros, habla con cuidado y con mesura intentando tranquilizar al buen posadero, puesto que no quiere acabar con el craneo reventado por su maza.

Vamos enzo, vamos a un lugar más tranquilo, pero si haces alguna estupidez, te juro que no te dara tiempo ni de pedir perdon o ninguna suplica, esta daga esta  en tu columna, y al minimo movimiento raro, te juro que te dejo sin poder andar nunca más... entonces le levanta y le saca de la taberna ayudado por likos, y con la daga puesta en su columna, de maera que note la punzada, pero sin llegar a herirle, todavia.....

"Tranquilo gaviotón. Su linda taberna, linda quedará ¡Ohh! Que lindo mazo ¿me lo presta? Parece pesado ¿Pesa mucho? Es un arma devastadora ¿no? Aún así prefiero mi estoque. Ya sabe, para moverme con más agilidad. No como mi amigo enano. Jajaja...no no. Él es torpón torpón como yunque en el agua. Pero eso no significa que usted sea torpón...¡Para nada! Usted es un hombre sabio ¡Si señor! No entiendo porque un hombre sabio necesite de un mazo ¡Pero bueno! Usted es un hombre sabio y con un mazo ¡Lo felicito buen hombre!"

Cuando ve que Ulfgar levanta del suelo a Enzo y se dirige con él a la salida, desmonta su acto y se dispone a ayudar al enano a salir por las buenas de la taberna y espera que sus compañeros hagan lo mismo. Susurra por debajo a sus compañeros.

"Oigan ¿Creen que algún día pueda llegar a ser un juglar importante? O talvez un bardo. De esos que tocan la guitarra. Solo tendría que aprender a tocar la guitarra. Porque para improvisar versos no vengo mal ¿ehhh?"

Mira a Enzo mientras se alejaban de aquel tugurio.

"No te hablaba a ti. Marica"

Acto seguido, la palma de la mano de Likos encuentra como objetivo la parte trasera de la cabeza del cautivo.

- Tranquilo, amigo, ya tenemos lo que vinimos a buscar - comento con una sonrisa mientras salgo de la taberna alejándome lo máximo posible del arma del tabernero - Puede bajar ese arma, no le hará falta utilizarla.

Sin decir nada más, salgo al exterior y espero a los demás. Parece que Enzo va a contar todo lo que sabe, por lo que no hay tiempo que perder. Debemos averiguar por qué quería matarnos.

- A casa de Lucius de nuevo, chicos?

Lioquiles muy tranquilo observa la escena y le dedica una mirada de indiferencia total al tabernero, pasando por alto el enojo del mismo. Se acerca a la puerta de la taberna y le dedica unas palabras suaves al oido de Enzo que solo pueden escucharlas el prisionero y sus compañeros...

Será mejor que le hagas caso al enano, a los estupidos que mandaste les cortamos la garganta y si no quieres pasar por esa experiencia sera mejor que cooperes.

Luego el guerrero mira los ojos de Smendric y hace un gesto de afirmación con la cabeza cuando este sugiere llevar a Enzo a la casa de Lucius. Ya para esas alturas se había transformado en una especie de cuartel general.

Arrastran a Enzo por las calles de Freeport lo más silenciosamente posible para no levantar sospechas, el hombre visiblemente  asustado en ningún momento opone resistencia, llegan al lugar, todos entran y cierran la puerta.

Una vez dentro sientan a Enzo en una silla en medio de la sala, el hombre está pálido, sudoroso y pueden ver como una línea de orina comienza a bajar por sus pantalones desde su entrepierna, los mira con los ojos abiertos a más no poder, traga saliva y les dice:

Por favor no me hagan daño, no sé nada, yo no soy nadie, solo sé que ustedes han molestado al maestro, no sé qué han hecho, solo sé que lo han molestado y por eso me encomendaron que me deshaga de ustedes para lo que contraté a Rittoro y sus hombres, no fue nada personal, me obligaron a hacerlo, buaaaa!

Dice entre sollozos y lágrimas, luego continua hablando rápido y nervioso:

Que los mercenarios hayan  fallado no significa nada, si el maestro los quiere muertos solo es cuestión de tiempo para que eso suceda, la Hermandad no deja cabos sueltos, deben irse de Freeport lo antes posible de otra manera morirán, créanme.

Buaaa! por favor no me lastimen, no se más que lo que les digo, yo no soy nadie dentro del culto. Buaaaa!

