Partida Rol por web

La excitación del momento aún está presente en tu mente y en tu pecho. Siguiendo a las Gangrels detectas que las zonas urbanas más cercanas son cuatro. La música delata una discoteca cercana. También hueles los aromas de un cúmulo de casas. Por otro lado, el intenso y reconocible olor del combustible (una gasolinera) y otro cúmulo de humanos algo más alejado.

Resulta difícil determinar hacia dónde ha huido Cathrain y si las gangrels siguen su rastro. La noche está sumida en silencio que de pronto es roto por el sonido de tu teléfono. Lissandra te está llamando.

Espero hasta que descuelga el teléfono -¿Qué ha pasado?- pregunto alarmada -Víctor ha roto su alianza y retirado los fondos que nos había prometido. Ahora me dices que Nicholas ha sido atacado y que posiblemente están llevando a las Gangrels a una trampa.- Aprieto el puente de la nariz con una mano -No, si es una trampa no tiene sentido que todos nos metamos en la boca del lobo. Las Gangrels deben aprender a cuidarse solas. Lo más importante del plan son los nosferatu y, con ellos, Zarza que es la que puede colarnos en la base del viejo. Venid los dos cuanto antes. No podemos perder la única baza que tenemos.- Aguardo -Porque, estás con ella. ¿Verdad? Zarza está ahí contigo ¿No?-

Con el corazón menos desbocado, sentado en el deportivo, con la moto persiguiéndole de cerca, comenzó a notar el hambre que tenía; cuando se librara de esa maldita gangrel y su chofer, tendría que parar a alimentarse. Eso, y jugar su siguiente baza.

Las aves habían sido sus ojos desde las alturas. La hembra vigilaba a Cathrain, deseando encontrarle para administrarle justicia, la que ella consideraba adecuada por haber atacado a alguien de su propia coterie, la muerte. Pero como todo buen animal, Gaia no pensaba en hacer sufrir ni en torturar, solo quería sesgar la vida del Brujah para poder regresar con ovillito y ver su estado de salud.

Fue una faena lo que las aves le informaron. La fábrica no era el sitio donde debía ir, y en la gasolinera el maldito Cathrain había robado una de esas malditas máquinas infernales para poner distancia de ellos.

- Maldita sea... - Gruñó molesta, olisqueando el aire para no perder la pista, aunque el tiempo ya no estaba a su favor - No voy a parar hasta encontrarme contigo... - Y es que a tozuda no la ganaba nadie.

La bonita Lyons sabía lo que era vivir sola y tener una continua sensación de abandono. Convertirse en vampiro había sido lo mejor que le había pasado en la vida, porque gracias a ello había adquirido una forma de ser más natural, más animal, y por fin, se había rodeado de gente que era como ella y comprendía su forma de ser. Ella amaba su manada y daría la vida por ellos, así que no se planteó en ningún momento regresar con Ovillito y Chike, correría, rauda y veloz para atrapar a Cathrain.

Gaia seguiría el rastro, a pesar de ir más lenta que Ania y la chica de la moto

Sin prisa pero sin pausa. Te atraparé cathrain, y cuando lo haga dejarás de existir

De pronto el haber nombrado a Zarza trae un rayo de comprensión en la mente de Chike, Zarza había salido del puerto pero después pasó lo de Nicholas haciendo que le perdiera la pista - Ahora mismo no sé donde está, pero seguimos necesitando a la sangre de las gangrel para poder enfrentarnos a él... - El comentario sobre lo de Víctor le dejó aún más confundido. Había muchas cosas de este mundo que aún le costaba comprender - ¿Tu donde estás? Zarza debe seguir en la zona del puerto - 

El ferri regresó al puerto cuando todo estuvo tranquilo pero antes de que llegara la autoridad portuaria, que no tardará en aparecer. En la mente de todos estaban los dos estruendos, dos disparos uno tras otro desde dos puntos distintos que precedieron un silencio tenso y prolongado.

