Partida Rol por web

Por un momento me paro a pensar que es por mí, pero en seguida me doy cuenta de que no es así y decido acercarme a echar un vistazo.

Esto...- le sorprendió escuchar la rápida respuesta al otro lado de la linea- ¿Es usted la Agente Inmobiliaria Edie Britt?

Una voz desconocida para mí me sorprendió en ese momento pero de inmediato respondí, para algo era buena con las "relaciones".

-Así, es. Soy Eddie. ¿Qué desea?

-Así, es. Soy Eddie. ¿Qué desea?

Katherine aflojó un poco el abrazo. Echando la cabeza hacia atrás, miró a su hija a los ojos, y advirtió su molestia. Dylan nunca había sido tonta: Dylan la conocía. Estaba molesta con la situación, estaba cansada de los cambios, y con los nervios destrozados por todo lo que había pasado. Katherine no podía culparla, ni tampoco tenía respuesta a su pregunta: ni siquiera ella se había imaginado que algo como eso podía suceder en Wisteria Lane. Muertes por veneno o puñaladas de lenguas verdes afiladas, sí, de eso sabía, ella ya tenía varios asesinatos sobre sus hombros; pero nunca un disparo de fuego. No era la clase de armas que el barrio usaba.

¿Qué podía decirle? ¿Cómo tenía que hablarle?

Katherine suspiró profundamente.

- Lo era, hija. ¿Puedes creerme? - la miró a los ojos: no le estaba mintiendo, y la sinceridad le brillaba en el gesto. Justo en eso, no, no estaba mintiendo ni ocultando nada. - No sé qué decirte. Esto me ha... sorprendido y afectado como a ti. Lo siento, Dylan, lo siento.

La abrazó con fuerza, para que no le viera el gesto, confundido y serio. Así, le dijo suavemente.

- Creo que debemos descansar. ¿Quieres que te deje sola? ¿Que haga algo por ti... te traiga algo de comer o de beber?

Los niños estaban inquietos no paraban de rascas sus cabezas y Amanda estaba muy enfadada.

¡TU! - vocifera la mujer - tus malcriados hijos han pegado sus piojos a toda la escuela - dice con un tono de voz elevado y con un matiz de ira, señalando a tus hijos.

Aunque tu mujer no contestó, no te importaba demasiado, Monique era más importante.

Llegaste a la consulta y tu secretaria que estaba terminando con el papeleo te señala que la "clienta" estaba en tu despacho.

Al entrar en el descubres que la mujer que esperabas estaba allí, sentada jugando con las dentaduras que adornan la mesa.

Ante la indiferencia de los padres, Danielle se encoge de hombros y se va al salón sentándose a la mesa.

Papá, mañana he quedado con unos amigos, volveré tarde - la niña no se molesta ni en dar explicaciones a la madre ni en preguntar si quiera si puede o no llegar tarde, ella lo da por supuesto.

Se sienta en la mesa con malos modos - madre, tardas mucho y yo tengo hambre, ¿es que quieres matarme? - esa última palabra la dijo con un tono entre malintencionado e irónico.

¿Puedo ir hoy con unos amigo papá? - dice Andrew un poco más apegado a Rex que a Bree.

Mira a sus dos hijos y después a la cocina - creo que sí, deberíais salir a divertíos un poco - Rex estaba ignorando la responsabilidad de Bree como madre y sabía que eso la haría enfadar, pero últimamente se estaba comportando Rex de una forma extraña, como hoy, salía a deshoras a trabajar y volvía una hora más tarde de lo normal.

Se acerca a la puerta y mira a través de la mirilla, al ver que era Tom abre un poco la puerta dejando solo ver su cabeza.

¿Qué quieres a estás horas, Tom? - dice un poco apagada, como si se hubiese quedado dormida y la hubieses despertado - ¿es que no hemos tenido suficiente por hoy?

Por lo que ves, sacan un cadaver del interior de la casa, pero poco más te dejan ver ya que uno de los policías dispersa a los allí presentes, tu uno de ellos.

