Partida Rol por web

Tenia exámenes importantes. Lo que significaba horas y mas horas de estudio. Hasta el punto de quedar saturada. Por eso acepte la invitación de probar ese juego nuevo de Rol. Había jugado a juegos similares hacia tiempo y siempre lograban evadirme bastante. Por lo que gastar una tarde de estudio en relajarme para poder centrarme luego en volver a estudiar me pareció una gran idea.

Con esa idea fui a la partida de testeo de El Mundo de Gaia. La verdad es que éramos bastantes personas a jugar y  cuando vi lo grande que era el mundo quede sorprendida. Tenia una pinta bastante buena. Y podía escoger Elfos. Requisito casi imprescindible para que me gustara un juego de corte fantástico medieval. Por lo que decidí hacerme una Elfa Exploradora.

Hice la ficha y cuando llego el momento la firme. Un mero tramite pensé. Entonces sentí un leve mareo y me desmalle.

Abrí los ojos con una leve brisa en mi rostro. El aire era fresco puro y agradable. Sin ver muy bien lo primero que pensé fue.

-Una bajada de azúcar y te has desmallado.

Pero cuando abrí los ojos y vi lo que estos me mostraban quede muy sorprendida. Era un paisaje muy verde. Con cascadas y montañas muy hermoso. Salvo que no era el lugar donde se suponía que tenia que estar.

Nerviosa me aparte el pelo de la cara y comprobé que tenia orejas puntiagudas. Y mi pelo no era castaño si no pelirrojo. Como el personaje que había creado. Mire a mi alrededor y toda la gente que veía estaba en la misma situación que yo.

Había despertado la de las ultimas y había varias conversaciones en marcha. Pero todas eran parecidas . Como había sucedido esto. Pero al parecer todos llevábamos los personajes que habíamos creado.

-Joder esto parece Jumanji. comente incorporada mientras pensaba en las similitudes de la película con lo que nos había pasado. Me acerque al grupo. ¿Alguien se acuerda de algo? yo tuve un leve mareo y desperté aquí. ¿Para el resto fue igual?

Kyle o mejor dicho la elfa que decía llamarse Kyle se sonrojó ante el divertido comentario de su amiga. La respuesta fue dejar escapar una pequeña risilla mientras se rascaba el cuello. Los dedos tuvieron que abrirse paso por el liso pelo plateado, produciendo una sensación agradable en forma de cosquilleo.

- Estoy realmente sorprendido por mi…- gesticuló con las manos tratando e buscar el vocablo adecuado- transformación. Quisiera ver mi reflejo.

Un grito emocionado y acompañado de la palabra "Tetas" llamó la atención del grupo, a lo que su amiga, quien se hacía llamar Ainia, le pareció divertido de ver.

- Creo que tu intuición es cierta. ¿Hacer lo mismo?- se quedó pensativa durante un instante.- Claro, es un cuerpo nuevo para explorar, pero creo que no lo gritaría a los cuatro vientos. Aunque no sé exactamente como sentirme con…- decía mientras se señalaba los dos pechos con los dedos. Al mirárselos, le entró la curiosidad y no pudo resistirse a tocar uno de ellos. Tal acción fue acompañada de una pequeña risa.- Oye, pues no está nada mal. Creo que podré acostumbrarme.

Al poco, la hada que había mantenido una dura pugna con el cabello de Yenna se posó en el hombro de Ainia. Kyle se acercó para verla más de cerca. No eran imaginaciones, había una hada de verdad.

- Esa es una muy buena pregunta Navi. Y ahora que lo dices, si hemos cambiado de cuerpos y yo ya no soy un hombre, entonces no debería usar mi nombre real. ¿Qué nombre había elegido? Ah, sí, Lymsleia. Ése es mi nombre, el de una nueva guerrera.- terminó realzando la palabra "guerrera".

Al cabo de poco tiempo, otra elfa apareció, tan confusa como lo estaban los demás.