Sin darse cuenta, Enzo toca algo húmedo en la silla, se mira la mano y se da cuenta de que lo que tocó es sangre, la sangre de Rittoro, aunque él no sabe eso, el solo hecho de tocarla le da náuseas y lo asusta más.

Enzo sabe que la situación le es totalmente adversa y que su vida en este momento vale menos que la mancha de sangre en la silla donde está sentado por lo que se queda un segundo en silencio como pensando hasta que sus ojos se iluminan como si de pronto se le hubiese ocurrido algo que lo pueda salvar, entonces dice:

 ¡Esperen! ya se, ya se, si prometen dejarme ir les mostraré donde está el cuartel secreto del culto, es más, los llevaré yo mismo hasta allí, pero una vez en el lugar deben prometer que me dejarán libre sano y salvo, ¿sí? ¡Por favor! ¡No sé nada más lo juro!

Enzo se les queda mirando como un cachorro asustado que teme que sus amos le golpeen a la espera de su respuesta, mientras la orina ya gotea por su pantalón y forma una pequeña mancha en el suelo bajo la silla.

"¿O yo estoy muy ebrio o este maricón está llorando? ¡Y se hizo encima! ¡¡¡Mierrrrrdaaa!!! ¿Qué carajos se tomó este tío? ¡Qué pesteee!"

Habían llegado a la casa de Lucius y ni siquiera había hecho nada Ulfgar que ya Enzo comenzó a escupir todo lo que sabía. O lo que decía saber.

"¿Molestar al maestro? ¿A qué maestro te refieres? ¿Cuál es tu relación con él? Habla ya, comienza a dolerme la cabeza"

Había algo extraño en ese sujeto que hacía sospechar a Likos. Su instinto de pícaro le prevenía.

"Chicos. Estas mosquitas muertas siempre resultan perros de la peor calaña. Créanme, no podemos confiar en él. Que nos diga donde se encuentra ese cuartel secreto y que uno o dos vayan a investigar. Ya hay un mercenario rondando por ahí afuera, sumado al resto de la tripulación de Scarbelly. No podemos permitir que este tipo ande suelto también" 

- No sé, Likos. Creo que no miente. Si lo hace, es el mejor actor que he visto en mi vida, y te recuerdo que conocí a muchos cuando viajaba con mi familia - Me rasco la barba mientras doy pequeños paseos por la habitación - Aún así - miro a Enzo con gesto serio - me temo que mi amigo tiene razón. Seguro que entiendes que es un riesgo que te dejemos suelto. - Mantengo un poco la mirada y finalmente le sonrío intentando que se tranquilice un poco ganándome su confianza - Nos llevarás a ese lugar que comentas, pero antes contesta a la pregunta de mi amigo y dinos quien es ese maestro. Aunque tú no sepas por qué nos quiere muertos, creo que nosotros tenemos una ligera idea. Tienes mi palabras de que no te haré daño, y trataré de convencer a mis compañeros para que tampoco lo hagan

Ante las preguntas y acusaciones de Likos y Smendric Enzo responde aún más nervioso que antes, si eso es posible:

Ja! relación con el maestro?, yo? ojalá tuviese alguna, no señores, nos soy digno ni de saber su nombre, en realidad el culto nunca permitió que yo sepa más de lo necesario, solo soy un pobre sastre que un día, cansado de su vida simple y sin color sintió curiosidad por temas de ocultismo, entonces, entre a una tienda relacionada con el tema y en ese lugar me vio uno de los hermanos del culto y me dijo que se daba cuenta de que mi vida estaba desperdiciada y que yo estaba destinado a grandes cosas y me ofreció ser parte del culto, pero antes debía pasar un tiempo a prueba para demostrar ser digno, de eso ya pasaron más de seis meses, y sigo igual, snif, snif, nunca más que un mandadero. 

El empequeñesido personaje, hace una pausa entre lloriqueo y lloriqueo, toma aire y con algo de indignación entre sus balbuseos continúa:

Es más, ¿saben porque conozco la ubicación del cuartel secreto del templo? porque hace unos días me ordenaron algo que nunca me habían pedido, me ordenaron llevar comida a ese lugar, ¡LLEVAR COMIDA! malditos desagradecidos, eso es lo más cerca que he estado de esas grandes cosas para las que se supone que estoy destinado, ¡MENTIRAS! solo soy un pobre sastre y nunca seré más que eso buaaaa!

Y como si eso fuera poco, ni siquiera me dejaron entrar al cuartel me dijeron que deje la comida en la puerta y me vaya, y eso hice, dos veces.

