Partida Rol por web

Erick juntó los papeles que se le habían caído y acomodándolos lo mejor que pudo se los tendió a Michael.

—¿Tú eres el experto en cosas escritas? Ten. Yo mientras tanto voy a revisar a ese que está colgado allí. ¿Me ayudas a bajarlo Tiberius?

Revisó un momento el cuerpo, aunque estaba algo distraído.

—¿Se habrá colgado a sí mismo en este lugar? ¿Cómo puede ser que haya atado la soga allá arriba sin volar?

Tiberius apartó la vista en cuanto pudo de los macabros cadáveres, sobre todo del pobre desdichado o desdichada que había decidido colgarse para acabar con su vida. No quería pensar en lo que aquello implicaba, pero tenía muy claro que él también prefería aquél destino a ser besado por un dementor.

Mientras Brianna buscaba con su varita iluminando la estancia, Erick abrió unos cajones que se desmenuzaron en sus manos. La atención de Tiberius se vio atraída de forma inexorable hacia los documentos que se desparramaron por el suelo, y se acercó para cogerlos con cuidado y examinarlos.

—¿Esto qué es...? —se preguntó extrañado.

Quizá no encontraran nada de utilidad en ellos, pero no estaba de más echarles un vistazo rápido. Más de una vez había encontrado la respuesta a un desafío en algún manuscrito aparentemente sin importancia.

Brianna se acercó a la puerta para verla bien y lo que encontró la hizo parpadear, bueno, en general la puerta se veía muy fácil de abrir con lo vieja que se veía, con un simple hechizo bombarda podían hacerla explotar, lo que le llamó la atención fueron las palabras que tenían escritas, sin contar el raro, pero ahora familiar símbolo en la misma.

—Chicos, aquí dice algo sobre experimentos y escapar — habló en voz alta al resto, leyendo bien las palabras talladas en el metal —¿Estaban usando Azcaban para realizar experimentos mágicos? — preguntó más al aire que a nadie, pero eso no la hizo sentir nada bien ni segura ahora, debían irse de allí si eso era verdad, quién sabría que habían dejado allí olvidado por los dioses entonces.

Viendo de nuevo el símbolo, sacó el libro con el que había despertado, mismo que tenía el símbolo de la puerta grabado y lo abrió para revisarlo, quizás hubiera algo nuevo que no había visto antes con todo eso de tener que intentar escapar de los dementores y sobrevivir.

Al ver los cuerpos sin vida, Michael tuvo una nueva sensación de inquietud, y esta se acrecentó aún más cuando divisó el cadáver de aquella persona que se había ahorcado para poner fin a su tormento y que, por la descomposición del cuerpo con respecto a los de los otros cadáveres, se notaba que había estado mucho más recientemente que los otros.

En esos instantes, se encontraba tentado de aproximarse al ahorcado y cortarle la cuerda para no tener que verlo en aquel estado. Sin embargo, después de haber escapado por poco de un grupo de inferis, prefirió no hacer tal cosa. Prefería no tener que acercarse a ningún cuerpo sin vida si podía evitarlo. Por ello y viendo que Tiberius estaba examinando los documentos de uno de los cajones, se aproximó hacia él para echarles también un vistazo.

-Puede que encontremos algo que sea de utilidad... -dijo el bibliotecario, aunque más pendientes de leer los documentos que de sus compañeros. Al escuchar a Brianna, Michael no levantó la mirada de los papeles, aunque apreció el punto que había mencionado la joven rompe-maldiciones. Había sido muy aguda-. Si hay inferis, eso significa que como mínimo experimentaron para resucitar a esos reclusos, pero no creo que se detuviesen ahí...

