Motivo: Iniciativa
Tirada: 1d20
Resultado: 3(+6)=9 [3]
Motivo: Iniciativa
Tirada: 1d20
Resultado: 4(+6)=10 [4]
*Perdón, considerar solo la primera tirada
Motivo: Iniciativa
Tirada: 1d20
Resultado: 16(+6)=22 [16]
Uff... si Frenni dice izquierda, lo mejor es ir para la derecha XD.
Felsom había mirado a Helena, relamiéndose, no por la camarera en sí, sino porque tenía un brazo supuestamente herido. Tal vez en la siguiente batalla... Al nigromante nunca le habían gustado los brazos humanos. Demasiado grandes. Los bracitos de los gnomos y los enanos sabían mejor, aunque para su gusto, los brazos de los enanos tenían demasiada grasa.
Sin embargo, la llegada de Helena y su extraña historia finalizó cuando Hektor quiso atacarla. Ahí fue cuando, para sorpresa de todos, la camarera se transformaba en un anciano de larga barba y escaso cabello, lo que hizo que los ojos de Felsom se abrieran como platos. Imaginaba que Frenni estaría tan sorprendido como él.
-Entonces, ¿fue un viejo majo todo este tiempo? -preguntó el nigromante, pasmado por aquella revelación. Y sí, había dicho majo en vez de mago-. ¡Esto sí que merece una canción!
Aquel lugar había quedado envuelto en tinieblas, por lo que Felsom se dispuso a intentar conjurar unas luces que pudieran ilumintarles en la oscuridad como si fueran antorchas para darles para oportunidad de hacer frente a ese anciano mago.
Motivo: Iniciativa
Tirada: 1d20
Resultado: 12(+2)=14 [12]
Motivo: Luces Danzantes (Conocimiento de Conjuros)
Tirada: 1d20
Resultado: 15(+9)=24 [15]
Luces Danzantes
Creas hasta cuatro luces del tamaño de una antorcha dentro del alcance (antorchas, linternas u orbes brillantes) que flotan en el aire mientras dura el conjuro. También puedes combinar las cuatro luces en una forma brillante vagamente humanoide de tamaño Mediano. Independientemente de lo que elijas, cada luz emite una luz tenue en un radio de 10 pies.
Siempre hay gato encerrado en estas situaciones, es que nadie deja una casa de esta forma y de repente aparece la doncella con aires de guerrera. Eso es un cuento que nadie se cree, salvo Frenni y su enamoramiento natural por la hija de la Tabernera. No obstante apenas puedo terminar de cambiarme que ya debo coger el arco para disparar a una persona, lo cual me exaspera un poco ya que tengo toda la pechera desprendida mostrando unos pechos que de normal no se ven por asomo y no están nada mal.
Pero aquello no importa en verdad cuando aquella ilusión se convierte en aquel viejo con el bastón y sus poderes mágicos, lo cual no queda otra opción más que reaccionar ante lo impredecible y dejar atrás las puyas que me traigo con Brennan a veces. Más allá de esto, no sé si es la sorpresa o que algo sucede en mi por estar incómoda en un momento sumamente confuso, la cuestión es que apenas puedo tensar el arco y ni hablar de disparar una flecha.
El escenario me ha paralizado con su oscuridad y no soy capaz de ver, esto me genera un escalofrío que me recorre entera y no puedo guiarme por mis instintos tan fácilmente.
—¿Qué quieres de nosotros?
Motivo: Ini
Tirada: 1d20
Resultado: 9(+4)=13 [9]
Motivo: Arco
Tirada: 1d20
Resultado: 1 [1]
Frenni, asqueado por el golpe que le había dado la realidad, retrocede en disgusto ante la metamorfosis que aquel ser realizó desde la imagen de Helena hasta la un viejo con bastón que provocó una densa oscuridad en aquel pequeño lugar. El gnomo no se dio tiempo a si mismo de lamentarse, sin embargo, y veloz como un gallo sacó su flautín; que posó en sus labios en el medio de las tinieblas.