Por supuesto que no conozco al maestro en persona, muy pocos lo conocen, a mí me contactan debes en cuando, siempre usando diferentes mensajeros, solo soy un peón en este juego, snif, snif.

Enzo los vuelve a mirar a todos, uno por uno, como implorando piedad, si lo miran bien realmente el hombre es patético.

De verdad no sé nada sobre el Maestro, pero por favor se los pido por lo que más quieran déjenme ir, además no deben preocuparse por mí, después de todo lo que les he dicho mi vida corre más peligro que la de ustedes, sin duda me mataran por esto, por eso en cuanto los deje en la puerta del cuartel, les juro que me iré corriendo a los muelles y me embarcaré en el primer barco que zarpe, nunca más me verán, debo salir de Freeport lo antes posible si quiero vivir, al confesarles todo esto me he sentenciado a muerte, buaaaaa! mi vida es una desgracia, buaaaa!

El pobre sastre vuelve a romper en llantos, de verdad este hombre da pena con solo verlo, los integrantes del grupo después de oír todo esto se miran unos segundos en silencio pensando qué hacer con este cobarde. De lo que no les quedan demasiadas dudas es que este miedoso de primera dice la verdad o se le aproxima mucho, de otra forma como dijo Smendric es el mejor actor que hayan conocido.

Mientras piensan, reflexionan y se miran, el sastre no para de lloriquear en su silla tapándose los humedecidos ojos con las manos.

Lanzo un suspiro al escuchar las últimas palabras de Enzo y miro a mis compañeros antes de hablar.

- No sé vosotros, chicos, pero yo le creo - comento al fin encogiéndome de hombros - Dejemos que nos lleve a ese sitio y se marche lejos de aquí. Está demasiado asustado como para mentirnos

El pobre muchacho me da realmente lástima. Sólo espero que mi intuición no me falle, y todo lo que nos dice sea cierto. De lo contrario, haré lo posible por encontrarle para hacerle pagar sus mentiras si es que sobrevivo a esta búsqueda.

Niega con la cabeza cuando oye las palabras de Smendric. Su cara no reflejaba nada buen. Nada bueno en cuanto a salud. Sentía que iba a potar en cualquier momento.

"Ufff...Pienso que será mejor que nos diga el lugar donde se encuentra ese cuartel del que habla. No creo que debamos dejarlo ir. Oye, canas, escúchame. Como bien has dicho tu o el tapón, no recuerdo ahora, hemos revuelto el avispero más de la cuenta. No podemos dejar ningún cabo suelto"

Se dirige a Enzo con sus miembros algo débiles y el rostro pálido.

"Dinos donde se encuentra ese cuartelucho del que hablas y porque es que tu maestro nos quiere muertos ¿El nombre Milos te suena familiar?"

Se lleva las manos a la boca.

"¡MIERDA! Habla ya o te vomito encima. ¡Que mierda! Esa cerveza de la gaviota. Que suerte que no me dio también cagadera...creo"

Mete la mano en sus pantalones y tantea su ropa interior. 

Las amables palabras de Smendric, calmaron un poco a Enzo, quien al menos ya no lloriqueaba, hasta que el algo alterado pícaro volvió a interrogarlo.

Enzo casi cae de la silla del sobresalto, mira a Likos y mientras comienza a lloriquear de nuevo dice:

No señor, creame puede confiar en mi, ni loco volveré a pasar un día en esta ciudad, cuando el culto se entere quien ha sido el que les contó todo esto, como les dije, mi vida no valdrá nada, por favor no me hagan daño, les prometo que me iré en cuanto pueda, snif snif!

"Dinos donde se encuentra ese cuartelucho del que hablas y porque es que tu maestro nos quiere muertos ¿El nombre Milos te suena familiar?"

Le pido mil disculpas pero realmente no se bien donde queda el cuartel como para decirlo  de memoria, pero les aseguro que puedo encontrarlo si voy con ustedes, me se guiar por las casa y lugares que vaya viendo en el camino, pero no se la dirección exacta, cuando fui alguien me guió, un hombre que nunca había visto y no volví a ver.

Les digo la pura verdad cuando les digo que no tengo la menor idea de el porque el maestro los quiere muertos, jamas me dirian ese tipo de cosas a mi, para ellos no soy más que un mandadero.

¿Cómo?, ¿Milos? eh.. si, lo conozco, un hombre delgado con gafas y cara de pocos amigos, el fue quien me encargó que lleve la comida el cuartel, ¿lo conocen ustedes?, se que trabaja en el templo y es alguien con influencias con el sumo sacerdote, no se nada más sobre él.