Partida Rol por web

Krampus se levantó de la silla por educación al llegar Tatiana, aliviado de ver bien a su compañera sencillamente le hizo un gesto con la cabeza a la líder anarquista en agradecimiento por haberla devuelto sana y salva. Acto seguido se quitó la sudadera quedándose con una camiseta de ancha de algún equipo de baseball, lo bueno de la sudadera era que era de una talla mucho más grande de la que necesitaba el Nosferatu. Se acercó a Gaia para ofrecérsela, si se la ponía, le llegaría a medio muslo dejando un poco de lado el problema de la desnudez y las esperas para la reunión.-Ya es la segunda vez que te apropias de mi ropa, menuda mala costumbre me estás cogiendo.-le dijo en un gesto cariñoso guiñándole el ojo.-Luego me cuentas que tal te ha ido todo, imagino que la reunión familiar habrá sido toda una experiencia. La sudadera es por si prefieres quedarte y no perderte nada, si quieres ducharte ve y te unes cuando puedas.-la gentileza de Krampus no era fingida, pero tenía además otras intenciones. El Nosferatu había estudiado a la diva y sus modales, si dejaba ver modales en él para con los suyos era algo que la anarquista no ignoraría; además de la posible presencia de una antigua Gangrel. La mejor manera de ser presentado ante ella sin atraer sus iras era congraciándose con su linaje, por el momento no quería mover más fichas sin conocer el carácter de la Gangrel aunque Krampus ya estaba pensando en como incorporarla al plan de rescate para recuperar a Raider.

Tras ello se quedó un poco al margen esperando a que Tatiana se sentase para tomar asiento, dejando que tomase el liderazgo de la reunión; no sabía a quien querría invitar y a quien no. Su casa sus reglas, si ella quería que Giovanni y Setita se enterasen de los posibles acuerdos con la Camarilla era algo que dejaba a su elección.-Cuando dispongas podemos empezar Tatiana, ante todo gracias por recibirnos en tú mesa. Espero que podamos llegar a algún tipo de entendimiento fructiíero por ambas partes, por lo poco que ha comentado Vanessa tal vez nosotros podamos aportar la parte que te falta por conocer de los negocios de Khafra con los Tzimisce.-la toma de la ciudad por parte de los anarquistas era algo muy reciente, no tenía ni porqué haberles atendido y en el peor de los casos los podría haber quitado de en medio. Que menos que agradecer algo de hospedaje por parte de su anfitrión. Por otro lado el Nosferatu no tenía reparo en hacer leña del árbol caído, si cerrar el acuerdo dependía de hundir todavía más en la mierda a un clan independiente de deleznable reputación bienvenido fuera dicho movimiento.

Ania sin duda tenía todo el respeto de Gaia, ya no era solo que perteneciera a su estirpe, algo que haría saber a su coterie nada más tuviera ocasión, si no que además, demostró la valentía que esperaba de una Loba como ella, saliendo en su defensa cuando el imbécil de Renier hizo lo mismo que Gaia al hablar de su clan, algo que la hembra no ocultaría, al fin y al cabo era más que evidente. Para Gaia, Renier no era digno de una inclinación suya, puesto que gracias a su sangre él se había levantado, y como le dijo en su momento, si quería su respeto, debería ganárselo. No antes.

- Loba, debes asearte y quitarte los restos de sangre, además de ponerte algo de ropa, salir así causaría problemas... - le explicó Gaia con tranquilidad a la mujer, con un tono de voz calmado -... Yo me quedaré aquí, está mi coterie y me pondré al día... No te preocupes, no me marcho sin ti y tranquila, aquí estás entre amigos...- miró a Renier -... bueno, ese no tengo tan claro que lo sea, pero ahí está... - comenta relajada en voz baja a su hermana de sangre -... si me necesitases solo grita mi nombre y voy a buscarte, aunque dudo que con Lusi me necesites, es muy amable... Luego podremos hablar y resolver tus dudas sobre esta época..., debes sentirte muy confundida... - la mira con la seriedad de quien dice una promesa -... No vas a estar sola, a no ser que tú lo quieras... - y con ello determinaba Gaia que pasara lo que pasase, ella estaría a su lado y por la convicción dicha, era una mujer de palabra.

