Partida Rol por web

En el comedor había una larga mesa que ocupaba casi todo el centro del recinto. Alrededor había aparadores con vajilla y cubiertos, mesas auxiliares y varios retratos familiares colgados en las paredes.

Tres puertas daban al hall, y en una esquina había una puerta que seguramente diera a la cocina.

Poco a poco todos fueron ingresando y tomando un lugar en la mesa. La señora María Mercedes se sentó en la cabecera y su hija a su derecha. El mozo y el cocinero fueron trayendo los platillos que conformaban la cena.

—Buenas noches a todos. Permítanme darles la bienvenida como es debido ya que no he podido hacerlo antes.— La dueña de casa saludaba a todos desde la cabecera de la mesa, con su hija sentada a su derecha.

—Primero informarles que lamentablemente nos emos quedado sin señal de internet ni celulares, según me han dicho la tormenta es más fuerte arriba del cerro, y la antena está allí, pero espero que pronto lo solucionarán. Las pistas de esquí de Vallecito tenían planificada su apertura recién en Julio, pero quién sabe, quizá el adelantamiento de las nieves nos regalen una temporada de esquí tempranera. Steven, ¿podrías averiguar eso?

—No creo señora, pero preguntaré.

—Bueno, como sea, igual tenemos instalaciones para hacer confortable su estadía con cualquier clima. Además del hall que todos conocen, tenemos dos jacuzzis en planta alta, una sala de juegos justo arriba de este comedor, una biblioteca muy nutrida y todas las habitaciones tienen vista a la cordillera. Y por no hablar de los manjares que nos traerá nuestro cocinero, que aquí viene, veamos con qué nos sorprende hoy.

El cocinero y el mozo fueron sacando platos de la cocina en una variedad y cantidad tal que fácilmente hubiera alcanzado para alimentar al doble de los comensales presentes.

Claudia sacó su teléfono móvil de su bolsillo cuando la señora anunció que no había señal. Efectivamente, ese odiado "Sin servicio" aparecía en la parte superior de la pantalla.

No tenía que llamar a nadie, ni esperaba que nadie la llamara, pero esa sensación de estar "desconectada" le resultaba un poco agobiante.

Esperaba que al menos la cena estuviese a la altura...

¿Es muy fgecuente este clima en la zona?

Preguntó Eliott levantando un dedo como si quisiera pedir la palabra y utilizó la misma interrupción para explicar algunas cosas que nadie le había pedido.

​​​​​​​Al contgagio de lo que muchos pueden cgueeg, un poco de nieve es buena paga una cosecha vincula, siempgue que no se pgolongue demasiado tiempo y ocugga en inviegno, dugante su pagada vegetativa.

Pego si duga demasiado, puede llegag a estgopeag pog completo su sabog.

- Efectivamente, esta nevada, si no es demasiado copiosa puede hacer que la cosecha de este año sea excelente.-

Tomó asiento al otro lado de la mesa, aunque no a la otra cabecera.

- Sin comunicación, un descanso del ajetreo diario.

Estoy deseando probar las delicias que se preparan aquí.

—Ya han pasado dos meses de la vendimia así que supongo que esta nevada no hará daño y quizá tenga razón el amigo francés en que nos traerá más agua en el deshielo. Ya veremos. Nuestros viticultores se quejan más de las heladas tardías que de las nieves, y andan prendiendo llamas por todos lados cada vez que sopla viento sur en primavera.

Ricardo se llevó el teléfono móvil a la oreja y trató de llamar a su casa, solo para comprobar un segundo después que no había cobertura. El joven miró hacia el celular con cara de decepción, como si esperase que hubiera funcionado.

-Te-te-tengo hambre... -murmuró el muchacho, mientras intentaba ocupar la mente en algo que no fuese la ausencia de cobertura en aquella zona.

En esos instantes, Ricardo pensó en la cena, esperando que fuese lo bastante copiosa como para saciar su apetito. Mientras el cocinero y el mozo se aproximaban con los platos, el muchacho miró hacia ellos con cara de cachorrito, como si estuviera terriblemente hambriento.

El cocinero y el mozo fueron sacando platos de la cocina en una variedad y cantidad tal que fácilmente hubiera alcanzado para alimentar al doble de los comensales presentes.