Del mismo, emanó una hermosa y cautivante melodía. Que si bien no tenía un efecto moralizador o esperanzador en sus compañeros (como ya había logrado en el pasado), si traía una cierta sensación de seguridad; como si aquella oscuridad fuese a disiparse en poco tiempo para dar lugar a la buena luz. Y es que aquella melodía mágica tenía la intención de provocar que un cierto objeto comenzará a producir luz propia y resplandecer cual linterna nocturna. Este objeto era el bastón del viejo hechicero.
No le temo a las tinieblas, porque sé que solo son la ausencia de la luz
Y yo traeré la luz... ¡yo traeré el día!
Utilizó el conjuro "Luz" sobre el bastón de aquel anciano misterioso.
Su instinto le había servido bien, como tantas otras veces. Había habido algo raro desde el mismo principio, desde el momento en el que la camarera había desparecido en mitad de la noche. Una reaparición tan conveniente resultaba demasiado oportuna… y sólo gente tan cándida como el pequeño gnomo podría haber caído en esa argucia.
Afortunadamente, estaban el resto para compensar esa inocencia. En cuanto Gealach gruño de nuevo con el pelaje erizado, y Hektor se lanzó hacia ella, la camarera desapareció para dejar su lugar a un veterano mago que instantáneamente lanzó un hechizo de oscuridad.
-¡A él! -Exclamó, abriendo los ojos de par en par en un gesto tan reflejo como inútil a la hora de atravesar aquella oscuridad mágica.
Gealach no dudó, y Brennan escuchó sus zarpas repicar en el suelo de madera al lanzarse contra el mago. En un gesto reflejo, sacó su lanza y la hizo girar en sus manos hasta poder cogerla en posición de ataque.
Por un momento, estuvo a punto de lanzarse también hacia el mago que había tratado de engañarlos, pero terminó por no hacerlo. Hektor ya se había lanzado hacia él, Gealach también, y demasiada gente sólo estorbaría en mitad de aquella oscuridad. Además, la loba era mucho más hábil que él mismo en un combate tan cerrado, sin contar con que su olfato le permitiría encontrar a su presa en la negrura mágica.
Así que, en lugar de correr hacia el combate, se aseguró de evitar que su presa escapara. Tambaleándose, corrió hacia la puerta hasta que su hombro chocó con la pared con fuerza. Conteniendo un gruñido de dolor, tanteó el muro hasta que encontró la abertura de la puerta, y se colocó en ella con su arma por delante.
No dijo nada, pues no quería avisar a su potencial presa de su presencia. Así, si pretendía escapar, se encontraría con su camino cortado y la afilada punta de su lanza esperándole.
Motivo: Ataque Gealach
Tirada: 1d20
Resultado: 8(+3)=11 [8]
A pesar de que las sombras cubrían la vivienda, la loba con su fina visión y olfato pudo adelantarse a los movimientos del mago, sus fauces se cerraron en una de sus piernas, mordiéndolo a la altura del muslo, haciendo que perdiera la concentración y la densa oscuridad se disipara lentamente; el anciano intento repeler el ataque de Gealach pero la luz que emanó de su báculo hizo que lo soltara en una reacción instintiva.
La idea de Felsom y Frenni no estuvieron del todo mal, teniendo en cuenta que aun si la oscuridad conjurada por el mago se disipara, quedaría con poca luz el interior, teniendo en cuenta que ya era de noche; Elen mantuvo en alto su arco, conteniendo su disparo, quería asegurarse de no herir a alguno de sus compañeros, pero teniendo a tiro al invasor; por su parte Brennan cerro cualquier vía de escape.
El mago intenta conjurar un ataque, sus manos se iluminan con un azul celeste pero la mordedura de la loba no le deja concentrarse más de lo que quisiera, el destello desaparece instantáneamente, el viejo se reciente de dolor y grita, -!está bien, no haré nada estúpido si tan solo me quitan a este animal de encima!-, podían notar como apretaba los dientes de dolor, Gealach sabía muy bien que no debía soltar a su presa hasta que estuvieran seguros y solo atendería a la voz de su compañero.