- Tatiana, gracias por tanta hospitalidad... - le dijo a la líder anarquista -... Pero prefiero quedarme si no es inconveniente.... - observó en silencio las palabras de la toreadora a Khafra, en un instante había sido degradado, aquello sucedía muchas veces en los gangrels cuando alguien perdía el favor del líder, una vergüenza en cualquier caso.

La mirada felina de Gaia se cruzó con la de Krampus, la hembra hubiera saltado literalmente hacia sus brazos y lamido toda la cara si no fuera porque de hacerlo, le habría regañado el nosferatu, el cual siempre se comportaba con los demás de manera excesivamente cordial para su gusto, pero eso parecía funcionar bien, Tatiana le había halagado y ella sentido el orgullo de que fuera su hermano.

- Debo reconocer que me gusta tu ropa... - dijo la hembra cogiendo la sudadera de Krampus, poniéndosela y tapando su cuerpo, así como la fea herida que aún estaba marcada en el abdomen. A diferencia de los dos recién llegados, ella no estaba manchada de sangre -...Me quedo, te he echado mucho de menos.... - susurra la hembra a su compañero, si mostraban algo ellos dos de cara al público era un claro afecto mutuo, sin engaños ni dobles caras -...¿Dónde está Nicholas?*.... - teniendo a los miembros de su familia controlados ella tendía a sentirse mejor y relajarse, sin duda eran su manada y se había auto impuesto el cometido de tener siempre control sobre lo que hacían y dónde se encontraban, les preocupaba.

Gaia no se sentó en una silla hasta que Krampus lo hiciera, socialmente tendía a imitarle, sobre todo cuando no tenia claro cómo actuar, lo que sí sabía es que Tatiana debía estar contenta y de parte de su coterie, así que la hembra determinó cerrar la boca por si la liaba y dejar que su "Krampi" siguiera el curso de la conversación. Gaia cruzó su mirada con Holtet, ¿seguiría ignorándola?... ¿o se alegraría de  verla?.... Era difícil definir las líneas en las que estaban, se atraían y se odiaban, se miraban y se ignoraban, todo era extremo e intenso entre ellos, y más desde que estaban en polos diametralmente opuestos del universo.

Finalmente se fijó en Cathrain y la actitud que tendría en aquella reunión. Él no significaba nada para ella, pero observar era algo que siempre hacía, y tras su ausencia, quería comprobar si todos andaban de buen ánimo.

Lo que había comenzado como un discreto y sensible acercamiento a la líder de los "anarcas" —si así podían denominarse aquellos oportunistas— se había transformado en un cordial cambalache de setitas, tzimisces, giovannis y aún más gangrels. Descontando a éstos últimos, Øystein no tenía una opinión demasiado elevada del resto de los clanes, ya sea por las explicaciones que en su momento le había dado Linn, o por su propia experiencia. Lusi tampoco le causaba gracia, aunque por el momento se comportaba mejor que Hyde.

Se mantuvo imperturbable en el asiento que le habían ofrecido, aún con las piernas estiradas y la expresión de desgano en su rostro. Sin siquiera levantarse, dejó que Krampus se encargara de las formalidades con los recién llegados. Hasta el momento el nosferatu había llevado el peso de la conversación, y no veía motivos para que esto cambiara. Observó a Gaia de reojo, aunque sólo durante un instante. Le pareció que sus miradas se encontraban, pero el brujah desvió rápidamente la vista. Se descubrió a punto de suspirar del alivio que le produjo la imagen, en una pieza, de la vampira, pero se contuvo justo a tiempo para mudar su expresión a una mueca algo indescifrable que le hacía ver un poco idiota.

Tatiana era toda una diva, y, por su condición incurable, parecía gustar de hablar demasiado y relacionarse con demasiados vampiros. Mal la llevas pensó Øystein reprobatoriamente. La forma de liderazgo de Linn era más directa; si ves un setita, lo prendes fuego. Si ves un tzimisce, lo empalas. Y si ves un giovanni, lo entierras, que a esos les gusta lo morboso del cementerio. Así, todos ganan.

Con las piernas aún estiradas, inclinó la cabeza hacia atrás, mirando al techo, a la espera de que las negociaciones comenzaran.

- bien - pensó - parece estar en buenas manos...

