Partida Rol por web

Los gestos esquivos de Katherine hacen que desista en mi intento por hablar con ella.

En fin, que más me da. Las preguntas serán sobre todo para ella.

Adam se encoge de hombros y continua ordenando. Cuando han terminado de cargar las cajas que estaban fuera y han colocado algunas de las cosas que venían dentro de ellas Adam se dirige hacia Catherine

Creo que voy a ir a buscar algo al supermercado para cenar esta noche. No hemos traído nada y nos vendría bien tener algo para la cena y el desayuno como mínimo. Luego volveré y seguiremos con esto. Tomate un descanso si quieres, el día ha sido agotador. ¿Necesitas que te traiga algo?

Bajo del coche y me dirijo a ella.

¡Hola Bree! ¿Cómo estás?

Mientras saco las llaves del bolso y voy abriendo la puerta

Orson observó las magdalenas, despues a Alma, de nuevo a las magdalenas y por último miró a la dependienta, a la que dedicó una sonrisa perfecta. Despues intentando que no se le notara la voz forzada dijo:

Esta bien cariño, si quieres unas magdalenas llevaremos unas magdalenas...

Pongame una docena, por favor

Mientras le servían añadió

Las pondremos en esa cesta de mimbre que tenemos...

Estoy de pie delante de la puerta de casa de Lynette cuando oigo el motor de un coche. Levanto la vista y por el reflejo del cristal de la puerta veo a Lynette en su coche, aparcando delante del garage. Me doy la vuelta sonriente y me dirijo hacia ella.

Vaya, que casualidad. Hay vecinos nuevos y quería preguntarte si quieres ir a hacerles una visita.

Alzo la cesta y señalo el camión de mudanzas, donde un par de chicos descargan muebles y cajas que van dejando en el jardín.

El caso es que la cara de ella me es familiar, y he pensado que la mejor manera de descubrirlo es dándoles la bienvenida. He llamado a Susan y está de acuerdo, qué me dices?

Culego la cesta en mi brazo derecho y pongo junto una mano con otra, a la espera de que Lynette me responda.

Carlos escuchaba y miraba a su esposa desde el borde de la piscina, se encontraba algo triste, pues desde hace tiempo parecía que a su bella esposa le atraía cualquier cosa menos él mismo.

Poco a poco la relación se ha ido distanciando ¿quizás sea el dinero?

Pensaba melancólicamente mientras se dejaba hundir en la piscina, lentamente, como las hojas atrapadas por el aire que parecen no caer nunca al suelo.

Volviendo a la superficie tras estar varios segundos sumergido, Carlos sale de la piscina y se seca al sol, cerrando los ojos en la enorme tumbona del jardín dando vueltas a su cabeza.

¿Que ha salido mal? ¿Por qué ahora la relación es tan distante? ¿Qué puedo hacer para que esto cambie? ¿Debo hacer algo o es tarde?... debo confiar en ella, quizás sea solo mi imaginación…

La llamada del timbre hizo evaporizar de un tirón sus pensamientos, al incorporarse ve como su chica habla con un repartidor, al poco se marcha y Carlos se queda de nuevo solo, lo que aprovecha para darse una buena y relajante ducha mientras no se podía quitar aquellos pensamientos de la cabeza…

Claro, me parece una idea genial. Pero yo no tengo nada para llevarles, iba a hacer un pastel.

Abro la puerta de casa.

Pasa, pasa, ¿esperamos a Susan dentro?

Me parece una fantástica idea. Hagamos más dulce su llegada a nuestro barrio.

Me hago a un lado para dejar pasar a Lynette y entro detrás de ella, cerrando la puerta después de entrar. Voy hacia la cocina y dejo la cesta.

Susan está en su casa y creo que Gabrielle está allí también, quieres que vaya a buscarla o la llamo desde aquí? Por cierto, te cojo un trapo de cocina para tapar las madalenas mientras te ayudo con la tarta, sería imperdonable que se endurecieran, donde tienes los trapos?

Allí, en el cajón.

Señala uno de los cajones, empezando a preparar los ingredientes para el pastel.

Llamemos a Susan desde aquí, y si quiere Gabrielle que venga también.

Observo qué cajón me indica Lynette y cojo un trapo que deposito enseguida sobre las madalenas, poniéndolo con sumo cuidado para no aplastar las rosas que ha puesto como decoración. Voy hacia el teléfono y marco otra vez el número de Susan.

Tienes todo lo necesario para hacer la tarta? En casa tengo varias cosas, si te hace falta algo dímelo e iré a buscarlas.

Le digo a Lynette mientras espero que Susan responda.

Niega con la cabeza con una sonrisa, y mira todos los ingredientes que hay en la encimera.