Aunque Erick decidió revisar el cadáver qué se hallaba colgado y que se diferenciaba mucho del resto de cadáveres que estaban prácticamente en los huesos ya, la realidad es que no pudo encontrar gran cosa en este, tal vez debido a la peste que emanaba de su cuerpo o la forma tan horrible en qué había muerto al quitarse su propia vida. Sea como fuera lo único que pudo rescatar fue la tarjeta runica forjada con mármol negro, misma que tenían tanto el como el resto de sus compañeros sin embargo, la de aquel pobre hombre se encontraba completamente vacía y sin ningún rastro del dibujo de Azkaban o de las particulas doradas.

Era como si la propia tarjeta se hubiera apagado tan pronto como la alma de su portador lo hubiera hecho también. Ya sabía que al juntar las tarjetas de todos podrían invocar una especie de mapa mágico de la prisión, sin embargo tal vez aquellas tarjetas runicas habían sido de alguna forma enlazadas a su propia vitalidad, una vez más la incomoda presencia de una magia que seguramente estaba fuera de todo entendimiento se hacía presente, si se pensaba de esta forma.

Ambos hombres tenían el conocimiento y habilidad suficiente en ese tipo de cosas como para entender de inmediato la gran mayoría de esos papeles que habían caído debido a la antigüedad del lugar, una gran mayoría parecían ser simplemente tomos de libros viejos que se habían deshojado con el paso del tiempo, la humedad y las deplorables condiciones en las que Azkaban parecía tratar a sus reclusos. Sin embargo tanto Michael como Tiberius no tardaron mucho en encontrar algunas notas de interés tanto para ellos como el resto de sus compañeros, se trataban de algunas notas que parecían ser las de los propios prisioneros que en algún momento, poblaron la celda en la que se encontraban, la escritura sí bien era de una persona común y corriente, no dejaba nada  que desear a muchos jeroglíficos debido a los garabatos y la forma tan desesperada en la que esta persona debío escribir, afortunadamente para ambos esto no era demasiado problema y sin duda, parecía una especie de diario;

Cierran Azkaban!!!!!

Por fin la gran noticia a llegado!! Este maldito y asqueroso lugar a llegado a su fin ¿Acaso pensaban que se saldrían con la suya? Todo lo que nos hicieron... este lugar siempre fue un infierno y aun asi el ministerio... Como sea, al menos pronto todo esto terminara y podremos volver a nuestras vidas fuera de los dementores y de toda esta maldita locura.

Aquella entrada parecía haber contenido mas detalles de los que allí se relataban, sin embargo no se podía leer mas debido al desgaste de las hojas, aunque estaba claro que aquella entrada de diario era de un prisionero que, de alguna manera se había enterado del cierre de Azkaban, y aquí era donde venía lo peor... No tardaron mucho en encontrar otra entrada de lo que en algún momento había sido ese diario, la continuación de lo que ya habían leído parecía estar allí.

¡Y una mierda! Se estan largando de aquí... se estan largando los malditos aurores, se suponía que tenían que evacuarnos a todos para el cierre definitivo. ¿Porque? ¡Porque! Acaso... No no no no no no!!!! Debe ser una broma de mal gusto, seguramente estarán evacuando a todos pronto y solo se reajusto la fecha, si, debe ser eso. Incluso mis compañeros estan tratando de pensar positivo... es muy pronto para el pánico, si.

Maldita sea... La prisión siempre había tenido mínima seguridad de aurores pero esto, nunca había visto Azkaban completamente sola por parte del ministerio... Vendrán a sacarnos de aquí ¿Verdad? ¡Verdad! Las nubes sobre la prisión nunca se habían visto tan oscuras, como si los dementores estuvieran opacando el cielo por completo, espero que vengan por nosotros pronto. Pensar en que nos dejaron aquí a proposito es ridículo ¿Cierto? Hahaha, ni siquiera el ministerio es tan hijo de puta para hacernos esto, aunque algunos prisioneros tienen sus teorias... Dicen que Azkaban nunca fue una prisión, que era una fachada y ahora por fin solo están tratando de ocultar sus errores ¿Ekrizdis? ¿Quien carajo es ese? Solo debemos esperar y pronto ganaremos la libertad... debemos esperar, si...

