Partida Rol por web

Aaaaaaaaaaay, la de un pirata es la vida mejor, no tiene preocupación, es muy descansada, y muy relajada y el oro nos llueve a monton

La canción entonada por la inconfundible y atronadora voz de Abyl llegó a los oídos de Míneas, que solo logró ponerle los nervios de punta. Al fin, le arrancó una sonrisa. -Ay. Supongo que jamás va a cambiar- cambió su semblante en segundos. Era un hombre de seriedad y objetividad. Nada más.

Se encaramó su capucha, para voltear y apurar sus pasos hasta quedar junto a Abyl. Siguió a su compañera en silencio, como quien no quiere la cosa, hasta que decidio romperlo.

-¿Y bien querida amiga? ¿Cual es tu plan, si eres tan amable de compartirlo con tu compañero de viajes?- inquirió, como si estuviera curioseando.

Oh faltaría más, preguntaré educadamente, con mis más buenas intenciones, averiguaré lo que me quieran decir, si hay algo que ocultan vosotros dos serán lo suficientemente perspicaces para darse cuenta - Dice refiriendose a Moses y Mineas

Si se muestran hostiles ejecutaré el planB, matarlos a todos, vaciarles la cabeza, beberme sus jugos oculares y incendiar, sabotear y robar como una comadreja su barco y todo Freeport

Abyl muestra un tono bromista mientras expone su plan.... pero.... ¿¿Está de broma??

Es dificil saberlo con una mujer que escucha poco y habla demasiado... bueno, es dificil con una mujer...

¡¡ AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAD  del barco Marineros !!

Dice Abyl al llegar junto al Venganza Sangrienta tratando de llamar la atención hacia ella de cualquiera de los marineros del capitán Scarbelly, incluso, tal vez tuviera suerte, y el primero con quien se topa fuera el capitán Scarbelly

¿Qué tenía pensado Abyl? Era algo que sus compañeros se preguntaban.... pero se equivocaban, la pregunta es: ¿Abyl piensa?

Moses, a soto vocce, y con la mirada perdida como la que llevan los presos al patibulo dice:

Y violar a sus mujeres y sus casas Abyl, y violar a sus mujeres y sus casas, creo que eso se te ha olvidado *sigh*

Cuando llegais al embarcadero veis, el Venganza Sangrienta, es un barco toscamente construido, de un solo palo y de unos 90 pies de eslora. Tiene un gran número de cicatrices de guerra a lo largo de su casco, pero parece marinero. Tiene las velas recogidas, y en la cofa hay un orco armado con un arco corto. Otros tres orcos, que llevan cimitarras melladas al cinto, vigilan la pasarela, alentando a los viadantes con sus ceños fruncidos a que pasen de largo ante el barco. Lo cierto es que al mirar alrededor, os percatáis de que no hay amarrada ninguna otra embarcación cerca del suyo.

- ¿Por qué?

Mi voz es apenas un susurro cuando mis ojos miran al cielo incapaces de comprender a mis compañeros, pero son muchas las ocasiones en las que los dioses ignoran las preguntas que les elevan sus fieles durante sus oraciones y no va a resultar diferente en este momento.
Por otro lado, rara es la ocasión en la que no consienten que sus sacerdotes canalicen una pequeña parte de su fuerza para ayudar, o castigar, a quién consideren oportuno. Así que bendigo a mis compañeros con la fuerza de Pelor.

- Por favor, aceptad la bendición del Radiante.

¡¡ Aaaaaaaaaaad del barco !!

Saluda Abyl a los orcos armados alzando una mano, sus flechas me apuntan hostiles como reacción a mi grito, con mala cara me indican con gestos de cabeza que siga mi camino, que me aparte de ahí, que no tengo nada que hacer, pero sí tenía algo que hacer, tenía que encontrar al Capitán Scarbelly, hablar con él, y encontrar a Lucius

Es de saber que el vuestro es un temido barco de corsarios, grandes guerreros del mar he oido

Soy Abyl de Lormyr, como sabreis estoy lejos de casa, vengo del continente sur, pero emm no viene al caso

Querría hablar con el Capitán Scarbelly

Rien entre dientes y separan sus labios para lanzar su ruda negativa pero les interrumpo inquiriendo

Es importante, y estoy segura que de ningún modo haré perder ni uno solo de los valiosos minutos de su tiempo a vuestro capitán. Así que, os pido que nos hagais el bien de comunicar a vuestro Capitán que Abyl de Lormyr desea hablar con él.

Con las manos cruzadas frente a mí tan solo espero, pacientemente, que mi petición sea escuchada por tan bravos y temidos guerreros, y que pronto desaparezcan tras la batayola para traerme algún aviso satisfactorio a mis pretensiones. Mantengo la vista en el barco, mostrando abiertamente, que no me voy a mover del sitio sin conseguir lo que deseo.

Se abalanzó sobre ella, para... no sabía para que, pero si sabía que quería evitar que hiciera una estupidez. Tal como era gritar plantada frente a un montón de orcos listos para acribillarlos sólo por que les parecía conveniente. Sin embargo, lento como era, no estuvo ni cerca. Ni de tocarla, ni de callarla. Además, en el fondo sabía, que por mucho que se lanzara sobre su cabeza no lograría detenerla.

