Partida Rol por web

Os habeis levantado de madrugada. Os han prohibido lavaros con jabon, tampoco afeitaros. Nada que pueda revelar vuestra posicion en la selva, ni siquiera poneros "zumo para bichos".
La patrulla sera peligrosa despues del ataque sufrido. Se espera una gran presencia del Vietcong.
Toda la compañia va a la jungla, tanto veteranos como novatos. Llevais tanto equipo como podeis.
En estos momentos estais sobrevolando los arboles con vuestro "Bird". El artillero del helicoptero observa la jungla desde detras de su M-60.
Delante vuestro la mayoria de la compañia ya ha desembarcado.
Justo cuando comenzais a descender, de la selva sale una rafaga de ametralladora pesada, alcanzando al rotor de cola.
El piloto jura mientras lucha inultimente contra los mandos intentando controlar la caida.
En segundos el helicoptero choca contra los arboles con un crujido ensondecedor.
Al momento, un ultimo golpe y la caida se detiene.
El piloto y el copiloto estan acabados. El vehiculo ha caido de punta aplastando la cabina. El artillero grita de dolor, el arma ha caido de su soporte sobre sus piernas.
Vosotros estais llenos de moratones y cortes, pero milagrosamente nada grave.

John salta del aparato en cuanto se recupera del impacto, y cae rodando al suelo, en busca de una posición defensiva.

¡VAMOS, VAMOS, VAMOS!, grita a todo pulmón, ¡si nos quedamos en el chopper estamos listos!

Una vez a cubierto tras una piedra de buenas dimensiones, reflexiona en voz alta; ¿Y desde cuándo tiran con pesadas estos cabrones del VC?

"De nuevo en el jodido infierno" Piensa Marco tras desaparecer el atontamiento de su cabeza debido al golpe y darse cuenta que debajo de él se extiende la selva.

Rápidamente, el soldado sigue a su compañero John, bajando del helicóptero para caer en la maleza rodando y tumbándose entre unos matorrales para ocultarse.

Mirando a John a los ojos, Belleti se lleva el índice a la boca para decirle que no grite y empieza a escrutar los alrededores con la mirada puesta en la mirilla del rifle.

“Estamos jodidos, tiene que haber amarillos debajo de cada puñetera piedra…”

Cita:

Claro, porque el helicóptero al caer no ha hecho ruido, y los pilotos no están chillando de dolor, rezonga John en voz baja. ¡Nos ha jodido aquí el sigiloso!

El artillero no deja de gritar que lo saqueis de ahi. La razon es que esta comenzando un incendio en los motores y hay un riesgo muy grande de explosion.
-¡Sacadme de aqui!, ¡venga, tios, por favor!
La parte de la selva en la que habeis caido es la ladera de una pequeña colina, a unas decenas de metros, bajando la cuesta hay un pequeño riachuelo.
Por ahora no se oye nada, pero estais seguros de que los amarillos no tardaran en enviar patrullas hacia aqui.

¡Cagontó! rezonga John, mientras se cuelga el M-16 en bandolera, se pone a cuatro patas y se acerca todo lo rápido que puede al helicóptero caído.

Una vez allí, examina la posición del artillero y, con el K-bar empieza a cortar los correajes pra liberarle.

Vale, vale, le dice para tranquilizarle. Pero no chilles tanto, que van a venir todos los Charlies del mundo mundial.

Joder, joder, estamos muertos....*
Max solo sabe abrazarse al rifle y mirar hacia la jungla con ojos ausentes. La radio colgada en su espalda no parece averiada por el golpe. Y, aunque en estado de shock, ha tenido la suficiente lucidez para coger el botiquin.

Besnier logra cortar las tiras que sujetan al artillero y lo saca a rastras, mientras el grita de dolor. Sus piernas estan jodidas, debe tener las espinillas rotas.
Belleti escruta la jungla, pero no ve nada fuera de lugar.
-¿Alguien sabe donde estamos?-Dice en voz baja Law. El operador de apoyo coloca su M-60 sobre un tronco caido apuntando hacia la parte baja de la colina.

¡Max, mueve el culo hasta aquí y traete el botiquín, venga!, sisea John examinando las heridas del artillero.

Y que alguien pruebe la radio, primero la del chopper y luego la nuestra: el resto de la compañía no puede estar lejos.

Aquello olia bastante mal. No solo literalmente con la gasolina evaporandose, los cuerpos chamuscados y la humedad que pudria nuestros unifromes y pies cada minuto. No estaba muy seguro de que fueramos a salir vivos de allí, en los días que había estado en Vietnam no pocas veces me había encontrado en una situación jodida, pero esta, aunque no había ni tiros y amarillos era la que más me estaba agobiando. Todos habíamos quedado en shock por en choque y ninguno estaba cumpliendo su cometido, ni siquiera yo que solo había logrado arrastrame hasta un tronco para vigilar el frente. Sentía que no podía perder aquel maloliente curso de agua porque si lo hacía todos los amarillos de aquí a Camboya se plantarían frente a nosotros. Escudriñé con intensidad lo que tenía enfrente de mí buscando una camisa negra, la bocacha de un fusil, la pisada de unas chanclas de neúmatico sobre el suelo fangoso.

