Partida Rol por web

Tras hacer esta pregunta, el Doctor Vino Won simplemente se quedaría en silencio, liberando levemente las manos de los ojos para poder ver mejor a María Mercedes Álzaga de Zúñiga, o mejor dicho... mirar hacia donde ella miraba. La gente en una situación de estrés en donde sus enseres podían haber sido robados usualmente mira donde los tiene escondidos como por acto reflejo. Lo mismo pasaba en caso de incendio.

La viuda de Zúñiga, luego de mirar por la ventana echa un vistazo al escritorio (la computadora seguía allí) y luego se dirige a una pequeña caja fuerte. Adentro había un poco de dinero y algunos papeles desprolijos.

—Parece que está todo. No se han llevado nada de valor.

 - ¿Que ha pasado? - preguntó Guillermo entrando también en el despacho. Se asomó a la ventana para echar un vistazo a las huellas. No era ningún experto pero estaba intrigado. 

  Trató de fijarse en si la habitación estaba revuelta y si la alfombra estaba húmeda a causa de la nieve.

Corrimos escaleras abajo para encontrarnos con la viuda, a Vino y a Guillermo en lo que parecía un despacho. No entendía nada de lo que estaba pasando.
Justo entonces también me di cuenta de que el Sr. Doe se había llevado consigo el palo de billar. Espero que no fuera para atizar con el a nadie…

Me acerqué hasta la puerta del despacho para echar un ojo dentro.
-¿Están todos bien? ¿Qué ha sucedido? -pregunté, después de escuchar a la Sra. Zúñiga hablar. ¿Acaso había entrado a robar?

Claramente esas marcas implicaban algo, huellas que salían desde la ventana hasta... a saber. Al menos eso explicaría la lógica detrás todo lo que se había dicho hasta ahora, de que un hombre se adentró en la oficina y que aún no había salido hasta ahora. Rascándose la calva, como malamente pudo, sin apartar las manos de los ojos el Doctor habló.

-Pues teníais lazón... -Comentó a la mujer y a Guillermo- esto no ela el baño. Segulo que la pelsona que entló telminó avelgonzada y salió pol la ventana pala no levantal sospechas de equivocalse de puelta. -Sugirió, aunque probablement esta opción no fuera cierta.

Un grupo grande de personas discutiendo en la puerta abierta de la oficina. Para quien miraba de afuera parecía tratarse algo de un robo.

En ese momento apareció Armando Montoro bajando por la escalera. Y en la puerta de la biblioteca se asomó la mucama haciendo señas a Armando para que se le acercara.

Un instante de después Nicolás Rodríguez salió del comedor.

John Doe estaba dispuesto a pedir explicaciones a quien fuera con tal de saber que estaba sucediendo en el despacho de la Señora Zuñiga y apenas había reparado que ambas manos tenia ocupadas cuando llegara al Hall.

Soltando la mano de Clara suavemente y entregando el taco a ella. Entro en el despacho mirando de arriba-abajo al señor Won mientras intentaba, como el resto de los recién llegados, comprender que estaba sucediendo.

-Señora Zuñiga, ¿Se encuentra bien? La vimos forcejear con él -Dio un ligero aspaviento señalando al falso chino. -Y hemos bajado para saber la razón. -A esas alturas mas o menos sabia de unas huellas y una ventana abierta por las palabras de los demás, pero aun era difícil hacerse una idea concreta de lo sucedido.
-¿Puede explicarnos que ha sucedido? ¿Se encuentra bien? -Alzo la mirada. -¿Falta algo?

William Lockhart entró a hall, viniendo dese afuera, y se encontró con la siguiente escena:

La viuda con John Doe y Vino Won dentro de la oficina, discutiendo algo con la puerta abierta.

Guillermo Vásquez, Soren Bergua y Clara Zúñiga en la puerta de la oficina, la joven portando un palo de billar.

Guillermo Vásquez bajando la escalera, Nicolás Rodríguez en la puerta del comedor y la mucama asomando por la puerta de la biblioteca.

—Pues no. No entiendo. El señor Won dice que vio entrar a alguien pero yo no lo ví. Y se escapó por la ventana, y no veo que falte nada. Quizá lo interrumpimos a tiempo. No sé si lo más razonable sea seguir las huellas o que Stiven envíe a alguien a buscar a la policía.

- ¿Dice que alguien entró aquí? ¿Y lo vio el señor Won? - comentó Nicolás, avanzando hacia el resto. Él acababa de llegar y no sabía muy bien la situación actual. - Si es así, entonces tal vez sí lo mejor sería llamar a la policía. ¿Sabría describir al intruso, mi oriental amigo? - preguntó dirigiéndose al supuesto chino.