- A decir verdad, lo único que recuerdo es haber rellenado la ficha, después una luz blanca y finalmente me desperté así. Todavía no he terminado de asimilar todo esto.

Neithan se arrascó con su mano derecha la parte trasera de su pelo, algo confundido. Ver a tanta gente sorprendida, pues solo hacía que sorprenderse. Demasiada información en poco tiempo. Miró a los allí presentes, intentado ver quien era quien... un barbaro que le sacaba una cabeza, unas elfas, una encapuchada, una histérica que gritaba "tetas" y... una cosa pequeña, que volaba o revoloteaba y que había gritado su nombre. Bueno su nombre real, no él de su personaje... aquello era confuso tambien. Supuso que debía ser April, su única conocida en el grupo de mesa de rol.

Se encaró desde donde le habían llamado, pero antes de comenzar a moverse hacia allí se tocó el cuerpo, viendo la bolsita de oro y sus extraños ropajes, ropajes que parecían de viajero y de aventurero a la vez. Mientras caminaba con algo de disimulo, miraba a las chicas pensando con algo de recato "Madre mia, menudas puntuaciones de apariencia deben tener, si esto es real casi desearía no despertar...". Algunas iban algo destapadillas, dejando cosas a su imaginación... aquello no tocaba ahora. Cuando estuvo enfrente de Navi y Ainia y algo confuso aun:

-¿April? ¿o debería llamarte Navi?¿eres realmente tú? Esto se me hace realmente raro, y bueno tu parece que eres la que más ha sufrido la transformación... si, soy Neithan... o debería serlo, bueno mi personaje se llama Katsumoto.... pero tu puedes llamarme Katsu, que hay confianza.

El no había ido nunca a roles en vivo. Tenía que centrarse. Habría alguna manera de revertir aquello o solucionarlo. Triste consuelo, él no se había llevado la peor parte. No había encogido hasta ser diminuto ni había sufrido una transformación de sexo involuntaria (que más de un tío querría pero no él). Así la educación, a veces se le olvidaba, estaba delante de otra chica, que no sabía quien era de la mesa o de personaje, pero tenía a Navi en su hombro:

-Hola, soy Neithan o Katsumoto... no sé de que va esto o que hacer...

Vi como otra Elfa de pelo rubio platino hablaba con el resto y se tocaba una teta.

- Uhm ni que nunca se hubiera tocado una...

Pero cuando comenzó a decir que era un cuerpo nuevo para explorar y todo eso me acorde que hubo gente que se hizo personajes contrarios a su sexo. La mire divertida.

-Ten cuidado con tocarte así o te quedaras ciega. comente jocosa. Escuche como decia que era su nombre o el nombre de su personaje esto era bastante lioso la verdad.

-Yo me llamo Akesha o bueno así se llama la Elfa que soy ahora. De humana Robin. Esto era rarísimo.

-Si entonces sentimos mas o menos lo mismo. Imagino que para el resto fuera igual. comente cuando me dijo que sintio.

Cuando se acercó la tia loca chillando tetas se la quedó mirando unos segundos. Luego procesó mentalmente, sólo podía ser Ezio.
-¿¿EZIO??-exclamó, señalándolo. Acto seguido se echó a reír a carcajada limpia-Si, vaya par de melones. Déjame estrujarlos cuando esté estresada, ya sabes, como ésas pelotas antiestrés- comentó señalándolas, puesto que el tío tenía más tetamen que ella misma. Y no es que ella fuese plana, es que la elfa tenía algo desproporcionado. Luego vio como el vampiro se la llevaba, a balbucear cosas pervertidas.

