Partida Rol por web

Tu marido se pone a llamar por teléfono pero a él no le importa Mary Alice, de echo ni la conocía. Tu esperabas que el dolor de perder a una de tus amigas y más después de pensar en ella minutos antes.

Tenías que estar con tus amigas, pero sería mañana, porque ahora estabas demasiado cansada.

La mujer casi se atraganta cuando escuchó la palabra mujer.

¿Estás casado? - dice sorprendida - oh, yo pensé que... que boba - en su cara se mostró la vergüenza y se sonrojó, mira su reloj - es muy tarde, tengo que recoger a mi pequeño... espero que nos veamos pronto - Amanda recoge rápidamente sus cosas para marcharse y hacer el menor ridículo posible, era una ama de casa perfecta, una mujer perfecta y tenía que demostrar su elegancia allá donde vaya.

Mira con ira a Orson tras su respuesta.

¿Por qué eres tan cruel conmigo? - dice intentando parecer la víctima - puede que allá alguien por ahí suelto y tu solo quieres dejarme mal... - tras de eso susurra algo para ella misma - espero que coja a esa mujer... - y se da la vuelta para dirigirse a la cocina.

Que mujer, ¡que mujer! termino de ordenar los libros, pero no me siento con fuerzas de ir a la cocina y enfrentarme de nuevo a Alma. Le encanta ir de víctima.

Salgo al jardín y comienzo a revisar los rosales mientras aprovecho para echar una mirada a la calle y ver como está el panorama.

Vas al hospital donde antes trabajaba Dreidre, allí nadie te da casi información solo que quizás en Wisteria Lane, una tranquilo y apacible barrio del estado de Eagle a lo mejor sabrían algo. Tendrías que investigar a todos y cada uno de los vecinos.

Lo primero sería comprarse una casa y hacerse una reputación nueva como fontanero.

Susan observó la reacción de Julie y quiso subir tras ella para consolarla pero llamaban en ese instante a la puerta y no pudo ir con su hija.
Susan abrió la puerta tras secarse las lágrimas que le recorrian toda su cara y le caían al suelo.

- Hola...- dijo muy apagada a la persona que se encontraba tras la puerta.

Susan abrió la puerta del todo para conseguir ver a la persona que había llamado.

Eddie entró sin esperar a más notando enseguida que su vecina no estaba como siempre pero como siempre, no le importó.

-¿Lo oíste?-preguntó asomándose por una de las ventanas de la casa de Susan.-Deberíamos ir a ver qué pasa...

Movía una pierna nerviosamente, su curiosidad era mucha.

Susan se extrañó mucho de la reacción de Eddie ya que ella nunca hubiera creido que Eddie estuviera en su casa y tan nerviosa pero no tenía ganas ni para hablar aunque alcanzó a decir:

- Oye Eddie, como veo que no te has enterado...- suspiró hondo.- seré yo quién te lo diga... verás es que Mary Alice ha...- rompió a llorar.- ha muerto por un disparo....

Susan mientras lloraba sin parar miró la actitud de Eddie al recibir la noticia.

Acabada la cena, Tom se dirige a un bar nocturno de mala muerte, de esos donde a nadie se le ocurriría buscar a alguien como él. Pide un whisky doble...y luego otro y mientras, se compadece de sí mismo. Es algo que se le da muy bien. También tiene tiempo de reflexionar y de pensar en Nora y en...¿su hija?. No se le da bien estas cosas; no ha sido un día bueno...pero esa niña, esa niña necesita un padre.

Finalmente se pide otra para el camino y sale del bar meditabundo. Esa copa es el punto justo que necesitaba para emborracharse y cometer una locura. Pidiendo un taxi, se dirige a casa de Nora. En su estado de embriaguez, no repara en la hora..."¿qué hora es?. ¿La 1:00?. Bah, es pronto. Seguro que aún no se ha acostado".

-Sí, bien...ya nos veremos. Ha sido un placer.-dice Adam esbozando una sonrisa amable mientras ve alejarse a esa hermosa mujer, admirando sus formas y lamentando, como ha lamentado en otras ocasiones, estar casado.

Finalmente se levanta, paga los cafés y se dispone a regresar a su casa.

Eddie se quedó perpleja, mirando a Susan que se echaba a llorar. Apenas podía creer lo que le decía y sin pensarlo la abrazó, aunque no era un abrazo meramente por gusto, sino más bien por obligación, porque estaba allí y su cara era de no creerlo realmente. ¿Qué había pasado? ¿La habían asesinado? ¿Se había suicidado? Demasiadas preguntas. Soltó a la incosolable Susan y fue en busca de un vaso con agua a la cocina, se lo dio para que se tranquilizara.

-No lo sabía y no pensaba que esas cosas sucedieran en Wisteria, ¿saben quién fue?

Busco a Gaby por la casa, cuando la veo, me acerco a ella le doy un beso y digo:

Nena debo de marcharme un asuntillo me espera, espero, si necesitas algo llámame, estoy tras la pista de tu amiga, no te preocupes por nada.

Tras esperar la reacción de Gaby, Carlos se marcha en dirección a la reunión con el japonés, cuida que nadie le siga. Intenta estar ahí quince minutos antes de la hora prevista.

La noticia había sido demasiado impactante, jamás hubiera imaginado que el final de la vida de Mary Alice fuese ese. No sabía cómo reaccionar, si debía llorar o no, pero las lágrimas no resbalaban por su cara, aunque su aspecto era aún pálido y su cuerpo se tambaleaba, incapaz de mantener el equilibrio, decidió que lo mejor sería descansar un poco para mañana ir a ver a sus amigas.