Motivo: Rayo de Escarcha
Tirada: 1d20
Resultado: 3 [3]
Motivo: Daño Mordedura
Tirada: 1d6
Resultado: 3 [3]
Finalmente, la oscuridad se disipó, rota por el ataque de Gealach y por la luz que Felsom y Frenni habían conjurado para iluminar la casa oscurecida por el ocaso.
-Oh, ya has hecho algo estúpido, hechicero. –Contestó Brennan con dureza, mientras una sonrisa depredadora se pintaba en sus facciones. Lentamente, se movió de la puerta, acercándose al mago inmovilizado por el mordisco de la loba. Cuando estuvo cerca, hizo girar su lanza hasta apoyar la punta sobre el pecho del viejo. -Y es tratar de engañarnos.
Con una patada, alejó el bastón con el que había conjurado la oscuridad y se lo acercó a Felsom. Brennan era consciente de su relativa ignorancia en los asuntos de la magia. Habitualmente, sus normas eran mantenerse alejado de los hechiceros y sus conjuras, y si debía combatirlos, acabar con ellos antes de que pudieran hacer gala de sus poderes. Pero tal vez el nigromante pudiera hacer algo con ese bastón.
Podría haber dado la orden a su compañera de que lo soltara inmediatamente, pero decidió que un poco más de dolor podría servir para aflojar un poco más la resistencia del intruso. Así que aguardó unos segundos más, observando el sufrimiento pintado en el rostro del mago sin perder su propia sonrisa satisfecha por una caza satisfactoria.
-Gealach, leig às e. –Dijo finalmente hacia la loba, que aflojó poco a poco su presa sobre la pierna del mago. Entre sus colmillos brillaban gotas de oscura sangre hasta que se lamió el hocico para limpiarse. A pesar de que había soltado, seguía mirando al anciano como si fuese a convertirse en su cena.
-Tenemos hambre, hechicero. –Gruñó Brennan, aprovechando la situación para dejar claro al espía que la situación del anciano no era buena. Tanto la loba como Hektor ya habían demostrado que estaban bien listos para saltar por él sin previo aviso. Y Elentirell, aunque estaba en un segundo plano, tenía su arco preparado. -Y muy poca paciencia y buen humor. Te sugiero que nos cuentes, sin tardar mucho, quién eres, por qué nos espiabas, y qué has hecho con la chica a la que has suplantado.
-Felsom, si en cinco minutos no ha hablado, puedes comerte sus orejas. –Añadió, con una sonrisa torcida, hacia el mago caníbal.
Al ver que Brennan le pasaba el bastón, Felsom dejó escapar una risita y se apresuró a recogerlo del suelo. Eso era mejor que cualquier oreja o nariz que pudiera preparar, por más que se la cortara a un elfo o a un gnomo.
-¡Ya has hecho algo estúpido, viejo! -le espetó el nigromante al anciano, en tono cortante y con los ojos desorbitados, cuando el lanzador de conjuros indicó que no haría ninguna estupidez si le quitaban a la loba de Brennan de encima-. ¿Por qué nos atacaste? ¿Qué tienes que ver con la desaparición del Hermano Lucius? Y más importante que todo eso, ¿fuiste Helena desde el principio o adoptaste la apariencia de la camarera y a ella la tenéis en algún lugar?
El conjuro de Frenni había funcionado. Ahora el bastón del anciano, que se encontraba bajo el dominio del nigromante Felsom, brillaba con un suave color celeste que iluminaba toda la habitación evitando que la noche fuera un inconveniente para los aventureros. Pudiendo ellos enfocarse en lo importante, que era sacarle información a ese villanezco personaje que les había engañado con tanta vileza sobre su identidad.
Las preguntas sobre Helena le crujían el corazón a Frenni, que esperaba con ansias escuchar respuestas tranquilizadoras o que por lo menos no fueran horribles. Después de todo, la repentina desaparición de la muchacha y el relato inventado por el viejo sobre la pelea que Helena tuvo con los maleantes solo creaban más pánico en la mente del gnomo. Además de que, a diferencia de lo sucedido con Enzo, aquí Helena era el tema principal.