Tu mujer y Dylan han estado en el barrio toda la mañana por lo que puede que sepan algo.

Dylan se seca un poco las lágrimas y te pide que la dejes sola, lleva toda la mañana sin haber probado bocado y Adam aún no ha vuelto del supermercado.

Recibes una llamada de teléfono, al parecer los médicos han aceptado su solicitud de quedarse con su tía por lo que puede ir a recogerla esa misma tarde.

Tom apura el último trago del vaso de papel que llevaba en la mano. Aunque hablar y concentrarse en no caerse al suelo parece una proeza, finalmente lo consigue.

-N...Nora, he estado pensando en lo que me dijiste. Sí,...tienes que perdonarme, supongo...supongo que nnnno fuí, supongo que no sssupe...Si esa hija es mía,...si esss mía...necesita un padre. No, no la dejaré, no dejaré a una hija mía a su suerte. Quiero que lo sepas.

Sin dejar de mirar hacia el cuerpo que están sacando, abro la puerta de casa.

-¡Hola!, he llegaaaado.-digo esperando respuesta-.¿Qué ha pasado en casa de los Young?.

Lynette miró a Amanda tranquilamente, sin una mirada agresiva.
-¿y por qué han tenido que pegarlos mis hijos? quizá el portador sea el tuyo.-dijo sonriendo mientras cogia a sus hijos de las manos.

Katherine bajaba las escaleras, y encontró con la mirada antes de pisar el último escalón. Frunció el ceño con cierto fastidio: la situación era un caos, y Adam llegaba como si nada, de fuera a saber uno qué sitio, y encima, alegre.

- Bienvenido. - dijo, con demasiada educación, suficiente para que sonara algo falso. Luego, le dedicó una sonrisa sincera, mientras terminaba de bajar y se acercaba a él. - ¿En la casa de los Young? Ha habido un disparo. Dylan llamó a la policía y se encerró en su cuarto; está conmocionada. Yo estaba allí, pero volví a verla cuando entendí que no había nada que hacer... No tengo idea qué sucedió luego.

Lo miró atentamente.

- ¿Sabes algo al respecto?

-No tengo la menor idea. Supongo que deberíamos preguntar. Parece que ha habido un muerto. Iré yo, tú quédate con Dylan. ¿De acuerdo?-.

Más que contento, Adam parece serio, como si quisiera dárselas de "hombre de la casa".

Hola Eddie. Llamaba para preguntar acerca de una casa que por lo que parece ser está en venta en Wisteria Lane, en Eagle State. Apurando mucho casi acertaría a decir que es la 4356, si no me falla la memoria... - palabras lentas fluían a través del teléfono. Quería pensar bien lo que iba a decir para ganarse (en cierto modo) la confianza de la joven que se encontraba al otro lado de la línea- ¿Pudiera ser que quedásemos y me enseñase la casa? Por el dinero no se preocupe. Me gustaría empezar a vivir en ella en un plazo máximo de tres meses.

Hizo una pausa mientras buscaba las llaves de su automóvil.

Ya sabe- empezó a decirle mientras introducía la llave para abrir la puerta- A uno le dan trabajo, y tiene que buscar vivienda lo más rápido posible si no quiere acabar durmiendo en uno de los bancos del parque

Acabó de hablar esbozando una sonrisa.

Katherine abrió mucho los ojos. Se quedó en silencio unos segundos: así que eso era lo que había dicho aquel hombre. Así que allí adentro, mientras todas las demás se lamentaban entre el miedo y la incertidumbre... alguien había matado a su amiga. O su amiga se había cansado de ellas y se había suicidado de una buena vez por todas.

Se sobrepuso al impacto respirando hondo.

- No, escucha. Esto es lo que vamos a hacer. Dylan quiere estar sola, y estará encerrada un rato en su cuarto; no quiero molestarla. Vayamos juntos.

Con decisión, Katherine se encaminó hacia la puerta.