Una vez visto que la muchacha no tendría problemas se giró para seguir a aquella tal Lusi, entonces se permitió mirar al resto de los presentes, un grupo extraño, y a la vez se permitió sonreír al escuchar como el setita había perdido su posición, un buen lugar para quien intentaba utilizarle, solo porque se sentía algo perdida en aquel despertar.

Aún así no era motivo de burla, el muchacho jugó sus cartas y fue superado, todos vivían por sobrevivir. Solo cambiaba el motivo de dicha supervivencia.

Hizo un gesto de cabeza a Tatiana y dio cada paso con firmeza, y aunque su elegante porte no fuera tan animal como el de otros gangrel, si lo era su mirada salvaje y su olor, no le había dicho a nadie cuál era su linaje, y tampoco lo haría, incluso si era algo obvio esas palabras solo las escucharían unos pocos. Pues pese a que para Renier ofrecerlas como muestra de respeto hacia Tatiana era correcto, su sire no aprobaría que lo hiciera a la ligera.

Para Ania dar su nombre era respeto suficiente, era orgullosa, y debía seguir demostrando que su estirpe podía ser "elegante" sin abandonar la brusquedad que les caracterizaba.

Había visto a muchas mujeres desnudas, pero aquella pareja atrajo mi atención, provocando en mi una sensación ardiente. No porque fueran hermosas —que lo eran—, sino por el salvajismo de sus movimientos, de su forma. Transmitían una peligrosidad que me gustaba. Sin embargo, de Gaia ya sabía lo suficiente como para saber que, más allá de aquella apariencia, era simplemente demasiado animal; la otra debía de andar por el mismo camino. Follárselas debe de ser como tirarse a unas perras con la rabia. Algo que yo al menos no tenía en mente hacer. Eso te lo dejo a ti, Øystein, que ya debes de tener experiencia en ese mundillo. Una sonrisa irónica asomó a mis labios al pensarlo.

Siguiendo el ejemplo de mi compañero, me puse en pie cuando apareció Tatiana y su comitiva. Al contrario que el Nosferatu, que seguramente lo había hecho por pura educación, yo lo hice por pragmatismo. Ni me fiaba ni me gustaba la pinta de alguno de ellos, así que si había bronca, prefería no estar sentado. Por ejemplo, Kafra, al que no perdí de vista hasta que se fue a su rincón. Había vivido lo suficiente como para saber que ese tío daría problemas.

Como fuera, con Krampus de nuevo tomando el control de la conversación, no tenía nada que decir. Aunque estaba deseando decir lo que tenía que decir y largarme de allí, el otro estaba mucho más capacitado para llevar a la anarca a nuestro terreno, y aunque en alguna ocasión no pensaba seguirle el juego, en esta decidí que era mejor no ofender a nuestra anfitriona yendo demasiado rápido. Cuando llegara el momento, hablaría por Lía, no dejaría que el otro tomara un lugar que no le correspondía, pero aún no.

Seguimos a Tatiana hasta una zona de oficina, decorada con varios escritorios de distintas épocas, algunos de ellos llaman mi atención pues, pude usarlos tantos en vida, como en la no vida.

Finalmente, acabamos en una sala donde esperan conocidos de la familiar de Ania, la cotiere que ha mencionado en más de una ocasión. La mayoría parecen jóvenes, no sólo en apariencia, sino también en edad. 

Algunos de ellos se presentan respetuosos, otros en cambio...- Renier de Montfort hice un breve saludo, hacia el consejo. Si me disculpan, quisiera asearme antes de continuar.-

Miré de nuevo a Tatiana, -Con vuestro permiso- tras una leve reverencia, me despedí de ella, y los presentes. 

Las presentaciones se realizaron en la medida que cada uno creyó oportuno. Los ojos de Tatiana se deslizaron a cada uno de sus invitados tomando buena nota de su actitud hacia los recién llegados y hacia ella misma.

Vanessa se tensó sutilmente cuando escuchó el nombre: "Renier de Montfort" e igualmente el alivio cuando éste salió de la estancia. La anfitriona pareció no darle importancia a este hecho.

-Si sois tan amables de seguirme- dije con cierta precaución. Tratar con recién despertados siempre era un riesgo. Nunca se sabe qué parte de humano/a y que parte de monstruo dirige su moral y sus acciones.

Cruzamos el pasillo central que divide la zona de oficinas y desaparecemos a su vista.