- ¡¿Y-y bien?! ¡Responde a las preguntas!
Sigo con el arco preparado a una distancia prudencial mientras los demás se encargan. No es momento para que intervenga, al contrario estoy muy cómoda aquí entre las sombras a punto de asesinar al mago como se pase de la raya. Es lo que tiene esa adrenalina previa, incluso es lamentable que se hiciera pasar por Helena. ¿Habrá sido ella todo el tiempo?
Eso podría ser muy curioso para Frenni ya que estaba enamoradísimo de ella. No obstante, ya me tocará burlarme de mi compañero cuando encontremos respuestas y podamos disfrutar de un instante más relajado, lejos de las flechas que vuelan por los aires y mercenarios que contratan para matarnos.
El mago levanta ambas manos, en son de paz, -tranquilidad- se resiente nuevamente por el dolor y sin bajar las manos, -primero, no tengo nada que ver con Lucius ni su desaparición, la cuestión es que supe que estuvieron en contacto con el Venganza Sangrienta, y hay allí algo que me pertenece, supuse que tal vez Scarbelly había negociado mi precioso artefacto con ustedes- el hombre los mira fijamente, en sus palabras no se encuentran signos de mentira, Felsom podía dar fe de ello, -por mi parte no he podido encontrar la manera de abordar en el barco, por alguna razón, esta protegido contra la magia y ningún hechizo funciona mientras se pise una de sus tablas- sonríe y añade, -ni pensar en ir en un ataque directo, esos bastardos Orcos acabarían conmigo en poco tiempo- el hombre suspira negando con la cabeza.
Vuelve su mirada hacia el Gnomo, sonríe al ver al pequeño hablar con ese tono, -No, no he sido Helena todo este tiempo- responde tanto para el Gnomo como para Felsom, -Su compañera se encuentra en el sótano de esta vivienda, se encuentra bajo un hechizo de sueño que yo puse sobre ella, tan solo tomé su apariencia para averiguar un poco más sobre el tema de mi pertenencia- el mago pasa la mirada entre los presentes y moviendo levemente una mano señala en dirección a la trampilla que baja hacia el sótano, -cualquiera puede ir y verificar que la chica se encuentra allí, mi intención no es matarlos ni ser su enemigo, solo quiero mi artefacto de vuelta-.
-No sé nada sobre ningún artefacto del Venganza Sangrienta, pero puede que ellos dos -Felsom señaló con un gesto de cabeza a Elentirell y Hektor, de quienes sabía que sí había estado en el barco piratas o en las inmediaciones de este- sí que puedan ayudarte.
El nigromante respiró con alivio de saber que el anciano no era un enemigo. El hecho de saber que Helena estaba viva no le parecía tan importante como saber que aquel mago no pretendía matarles.
-Supongamos que tenemos el artefacto o que lo obtenemos para ti -dijo Felsom, cruzando los brazos sobre el pecho-, ¿qué nos das a cambio? Nadie trabaja gratis.
-Puede que sea demasiado desconfiado… -Contestó Brennan después de que Felsom respondiera a las escasas explicaciones del mago, sin apartar la punta de su lanza del pecho del anciano, ni hacer ademán de hacerlo. -O demasiado clásico. Pero habitualmente, si tengo buenas intenciones suelo ir y hablar.
Se detuvo durante un momento, reflexionando sobre lo que acababa de decir. Él empezaría hablando, como había hecho con Scarbelly, aunque tal vez Hektor o el nigromante tuvieran otra idea. Pero tampoco resultaba demasiado importante. A ojos del hombre, el mago seguía siendo más un enemigo que un aliado.
-Porque tengo claro que, si ese artefacto estuviera aquí, nos lo habrías robado. ¿Me equivoco, hechicero? -Como un eco al tono cortante de su compañero, Gealach enseñó los dientes de nuevo y gruñó, sin que nadie se lo impidiera, acercándose de nuevo. -Pero como no está, y te hemos pillado, pides ayuda.