-Dios mío, si empezamos así, a la noche ya estaremos en bacanal-comentó, notando la mano de Yenna como se posaba en su espalda. La miró divertida e hizo un gesto con la cabeza-Ya te digo si eres guerrera. Y yo te cubro las espaldas, siempre me alegras el día-comentó pícara antes de chocar con ella los cinco. Luego volvió a mirar el resto, que se presentaban. Cuando la peliroja mencionó Jumanji, Umbra dio una palmada. Por suerte de Navi, ésta había revoloteado lejos.

-Sí joder, ¡JUMANJI! -exclamó-Lo que no sé es qué dados usaremos para salir de aquí. ¿Realmente no estoy bajo alguna droga? Ésto es un experimento sociológico fijo, como El Show de Truman-comentó mirando a su alrededor, pero no veía cámaras. Se tomó un tiempo para repasar con la mirada a sus compañeros. Chichas y chicos guapos. Si había una bacanal, al menos no sería de mal ver. 

-¿Y bien? ¿Alguna idea de qué hacemos? ¿Alguien tiene algun mapa o algo encíma?-preguntó, apoyada en Yenna-A tí te cacheo yo si no sabes donde lo tienes-bromeó con ella.

No me dio tiempo a decir más cuando uno me arrastró a un lado. Me quedé un poco trastocado/a. ¿Debía pensar en mi mismo ahora como mujer? ¿Mi pensamiento ahora tenía que ser femenino? Seguía siendo yo... "¡Oh dios, que paranoia!"

-Tío, si lo dices así, ahora me da vergüenza.-Dije mientras me abrazaba los pechos.-Pero si tío, es to curioso.

Miré a los demás esperando algún momento que estuviesen distraídos y no mirasen y me miré una de las tetas destapando una para que también la viese el vampiro.

Tras quedar alucinando la tapé corriendo y empecé a reírme a carcajada limpia, echándome al suelo y todo.

Al rato volví en mi y me levanté haciendo un gesto al vampiro para que me siguiese hasta Yenna y Umbra.

-Bueno, yo me llamaba Ezio, pero vamos, Zaira era mi "pejota". Y bueno, si insistes te dejaré estrujarlas todo lo que quieras-dije mientras las acercaba a Umbra sosteniendolas con mis manos.

Luego me gire hacia el grandullón cachas para contestar a lo que me había dicho antes de ser arrastrada.

-Bueno, prefiero guiarme por como piensan las lolis en los animes, si algo he aprendido de ellas es que masajeandolas crecerán más. Lo mismo para ti pelirroja.-Me giré hacia Akesha.

Me busque entré la falda y encontré una bolsa con unas monedas.

-Yo solo tengo esto.

Entonces caí en la cuenta.

-Eh eh eh, voy a intentar una cosa.

Cerré los ojos y apreté los puños e intenté hacer fuerza en la espalda(como si estuviese cagando), no sabía como abría que hacerlo pero así me lo imaginaba.

Entonces, con un fuerte "¡Flap!" unas enormes alas grises salieron de mi espalda dando un fuerte aleteo y desperdigando algunas plumas. Al voltear la cabeza y mirarlas, mis ojos casi empezaron a llorar de la emoción, tenía ese brillito de asombro.

-¡Alucinante!-Alargué una mano para tocarlas.-¿No es esto increíble? Podría morir ahora mismo...

Lo que vio el vampiro: 

Mientras todos estaban concentrados mirando sus nuevas naturalezas, algunos parecían un poco sorprendidos y en general todos se sentía diferentes alguien pudo ver como a lo lejos alguien caminaba, al principio no podía verse bien y fueron los de raza álfica los primeros en darse cuenta, caminando por el sendero había dos personas, un hombre que vestía con una armadura con algunos tonos escarlatas, el hombre de aspecto maduro y atractivo llevaba el pelo arreglado y una barba de no haberse afeitado durante varios días, lo cual en lugar de mal aspecto, le daba un aspecto bastante llamativo y seductor, casi podría decirse que elegante.

