Partida Rol por web

-No dejas de sorprenderme maestra, tus recursos nunca se acaban -Agarró la escalera con algo de desconfianza pero al ver que parecía firme comenzó a subir- Aunque con tantas cosas en esa bolsa no creo que llevar un poco de pan y jamón hagan la diferencia en peso, como decían en casa: "Estomago lleno: mente ágil y cuerpo fuerte" -Se detuvo un instante a mitad de camino mirando hacia el agujero- Ya se que cuando uno tiene una misión debe concentrarse y todo eso, pero no comer? -siguió subiendo- Eso es peligroso, uno debe mantener su cuerpo bien alimentado o, San Cuthbert no quiera, un día puede lamentarlo -finalmente llegó con su cabeza a la altura del agujero, donde se detuvo, y mirando con cara de reproche a su maestra continuó la sermoneada alimenticia- Además ya he visto que usted no come para nada balanceado, mi nación tiene varios estudios realizados sobre el asunto y puedo asegurarle de que se de lo que hablo. Tiene que comer frutas y verduras todos los días, es recomendable comer al menos dos platos de verduras y tres de frutas de distintos colores al día. Tiene que comer legumbres al menos dos veces por semana, éstas pueden reemplazar a la carne aportando menos grasa, si se comen con cereales como arroz, mote o fideos. Comer pescado mínimo dos veces por semana ya sea al horno, al vapor o a la plancha ya que es tan o más alimenticio que la carne y más sano. Y no nos olvidemos del agua, toma poca agua, es importante, al menos seis u ocho vasos.

Miró a Kyrie que lo observaba con una expresión algo difícil de explicar y que, recién lo había notado, estaba agarrando la escalera con sus propias manos.

-Ehem! Disculpe, ya subo...

Hora 17:20, Turno 8

Subis sin demasiados problemas al agujero, luego para bajar resulta mucho mas sencillo, como suelen decir, para bajar todos los dioses ayudan. Estais en uno de los laterales del mausoleo donde hay varias tumbas, algunas de ellas saqueadas, otras de ellas completamente vacias y unas pocas intactas. Al fondo del pasillo veis una llama encendida, prueba irrefutable de que aqui vive alguien... o algo.

¿Realmente estás reprendiendo mis hábitos ahora mismo? -preguntó sorprendida mientras enrollaba la escalera de vuelta, y la echaba en la bolsa pequeña que de alguna forma la hacía desaparecer en su interior- Ciertamente eres incorregible en algunas cosas. Mientras pueda seguir moviéndome, lo importante es tener la mente en la misión.

Hablaba en voz baja, y llevó un dedo a los labios para indicarle que hiciera lo mismo.

-Recuerda. Es casi seguro que estemos tratando con un nigromante, observa, estas tumbas han sido profanadas. Una vez que termine esto, podremos volver a ponerlas en paz como el Señor del Mazo manda. Por ahora, sería pertinente que tus sentidos nos guiaran aquí hacia la fuente del mal, ya que probablemente tu vista alcanza mas allá que mi forma de detectarlos.

Comenzó a avanzar con paso normal, ni muy lento para no perder tiempo, ni muy rápido para ser precipitada. No esperaba trampas, pero si criaturas que podían haberse levantado de la tumba.

-Bien, bien, intentaré detectar la ubicación de las fuerzas malignas que afectan este lugar. Aunque no le prometo nada sobre el ruido, ya sabe que mi armadura no está hecha para este tipo de cosas.

Mientras le hablaba a su maestra Áran se concentró usando los dones que San Cuthbert le había otorgado para combatir el mal.

-Aún después de tanto tiempo en este tipo de misiones sigo sin entender a estos individuos, me refiero a los nigromantes y ratas de ese estilo -dijo con un tono de voz rebosante de desdén- Es una acción tan aberrante jugar con los cuerpos y almas de los muertos es... hmf...

Dejó de hablar sin terminar la frase, ambos pensaban lo mismo sobre estos temas, habían conversado algunas veces sobre el asunto, pero Áran prefería no hacerlo. Los ojos de su maestra le incomodaban mientras hablaban de ello, nunca le preguntó pero estaba casi seguro de que en esos momentos ella se imaginaba como castigaría a esos herejes... Y no eran formas agradables, de eso estaba seguro.

Hora 17:20, Turno 10

No detectais presencias malignas en esta zona, vais examinando este nivel del mausoleo y os encontrais con unas escaleras que descienden a los niveles subterraneos. Un aire frio asciende desde las profundidades del mausoleo y Aran se pone algo nervioso al mirarlo pese a no detectar nada todavia, sabe que hay algo alli abajo, pero no ha detectado nada todavia.

-Aunque no lo creas, yo los comprendo -se detuvo al pie de la escalera, mirando hacia abajo atenta, aunque con expresión un tanto sombría- Y quisiera no decir esto...pero tú también lo harás eventualmente, cuando veas el infierno.

Cerró los ojos.

-O al menos el primero de los muchos que verás. Luego de que muchos vendajes aprieten las heridas que recibirás en ellos. Esa es la ruta que escogiste. Y todo se reduce a nosotros, los mortales. Así como hay personas de corazón puro, existen sus opuestos, ansiosos por conseguir poder a costa de todo. Y a entregar traición por confianza, y oscura muerte para los vivos… -suspiró- Vamos. No es momento ni lugar para tener una conversación de este tipo. Espero que hayas traído las antorchas que te encargué hace un par de días.

-Así será -dijo asintiendo con la cabeza- he tomado este camino por decisión propia y no me echaré atrás, no importa cuantos infiernos tenga que atravesar, si eso ayuda a mantener el mal alejado de la gente inocente. 