Una vez Lusy y los recién despiertos se marcharon abrí los brazos en señal de bienvenida e hice una leve reverencia en señal de disculpa -Lamento el retraso y lo imdecoroso de la situación- me siento y hago un gesto hacia los que han tenido la decencia de levantarse para que tomen asiento de nuevo.

-Antes de comenzar con los recién llegados, permitirme presentar a Vanessa que está aquí en señal de alianza con la casa Giovanni en Berlín y Khafra, que está aquí porque su antiguo lo tiene cogido por... Y debe subsanar el trato fallido con los Tzimisces y ha venido aquí en busca de información y asilo.- Una vez presentados, ahora sí, podemos comenzar -Decidme, pues, quiénes sois y qué buscáis aquí en mi casa- hago una señal a todo lo que me rodea.

Lusi os lleva a una estancia enlucida por inmaculados azulejos blancos. La luz es tenue, cálida pero no molesta. Al fondo hay dos accesos sin puerta que dan a las duchas (divididas para hombres y mujeres).

A derecha e izquierda hay taquillas que la Malkavian abre mostrando los atuendos de su interior. Ropas masculinas a vuestra diestra, femeninas a izquierda.

En el centro hay varios bancos anchos y largos.

Lusi os da las indicaciones pertinentes y, como Renier parece menos sorprendido por la estancia, decide entrar con Ania a las duchas para mostrarle cómo funcionan.

-Las aguas son conducidas por ríos subterráneos hasta aquí. Cómo las antiguas termas griegas o romanas pero más limpias. Uno de los ríos pasa por las calderas. Si giras este grifo... Llave, así saldrá agua caliente por ahí arriba. Si giras este, saldrá agua fría. Puedes regularla a tu gusto.-

Tras la marcha de los recién llegados y una vez Tatiana nos invitó a sentarnos de nuevo, lo hice. Mientras me acomodaba, observé de reojo a Khafra, pendiente de su reacción, pero no perdí mucho tiempo en él. Esta vez quería tomar la iniciativa de la conversación y decir las cosas sin rodeos; Krampus sabía hablar y desenvolverse prácticamente en cualquier situación, no dudaba de ello, pero enredaba demasiado y parecía estar metido en una película de espías. No me apetecían tantas vueltas y, por descontaba, no quería perder el tiempo. Cuando antes acabáramos antes podríamos salir de allí.

—Disculpa si voy directo al grano, pero no soy de los que se andan con juegos de palabras —dije tomando la palabra—. Ya sabrás que soy de la Camarilla, pero no soy un enemigo. No lo somos. Reconocemos el dominio Anarquista y tu liderazgo sobre Berlín, y no tenemos intención de disputar la ciudad ni crear problemas. Sin embargo, a varios nos gustaría quedarnos por aquí hasta resolver unos asuntos relacionados con el Sabbat, así que estamos en tu casa para pedir tu beneplácito sobre asentarnos en un pequeño dominio y solucionar nuestros problemas sin interferencias por vuestro lado. También queremos que sirva de alianza contra nuestros enemigos comunes, pues el Sabbat es problema de todos y, con ellos cerca, ninguno está a salvo. Aunque no somos lo que éramos, tenemos recursos y fuerza suficiente. Si nos dejáis, os libraremos de una amenaza potencial y no perderéis nada.

Krampus tomó asiento después de que Tatiana se sentase, iba a tomar la palabra cuando el Brujah se lanzó atropelladamente "directo al grano". Todo lo que el Nosferatu había estado construyendo hasta ahora se había ido a tomar por el culo, aunque pensándolo bien quizás la falta de modales de este pudiera ensalzar algo más sus formas. Intentaría tomar las riendas de la situación de nuevo a ver si pillaba la indirecta y empezaba a ver donde estaba.-No hay nada que disculpar, son tiempos convulsos, es muy normal que surjan imprevistos. Ante todo agradecer tú hospitalidad y presentarnos como es debido si me lo permites.-hizo una pequeña pausa.- Yo soy Krampus, del clan Nosferatu, ella es Gaia de los Gangrel compañera y miembro de mi coterie junto con Nick, un crepuscular que se ha quedado fuera disfrutando del ambiente del local. Este es Puños, como no Brujah su sangre caliente les hace perder las formas, yo si que tengo que pedirte perdón por sus formas ya que estamos en tú casa. Espero que no te haya molestado su brusquedad, da igual que él no se ande por las ramas. Todos los aquí presentes te debemos respeto sin excepción, lo contrario sería insultarte en tú propia casa, algo que no deseo bajo ningún concepto.- hubiera acabado con un ácido pero que coño se puede esperar de un tío que se llama Puños, sin embargo eso hubiera sido rebajarse a su nivel y un gesto grosero del cual la anfitriona hubiera tomado buena nota. No le quedaron más cojones que morderse la lengua por un bien mayor. Le recriminó con la mirada sin más, seguro que al salir de allí tenían más que palabras, pero se la sudaba.