Max levanta la vista y mira sin ver hacia Besnier. Despues un brillo de lucidez cruza su mirada y se arrastra hacia el artillero. Rasga las perneras del pantalon y las graves heridas salen a la luz. Busca en su botiquin y saca una dosis autoinjectable de morfina. Se la clava en el muslo y el herido pasa a un estado somnoliento.
Max mira a Besnier y susurra.-No puede andar y las heridas son abiertas, no lo puedo tratar aqui....
Belleti despliega un mapa que lleva en la pernera del pantalon, de la zona donde ibais a patrullar.
Law no deja de mirar el riachuelo debajo de vosotros, pero nada se mueve.
El helicoptero esta comenzando a arder ya por los cuatro costados y la columna de humo supera las copas de los arboles.

John asiente y coge del inútil helicóptero la camilla (poco más que dos varas de aluminio y una lona intermedia) que suelen llevar para los heridos. Con cuidado, la coloca al lado del artillero herido y lo mueve hasta colocarlo encima. Después la coge por delante y espera que Max lo haga por atrás.

Una vez movible el herido, avanzan hacia el resto del grupo y John dice: Vámonos.

Dieguez había permanecido hasta ese momnto en silencio, pensativo y con la cabeza en otros sitios, que era lo pero que le podía pasar a alguien en medio de una acción de combate... En el momento en que volvió a ser consciente al 100% de dónde se encontraba, fue cuando se dió cuenta de que tenía que darle las gracias a lo más sabrado por tener la suerte de seguir vivo tras sólo haber actuado hasta ese momento por inercia...

Tras pensar que quizás su suerte tendría que haber sido la de los pilotos, corrió a situarse al lado de Law, dispuesto a acabar con todo vietnamita que se le cruzase, cómo sí de un pandillero rival se tratara... Quizás, sea divertido al final estar en el mismísimo Infierno...

Escondido dentro del seto, Belleti empieza a repasar el mapa acorándose del viaje con el helicóptero, siempre había sido bueno orientándose.

Contento por su hallazgo, se gira hacia sus compañeros a la vez que contempla con cara de desagrado el humo que esta provocando el aparato "Mierda, somos una puta bengala".

-Tíos! Creo que sé donde estamos. ¿Queréis seguir hacia el grueso o volvemos a la base? - Sus palabras son un chillido ahogada forzando la garganta para que no se le escuche apenas - La cosa es salir de aquí joder, estamos llamando mucho la atención.

Tenemos que estar muy cerca de los demás, cuando abatieron nuestro chopper acababan de desembarcar, comenta John. Hay que buscarlos, lo que me recuerda que usemos la radio que lleva Max, a ver si los demás choppers aún están por aquí y pueden recoger al herido.

Belleti observa que vuestra posicion se sale de su mapa de la zona de operaciones, pero calculando el vuelo del helicoptero piensa que estais a unos 6 o 7 Km de la zona de aterrizaje. En la selva eso son unas 6 horas. El mejor camino para no perderse y avanzar rapido es seguir el curso del torrente que discurre al pie de la colina, internandose en la selva.
Besnier y Max comienzan a trastear con la radio y reciben un mensaje.-Aqui Taxi Dos, aqui Taxi Dos, vemos humo, ¿alguien por ahi abajo?.
Es un helicoptero que os sobrevuela, podeis oir sus aspas por encima de vosotros.
Entre el humo y la visita pensais que destacais como fuegos artificiales del cuatro de julio.

John agarra el micro y dice: Taxi Dos, aquí Variable. Mayday, mayday, mayday. Nuestro taxi ha caído. Piloto y copiloto muertos, artillero herido pero estabilizado.

Tras mirar el mapa unos instantes, John encuentra una zona despejada cercana y continúa.

Solicitamos Medevac para él en coordenadas 35, 14. La LZ no está, repito no está, caliente pero pronto lo estará, y no podemos avanzar con la camilla. Cambio.

Mierda gentes! - Dice Belleti a sus compañeros mientras se acerca a ellos arrastrándose entre la maleza y levantando el mapa - Estamos fuera de coordenadas la puta zona de aterrizaje debe estar a seis horas de aquí!.

Preocupado señala el humo - Y además, pedimos a gritos que nos disparen. Voto por movernos y ya.

No le he indicado la zona de recogida prevista, dice John, le he dicho que baje en ese claro que hay a 100 metros. Si conseguimos embarcar al artillero, podemos proseguir y reunirnos con el resto de la compañía.