En el cinto del hombre había una espada larga y una daga, aunque cualquiera que haya jugado a algún juego de rol puede imaginar que ese hombre si era un guerrero que caminaba por ese sendero llevaría mas armas, o al menos alguna que otra daga escondida. El hombre llevaba un yelmo en la mano y hablaba tranquilamente con una chica bastante más bajita que él, ya que el debía rondar el 1.90 y la chica 1.60.  

La chica con una larga melena morena que le llega hasta la cintura camina tranquilamente junto al hombre, el porte de la chica es bastante noble al igual que el de él, pero en su caso es más digno, no tan seguro de sí mismo, la chica lleva puesto un kimono con bonitas decoraciones, confinando varios colores pero en los que destaca el morado y el blanco. Con gráciles movimientos parecía que el aire mecía las largas mangas de su ropa.

En el pelo un simple adorno en un lado de la cabeza de color blanco sin demasiadas florituras,  apenas un trenzado y totalmente blanco que destaca bastante en su negro cabello. La chica de rasgos asiáticos, de hecho para todo aquel que sepa algo de la cultura japonesa puede identificar fácilmente como la chica respondía a los ideales de belleza de esta cultura, su mirada inteligente pero con mucha profundidad y un toque de melancolía chocaba con la mirada profunda y con seguridad del hombre, pero aun así la mirada de él era una mirada alegre y optimista, la de ella parecía algo más triste y oscura.

La peculiar pareja caminaba con tranquilidad por el sendero hablando entre ellos. Los chicos y chicas sabían perfectamente no tendrían que pasar justo por su lado y no tardarían demasiado en llegar 

Alice estaba tan absorta en aquel nuevo cuerpo y en las vaporosas y blancas vestiduras que la cubrían, así como en su estilizada figura, que apenas reparaba en lo que pasaba con los demás. Todos hablaban, preguntaban cosas, exclamaban, muchos parecían conocerse, otros se estaban conociendo, así como ella misma trataba de hacer, la Shanjim hizo desaparecer las alas de su cabeza a voluntad al tiempo que otra de las presentes hacía aparecer un par de grandes alas a su espalda. Aquello resultaba realmente increíble.

La muchacha se esforzó por recordar todo lo que había leído sobre la raza de su personaje en las normas del juego. En su mente parpadeó ineludible la palabra "magia", magia por todas partes, joder... ¿Cómo si no iba a poder pasar aquello? Estaban dentro de un puto juego como en... como en... 

"¡¡Jumanji!!" Gritó alguien, y ella le dio totalmente la razón.  

Los demás se llamaban unos a otro por sus nombres reales y por los de su personaje, ella ni siquiera tenía un nombre distinto al propio, en el apartado de "Nombre" de la ficha, había puesto el suyo propio, supuso que eso proclamaba a los cuatro vientos lo ignorante y novata que era en aquellas lides. 

"En aquellas lides... de puta madre, ya empiezo a pensar como en la edad media."

Sus pensamientos se vieron interrumpidos por la aparición de dos figuras a lo lejos.

- Viene alguien... - Susurró, más para sí misma que para los demás, aunque realmente no creyó que nadie la escuchase, todos estaban a sus cosas, pero por suerte varios fueron los que captaron aquellas presencias casi a la misma vez que ella y giraron su atención en la dirección de la que venían el hombre y la mujer. Alice buscó la mirada de alguno de sus compañeros, nerviosa, antes de preguntar- ¿Qué... Qué hacemos? 

Morduk se quedó un instante paralizado, con la mente trabajando a mil por hora- ¿Es así de descarada? ¿De verdad hay chicas así? No, seguro que están interpretando a su personaje, y yo debería de hacer lo mismo.

