Partida Rol por web

- Seguro que alguno de los sacerdotes del templo puede hacer eso mismo.

Mis palabras suenan como un cántaro de agua fría, más cuando el sacerdote más cercano es uno bastante orondo y bonachón que podría aplastar a Moses de dormir en la misma cama.
Parecía que tras un buen rato ojeando libros en la biblioteca se me había contagiado la falta de interés por las personas que reinaba en el lugar, pero entre aquellos libros no había nada en especial. Algunos eran poemas, otros diarios sobre viajes, alguna novela entre un estudio sobre las corrientes que rodeaban Freeport y que seguro que se había perdido en la inmensidad de libros por algún despistado o alguien tan ocupado como yo que ya ni me fijaba dónde dejaba los que me resultaban inútiles. Y no eran precisamente pocos.

Abyl vuelve al grupo, en una mesa de estudio yace un jovencísimo iniciado de Pelor al parecer fuera de combate, con un tablero de ajedrez frente a él, en estos momentos un compañero le sacude los hombros tratando de hacerle volver en sí.

Yo aprendí un juego nuevo, el ajedrez, he perdido bastantes monedas jugando grrr, a Pelor ya que estamos aquí pongo por testigo que no volveré a apostar

Volvamos a la posada, aquí no hay más que rebuscar, a no ser que alguna ratilla lograra escabullirse esta noche en la cómoda de Milos, apuesto cinco piezas de oro a que encontraríamos algo que ese estirado no nos quisiera decir, aunque estúpido y sabiendo pienso que no nos ha ocultado nada, más no está de sobra asegurarse

De cualquier manera, ya sabia yo desde el principio que esta no iba a ser tarea para mí, grrr, me volveré a la Pluma

-Los sigo después- dijo Míneas, devorando la biblioteca con sus ojos. La búsqueda de sus compañeros había sido tan poco fructífera como la suya, y eso le daba la oportunidad de divertirse un poco al menos. -Yo revisaré los libros, tal vez tenga mejor suerte-

Sin esperar respuesta, el mago se acercó al extremo más alejado de la inmensa colección para comenzar a ojear cada tomo que le pareciese importante.

Las palabras de Abyl no llegan sin efecto a mis oídos y dado que no he encontrado nada en la biblioteca, la idea de volver a la Pluma del Estudiante no resulta desagradable.

- Mineas, ¿entonces te quedas un rato más?

Pregunto antes de amagar un bostezo mal disimulado tras tanto tiempo mirando libros y más libros en busca de algo que no sabemos siquiera existe.

- Si crees que Pelor se va a tragar eso, vas lista.- Dijo a Abyl riendo, sabeedor de que ni ella se había creido su promesa.

- Me he pasado mucho tiempo en un templo, tanto tanto, que estoy deseando llegar a la posada y llenar el estómago. Otra vez...

Dicho esto, mostró su predisposición a volver a la posada.

Ves como tus compañeros se marchan hacia la pluma del estudiante, y decides quedarte en rato mas en el templo.

Empiezas a ojear un libro tras otro, los vas devorando como si no fuera nada, todos los libros son de historia de freeport de una raza de hombres serpientes antigua. Historias de magos, libros de religión, y demas, pero nada que te pueda dar una pista del paradero de Lucius.

Las horas pasaron rápidamente para Míneas, que encontraba placer en su búsqueda. Había encontrado lo que buscaba, algo de diversión, aunque lamentaba no haberse enterado sobre Lucius en el camino. Cuando sus ojos comenzaban a arder de tanto trabajo, se alejó de la biblioteca para poder admirarla aunque sea una vez más, y luego partió hacia la Pluma.

En la oscuridad de Freeport, era un extraño encapuchado, tal vez alguien peligroso, probablemente un insensato noble repleto de joyas. A pesar de su misterioso aspecto, que la gente haría bien en ignorar, Míneas sabía que era tan vulnerable como cualquiera, y más en aquella ciudad llena de pescadores y pobreza. Es cuestión de acostumbrarse. Nadie de aquí pidió ser un pobre diablo

Despues te das cuenta que andando, andando te encuentras en las puertas del templo, pero también ves que es bastante tarde ya por las calles no quedan nada mas que borrachos y gente con la que podrias encontrarte problemas. Ademas necesitas dormir.