-Así que sigue hablando. Helena desapareció anoche… ¿cuándo dices que la has dormido? -El ceño de Brennan seguía fruncido. Estaba cansado, enfadado, y más que harto de que se le intentara molestar, engañar, o matar sin necesidad. Miró a Frenni. Supuso que el gnomo estaría contento de recuperar a su musa hostelera. -Frenni, ve abajo y despiértala. Asegúrate de que esta vez no es otro viejo disfrazado, y volved. A ver qué dice ella de todo esto.
-Mientras, tú puedes contarnos qué es exactamente ese artefacto que dices que es tuyo. -Añadió, mirando de nuevo al hechicero a los ojos. -O cómo ha acabado tu juguete en ese barco. O por qué no se lo has comprado directamente a Scarbelly. -La mirada de Brennan pasó por la túnica del mago, que distaba mucho de los harapos de Hektor o la túnica manchada de sangre de Felsom. -No tienes aspecto de pobre.
Al escuchar cómo el nigromante comenzaba a negociar un precio con él por recuperar el artefacto, bufó.
-Si por mi fuera, no ayudaría a un espía. -Dijo con gesto torcido. -Tal vez incluso Scarbelly nos diera una recompensa por entregarle al que quiere robarle en su propio barco. Pero puede que esto esté relacionado con Lucius… así que podemos tirar de ese hilo.
Me mantengo con el arco preparado en todo momento y suspiro cuando escucho las palabras de aquel mago, pensando que esa joven Tabernera solo trae problemas en vez de soluciones. Más allá de esto sigo aquel relato al pie de la letra y me desagrada en demasía como solo piensa en su maldito objeto aquel mago egoísta y por ello, casi hace desastres con nosotros.
De igual manera Frelsom habla de nosotros y niego con la cabeza, no tengo idea de aquel objeto y si es un bien preciado para este mago, sería un buen motivo de extorsión a futuro. Lo cual es beneficioso, aunque sigo sin entender que hace este hombre en medio, cuando todo se viene liando y no puedo comerme la excusa de que es una simple casualidad entre la desaparición de un monje, la cacería que nos dieron y este hombre con su objeto.
Tiene que haber una relación.
—¿Cómo es el artefacto? ¿Por qué los orcos lo querrían? —pregunto y continúo—. ¿Cuándo se lo arrebataron?
El mago comenzó a dar explicaciones y la expresión de Frenni pasó de la ansiedad absoluta a una tranquilidad liviana. Escuchar que Helena se encontraba a salvo y en el sótano de aquel lugar, y que en efecto era una persona real y no un invento de un mago con mucho tiempo libre, le calmaron los nervios al gnomo. Que rápidamente se dirigió hacia la trampilla que había señalado Kenzil para ir a verificar sus palabras y reencontrarse con la camarera.
- ¡Ahora voy, ahora voy!
Frenni baja al sótano.
Hektor por su parte niega con la cabeza encogiéndose de hombros, -por mi parte no sé de qué habla, estuvimos cerca, sí, pero nunca pusimos un pie a bordo de aquella embarcación- el hombre recuesta su espalda contra la pared mientras acaricia a su pequeño compañero, jugueteando un poco con éste.
-PNJ-
El viejo sonríe asintiendo con la cabeza ante la aclaración de Felsom, -cierto es mi señor, nada en esta vida, o la otra, se hace gratis, todo tiene un precio- dice levantando su dedo índice, bajándolo con cautela, sabiendo que cualquier movimiento brusco puede alterar al grupo; el hombre ladea la cabeza levemente de un lado a otro mientras lleva su mirada hacia el Druida para responder a sus comentarios, -tal vez te equivocas, en cierta forma, no puedo robar algo que es de mi pertenencia, lo que sí es que tuve cautela, como lo mencione anteriormente, estuve siguiéndolos, pude ver su desempeño en la lucha contra aquellos mercenarios, no podía saber si eran personas de fiar o si tal vez eran aun más desalmados que aquellas personas-.