El Doctor Vino Won tenía las manos en su rostro, achinando sus ojos con fervor, y aunque le acababa de hablar Nicolás Rodriguez, este se giró en sentido contrario para hablar de cara a la pared.

-Sincelamente, aunque no lo palezca... mi vista no es la mejol del mundo... pol algún motivo que a los médicos más plestigiosos de China se les escapa... ¡Y eso me incluye a mi mismo!... Pelo lo intentalé. -Confirmó el Doctor Vino Won mientras aún mantenía sus manos en los extremos de cada ojo, estirándolos y achinándolos- Iba a dos patas, así que estoy casi segulo que ela una pelsona... o un caballo pequeño muy bien entlenado. ¡Un poni!. Pelo pol lo demás, ni idea. Lo vi desde lejos y solo de espaldas. Y ahola que salí de mi cualto pala il al baño, con ganas de ayudal a esta poble alma que aún no había salido de ahí dentlo según lo que dijo la Señola... pues al palecel ya no había nadie ahí... y unas huellas de zapatos en la ventana... lo cual echa un poco pol tiel-la la idea de que fuela un poni... ¿Quizás un celdo con zapatos?.

Con la historia de Vino tampoco estaba sacando nada en claro.
El Sr. Doe le preguntó a la Señora de la casa tampoco parecía haber visto nada, pero su sugerencia era razonable.

-Entonces, ¿alguien se ha colado en la finca de verdad? -pregunté, incrédulo. -Estoy de acuerdo con el Sr. Rodríguez -que parecía que también había venido, atraído por el alboroto. -Deberíamos avisarles. ¿Cuánto cree que tardarían en llegar? -le pregunté a la viuda.

Al salir de mi habitación me encuentro con una escena que no me esperaba. Varios de los invitados, junto con la Sra. Zúñiga y su hija están comentando la presunta intrusión de alguien en la oficina de doña Maria Mercedes.
El Dr. Won da una de sus incomprensibles explicaciones y el resto hablan de llamar a la policía.
Entonces me fijo en la Mucama, está en la puerta de la biblioteca y me hace señales para que vaya hacia alli.
Sin dudarlo me acerco a ella, puede que haya visto algo o a alguien y le de miedo expresarlo delante de todos

La mucama te arrastró dentro de ella biblioteca y habló en susurros. Claramente no es tan buena como espía.

—Señor. Esto se ha puesto muy movido esta noche. Quizá no sea el mejor momento. Pero necesito decirle esto a algo confiable y que no trabaje aquí.

» Cosas raras pasan en esta casa. La señora tiene el telegrama de despido del cocinero desde antes de la muerte del señor. Lo he visto cuando limpiaba su oficina.

» Yo creo que lo guarda para usarlo en el peor momento y echarle la culpa a otro. Por favor, no se ríe de ella. Y si algo pasa aquí cuente esto en la radio, así la gente sabe lo que es la verdad.

Quizá ella te confundió con algún actor de radionovelas, o quizá simplemente sea que no sabe a quién contar sus hipótesis. Se quedó mirando sobre tu hombro, como si estuviera siendo parte de una novela de intrigas.

El mayordomo se acercó al ver la concentración de gente en el hall.

—Buenas noches. Dígame señores, ¿necesitan algo?

Viendo que nadie parecía contrariar su versión de los hechos, y como todos de forma tácita o bien guardaban silencio o bien daban por válida aquella macabra explicación de un cerco con gabardina; el buen Doctor Vino Won se aventuró a avanzar hacia la Biblioteca para descansar.

-Un té. -Pidió el hombre mientras se movía.

John alzo la mirada del calzado del viejo que dice ser de oriente y devolvió la mirada a la señora Zuñiga cuando confirmo que no habían conseguido robar nada. -Supongo que al menos eso es buena noticia. Aunque que no haya visto a nadie y él si es un tanto raro. -Aun no tenia muy clara la situación y prefería no suponer nada, quedo un segundo mirando a Clara y al resto de los congregados fuera de la habitación. -Le sugiero que guarde lo que crea de valor en un sitio seguro, lejos de ventanas abiertas si ha pasado una vez y no han robado nada, tal vez lo intenten una segunda. -Propuso mientras contaba mentalmente que no faltara nadie de los invitados.

-Si ha salido por la ventana habrá dejado huellas, hoy es mal día para evitar dejar rastros. -Comento acercándose a la ventana para echar un vistazo. -Si tiene alguna luz que ayude ha alumbrar lo agradecería. -Respondió a la voz que preguntaba en el hall. -Y llame a la policía, si hay un intruso no creo que este muy lejos. -Alzo la voz ahora que había sacado la misma por la ventana.