Ya en puerto, Bradislav esstaba en el muelle, acuclillado sobre uno de los vampiros que habían llegado y consiguió salir del ferri antes de que las ratas montaran su fiesta particular, movidas por algún impulso ajeno y, sin duda, hostil.

Nicholas, el vampiro más joven de la cuadrilla que Martin Kresse había traído desde el norte de Francia yacía en el suelo con un tajo que le atravesaba el cuerpo e iba desde el hombro derecho, a la cadera izquierda.

-Casi lo parten en dos- comento viendo que el jefe se acerca. -Había un francotirador allí. Disparó a aquel coche negro que está aparcado a la sombra de esos camiones. Yo disparé contra él. Su sangre está esparcida por esa azotea por lo que le acerté bien pero el tipo huyó. Debe ser duro. Por el ángulo debí atravesarla la cara o el cuello.- Volví a mirar al sangre débil -A este lo despachó un secuaz de un pez gordo de la camarilla. Con lo alterados que están los anarquistas este incidente no pasará desapercibido. Sospecho que los que han venido o son anarcas o tienen algo en contra de alguien aquí.- Miré en derredor -Todos han salido corriendo detrás del agresor menos ella.- Señalo a la muchacha con sudadera blanca algo sucia. Lleva la capucha puesta -Nosferatu-.

-Sé que Martin Kresse prometió protección a los que trajera en su ferri. Pero ya no estamos en el barco. Esto es Londres y este incidente en los muelles de Kresse jode nuestra credibilidad para los clientes habituales. ¿Qué hacemos?-

-Yo estoy con un grupo de anarquistas. Hay tres. Si conseguimos unirlos en una causa común debilitarán a la Camarilla tanto que, para cuando salgamos de Londres, su dominio habrá caído.- Confieso con deleite -Debíais ir, recogerlos y volver. La situación no está para desperdigarnos de esa manera. Muy bien, recoge a Zarza y ve tras las Gangrels. Pillad a ese desgraciado que persiguen y regresad al refugio antes del amanecer. Si realmente se están metiendo en la boca del lobo, tú y zarza llegaréis de refuerzo. ¿Se te ocurre algo mejor?- Pregunto antes de colgar y regresar dentro.

Cathrain se aleja en un deportivo robado. Los mortales allí reunidos ya han dado la voz de alarma a las autoridades que no tardarán en relacionar ese hecho con lo ocurrido en el puerto y eso no es bueno, sobre todo porque aquello es aún zona dominada por la camarilla y, en consecuencia, por el viejo. No sabes quién pero estás segura de que habrá algún vampiro controlando las autoridades. Éste se hará eco de la investigación y el viejo actuará en consecuencia. -¿Qué hará?-

El olor de la sangre de Nicholas es más tenue. Tapado quizá por la cantidad de tubos de escape que expulsan sus humos en aquella carretera, el olor de la gasolina cercana... El rastro se enfriará por lo que no tienes tiempo que perder. Atrás quedan Chiqué, Zarza y Krampus al que no has visto desde que os separasteis en el ferri.

Corres por la carretera pensando en tu coterie, en Nicholas, en dónde se habrá metido Krampus... algo está mal allí. Krampus había sido el primero en salir, detrás de Bradislav y el otro tipo magullado. ¿Cómo es que Bradislav llegó hasta ti sin que él apareciera?¿Estaría allí entre las sombras?¿Estará con Nicholas?¿Deberías tú estar con Nicholas? Con el pecho dividido sigues avanzando consciente de que, si Cathrain dirige a Ania hacia una trampa, tu llegada podría salvarla.

Al fin y al cabo tú eres de su sangre, de la sangre de Saiasi, la sangre que puede destruir a Aloisius.

Un vehículo negro se pone a tu altura atrayendo tu atención. Se baja la ventanilla y lo conduce un tipo de buen ver, sofisticado en su forma de vestir sin ser ostentoso. -No huele a toreador pero sí a vampiro-

-Estás muy lejos de casa. ¿Tienes prisa?- te pregunta -Puedo llevarte. Estás atrayendo la atención y si yo me he dado cuenta...- 

-Me llamo Lorian.- Miro hacia delante -Te queda un buen tramo hasta llegar a Londres y esta zona es peligrosa. ¿Subes? Te acerco a la ciudad. No podré llevarte a donde quieras pero sí más cerca de lo que estás ahora.- sostengo su mirada con amabilidad en el rostro.