El hombre se siente adolorido, pero hace lo que puede para mantenerse firme, con miedo, eso sí, de que la Loba vuelva a clavar sus colmillos en su carne, -a ella la encontré aquí cuando vine para esperarles, fue fácil hacer que se quedara dormida con mi hechizo al encontrarla desprevenida, fue entonces que pensé en tomar su apariencia para tal vez obtener así información, algo que me pudiera dar indicios de si tenían mi preciado tesoro-, el anciano dudaba en responder aquella pregunta, pero ciertamente no tenía muchas opciones, y responde tanto para la Elfa como para el Druida, -es un bastón, hecho con la ceniza gris de un cedro, tallado con una cenefa de escamas, con una gema en su parte superior, es un artefacto que en las manos equivocadas puede causar mucho daño, por suerte aquellas criaturas no han decidido venderlo- dice refiriéndose a la tripulación de Orcos.
-¿Por qué ha acabado en aquel barco?, por traición, uno de los nuestros lo ha robado de nuestro gremio y ha terminado mal pensando en que podía hacer mucho dinero, la parte mala de la historia es que por alguna razón el bastón ha transformado sus propiedades y por esta razón es que cualquier tipo de magia se disipa en su cercanía-.
Cuando desciendes al sótano, evidentemente encuentras a la joven guerrera tendida en el suelo, a simple vista puedes notar que no tiene ninguna herida ni nada que pueda agravar su físico, al acercarte, le das un par de palmaditas en su rostro; la mujer abre y cierra lentamente sus ojos, volviendo de aquel sueño profundo en el que se encontraba.
El mago se comportaba con el aire de suficiencia que caracterizaba a muchos de su gremio. Desde luego, les hubiera robado el artefacto sin ningún pudor, y lo peor es que además estaría completamente convencido de que no estaría haciendo nada malo. No eran pocos los magos que pensaban de esa forma, y ésa era una de las razones por las que él no se mezclaba con ellos.
-El artefacto era de vuestro gremio… y uno de los vuestros se lo llevó. –Contestó al mago, rebatiendo su razonamiento. Un mago de su gremio se llevó algo de su gremio. Un simple problema interno. -Eso apenas puede ser llamado robo… y desde luego, aún menos si nos lo hubieran dado.
-Pero no es el caso. En fin, pongamos que decidimos prestarte algo de atención, hechicero. –Brennan hizo girar la lanza en sus manos, hasta que el extremo romo quedó abajo, y lo apoyó sobre el pecho del anciano. -Que dejamos pasar el hecho de que trataste de engañarnos. Aún no nos has dicho por qué no intentaste hablar directamente con Scarbelly para comprarle el artefacto. Ni qué era lo que intentaba hacer tu… traidor para acabar llevando un artefacto a un orco pirata. Especialmente a uno mezclado con asuntos tan turbios.
Sin disimular su irritación por la situación, se giró hacia sus compañeros. Tal vez Hektor o Felsom supieran algo sobre lo que había dicho acerca del artefacto. Y con suerte, Frenni habría despertado ya a Helena y podrían saber realmente por qué había desaparecido la joven.
Y Elentirell… buscó con la mirada a la elfa que había hablado hacía unos instantes, y la vislumbró entre la penumbra tras una de las puertas, aún a medio cambiar de ropa. El arco tenso y la falta de luz apenas llegaban a cubrir el hecho de que tenía aún menos ropa que cuando había vestido las ropas de la hechicera.
Brennan se giró bruscamente, con su mirada turbada por la visión de la arquera. La sorpresa hizo que de pronto no supiera muy bien que hacer, y buscara algo para desquitarse de esa sensación. Algo como el desafortunado mago que tenía inmovilizado.
-Ah, y desde luego, dinos algo más acerca de eso de que puede causar mucho daño. –Dijo, apretando un poco el extremo del astil de la lanza. -¿Para qué se supone que se servía antes de que lo tuviera Scarbelly? ¿Qué es lo que… podrían hacer esas manos equivocadas?
Como Elen no ha dicho que se vista desde el post que dice...
ya que tengo toda la pechera desprendida mostrando unos pechos que de normal no se ven por asomo y no están nada mal.
... y luego dice que está tensando el arco, he asumido que no habrá podido taparse mucho.
Pero vaya, que el tiro con arco nudista está de moda.