En su interludio se dirigió momentaneamente a Vanessa.-Un placer conocer a la "embajadora", por así llamarla, del Clan Giovanni lamento no conocer mucho sobre los suyos. Espero poder ir subsanando mi desconocimiento con el tiempo, un placer.-le asintió en buen gesto paso su mirada a Khafra y no dijo nada, no era el momento más oportuno.-Puños ha expresado un poco las cosas a los grande, pero creo que la importancia radica en los detalles y los matices. En la Camarilla se han destapado varios problemas muy graves de conspiraciones, incluso afiliaciones con el Sabbath. Hoy mismo ha habido una reunión en el Elíseo y a mi coterie se le ha concedido un pequeño regalo "envenenado" por así decirlo. Se nos ha concedido Lichtenberg como dominio, obviamente esperan que un Nosferatu, una Gangrel y un Crepuscular tengan éxito en una negociación en la cual la Camarilla ha fracasado. Puños es el chiquillo de Malware, la mano derecha de la arconte que ahora trata de contener la situación.

Como le digo a Lusi creo que mi sinceridad es la mejor carta de presentación, nadie en la Camarilla es tan necio como plantear un contrataque. La ciudad es anarquista y eso no admite discusión alguna, sin embargo hay algunos de los nuestros que están muy arraigados a Berlín y les agradaría poder quedarse. Tengo permiso para ejercer una negociaciones limitadas, pero puedo hacer llegar todas tus propuestas. Ahora mismo hay dos Tzmitces y una Assamita rondando tus dominios sin haberse presentando con la intención de emboscarnos, uno de ellos es  Totentanz el que provocó todo el ataque del tren haciéndose pasar por un arconte. El dueño de Transaxa sigue creyendo que fuisteis los anarquistas y esta, con perdón de la expresión, metiendo mierda en la altas esferas de la Camarilla.-el Nosferatu hizo un pausa y se descolgó la mochila para sacar algo envuelto en una bolsa deslizándolo por la mesa hacia Tatiana.-Ese es el vitore con el que Øystein hirió a Totentanz, contiene sus sangre sin adulterar, me he ocupado de conservarlo bien; ni la Camarilla sabe que lo tengo. No puedo regalarle algo a Lusi y a la líder de los Anarquistas dejarla con las manos vácias, espero que lo consideres un gesto de buena fe por parte de mi coterie, me va la vida en llevarme bien con mis vecinos. Presentando esta prueba ante la Camarilla nadie podrá volver a acusar a los tuyos de ataque alguno, al igual que traigo peticiones también pretendo aportar soluciones.-el era fiel a la Camarilla, pero también a los suyos, le habían enviado a una misión peligrosa y lo primero que haría sería cubrirse las espaldas. Las suyas y las de los suyos, con aquel regalo esperaba poder ganarse su dominio a ojos anarquistas.

Sacó el teléfono móvil y le dio un vistazo rápido.-Ahora mismo tengo localizados a esos tres con un pequeño rastreador, mis superiores tienen preparado un grupo de intervención rápida, pero prefería exponerme al ataque y unirme a los míos para poder confiarte esta información. No quería que hubiera movimientos armados que pudiesen llevar a malentendidos entre las sectas, por eso te transmito la información para que tú puedas decidir. Nosotros solo actuaremos con tú permiso, pues es tú territorio y no pretendemos ofenderte, es más si decidieras que interviniéramos y luego reclamar los prisioneros para ti estás en todo tú derecho.