-Seré el rey de lo que tú quieras -dijo intentando mostrarse como lo que sería un auténtico bárbaro, lo que viene a ser el epítome de macho alfa que pueda haber- No sé si seré buen Tank, pero te aseguro que aguantaré el tipo -dijo mientras se acercaba a Yenna, al fin y al cabo, había dicho que estuviera cerca de ella- vale, entonces ¿a moneda por cabeza y el que más mate al final del día paga la diferencia al ganador? -No pudo evitar sonreír ante la química que había entre Umbra y Yenna, como si se conocieran de toda la vida, y podría ser así.

Miró al hadita que parecía volver en sí misma- ¿tú también eres un jugador? -la verdad es que le extrañaba y mucho- Yo no recuerdo más desde que firmé el papel -dijo a la otra elfa pelirroja y no pudo evitar una sonrisa ante el "quedarse ciega" que comentó.

Estaba divertido viendo las reacciones de la gente y aún un poco alucinado por todo lo que ocurría cuando una de las chicas avisó de que venían alguien. Entonces algo raro ocurrió. Sin darse cuenta tensó los músculos y puso un gesto en la cara agresivo, más como una bestia que como un humano, como si de verdad fuera un bárbaro. Una parte de él le decía que debían estar tranquilos y esperar a ver qué pasaba, pero otra le decía que acabara con la posible amenaza antes de que fuera peligrosa...

Lymsleia se sonrojó al oír el comentario de Akesha y ver que su mano todavía seguía acariciando con suavidad parte de su pecho. El contacto con su fina piel le producía un agradable cosquilleo que hacía que el vello se le erizara un poco. Con su transformación a elfa, su cuerpo se había vuelto mucho más sensible.  Descubrió que ese cambio en la piel le agradaba.

- Lo tendré, lo tendré. Ha sido la curiosidad del momento.- le dijo a Akesha.- Encanta… eh… da de conocerte.

Se sucedieron varias preguntas que eran bastante obvias que se formularan por las circunstancias. Algo les había pasado y les había dejado en mitad de un magnifico paraje convertidos en personajes de fantasía. ¿Sería, como acababa de decir Umbra, algún tipo de experimento?

Lym posó su mano sobre su barbilla, pensativa. Sin embargo, la emoción de Zaira todavía seguía vigente y después de su sorprendente descubrimiento, hizo que de  su espalda brotaran grandiosas alas. Tal acción despertó a la joven elfa de su ensimismamiento, la cual, sorprendida, se acercó para ver más de cerca semejantes alas.

- Es más que increíble ¡Menuda pasada! - exclamó casi boquiabierta y con los ojos abiertos como platos.- Creo que te divertirás muchísimo surcando los aires.

Y de la emoción por ver semejante truco de magia, Lymsleia detectó con el rabillo de su ojo movimiento desde la lejanía, el suficiente para que girase la cabeza. Una de sus compañeras susurró las mismas palabras que pasaban por la mente de Lym.

- De modo que no somos las únicas personas por estos lares.- la elfa observó a la pareja y la diferencia de tamaño entre ambos era muy evidente. En su foro más interno Kyle se preguntó si el varón con la espada se volvería hostil al ver al grupo- Dudo que pasemos desapercibidos, aún así, ¿hablamos con ellos para ver si nos dan indicaciones o esperamos aquí?

Alice miró a la hermosa elfa de cabello plateado, Lymsleia, que no se hallaba muy lejos de ella; no tenía demasiada idea de rol, eso era muy cierto, pero no hacía falta ser muy listo para saber que- de un rápido vistazo- cualquiera podía darse cuenta de que aquel variopinto grupo de personas no pasaría desapercibido ni a un ciego. Eran como luz en medio de la completa oscuridad, y eso a buen seguro iba a traerles problemas. 

Cada uno pertenecía a una raza distinta, y según había leído, los Shanjim provocaban no más que desconfianza en el resto de razas. 

A lo mejor la que tenía un buen problema era ella ¿Qué pasaría si la mujer oriental y el tipo de la espada decidían atacarla? 