¡Creo que lo tengo todo! ¡Solo me falta el delantal! Por cierto, Bree, si quieres ponerte uno, estan detrás de la puerta.

Se dirige a la puerta y se pone el delantal rosa, atándoselo a la cintura.

¿Sabes de qué tengo antojo de comer últimamente? ¡Straicatella!, añade, riéndose con ella misma.

Con el teléfono inalámbrico aun en la mano, voy hacia la puerta que me ha indicado Lynette y cojo un delantal. Con la única mano disponible me lo coloco y luego sujetando el teléfono entre la oreja y el hombro me lo ato a la espalda.

No hay nada que se le resista a una buena ama de casa.

Me apoyo en la pared a la espera de Susan mientras Lynette empieza con los ingredientes y me dice algo de un helado de straicatella, le sonrío cómplice.

Katherine suspiró profundamente, e hizo un gesto a Dylan para que no saliera aún.

- ¿Puedes esperar unos minutos? También me gustaría dar una vuelta, y nada mejor que tenerte de compañía. – sonrió. Nada mejor que estar contigo por si te cruzas con alguien.

Esperó pacientemente su respuesta. Iba a insistir todo lo que se necesitara para acompañarla, y no dejarla salir sola por esa vez. Debía instruirla en más o menos qué decir si alguien preguntaba algo, o mostrar el ejemplo de cómo actuar. Posiblemente le llevara un poco más de conversación convencerla, dado el ímpetu de su hija, pero Katherine no era una mujer que se dejara vencer fácilmente. Y Dylan lo sabía bien.

Las palabras de Adam, en todo caso, fueron su excusa y razón perfecta.

- Tienes toda la razón, Adam… Creo que algunas cosas de limpieza estarían bien, al menos para los pisos y las superficies inmediatas. Mañana me ocuparé de todo lo demás. Incluso, luego cocinaré… pero ahora, me tomaré un descanso.

Le sonrió. Radiante, llena de energía como siempre. Y luego se dirigió a Dylan.

- Qué dices… ¿damos una vuelta?

Vuelven a llamar al teléfono, es una mañana bastante agetreada.

Adam sonríe y mira a Dylan

Creo que sería buena idea que tu madre te acompañara, así te enseñará un poco el barrio y de paso pasáis un tiempo juntas ¿no crees?

Mientras dice esto Adam busca las llaves del coche y la cartera para ir a comprar algo al supermercado.

-Muy bien chicas dice sonriente -Os dejo solas, portaos bien ¿eh? Luego me contareis que habéis hecho por ahí. Hasta luego

Dicho esto Adam abre la puerta y las mira sonriendo hasta que la cierra desde fuera. Camina hacia el coche y se monta en él para ir al supermercado.

Bueno… vamos a ver que tal está el resto del barrio

El sonido del motor se escucha desde el interior de la casa y se puede apreciar como se aleja poco a poco

Adam sale de casa y se monta en su coche. Después de arrancarlo da marcha atrás y toma la calle en dirección a l supermercado. Conduce lentamente observando las casas a un lado y otro de la calle y fijándose en aquellos que transitan por el barrio mientras muestra una amplia sonrisa

Por la ventana ves pasar el coche del hombre que ha llegado nuevo al barrio.

Mamá, la verdad es que... - Dylan quería salir sola y no sabía como decirselo a su madre para que la dejase - bueno podemos dar un paseo juntas - Dylan sonríe aunque la idea no era la primera por lo menos le gustaba la compañía de su madre, siempre la trata genial.

"Aún me quedan un par de horas hasta la cena"-piensa Tom-, así que recordando la llamada de Nora, se mira en el espejo y se arregla un poco mejor. Está...¿felizmente? casado con Linnete por lo que no pretende nada con su exnovia, pero aún así le gusta agradar a las mujeres. Le hace sentirse mejor consigo mismo.

Después pide un taxi y le da la dirección de Nora.

Donde estará Susan?

Me acerco a la ventana del salón y aparto la cortina para mirar la casa de Susan, apenas tengo ángulo, pero confío poder ver algo. En su jardín no hay nadie, Gabrielle y ella deben estar dentro de la casa. Cuando estoy a punto de volver a la cocina un movimiento distrae mi atención. En la casa de los nuevos vecinos un apuesto hombre se sube al que debe de ser su coche y se va.

Oh vaya! A donde irá? Si acaba de llegar.

Me aparto de la ventana y corro hacia la cocina.

Lynette el vecino nuevo se acaba de ir con su coche!

Lynette mira a Bree enarcando una ceja, luego sonríe.

Seguramente se habrá olvidado de algo... Y habrá ido a comprarlo. Si te ven espiando van a creer cosas que no son.

Se ríe y sigue preparando el pastel, mirando divertida a Bree.