Sabemos que los Tzmitces estaban relacionado con Hyde, el difunto primogenito Malkavian al cual Khafra seguro que conoce muy bien, pues era el dueño de los objetos con los que pretendía hacer negocio. Sospecho lo que le pidieron, pero si me permites preguntarle a tú invitado me gustaría saber que le pidieron y que le ofrecieron a cambio para poder contrastar información.-el Nosferatu había jugado la carta de la sinceridad absoluta, con Lusi por ahí no tenía sentido mentirle. Recurriendo al respeto que requiere tratar con una diva, mucho más cuando es un líder emergente, bien seguro había captado su interés y atención, dejando intencionadamente varios cabos sueltos. Dejando que ahora fuera ella quien tuviera que mover ficha, no le podría decir que no a todo y al menos Krampus había creado un escenario solido sobre el cual trabajarse a Tatiana en pos de una buena relación con la Camarilla.

Mi expresión se endureció cada vez más, tanto por lo que consideraba insultos injustificados contra mi —había sido directo, pero en ningún caso había faltado el respeto ni había perdido las formas—, como por la cantidad de información que acababa de revelar. Krampus acababa de revelar a los anarcas la mayoría de los implicados en aquello y todos los problemas internos que no debían salir de ahí, además de demostrar que escondía lo que él creía eran ases bajo la manga, pero que en verdad eran pruebas e información que debía haber entregado a la Camarilla. Si, el Nosferatu era inteligente, pero creerse tan listo iba a acabar por costarle caro, a él y a su nueva coterie. Veremos que tal se toma Lía todo ésto. Y es que, por supuesto, pretendía informar de todo aquello. Hasta que ese cainita descubriera su lugar, estaría bajo mi punto de mira.

Se habían quedado solos y era el momento de contar la historia. Gaia no sería quien comenzase puesto que la parte social se la dejaba a su adorado Krampus. La sorpresa fue cuando Puños tomó la palabra e hizo una breve intervención. Para la hembra el miembro de la camarilla había sido práctico y decía las cosas claras, es más, desde el punto de vista de la gangrel, la explicación no podía ser considerada como mala. Pero después de eso intervino Krampus y claro, la comparativa era como cazar un conejo frente a un rinoceronte., sobre todo por la extensión de las ideas.

El nosferatu había comenzado la charla con una adecuada presentación, halagos varios y mencionó algo que para Gaia era fundamental, habló a Tatiana de su coterie y el dominio que les habían asignado los de la camarilla, siendo los anarquistas quienes debieran dar el permiso, presentando frente a la diva un regalo, el virote que portaba la sangre de Totentanz, una pieza única cuya destinataria quizás valorase.

- Sería para mi coterie muy importante poder instalarnos en paz en Lichtenberg si consientes Tatiana... Ya le comenté que respondo por los que son de mi manada, Krampus y Nich, los tres te estaríamos muy agradecidos si pudiéramos formar parte de Berlin, obviamente bajo tus normas y defendiendo los intereses de que en nuestro dominio todo funcionase adecuadamente....- le mira directamente a los ojos, denotando una sinceridad característica -...Siempre he sabido corresponder los favores, y este sería tan grande que quizás en momentos de necesidad quieras contar con alguien que sepa pelear.... - Gaia ofrecía el único regalo que podía darle a alguien de tanto poder como Tatiana, su servicio, algo que la diva había ganado por mostrarle a Ania, y por supuesto si le cedía Lichtenberg sin problemas, no dudaría en pelear por ella. Si le pedía un día ir a su local porque estimaba problemas, la hembra acudiría, porque Tatiana era quien realmente beneficiaba a su manada.

No añadió nada más a las palabras de Krampus, un virote y el servicio de la gangrel, dos regalos por un espacio entre el límite del bien y del mal, un lugar que por lo visto, nadie deseaba habitar.

Los rasgos de Cathrain se endurecían y Gaia observó al hombre en completo silencio. No le había gustado la intervención de Krampus, SU hermano, lo mismo que a ella no le gustaba de que le mirase así. Ese tipo era como un grano en el trasero, un chupa culos de la zorra de la camarilla y ella no tenía problemas en soportarle, siempre y cuando no jodiera a los suyos, algo que esperaba, no sucediera.

Por otra parte estaba Holtet, cuando llegó hasta ellos estuvo segura de que sus miradas se habían cruzado, ¿habría sentido alivio al verla?, intentaba ignorarla pero no podía, lo mismo que ella no era capaz de dejar de mirarle cada cierto tiempo. En otras circunstancias habrían pasado muy buenas noches juntos, aunque en esa situación su futuro estaba aún por determinarse.