La carretera en esta zona está desierta. El deportivo y la moto van a la misma velocidad, uno tras el otro. Sin embargo, a lo lejos se ven más luces, hay más vehículos. Cathrain tendrá que frenar para esquivarlos y, en ese momento, le daréis alcance.

Miro la escena un poco decepcionado con un cigarro en la mano.

Quien sea se tomó muchas medidas venían por ellos. Comprueba si el sangre debil está vivo,bueno tú ya me.entiendes. Llevar a algún lado seguro a el y si la nosfe quiere a ella también.

Pero ningún sitio que nos comprometa no se si ella podría espiarnos. Vamos a mover cartas, medio millón de libras por el causante de todo esto Bradislav,filtra eso a ver si conseguimos su cabeza.

Asiento a Iván. Yo me.reunire con los anarcas para ponerles en situación de que debemos unirnos contra quien sea esté haciendo esto. Y si es de la camarilla que pierda poder

El robo era una acción que había llamado mucho la atención de los mortales. Primero el tiroteo del puerto, luego el coche sustraído con el fin de alejarse de sus perseguidores. Mucho ruido, y eso atraía a los vampiros, pues los que controlaban la zona querrían su coto de caza en perfecta armonía. Podía entenderlo, a ella no le gustaba que los cazadores humanos irrumpiesen en la naturaleza espantando a las manadas. Eso le desagradaba enormemente.

Perdía el rastro de la sangre de Nicholas, y era inevitable pensar en Krampus, su alfa. Tenía esa sensación de que algo iba muy mal y el corazón, a pesar de estar dividido, tenía la mente clara y sabía lo que quería. Nich estaba cuidado por Zarza y Chiqué, mientras que Cathrain debía morir. No dudaba de que Ania podía pelear contra él, pero aquel asunto contra Cathrain ahora mismo era personal. Habían dañado a su coterie y ella era la gangrel que debía defenderles.

La hembra miró a un lado, y vio a un tipo que llevaba un coche negro, éste se puso a su altura y se ofreció a llevarle. Olía a vampiro y a pesar de su amabilidad, Gaia no confiaba en él, pero la gangrel era práctica y no había que ser muy lista para saber que con un coche, podía llegar antes a su enemigo.

- Soy Gaia, acepto que me lleves... - Dijo la mujer reduciendo la velocidad para entrar en el vehículo cuando éste parase. Estaba claro que nadie le había enseñado que no debía subirse a los coches de desconocidos - ¿Por qué me ayudas Lorian? ¿Cuál es tu clan? No hueles a toreador... - Dijo la hembra con curiosidad y cierto toque agradable. Gaia siempre había sido muy sociable y curiosa, intentaría preguntar todo lo que pudiese al desconocido - ¿Estoy en tu dominio? ¿Tienes planes para la noche o solo saliste a dar un paseo?...

Miro brevemente a Gaia. -En cambio tú hueles a belleza salvaje- respondo a una de sus preguntas. Guardo silencio. -No soy Gangrel pero antaño nuestros antiguos eran aliados. Muchas generaciones han pasado de eso ¿eh?... Generaciones.- Mi semblante se vuelve algo más serio pero no hostil -Hace algunas noches, en Berlín, tú y los tuyos conocisteis a mi chiquillo. Alguien me lo arrebató y quiero saber quién.- Sentencio con seriedad. Dejo mis emociones a flor de piel, que las sienta así como percibe el control que ejerzo sobre ellas. Control, el control lo es todo en este mundo. -Eran muchos sus defectos pero Kahfra no se merecía ser destruido.- Sereno. Con voz seria, sentimiento de venganza y cordura pero sin el más mínimo rastro de enfado, ira o ansia por encontrar al culpable.