Tragó saliva y dio un paso atrás, había hecho desaparecer sus alas, pero aún así... ¿Podría pasar por una humana corriente? Se mordió el labio inferior valorando la posibilidad de huir, pero ¿Dónde se dirigiría? No quería ni pensar en perderse en aquel lugar desconocido y extraño. 

- Bueno... Les superamos en número, no creo que quieran iniciar una pelea - Murmuró en dirección a la elfa pero mirando a Morduk, como indicándole que se relajase, mostrarse hostiles no les iba a ayudar - Creo que deberíamos hablar, quizá puedan ayudarnos... Quizá sepan lo que nos ha pasado.

Esperó escuchar otras opiniones mientras rezaba a todos los dioses para que los demás no optasen por el enfrentamiento directo.

Escuchaba atenta la conversación, todavía sentada en el hombro de Ainia.

Esto de ser pequeñita no está tan mal. Viaje gratis, y gasto menos en comida.

Pensé con una floja risita.

Miré al hombre colosal, el cual se hacía llamar Murdok, y me estaba hablando.

- ¿Yo? Sí, también soy una jugadora... o lo era, no sé exactamente como definirlo.

Me callé cuando una de las elfas dijo ver a alguien en la lejanía. Me puse de pie, apoyándome en las orejas de Ainia para sujetarme, y mirar a donde señalaban, pero apenas veía hierba y más hierba.

Demasiado bajita.

Me fijé de nuevo en Morduk y volé, a velocidad lenta.

- Con permiso ~ (8) - Dije canturreando antes de sentarme sobre su cabeza. Se notaba la diferencia de altura. Puse las manos sobre los ojos, intentando tapar el brillo del sol, pero seguía sin ver nada.

- Pueden que sean otros jugadores. ¿Vamos a hablar con ellos?

 Dejó de rascarse la cabeza. Más o menos la gente, se centraba y comenzaba a hablar entre ella, y parecía que todos tenían algo en común: estaban igual de perdidos que él y no sabían que había pasado. Seguía un poco con la mirada que hacia Navi, pues de la mesa era la persona que más conocía y era la que más transformación había sufrido. Estaba un poco preocupado por ella. Lo que había pasado no era culpa suya ¿o sí? Ahora mismo no recordaba si él la había convencido para ir a la partida o era al contrario. Carraspeo un poco y le pregunto algo a Navi, aún un poco dubitativo de como tratar a la gente:

-Eee, Navi, ¿estás bien? Si necesitas algo, dilo...

Neithan, o Katsu, tenían algunas cosas en común. Se preocupaban por las personas cercanas a él, y era una buena persona por lo general. Pero era hora de centrarse, de aportar algo. El chico miró a la lejanía como la extraña pareja se acercaba. Se suponía que su personaje, o él, en su caso, era un oriental, o en parte... bueno, rollos de trasfondo. Algo se había leido y esa chica, cumplía los estándares japoneses de belleza, además recordó algo de lo que sabía del mundo real... y le coincidía con la chica... ese halo misterioso... le dió un escalofrío. Se cruzó de brazos y agregó su opinión, a la jaula de grillos que era su grupo:

-Si, es lo más sensato, preguntarles donde estamos como minimo...¿alguien se ofrece voluntario para hablar a los extraños?

Cuando Navi voló a su hombro Ainia se sintió muy incómoda, no le gustaba el contacto físico y menos sin avisar, abrió la boca para soltar cualquier bordería a la hadita para que se fuera, pero entonces todos empezaron a rodearla, hablándole a Navi, pero a su alrededor al fin y al cabo. Lo que la incomodaba aún más, quedándose en tensión, apretando los puños pero intentando disimularlo.
Las conversaciones se cruzaban a su alrededor y no terminaba de coger ninguna, no le gustaba la multitud, nada más llegar la emoción y el desconcierto del momento le hizo mostrarse más social que de costumbre, pero en cuanto se relajó un poco, los miedos vinieron junto con la calma.
Por fortuna enseguida empezó a desviarse toda la atención al final del camino y Navi se marchó de su hombro, un gran alivio. Con un suspiro volvió a adquirir una posición más relajada con los brazos en jarra apoyándose en la cintura y se dispuso a mirar donde todos, algo pasaba y podía no ser bueno por la actitud de Morduk.