Auxilio... 

Aquella había sido la última entrada, por supuesto aunque el pobre prisionero parecía aún tener la esperanza de que alguien lo rescatara y los que van para después del cierre de Azkaban, tanto el bibliotecario como el abogado sabían muy bien qué es lo que había sucedido después; el Ministerio de Magia no había movido ni siquiera un dedo en sacar a los prisioneros de la prisión, dejando lo que había sucedido en realidad totalmente al aire y sin dar explicaciones. Era sin duda triste el saber como habían terminado todos esos reclusos, los cuales seguramente se trataban de los cadáveres que tenían alrededor, estando allí ahora en estado de descomposición.

De igual forma era preocupante a partes iguales, de que en esos momentos ni ellos dos ni el resto de sus compañeros debían de estar en un lugar como ese ¿Acaso lo que mencionaba el recluso en aquellas hojas de su diario y lo que había encontrado Brianna tenían alguna conexion?

En cuanto Brianna saco el libro que ella tenía en su posesión para comprobar si algo sucedía, de inmediato aquel símbolo que estaba tallado reaccionó casi al instante, comenzando a brillar con una intensidad similar al del encantamiento Lumos, esto al mismo tiempo en que el propio libro levitaba a unos cuantos centimetros de las manos de la mujer. Pronto observó como una conexión mágica se formaba entre el propio libro y la grabación que había en aquella habitación, y de esta forma, poco a poco fueron apareciendo letras en las páginas que estaban en blanco, cómo sí el propio tomo estuviera absorbiendo la información por medio de aquel simbolo de alguna forma.

Las crónicas de Azkaban I

Escritas por Lord Balak...

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Entre mis innumerables viajes por el mundo, desde el Norte hasta el Sur, pasando por el Este y el Oeste, estaba claro que una de mis paradas casi obligadas era la imponente fortaleza del  Mar del Norte, aquella que en tiempos más actuales se conocía como la prisión de Azkaban. Si estás leyendo este tomo seguramente te estarás preguntando algo bastante lógico y muy importante; ¿Que tiene que ver esto con el objetivo principal de este libro? ¿Acaso no Balak está dedicando toda una vida para encontrar y exponer artefactos oscuros y tenebrosos? La respuesta más rápida a esta incógnita mis queridos amigos, es sí.

Ahora que si nos vamos a una respuesta más detallada, tendría qué dedicar está primera parte de mi investigación sobre Azkaban, para explicarles qué por muy extraño que parezca para las generaciones más actuales de magos y brujas, esta prisión no es una simple construcción destinada para encerrar criminales peligrosos. Incluso me atrevería a decir y afirmar que esta mega construcción es, por si misma y en toda su extensión, un artefacto tenebroso en su totalidad, creada por el mago tenebroso; Ekrizdis.

Yo mismo decidí saltarme toda norma, y colarme dentro de esta enorme y monstruosa construcción del siglo XV con el único fin de poder demostrar y documentar qué tipo de males realmente existen dentro de las paredes de Azkaban. Que lejos de ser exclusivas para aprisionar gente, su objetivo inicial era experimentar y utilizar los más atroces y horribles tipos de magia oscura que pudieran existir. Las leyendas cuentan que su creador engañaba a pobres e indefensos marineros muggles, quienes terminaban atrapados en la pequeña isla del Mar del Norte y posteriormente quedaban en las horribles manos de Ekrizdis y sus artes oscuras que sin duda, demostraban tener un poder excepcional y sobre todo terrorífico.

