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Negocios Turbios

Negocios Turbios: De vuelta en Villorrio del Estrecho de las Tormentas

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12/05/2013, 13:26
Director

"... tal vez cuando vuelva tengamos esa parte solucionada... "

Las palabras de Daniel aun resuenan en tu cabeza cuando te despiertas. Llevas una semana ya en la acogedora cabaña del Villorrio. En todo este tiempo has puesto en orden todos los papeles y asuntos que dejaste en manos de Ana y Antón, organizando todo lo que te han dicho. Por suerte parece que el negocio sigue viento en popa, pero no es esa tu preocupación. Apenas has pegado ojo pensando en cómo descubrir quiénes eran aquellos hombres o qué es lo que te oculta tu marido.

Después de una semana, ya es hora que vuelvas a coger las riendas del negocio y que te dejes ver de nuevo por la lonja, aunque tu ánimo no acompaña al soleado y fresco día. Finalmente te levantas. Hasta tu habitación llega el olor del desayuno, que Ana o Antón, residentes en la misma cabaña, estarán preparando. Éste se mezcla con el de las conservas, que llegan a través de las ventanas desde el pabellón de lona que utilizas como almacén y taller.

Habrá que ponerse manos a la obra, pues lo que bien sabes es que ninguna empresa se levanta sola.

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12/05/2013, 13:55
Lorena

Me despierto completamente agotada. He dormido fatal y, como tantas otras noches de esta última semana, he tenido pesadillas. Pero los días de pensar sin ir a ninguna parte se han terminado. He luchado mucho por el negocio como para permitir ahora que todo se vaya al garete. 

—Ni hablar, ya buscaré la forma de saber qué está pasando. Y entonces tomaré medidas. Pero se acabó— pienso con determinación.

Con una energía que no se corresponder con mi estado físico, me levanto de cama y empiezo a vestirme. Hoy toca ir a la lonja, repasar a fondo las cuentas y, por la tarde, ocuparme de los asuntos derivados de mi matrimonio. Sean los que sean.

Me voy a la cocina más que dispuesta a desayunar bien para empezar el día con energía. Tengo mucho qué hacer.

— Buenos día — digo con una sonrisa enorme— Estoy muerta de hambre y esto huele genial.

Es mentira, no tengo hambre. Los nervios y la falta de sueño me están afectando pero necesito alimentarme bien. 

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13/05/2013, 12:59
Ana

- ¡Buenos días!* - dice una voz enérgica y dulce. Ana te sonríe, mientras saca la sartén del fuego, con un par de tomates asados y los sirve en un plato junto a unas tostas y un zumo de frutos rojos. - He cogido un par de frutos del almacén para hacer un zumo. Vamos de sobra con el material así que imagino que no te importará.

- Vamos, siéntate, siéntate. - Su menudo cuerpo revolotea por toda la cocina, sacando y recogiendo trastos, sin parar de sonreír. - Ais, cielo, vaya cara me llevas. ¿No será por tu marido? Si lo vas a ver en nada. Aprovecha y disfruta de la libertad, que eso del matrimonio es toda una faena. Además, es un placer poder estar en el Villorrio. Robleda a veces se me hace muy grande y caótica y esto es todo un soplo de aire fresco, y salado. - No para de hablar, siempre con energía y vivacidad, mirando a un lado y a otro y sin dejar de moverse. Te vuelve a mirar y con cara de reproche dice - Venga, venga, come, come. ¿A que esperas?

Notas de juego

*En Hafling

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13/05/2013, 13:37
Lorena

— No, no importa. Coged lo que haga falta, claro— contesto reteniendo un bostezo que pugna por salir. 

Dejo que Ana bailotee por la cocina con su incesante cháchara, que me distrae de mis preocupaciones. Me siento tapándome la boca y sonrío al ver el desayuno. En cuando empiezo a comer, me doy cuenta del hambre que tengo realmente. Cuando nombra a mi marido me quedo absorta, pensando en que realmente lo echo de menos, con la tostada en el aire, a medio camino entre el plato y la boca. 