Su verdugo morirá. Tarde o temprano lo hará.

-Me enteré que veníais a Londres y, pese a que he llegado tarde, me ha sorprendido verte. Tatiana me dio tu descripción pero no le guardes rencor. No tuvo elección.- Miro por el espejo retrovisor. Conduzco con suavidad, sin prisa. -No tengo nada en contra tuya, eres Gangrel y eso te honra. Mi chiquillo estaba gravemente herido, recurrió a un desgraciado que lo traicionó, lo desnudó y lo destruyó para hacerse el muerto sustituyendo sus ropas. Un traje blanco, con un ridículo sombrero blanco.- Hice un gesto hacia la parte de atrás del coche para que lo mirara. Allí está, envuelto en plástico cuidadosamente doblado y sobre el asiento, el sombrero. También envuelto en plástico.

Puse el intermitente y detuve el vehículo lentamente. Sin prisas. Eché un brazo atrás asiendo el traje e ignorando el sombrero. Lo desdoblé mostrando el pecho manchado de sangre -Es el traje de su verdugo pero la sangre de Khafra. El tono más oscuro de la sangre, su olor, su sabor. No albergo la menor duda. ¿Ves las salpicaduras, intuyes la abundancia? Quiero pensar que le dieron el golpe de gracia en el cuello y lo sujetaron así porque la alternativa...- la alternativa es que se alimentaron de él hasta el final.

Pausada y ceremoniosamente abrí el plástico y acerqué el traje al rostro de Gaia. Me quedé mirándola, serio, en silencio. Con el motor aún en marcha pero el coche detenido en el arcén. Desconocía si ella había convertido, si tuvo o tiene algún chiquillo. Alguien a quien dar el don y la maldición de nuestra existencia, alguien a quien proteger, a quien liberar dóndole la responsabilidad de sus propios actos en las noches de este mundo de tinieblas. Alguien a quien recriminar, a quien odiar, de quien estar orgulloso, sangre de tu sangre.

Puede que esta Gangrel no tenga chiquillos pero sin duda conoce el sentimiento de pertenencia, de unidad, de fraternidad. Aguardé observándola dejando que el silencio hiciera la petición.

No hizo falta inspirar mucho. Nada más abrirlo reconociste el olor del traje. Una mezcla de serpiente, Khafra, en la intensidad que solo la abundancia de la sangre puede provocar pero... algo más. Sabías que ese traje te resultaba familiar pero el olor adicional despejó cualquier duda. Ese es el traje blanco de Billi Drago.

Bradislav asintió y recogió el cuerpo pero sin ser acompañado por Zarza que se quedó en el muelle, mirando hacia la salida. Deseosa de llegar a Londres pero temerosa de encontrarse sola. Sus "aliados" se habían esfumado. -Yo también quiero reunirme con los anarquistas.- Anuncio antes de que se marchen. -No puedo afirmar quién inició esto pero sé que los bandos son La Camarilla por parte de Aloisius y los Antiguos que nos debían recoger y que van en contra de ese viejo Ventrue al que mi sire sirve. Mi único objetivo es matar a Aloisius para liberar a mi sire de sus garras.- Miré a los allí presentes que intercambiaron miradas -Si fuera Camarilla ¿Me metería en la boca del lobo anarquista con tanta ligereza? No me matarán en cuanto empiece a hablar del viejo Ventrue. De cómo hacer para que pierda poder.- Al terminar la frase miraba a Martin Kresse que nos había traído.

-No puedo hacerlo sola-

Varios minutos después de que el Ferri se hubiera marchado del puerto y pocos desde que su capitán, Martin Kresse, aquel que trajo a Krampus, Gaia, Nicholas y Zarza, se hubiera marchado. Chike, un tipo alto, pelo largo y moreno de piel, aparece en el puerto directo a la zona donde yacía el cuerpo de Nicholas. Ahora sólo hay dos operarios limpiando la mancha oscura en el cemento. Cerca hay dos hombres, uno es Bradislav. El otro tiene el pelo engominado hacia atrás y viste camisa gris con corbata.