Sacó una antorcha y la encendió usando la yesca y el pedernal. Luego de unos segundos logró encenderla y la levantó iluminando la escalera.

-Sé que no es posible eliminar al mal por completo, pero si podemos mantenerlo alejado de la mayor cantidad de gente de bien posible, creo que estaríamos cumpliendo con nuestro deber y la voluntad de nuestro Señor San Cuthbert...

Posó un pié en el primer escalón, y con la antorcha en la mano izquierda y la espada desenvainada en la derecha dijo- Yo voy adelante, hay algo allí abajo, si son muertos vivientes seguramente ataquen primero a quien lleve la antorcha. Que el malvado sea redimido por nuestro santo castigo. -Dicho esto comenzó a descender la escalera.

Hora 17:21, Turno 1

Bajais por las escaleras con cuidado y os encontrais en los niveles subterraneos, en el centro de una habitación de veinte pies (12 metros) de ancho y 35 pies de largo (10,5 metros). Cuando mirais al suelo veis que este esta lleno de barro y agrietado por todos lados, desde luego no en su mejor estado. La tenue luz de la antorcha ilumina vuestros alrededores bastante bien, Áran ve perfectamente en toda la habitación mientras de Kyrie ve ligeramente ensombrecidas las esquinas de la misma.

A los lados este y oeste de la habiación percibis, en cada lado, dos puertas. Para diferenciarlas podrias llamarlas puerta este norte, puera este sur, puerta oeste norte y puerta oeste sur. Os llama la atención la calidad desigual de las maderas de las puertas, por un lado la puerte oeste sur es de madera de roble reforzada con piezas metalicas y la puerta oeste norte es de madera de roble mientras que en el lado este las puertas son de madera corriente, no tan resistentes.

En la pared norte hay una quinta puerta, tambien de madera corriente, ahora debeis decidir que puerta tomar.

Kyrie bajó levemente los ojos, y frotó el dorso de una mano con la palma de la opuesta. No sentía nada que le indicara una dirección concreta, por lo cual tendría que revisar una por una aquellas estancias. Se acercó a la puerta menos relevante a simple vista, la del oeste, para tener un punto de inicio. Luego iría revisando de en orden la que estuviera mas cerca de esa, y así. Miró suspicaz el pestillo, de momento no había seña de trampas, así que hasta que esta amenaza fuese confirmada podía, de momento, tener una mayor expectativa de que no las hubiese. 

-No hay muchas opciones maestra, tendremos que revisar las puertas una por una. Apártese maestra, yo voy primero. -agarró el pestillo con la mano esperando que Kyrie se alejara un poco para luego abrir la puerta.

Hora 17:21, Turno 2

Avanzais por el primero de los pasillos, el cual tuerce hacia el norte para enfrentaros a otra puerta tambien de madera de roble. Los sentidos elficos de Aran dejan ver a este dos puertas mas al este, una de ellas, por logica lleva a la habitación de donde venis, pero la otra lleva a una habitación sin explorar. Arán ve mas alla de ls puertas, pero es demasiado oscuro como para estar seguros de que no hay y que hay.

Kyrie le hizo un gesto a Aran para que se adelantara al ver que un pasillo se abría, no parecía muy entusiasta a seguir por el mismo.

-Adelante, elige una puerta. Estamos avanzando a ciegas, dentro de todo. Veamos que te dice tu instinto.

-Bieeen... Mi instinto me diceeee... Mmmm... Supongo que abriré esta puerta primero...

Hora 17:21, Turno 3

Esta habitación esta llena de tumbas saqueadas. Hay una puerta de madera reforzada al oeste, otra al norte, cerca de la pared oeste, la puerta del norte cercana a la pared este os llama la atención.

Fundamentalmente os llama la atención porque esta hecha de hierro, en vez de estar hecha de madera. Por desgracia, una sola pulgada de acero es capaz de apantallar la detección del mal, si algo oscuro se esconde tras esa puerta, no lo sabeis.

Kyrie suspiró ante el escenario deplorable de ver recintos de descanso saqueados inmisericordiosamente, y se hizo camino entre los nichos profanados con pasos silenciosos. Esta vez, sin embargo, un movimiento casual de la mano hizo que la misma pasara bajo uno de los pliegues de la túnica. Hubo un tintineo delicado y apenas audible, y un brillo acerado que reflejó la luz aranjiza de la antorcha que portaba el paladín.

Cuchillas.

Largas, ridículamente finas y aparentemente livianas. Tres de ellas, con sus empuñaduras diminutas y nada prácticas para un agarre normal, dispuestas en cada uno de los tres espacios entre los dedos de la mano derecha. Con tantas tumbas abiertas, ya sentía poco probable el no toparse con alguno de los antiguos moradores de las mismas y se preparó, avanzando a la puerta de metal sin ninguna guía específica, tomando esta vez la iniciativa tras dar un momento por si Áran quería seguir su ejemplo o permanecer como estaba.

Rac, rac, rac Se oye un mecanismo cercano a la puerta en cuanto Kyrie tira de ella y una amplia red cae sobre ella, en ese momento Aran siente mal tras una puerta de madera en la habitacion siguiente. Por desgracia no es informacion novedosa porque varios necrofagos vestidos con armadura tachonada salen tras esa puerta, dispuestos a devorar a Kyrie que ha caido en su trampa.

Aran siente que hay dos mas que todavia no han salido de la habitacion.

-¡...! -se había relajado demasiado. Aparentemente, quien (o quienes) moraban aquí, estaban esperando alguna clase de visita. Trató de retroceder unos pasos sin tropezar, agradeciendo su corazonada anterior de tomarse un instante para desenvainar.

-Cuidado maestra! Tiene que ser más precavida! Apártese! Yo los retengo en la puerta mientras se libera de la red!