Según se cuenta, una vez que el creador de Azkaban llegó al fin de su vida y con esto, las protecciones mágicas qué cubrían la fortaleza desaparecieron. El Ministerio de Magia rápidamente se pudo dar cuenta de esta localización, sin embargo aquellos que entraron por primera vez para explorar la zona decidir no decir ni una sola palabra de lo que habían encontrado ¿Que mal habían visto, como para tener que guardar silencio?  Por supuesto, lo que es historia queda como historia, sin embargo uno de mis informantes alrededor del mundo logro capturar el rumor de qué la prisión ahora utilizada para fines del Ministerio, nunca dejó de ser un lugar de tortura y experimentación para con las artes más oscuras y tenebrosas existentes. Es mi deber encontrar la verdad de estos posibles rumores y la única forma de hacerlo es sin duda, adentrarme en las fauces de está fortaleza, después de todo el hogar de un mago tenebroso siempre servirá a la maldad que existe en nuestro mundo mágico, y esto mis amigos, la convierte en el artefacto tenebroso mas grande, en tamaño, jamás creado.

El primer tomo de lo que parecía ser, una serie de experiencias por parte de Lord Balak dentro de esa maldita prisión, se quedó impreso en las páginas del libro que poseía Brianna, casi como si esta información había estado señala en el símbolo qué había encontrado allí mismo ¿Tal vez Lord Balak había sellado su trabajo? ¿Porqué habría tenido que recurrir a algo asi? Lo que si era seguro era que posiblemente la mujer podría encontrar más información respecto a las Cronicas de Azkaban si lograba encontrar mas inscripciónes como la que estaba allí y la cual parecía haber dejado de expulsar mágia tan pronto como el tomo terminó de escribir por si mismo en sus páginas.

Mientras todos los presentes en esos momentos, estaban tratando de rascar la información que la propia prisión de Azkaban les iba dando. De un momento a otro todos pudieron observar como el libro que había portado Brianna desde que habían despertado, actuaba por si mismo y levitaba levemente sobre las manos de la chica. Creando de igual manera una conexión mágica que alumbro aún más la habitación en la que se encontraban, casi como si este tomo estuviera absorbiendo información directamente de un símbolo que esaba tallado en la pared y que se asemejaba mucho al símbolo que el propio libro tenía en la portada. ¿Tal vez Brianna había encontrado algo de interés?

Por otro lado, la mayoría de los presentes habían terminado de examinar los puntos de interés que habían encontrado en aquella celda comunal. Seguramente habiendo gastado valioso tiempo en el proceso, Pero por supuesto saber el porqué se habían despertado todos en este horrible lugar era igual de importante que escapar, después de todo estaba cada vez mas claro que algo había detrás de este secuestro, y la información podría ser tan necesaria como las capacidades físicas y mágicas que cada uno de ellos poseían. Además ese pequeño momento también había servido para reponer energías, y es que una vez que abrieran la puerta que daba al exterior de la celda, no sabían que es lo que les podría esperar en su camino para seguir descendiendo por aquella prisión tan tenebrosa.

Michael había leído lo que parecía ser el diario de uno de los reclusos que había en Azkaban. Le dirigió una mirada a Tiberius al concluir de leerlo, pues sabían que lo que acababan de leer era tan triste como inquietante. ¿De qué manera podía estar relacionado con que ellos hubieran terminado allí? El bibliotecario no lo sabía, aunque sin lugar a dudas las posibilidades podían ser muchas.

-No es claro sobre si lo que les hacían eran experimentos... -fue lo primero que dijo, con voz un tanto afectada, mientras dirigía una mirada a Brianna-. Aunque... Yo diría que sí. -Michael respiró hondo, pues tenían mucho que contar-. El Ministerio de Magia anunció que cerraba Azkaban. Se suponía que tenían que evacuar a los reclusos, pero no lo hicieron. Los aurores se fueron, así que los prisioneros terminaron quedándose solos. Imagino que terminarían muriéndose de hambre y sed, o puede que los dementores acabasen extinguiendo antes sus vidas... -Fuera cual fuera la opción, había sido un final devastador para aquellos reclusos, por horribles que pudieran ser los delitos por los que habían sido confinados-. También mencionan de nuevo el mismo nombre. Ekrizdis.