— Vamos, vamos, que tengo mucho que hacer como para quedarme pensando en la musarañas.

— Lo cierto es que echaba de menos el olor del mar, no hay nada como eso. Y el tiempo pasa rápido, sobre todo cuando hay mucho que hace, como hoy. Tengo que ir a revisar las cosas en la lonja, ¿me acompañas?

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13/05/2013, 19:14
Ana

- ¡Por supuesto! Seguro que Antón estará encantado de vernos. Además, yo tengo poco que hacer. La contabilidad es como el fuego, una vez lo prendes ya solo tienes que ir echando leña de vez en cuando. - Se acerca a ti y te coge el mentón con cariño - Y alegra esa cara. ¿No querrás que piensen que vienes triste de la capital, verdad?

Tras lanzarte una amplia sonrisa, aun más entrañable por el pequeño tamaño de sus miembros y por sus grandes ojos, vuelve a ponerse con los cacharros de la cocina.

- Tu termina de comer y prepárate mientras yo termino de recoger esto.

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13/05/2013, 19:56
Lorena

— Umh, si tienes poco que hacer... a lo mejor es hora de una rebaja de sueldo— bromeo con una sonrisa.

Acabo en desayuno, en el que como todo lo que puedo para coger fuerzas. Además, Ana es una gran cocinera a parte de una excelente contable. Me dejo mimar porque me hace falta y porque Ana siempre es agradable pero tengo mucho que hacer. La dejo recogiendo las cosas mientras yo me aseo. Cuando termino, me pongo una sencilla capa azul sobre el vestido y me preparo para salir. 

— ¿Vamos? El día se acaba y hay mucho por hacer— digo de buen humor.

De repente, me siento mucho mejor. No todos los asuntos que tengo para hoy son agradables pero estoy en casa, rodeada de gente de confianza y las cosas aún pueden salir bien. 

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14/05/2013, 09:41
Director

Ana responde con gesto ceñudo a tu frase pero al segundo suena una atronadora carcajada. Cuando sales vestida, ella te espera en la entrada, con un sencillo traje y una pequeña capa naranja a juego.

No tardáis mucho en llegar a la lonja, pues todo en el Villorrio del Estrecho está cerca. Por el camino te encuentras a muchos conocidos y algún que otro amigo. Al llegar a la lonja, el olor a pescado te invade y el creciente bullicio de los pescadores que comienzan a organizar la subasta domina el edificio. A un lado hay un pequeño puesto con varias cestas, cajas, una gran estantería y un amplio mostrador. En un pulcro cartel de roble se lee: Lor Corp.

Un hombre entrado en años, de mirada cejuda y rostro concentrado, coloca los diversos enseres y la mercancía en su lugar. Es Antón.

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14/05/2013, 13:41
Lorena

Saludo con una sonrisa a amigos y conocidos. Ha sido una torpeza por mi parte no dar una recepción para avisar de que estaba de vuelta en la ciudad. Todos sabemos que en ese tipo de eventos suelen surgir negocios y acuerdos.

Me distraigo y pasan estar cosas. A saber qué se estará rumoreando. Hay que ponerle solución a esto— pienso sin profundizar mucho más. No quiero parecer triste en la lonja, ni débil, ni enferma... 

— Hay que ir pensando en una pequeña recepción o algo... Nada muy pomposo— le comento a Ana. Ya he tenido bastantes gastos con la boda. 

Sonrío al ver el cartel con el nombre de la compañía. No hay nada mejor para el buen humor que ver los frutos de tu trabajo.

—¡Antón! Te veo atareado— saludo con una sensación de orgullo por lo conseguido. 

 

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16/05/2013, 13:18
Antón

Antón hace una pequeña reverencia cuando le hablas.

- Señora. - Inmediatamente vuelve a ponerse a colocar las cosas. - Es el primer día de la semana, así que hoy habrá que recibir el pescado y empezar a subastar y distribuir las conservas. Pero creo que en un par de horas estará todo preparado. ¿Os vais a quedar aquí? ¿Queréis que me ponga con otra cosa?

