Partida Rol por web

El valiente enano asestó un increible golpe al orco que tenía en frente suyo... si, el hechizado por el mago...

Pero todo el mundo está al corriente del odio visceral que sentimos los orgullosos enanos por estos sucios descencientes de elfos corruptos.

El hacha de dos manos que bandía con pericia hendió el craneo verde y purulento del pirata hasta la quijada, desparramando sus escasos sesos sobre sus hombros y su pecho ya sin vida...

¡¡¡Toma esta orco inmundo!!!

¡¡¡Y vosotros, los de cubierta, más os valdría rendíos ahora mismo si no quereis acabar vuestros días como este infeliz!!!

¡¡¡LOK'TAR OGAR!!!

Con más intención de evitar un posible flechazo y evitar algún problema con el orco que se había ganado tanta atención de mis compañeros, avanzo e intento asestarle un mazazo que terminara con el.

Con más intención de evitar un posible flechazo, me muevo intentando al borde del muelle para no molestar a mis compañeros cuando asalten la embarcación mientras rezo para que cualquier disparo que me hagan golpee en el escudo y no en mi.

Simplemente se quedó atónito. No había lugar para la furia, no aún. Aquella muestra de brutalidad y estupidez le sorprendió sobremanera. No creía que alguien podría hcer tal cosa. Y luego, llegó la ira. Su nueva adquisición no había durado 10 segundos, y su enojo se notaba en sus facciones.

-¡Maldita sea enano!- le espetó. Luego, las flechas silbaron amenazantes, y logró esquivar una a duras penas. La razón prevaleció en su mente, como siempre lo hacía, y dejo la discusión para más tarde. Encaró a uno de los piratas que les disparaban y se movió en su dirección, para tenerlo a alcance. Comenzó a recitar una serie de palabras en un idioma antiguo, y sus manos se enfriaron, iluminadas por un resplandor azul. Apuntó al orco, y un rayo de hielo salió de la punta de uno de sus dedos. Sin embargo, este impactó en el casco, dejándole una pequeña costra de hielo.

-¡Mierda!-

Moses analizó con frialdad la situación.

Dios mio....que lejos que estan con estas piernecitas...

Rapidamente decidió un curso de acción, dejar que golpearan los grandullones de piernas largas. Moses envainó sus dos dagas, y preparó la ballesta para dispararla en cuanto pudiera.

Grupo!!! Fuego de Cobertura!!!

Bien Moses, has demostrado gran valor escurriendote entre el enemigo para darme apoyo, no vuelvas a decir que eres pequeño

Un espíritu noble, ensanchece al hombre más pequeño

Miedo me das ahora chiquitillo, no dispares si hay riesgo... mira que de momento he salido ilesa de todos mis combates.

Me agacho y tomo impulso me lanzo a la carrera, las maderas del muelle crujen bajo mi cuerpo y mis botas al pisar recuerdan el sonido de una estampida. La pasarela entera se doblega ante mi avance violento, casi al llegar a cubierta mi mano sujeta un cabestrillo junto a la batayola con el que mis pies se levantan del suelo para cambiar mi dirección y plantarme de un salto frente al orco con el arco. Ahora sus manos tiemblan, la flecha que andaba encajando en el sitio con tanta confianza se comienza a resbalar a riesgo de caer de sus manos

Abyl casi le embiste incapaz de detener su bestial avance aunque trata de ensartarlo con el espadón resulta un fallo ya que aún el orco está a una distancia de seguridda, dando un último paso la figura de Abyl ensombrece el alma del orco.

Alzo el espadón y rujo fuerte para que el barco abordado me oiga: Todo el que busque pelea contra Abyl de Lormyr que se muestre en cubierta y empiece a rezar, pues solo el arrepentimiento y los sollozos quedan a aquel que alza su arma contra la Leona Lormyriana

Orco 4: El orco dispara una flecha al mago pero debido un traspies la flecha pasa a muchas distancia de darle a este. - GGRRRRRR, oz voy a comer malditoz bucaneroz. -

Orco 5: El orco desembaina su cimitarra he intenta golpear a Abyl, pero este falla el avance de la barbara le ha hecho que le tiemble hasta las pestañas.

Siguió avanzando hasta subir al barco. Abyl pasó con grandes zancadas por su lado dejándolo atrás, acaparando al orco que se encontraba más cerca. Miró hacia la izquierda y vio al orco restante.

- Ese es mio!!!- Gritó enfilando al orco.

El poderoso guerrero avanza a toda velocidad hacia la pasarela, gritando:

Ya sois míos apestosos orcos!!!

Avanzo con cuidado tras Jenkins interponiendo el escudo entre el orco que queda libre y yo.

Míneas se dio cuenta de lo tonto de su movimiento anterior. No solo había desperdiciado un conjuro, sino que ahora estaba más cerca de aquel peligroso orco. Sus compañeros se alejaban de él, por lo que no había cobertura posible.

Joder... De acuerdo, tú--

-¡--eres mío!- exclamó terminando sus pensamientos, mientras la adrenalina le cegaba. Con toda la velocidad que pudo, el arcanista tomó su ballesta y un virote al mismo tiempo, cargando el arma y alzándola hacia el orco frente a sus narices. Su posición no le favorecía.