2 figuras aparecían al final del camino: una mujer de aspecto inofensivo. –no te confíes las magas siempre lo parecen.- y un hombre que parecía ser su caballero, quizás sea una escolta.

-Creo que vienen por nosotros, ella parece noble y no creo que alguien como ella se dedique a pasear por ninguna parte con solo un hombre de escolta. – hizo una pausa pensativa. – que hable con ellos el que mejor aspecto tenga de nosotros.
Miró a su alrededor, a todos sus compañeros, parecían más una feria ambulante que un grupo de aventureros. - ¿alguna de las elfas? No van mal y la gente suele tener buena predisposición a hablar con los elfos o puede que en este mundo no. En cualquier caso estamos todos totalmente desarmados no hay muchas opciones.

Sonreí cuando la chica de armadura dijo lo de Jumanji.

-No lo se igual hay que encontrar el dado. comente divertida. Y no no creo que esto sea el Show de Truman. Me he pellizcado una oreja y duele de verdad.

Cuando dijo que si teníamos algo encima. Me palpe y vi una bolsa con monedas.

-Yo solo tengo monedas. Sonreí. Por cierto si alguien se hizo caótico malvado es el momento de decirlo.

Zaira también tenia esa monedas. Entonces empezó a hacer como fuerza hasta que la salieron unas alas.

-Bua. Vaya eso es muy impresionante.  dije emocionada.

Y de pronto vi a la extraña pareja del guerrero y la chica.

-Madre mía. Si todos los guerreros son así de guapos . No es tan mal sitio...

Escuche las opiniones de la gente.

-Si puede que sean como nosotros. Mire a la chica que dijo que la gente solía tener predisponían por las Elfas. Puede ser iré a probar. Me acerque atenta a la pareja. Y sobretodo con cuidado. No les conocíamos de nada y no sabíamos que intenciones tenían. Por no mencionar que el hombre llevaba armas y nosotros no.

-Salve viajeros.  comente seria intentando sonar lo mas solemne o rolera posible.

Cuando la elfa se acerca el hombre levanta la mano y dice mientras disimuladamente se coloca un paso por delante de la chica:

- Buenos días, viajera

Rápidamente el hombre da un rápido vistazo a la zona dándose cuenta que hay más gente y dice en un tono educado pero que se podía ver que era también prudente:

- Peculiar grupo el que os acompaña mi señora

Mientras tanto la chica miraba la escena, hace una muy leve reverencia y mira a todos uno por uno con cierto disimulo, deteniéndose sobretodo en Alice, Morduk y Zaira, la chica dice entonces con una voz realmente suave y hablando con tranquilidad:

- De hecho les recomendaría que fueran algo más discretos ya que no es común ver a personas de sus razas juntas...y en algunos casos ni siquiera sabía que existieran realmente

Rain camina hacia el guerrero y la exótica jovencita, no sabe las costumbres propias de ese mundo nuevo con lo que simplemente hace un pequeño gesto de reverencia con la cabeza y dedica la mejor de sus sonrisas.

No sabrán ustedes de algún sitio donde poder pasar la noche? Estamos cerca de algún poblado?

Entonces se da cuenta de su falta de cortesía.

Disculpad, me llamo  Andr…. Quiero decir Rain.

Asentí con la cabeza a su saludo.

-¿peculiar? Sin duda. dije con una sonrisa. Entonces escuche a la chica de rasgos asiáticos. Gracias por el consejo. Pero a sido algo de causa mayor.

Escuche las preguntas de Rain. Y espere la respuesta de los viajeros.