Agua aclimatada al momento, parecía extraño, quizás uno de los ríos mencionados pasaba cerca del volcán que había hecho temblar todo en aquella caverna, ¿Cuántos habrían muerto para crear algo tan complejo? Asintió a Lusi y abrió el grifo del agua fría, sin duda era más agradable sentir el agua en su temperatura original, pero seguro que muchos preferían las aguas volcánicas.

Se puso bajo la caida de agua improvisada dejando a un lado los jirones que aún la cubrían y no tardó demasiado en mover bajo el agua su cuerpo de forma anómala, rotánndolo sobre si mismo en una dirección u otra cómo podría verse en muchos animales haciendo que el agua que le impregnaba saliera disparada en todas direcciones deshaciéndose de la suciedad que le había invadido. Seguramente el blanco impecable que lucía la estancia, no volvería a verse sin una limpieza previa. Una vez más Ania se percataba de que esos lugares artificiales no eran tan sabios como la naturaleza, árboles, plantas e incluso la tierra misma ya estarían absorbiendo aquellos nutrientes esparcidos, pero no era así en lugares como ese... En las antiguas termas lo más rápido era lanzar agua limpia a las zonas afectadas, y pensando en ello, dejó que el agua volviera a empaparle, por tal de repetir el proceso de "secado", en esta ocasión su animal fuerza centrífuga lanzó agua limpia por doquier, y aunque no dejó la estancia limpia, ciertamente mejoró un poco, siendo arrastrada la suciedad de techo y paredes hacia el suelo y al desagüe la que no se quedara estancada.

Apagó la cascada y se fue hacia la ropa... No sabía bien que sería lo correcto en esa época, pero viendo la vestimenta de Gaia supuso que sería una era más comprensiva, quería algo cómodo y pensando en lo que tenía a su disposición, solo tomó la ropa interior y una capelina beige, para acercarse a la zona de ropa masculina después y tomar un pantalón ancho que le llegará por debajo de las rodillas... Finalmente, el calzado nunca fue su fuerte, por lo que tomó un botín plano que le resultara lo más cómodo posible. Tener libertad de movimiento y cubrir su cuerpo, una buena elección a su ver... Obviamente la capelina lucía cerrada, por lo que a menos que hiciera algún gesto brusco no delataría la falta de una camisa o blusa debajo.

Le gustaba el estilo directo de Cathrain. Si no fuera un puto traidor a la sangre tal vez se llevarían mejor. No entendía como aún quedaban brujah dispuestos a soportar bajo sus hombros la pesada pero resquebradiza torre de marfil; los miembros de su clan siempre habían sido el eslabón más bajo y despreciado de aquella estructura. O al menos eso le había dicho Linn.

Aún así, el irlandés tenía poco que ofrecer para establecer una alianza —aunque fuera temporal— con los anarquistas. Aquel problemilla fue solucionado rápidamente por Krampus, quien, al parecer, cumpliría su palabra respecto a limpiar su nombre y el de Linn de los desafortunados eventos en el tren. El nosferatu era astuto, había que concederle aquello. El brujah ni siquiera había pensado en recuperar el virote, de hecho, estaba seguro de haber dejado toda su mochila en aquel vagón mientras reía como poseso al contemplar cómo Billy lanzaba las molotov. Krampus se estaba ganando poco a poco el respeto del brujah, ya sea por cumplir con su palabra o por la astucia que había demostrado en momentos de alta tensión.

Chasqueó la lengua cuando le llegó el turno de presentarse.

—Øystein —dijo secamente— Al parecer soy el salvoconducto de mis queridos compañeros para transitar por territorio anarca, pero dado que nadie me ha ofrecido una copita, y que ya veo que estáis bien dispuesta para los negocios —observó el rostro de Tatiana antes de añadir con un leve tono de reproche— ...con todo tipo de vampiros y afiliaciones... creo que me conformaré con un autógrafo.

Dedicó una sonrisa algo torcida a la toreador.

En ningún momento borré la sonrisa ni perdí la compostura pero, lo cierto, es que esta noche ha llegado con más sorpresas de las me atrevía a imaginar. El escenario, las posibilidades... delicioso.