Fue a tomarse una aspirina cuando Carlos se acercó, ella asintió al oír que se iba, pero ya de espaldas le lanzó una mirada de reproche, ¿Tras la pista de mi amiga? Como si te importase... ¿A quién pretendes engañar Carlos?

Oyó el sonido de la puerta al cerrarse y se encaminó escaleras arriba, allí la ducha servía chorros de agua relajantes, junto con ese olor a sales que tanto le gustaba y un color rosado impregnaba toda la espuma de la bañera. Al salir se colocó uno de sus sugerentes vestidos que usaba para dormir y se tiró a la cama, rendida. Pero pasó un largo rato y no podía conciliar el sueño, miraba constantemente el reloj y cada vez era más y más tarde y no había podido dormir nada hasta el momento.

Katherine apoyó una mano gentil y cálida en su cabeza, y la atrajo hacia su pecho con ternura; con la otra, rodeó su espalda, y la apretó con fuerza contra sí. Dejó pasar unos momentos antes de decirle nada, como si estuviera meditando la respuesta, o si simplemente estuviera viendo a ver si se calmaba un poco antes de que le respondiera. No esperó a ninguna de las dos cosas.

- No lo sabemos, Dylan - dijo suavemente, acariciándole el cabello y corriéndoselo del rostro. - La policía recién había llegado cuando me vine para aquí. Ya nos enteraremos qué ha pasado.

Le apretó más, rodeándola con la contención que sólo una madre preocupada y cariñosa, tan preocupada como para mentir descaradamente, podía darle. Finalmente, la separó un poco de ella, y recorrió sus mejillas húmedas con sus palmas, secando las lágrimas, mirándola a los ojos con una sonrisa.

- Hiciste muy bien, Dylan. Haya pasado lo que haya pasado, lo hiciste fantástico. Estoy orgullosa de ti, cariño.

Mike sale del hospital un poco cabizbajo al ver que la información que le han facilitado es escasa. Luego se dirige hacia su camioneta.
Introduce la llave y la gira débilmente hacia la derecha. Suena un click, lo cual significa que la camioneta está abierta. Sin embargo Mike no sube.

-Creo que será mejor que vaya a comprar algunas herramientas para desempeñar mi profesión- se dijo a él mismo antes de abrir definitivamente la puerta.

Subió al vehículo y cerró la puerta una vez se había acomodado. Arrancó, aceleró un par de veces manteniendo el punto muerto, y tras mirar por el retrovisor y comprobar que no venía nadie emprendió la marcha hacia la primera tienda de fontanería que se encontrase.

Susan cogió el vaso de agua y en su rostro se reflejaba el agradecimiento por el acto de bondad que había presenciado en Eddie. Bebió despacio y cuando hubo tragado el primer sorbo pudo decir:

- No sé quién ha sido, pero lo que si sé es que maldigo al culpable... Mary Alice era tan buena ¿por qué tuvo que morir?- Susan volvió a secarse las lágrimas no podía creer lo que había pasado era irracional, Mary Alice era la única que debía estar viva...

Susan miró a Eddie que parecía no comprender tampoco por qué había pasado eso.

- Eddie, te agradezco mucho que hayas venido pero debo subir a ver cómo esta Julie... lo entiendes ¿verdad?

Eddie enarcó una ceja y luego asintió, ya habría tiempo para más.

-Claro, querida... Nos veremos-respondió elegantemente.

Luego salió de la casa de Susan, ideando a dónde recolectar más información.

Con rostro de cierta consternación le digo a Rex - Ibamos a ir a visitar a los nuevos vecinos cuando escuchamos un disparo que parecía venir de la casa de los Young - poso mi mano sobre el pecho y continuo con un sutil tono de aflición - Después se encontró el cuerpo de... Mary Alice tendido en el suelo rodeado de sangre. Rex estoy muy preocupada de lo que haya pasado, me siento mas segura sabiendo empuñar un arma por si entra alguien. - asomandome ligeramente por la ventana cercana a la entrada - Oh, pobres Paul y Zachary cuando se enteren... son victimas inocentes. - vuelvo a mirar a Rex.

Susan sonrió a Eddie mientras le cerraba la puerta y como un rayo fue a la habitación de Julie, llamó dos veces a la puerta que le impedía entrar y abrazar fuertemente a su hija y, al mismo tiempo, dijo:

- Julie, cariño, ¿puedo pasar?- dijo esperanzada en que su hija no estuviera tan mal como ella.- Sé cómo te sientes... pero necesito entrar, ¡dejame ayudarte! - habló con tristeza en el interior de su cuerpo.

Susan estuvo solo unos segundos en la puerta y consiguió entrar. Cuando ya vio el rostro de su hija la abrazó y se sentaron a charlar encima de la cómoda cama en la que Julie había derramado algunas lágrimas.

Un par de madres están esperando a sus hijos, entre ellas está Amanda con cara pálida, la mujer es madre soltera y una gran ama de casa es incluso más perfecta que Bree... bueno eso es exagerar, algo debe ocurrir aunque le cambia la cara al verte, de nuevo pone esa sonrisa que tanto odias, es una de esas sonrisas de "yo soy mejor madre que tu".

Salen todos los niños poco a poco pero corriendo, dando saltos y con gritos. Uno de los niños sale rascándose es el hijo de Amanda.