Mientras te habla mantiene su tono serio, pero servicial. Su esmero y su concentración demuestran que es completamente leal a tu servicio, como lo ha sido desde que lo contrataste.

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16/05/2013, 19:39
Lorena

- Mejor estar ocupada y centrarme en lo importante que andar agonizando por todas las esquinas.

Sonrío a Antón y lo saludo afectuosamente. Aunque no es un hombre que se preste mucho a grandes alardes de amistad, sé que agradece los pequeños gestos. Si no, nunca se hubiese venido conmigo.

-Quédate un poco conmigo y me pones al día mientras te ayudo con esto. Después, te libero, que sé que hay mucha tarea.

-Tal vez Antón, que lleva muchos años trabajando y que conoce a todo el mundo, conozca un espía.

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16/05/2013, 19:50
Antón

- Bien, Señora. Tenemos varias cargas de atún por parte de Balazar que ya hemos reservado. Debería traerlas en unas horas. Por otra parte, he traído cuatro cajas de conservas del interior para venderlas aquí. Habrá que pedir más, aunque se puede ir haciendo de las reservas que tenemos en el almacén. Gastamos una media de caja por día, pero siempre traigo caja y media a la lonja, para que no falte.

Termina de colocar las cosas. Observa cómo ha quedado el puesto y asiente, con gesto de satisfacción. Luego te mira.

- Creo que ya está todo. Si se queda usted aquí puedo ir al almacén y reordenar aquello, además de revisar el pedido y otros quehaceres. ¿Necesitáis algo?

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16/05/2013, 19:57
Lorena

Sonrío complacida. Antón y Ana han sido grandes elecciones y tras mi ausencia, me ha quedado claro que puedo ausentarme y que todo irá bien.

-Muchas gracias Antón, habéis hecho un gran trabajo. Te acompaño un momento al almacén, quiero hablar contigo en privado- digo pasando a un tono más serio.

Sin más dilación, nos ponemos en camino. El trayecto es corto y prefiero hacerlo en silencio porque tengo mucho en lo que pensar. Cuando llegamos entro en el almacén, cierro la puerta y planteo mi problema.

- Me temo que desconozco parte de los negocios o tratos del que es mi marido. Obviamente, necesito que esto deje de ser así. Necesito un espía. ¿Conoces a alguien apropiado para el trabajo?

Notas de juego

Master: El almacén está pegado a la cabaña. Esta apenas a un par de minutos de la lonja, pero en la lonja solo tenéis el puesto. Modifica si quieres :)

 

Laulau: listo, prefiero editarlo y que todo tenga sentido ^^

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17/05/2013, 09:21
Antón

Antón acepta que le acompañes y camina a tu lado, con solemnidad. Cuando llegáis al almacén* te mira inquisitivamente. Tras contarle tu problema, cierra los ojos y permanece pensativos unos segundos. Cuando los vuelve a abrir hay un aire de curiosidad y suspicacia en su mirada.

- Mmm. Espero que no esteis metida en asuntos turbios, Señora. Ya sabéis que soy un hombre honesto y no me gustaría ensuciar mi reputación. - Permanece en silencio un momento, escrutándote - Pero si vuestro propósito es decente, creo que conozco a alguien que podría ayudarnos. Solo necesitaría el apellido de vuestro marido y puedo contactar con él cuando envíe el pedido para Robleda.

Notas de juego

*Es de lona, la puerta también. Puede cerrarse pero no es "rígida".

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17/05/2013, 09:44
Lorena

Miro a Antón con gravedad... perderlo no era algo que hubiese valorado pero es algo que ha aparecido y que tendré que tener en cuenta. Suspiro tanto para aliviar tensión como para darme tiempo para pensar. 