Abyl comenzó a gritar, y Míneas tuvo que contenerse para no hacer un gesto de "Misión fallida" que hubiera alertado a los piratas. En cambio, se quedó quieto, con las manos entre algunos extraños pliegues de la túnica y una expresión de seriedad.

Tal vez. Solo tal vez pueda funcionar

Los tres orcos caminaban a la vez  son sus cimitarras en mano hacia adelante y hacia tras, al oir a Abyl se acercaron al grupo - Marrrrchhaaooozzzzz de aquii, no queremoz a nadie por aquí - dijo uno de los orcos. - Nadie ez vienvenido aqui, azi que largo!!! - dijo otro de los orcos en con un voz amenazadora.

Los orcos de los catillo del barco os clavan la mirada sin apartarlas de vosotros con sus arcos preparados.

YO NO ZOY NADIEEE

Digo gritando, alzando la voz e imitando el tono amenazador de los orcos

No se trata de lo que quieres tú - Digo tratando de hacerle comprender la situación de manera más sencilla, uniendo las palmas de las manos para tratar de gesticular un asentimiento que el orco siga con su mirada y sea una conversación lo máxime asertiva posible.

Con quien queremos hablar es con el Ca-pi-tan Scarbelly ¿Comprendes?

A-vi-sa al capitán Scarbelly, que Abyl de Lormyr está aquí

Tras de mí ha venido todo el equipo, pensé que a la eminencia del soberano y supuesto cerebro de Mineas éste aprovecharía mi entrada para acceder al barco por algún otro lado.... una de dos... o no es Mago, o sus recursos mágicos son tan limitados como los míos propios... Aisssh... ya me lo decía mi Primo Yohel, ir con un mago es como meter erizos en tus botas... pero elo aquí, tal vez aprenda algo...

- Ez que no oz habeizz enteradoooo, no vamos a llamar a nadie, ya oz he dicho que oz vayaiz y ez la ultima vez que oz lo dezimoz - dijo el orco dando con la cimitarra golpes en las tablas del embarcadero.

Mmmm vaya, es la primera vez que veo y trato con un orco, y de momento me parecen tremendamente desagradables y maleducados, ¿Tan dificil es hacer las cosas por las buenas a la primera?

Ya lo habeis oido equipo TronchaMucho, estos orcos no van a llamar a nadie, vamonos

Abyl marcha al comienzo del embarcadero, lejos de los orcos, desde los muelles encarada a la popa del barco

Moses... ¿Tienes aceite? Voy a llamar tres veces si no recibo respuesta, es que el capitán Scarbelly es un maleducado, así que quemaremos su barco... tsk por las molestias. Así que si no llevas aceite encima acercate en un momento y traete un poco para las flechas.

Abyl espera a la respuesta del mediano, y seguramente la reprimenda de algún compañero por sus toscos métodos, pero desde una posición segura en el embarcadero, donde supuestamente los orcos no van, por alguna razónl, comienzo a gritar a pleno pulmón, como aún nadie me ha oido gritar. El rugido de Abyl, el tono firme de Lormyr, unas palabras que requieren obediencia, una promesa a sí misma  de recibir respuesta, o matar.

CAAAAAA- PIIIIIII - TAAAAAAAAAAAN SCAAAAAAAR-BELLYYYYYYYYY

Abyl espera un minuto antes de volver a repetir

CAAAAAA- PIIIIIII - TAAAAAAAAAAAN SCAAAAAAAR-BELLYYYYYYYYY

La gente de los muelles observa al pintoresco grupo asombrada, una pequeña multitud de curiosos y transeuntes se reune entorno a nosotros para observar el grotesco espectáculo de la bárbara al repetir una tercera vez

CAAAAAA- PIIIIIII - TAAAAAAAAAAAN SCAAAAAAAR-BELLYYYYYYYYY

- Chicoz parece que ezta gente no ze entera vamos a darle una lección A POR ELLOOOOOOOOOOZZZZZZZZZZ!!!!!!!!!!!!!! - grita uno de los orcos y los 3 orcos avanza hacia el grupo y los del castillete del barco cargan sus flechas para dispararos.

Vaya :S no me has dejado ni una de diplomacia ni intimidar ni nada, si atracan en una ciudad, es porque tienen cierta capacidad de razocinio.... bueno, este barco ahora será mío, por maleducados >.<

El pobre mago perseguía a la Lormyriana de un lado a otro, intentado silenciarla. Le tiraba de las ropas, intentaba interumpirla, pero nada servía.

¿Por qué? ¡¿Por qué?!

Su desesperación se convertía en furia lentamente, hasta que los gritos de Abyl colmaron su paciencia. -¡Abyl, maldita sea, calla de una vez!- gritó el mágico. Pero era tarde. -Genial, espléndido, formidable. Ahora tendremos que luchar con toda la tripulación del barco, ¿y sabes cómo voy a terminar? ¡Corriendo hacia la ciudad, mientras sostengo mis tripas con la esperanza de que algún clérigo pueda meterlas de nuevo en mi cuerpo y curarme!- exclamó, nervioso por la llegada de un combate.

¡¿Por qué?!

En vista de los acontecimientos, el guerrero agarró su hacha con las dos manos y cerró filas, protegiendo con su cuerpo (en la medida de lo posible) a Lona y a Míneas.

Y gritó:

¡¡¡VENID AQUÍ MALDITOS ORCOS INMUNDOS!!!

¡¡¡MI ACERO NECESITA UN BUEN BAÑO DE SANGRE!!!