Primero, Cathrain. Aprecio su certeza y rapidez en pedir que les deje pelearse en mi ciudad. Camarilla y Sabbat, el eterno conflicto. Tú y yo no somos enemigos. Quizá tu sire o los chupasangre con los que hayáis venido. Pero aquí tenemos enemigos. Hay vástagos que no ven con buenos ojos nuestro ascenso al poder y, mientras vosotros jugáis al rato y al ratón con el Sabbat ¿qué harán ellos?

Krampus toma la palabra y para cuando terminó casi me entraron ganas de darle un merecido, cálido y húmedo beso en los labios. La daga con unos Tzimisces bien localizados. -El poder se basa en las negociaciones y este Nosferatu sabía cómo captar la atención. Pero en sus palabras se entiende que La Camarilla ya ha desplegado a lo que él define "un grupo de intervención rápida". Demasiado bien sé cómo intervienen-. Sus últimas palabras son datos que no me son ajenos.

Mientras el nosferatu hablaba disfruté de la mirada que Cathrain le lanzó. Fue el turno de Øystein, una presentación necesaria. Su nombre ya lo conocía, pero la forma de presentarse mostraba la versión de él que tenemos delante y su actitud. -A palabras Brujah, oídos sordos. Sin duda, la caída de este clan de grandes filósofos y reyes a escoria de las calles se debe a la pésima capacidad de elección que tienen algunos vampiros para elegir a sus chiquillos- sigo sonriendo. Guardo unos segundos, pensativa.

-Lichtenberg- repito su petición -y mirar hacia otro lado, no interferir, mientras resolvéis asuntos con el Sabbat- tuerzo el gesto -Esos asuntos, también son mis asuntos- extiendo la mano y agarro el virote por la parte posterior. Lo arrastro provocando un susurro contra la mesa. El antiguo de Khafra era el dueño de los objetos lo señalo con el virote Hyde era el intermediario en Berlín. Un punto medio entre su hogar y el de los Tzimisces. Pero los objetos se perdieron y eso a "PapáKhafra" no le ha gustado nada. Porque el trato no era un intercambio.- En este punto se notaba que estaba lanzando mis propias deducciones -Si no una colaboración. Ibas a ayudar al Sabbat en mi territorio a... ¿qué?-

-El Viejo- sentencié con contundencia y me giré hacia el Seguidor de Set que cada vez se hacía más pequeño en la sombra. Ira y miedo. Peligroso. -Ayúdanos y te ayudaremos- le digo al tatuado antes de volver la vista al frente para no incomodarlo más. -Tenía que decirlo pese a que con esa última frase evidenciara la fuerte alianza de dominio que Tatiana y yo compartíamos sobre Berlín-

-Krampus, Gaia y ese tal Nich. La Camarilla os ha dado Lichtenberg en un acto ficticio de control sobre la ciudad. Y, vosotros, movidos por el instinto de supervivencia venís aquí, a mi casa, para afianzar ese dominio pero, ya que el Movimiento Anarquista va a expulsar por cualquier medios a todo vampiro Camarilla que quede en esta ciudad- la dureza máxima con la que he pronunciado las últimas palabras adoptando unos rasgos depredadores en el rostro, se suaviza volviendo la irónica sonrisa y el semblante tranquilo-seguiréis manteniendo el dominio siendo ¿cierto?-

Quería que me respondieran a esa pregunta pues implicaría que, de primeras, son anarquistas o, por el contrario, son traidores que cambian de bando como el que cambia de chaqueta.

-Las palabras de Vanessa me tranquilizan. Maldita sea. ¿Por qué? ¿Por qué aún me consideran valioso pese a mis actos?- La ambición me cegó y la mente me jugó una mala pasada. Siento despertar de nuevo, ganar algo de control en la situación. -Yo no estoy siendo juzgado, sabían lo que iban a hacer y estaban preparadas. Me conocen. Los que están en la balanza son ellos.- Con esta nueva perspectiva y tras escuchar las palabras de La Diva, doy un breve paso interesado por lo que los recién llegados puedan contestar y las confrontaciones que puedan tener.

Según he entendido. El tal Øystein es anarca, se le ve. Brujah rebelde hasta la médula. El otro, Cathrain es Camarilla, lo acaba de decir. Pero tal y como se comporta el Nosferatu y los regalos que acaba de hacer, extendiendo a la Gangrel y "Nich" no acierto a determinar el bando... y Tatiana tampoco.