Si mi buen nombre, el vuestro y el de la empresa no me preocupasen, no estaríamos teniendo esta conversación, créeme. Pero puede que Daniel sí tenga negocios o relaciones poco fiables a mi espalda. Dado que las investigaciones que hicimos antes del matrimonio no las detectaron, me temo que tendré que recurrir a otro tipo de medios. Los apellidos son Arenzana Iglesias. Gracias. 

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17/05/2013, 10:09
Antón

- Está bien. - Contesta finalmente - Confío en usted, Señora. Espero que sepa lo que hace. Enviaré esta misma tarde el pedido y contrataré al hombre. Cualquier información que añada será de utilidad, pero intente no dejar huella de su nombre, por si acaso.

El hombre se da la vuelta y empieza a trastear entre cajas y armarios.

- Si no requiere nada más, queda trabajo por hacer.

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17/05/2013, 10:23
Lorena

— De momento, veamos qué puede conseguir con ese nombre. Puedes dejar que lea el informe que hice cuando estaba estudiando el acuerdo prematrimonial, tal vez sea de ayuda. Te dejo trabajar— digo zanjando la conversación.

No sé muy bien como estar. Por una parte, me siento tensa por la conversación con Antón pero también aliviada, porque parece que empiezo a mover ficha para poder saber qué está pasando realmente. 

Con paso seguro, me dirijo al puesto para poder pasar la mañana ajetreada sin pensar demasiado en ciertas cosas. 

 

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17/05/2013, 11:03
Director

Cuando vuelves Ana ya está con el puesto abierto, charlando amistosamente con algunos pescadores que deambulan por allí, esperando a la subasta. Por las risas y los rostros, no parece que sea ninguna conversación seria, sino simple marujeo. El cuerpecito de la hafling llama la atención entre los hombres altos y fornidos.

En ese momento escuchas una voz cerca tuya.

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17/05/2013, 11:08
Balazar Malaespina

- Buenos días, Señora... ¿Arenzana, es ahora, no? Una pena no haber podido asistir a su boda, pero ya sabe, los negocios no dejan a uno descansar. - Su voz grave característica suena amable, aunque pese a su sonrisa, la ferocidad del rostro de Balazar es notable. Es un hombre que ha vivido mucho, y ha sobrevivido.

- Se os echaba de menos por aquí. ¿Que tal las cosas en la capital?

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17/05/2013, 11:30
Lorena

En cuanto localizo a Ana, me dirijo a ella con paso seguro. Tengo ganas de ver una subasta después de tantos meses, pero un rostro conocido se cruza en mi camino.

Sonrío al ver a Balazar, siempre es un placer hacer negocios con él, a pesar del aire salvaje que parece acompañarlo siempre.

— Señor Malaespina, ese es mi apellido ahora. Me alegra verlo tan lleno de energía como siempre, tenía ganas de venir a la lonja y encontraros. La capital... ya sabe, ruidosa, peligrosa, estimulante y, sobre todo, económicamente muy productiva. Pero me alegra mucho estar de vuelta en casa. Parece que la habéis cuidado bien. ¿Cómo van los negocios?

— Arenzana... y a ver por cuanto tiempo.

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17/05/2013, 11:58
Balazar Malaespina

- ¿Los negocios? Bien, bien. Ya sabéis, el Villorrio del Estrecho está siempre tranquilo... Demasiado tranquilo... - Suelta un largo suspiro, cargado de nostalgia. - Echo de menos la vida en alta mar, las aventuras, los peligros... la lucha... - Te mira y abre bien los ojos, como si por un momento se hubiera olvidado de dónde estaba. - Bueno, que me pongo sentimental. - Una atronadora carcajada rompe de nuevo el hielo - La verdad es que la cosa marcha bien. Desde que los Basa se han quitado de la vida pública, el comercio con los Remesul fluye como la espuma. El precio ha bajado, puesto que no hay competencia, pero la abundancia lo compensa.

Da un par de palmas y hace una reverencia, despidiéndose.

- Debo seguir con lo mío. Hay que preparar la subasta y hacer de mediador. Cualquier cosa, ya sabéis. Pasad buen día, Señora.