- Perdonen... llego justo a la cena. - Dijo Andrés mientras respiraba profundamente - Me he... despistado.

Se acercó a la mesa y se sentó en el primer hueco que vio vació junto al resto.

- Mozo! Podría traerme un poco de vino de la casa¿? - Miró a Ricardo que lo tenía al lado - Sin un poco de buen vino la cena estaría incompleta, ¿no crees?

Tras la conversación con la hija del difunto, escuchó apenas lo que su madre había dicho y como ya era la hora de comer, tomó asiento en la mesa, dándose cuenta que había quedado junto a Rodolfo. Sin más, se quedó mirando a los presentes sin tener mucho que decir, no los conocía y el interés en hacerlo, estaba allí latente. Al menos la conversación con la chiquilla había estado interesante. 

- Espero que el paseo haya sido agradable. Más tarde daré un paseo también, si el tiempo acompaña.- Tener a la bella psicóloga a mi lado para la cena va ser un plus para los estupendos platos que han servido.

Los modales del recién llegado sacan una risilla queda. Será un nuevo rico que solo intenta hacerse notar.

- No es tanto tener un buen vino como tener el vino adecuado, ¿no es así, señor Duchamps?

—Fue muy agradable—comentó sonriendo y ante lo dicho por Rodolfo, sonrió—. ¿Me está invitando caballero? 

Quería conocer cuales eran las intenciones de aquel hombre, además no estaba mal la idea de dar otro paseo aunque estuviera muy frío afuera. 

- Su compañía haría el paseo inmejorable.

La cena es muy buena y la compañía todavía mejor.

La conversación de María Elena es más embriagadora que el vino. Si me preguntarán que había tomado para cenar no podría estar seguro, pero describiría con detalle cara matiz de los claros ojos de María Elena. 

Solo dejo de mirarla unos instantes para dirigirme a la anfitriona:

- Discúlpeme, pero no he podido contactar con usted antes y me gustaría que en la mañana tuviésemos una reunión de negocios, si le es posible.

La señora lo miró sorprendida. No esperaba que un huésped fuera a hacerle una oferta comercial, pero no estaba en condiciones de dejar pasar ninguna oportunidad.

—Cómo no. Organizaré para que nos sirvan un desayuno en mi oficina mañana.

Una leve inclinación de cabeza a modo de asentimiento y mi atención vuelve a estar centrada en María Elena.

Cuando los cocineros empiezan a traer los platos, Ricardo sigue con los ojos los platos de la comida hasta que los depositan en la mesa. El joven se está empezando a morir de hambre, por lo que decide echar un vistazo a la comida y coger lo que más cerca de su posición hubiesen dejado.

-E-e-e--en Colombia también hay nieve -comentó el veinteañero, son su ligero tartamudeo, mientras agarraba un cuchillo y un tenedor para servirse de uno de los platos-. ¿Alguien ha estado?

—Acepto el paseo entonces. Cuando usted disponga.

Le dedicó un pequeño guiño de ojo y luego coqueta, centró su atención en Ricardo que había preguntado sobre Colombia. No conocía ese país, pero la fama que tenía no era buena. 

—Me temo que no. ¿Tú lo conoces?

- No, nunca he estado en Colombia- respondo perezosamente al joven, más atenta a los coqueteos entre Rodolfo y María Elena. Parece que vamos a tener algo de diversión.-

- Me apunto al vino con usted, señor Sagastizábal, si no le importa. Aunque creo que el señor Duchamps debería ser el que nos recomendara uno, ¿lo haría, Eliott?- digo dirigiéndome al mencionado- Si me permite que le llame por su nombre... No soy una entendida en vinos, por lo que me dejo aconsejar por aquellos que son conocedores

- ¿Colombia? Un país interesante, con una gente estupenda y muchos sitios a los que no es recomendable ir. Estuve el año pasado por negocios y espero que la situación mejore para poder visitarlo por placer.

Ricardo parecía un poco fuera de lugar en aquel salón. Era joven, pero su aparente inseguridad le hacía parecer un niño grande. Se notaba que era inteligente y eso lo hacía interesante.

Acercando la cara a María Elena - Si no le importan las miradas indiscretas... después de cenar puede enseñarme los alrededores- en un susurro, haciendo clara referencia a Claudia.