—Pues ese de ahí se suicidó. Supongo que lo trajeron como a nosotros y no encontró el modo de salir, o murió de un ataque de melancolía por ver el triste destino de tantos pobres diablos. Mejor intentamos seguir avanzando. ¿Qué es esa magia que estás invocando, Briana?

A Tiberius le revolvió el estómago la lectura de aquél diario. La angustia que destilaban sus páginas era suficiente para entender cómo debía de haberse sentido el pobre desdichado que había escrito aquellas palabras.

—Ekrizdis... —repitió el nombre en voz baja, casi como si temiera pronunciarlo—. Jamás había oído ningún rumor de que Azkaban fuera algo más que una prisión. Pero por lo que estamos viendo... ya no me atrevería a descartarlo. ¿Quién podría ser tan depravado como para hacer algo así?

Volvió a mirar los cadáveres que les rodeaban. Se sentía realmente mal, cada vez peor. Escuchó a Erick y asintió. Tenían que seguir adelante como fuera, o acabarían engrosando aquella macabra colección de cadáveres.

Mientras sus compañeros hablaban, Brianna se enfocaba en leer el libro en sus manos que decidió darle nuevamente algo de información, esta vez fue más larga y detallada, pero no le gustó para nada la misma. Solo confirmaba algunas de las cosas que los otros estaban comentando entre sí.

—Pues, el mismo Ekrizdis. — le respondió a Tiberius, luego de oír su pregunta —Este libro parece haberlo escrito alguien que se internó aquí cuando ese hombre aún estaba vivo. Dice que fue creada principalmente para que Ekrizdis hiciera experimentos de magia tenebrosa en la misma y por lo tanto, es casi un artefacto por sí misma. Al morir, el ministerio se adueñó de ella y aunque la usaba de prisión, no dejaron atrás sus experimentos. Supongo que cuando no pudieron controlarlo más se fueron y aquí estamos. — intentó resumir la información, sabiendo ahora que tenía que buscar más por la prisión si quería saber más —La pregunta ahora es, ¿Alguien nos trajo aquí para probar los experimentos que quedaron atrás? ¿O somos ahora un experimento también? Cualquiera de las dos cosas no es buena para nosotros, tenemos que seguir bajando, pero ahora con más cuidado.

Con eso en mente y sabiendo como abrir la puerta, se movió a la misma apuntando con su varita —¡Bombarda!

El intercambio de información entre todos los presentes logró dar, poco a poco algún resultado para poder ir vislumbrando la situación en la que todos se encontraban, por supuesto la mención del mago tenebroso Ekrizdis que explicaba Brianna y que era un nombre bastante recurrente en esa prisión no dejaba con un buen sabor de boca a ninguno de los que estaban allí presentes. Especialmente después de saber que el Ministerio de Magia parecía seguir con aquel legado horrible y oscuro ¿Sería esto verdad? No contaban con la suficiente información para decirlo con certeza pero estaba claro que Azkaban no era una prisión con mala reputación, tantos cadaveres y la presencia de esos muertos vivientes dejaban expuesta la magia oscura que se había empleado dentro de aquellas paredes.

Sin embargo todas estas pequeñas pistas no servían para descubrir el porque ellos se encontraban allí, ni cómo se relacionaba con todo lo que estaban descubriendo, después de todo ninguno de los que estaba allí presente parecía tener relación directa con Azkaban ni cualquier rumor que girara en torno a este, aunque estaba claro que habían mas victimas recientes muertas allí dentro, el hombre colgado en esa misma habitación en la que todos se encontraban, y la mujer del anterior piso lo demostraban.

Después de compartir toda esta información, fue la mujer del grupo quién, con un buen lanzamiento del hechizo bombarda, destruyó la puerta qué conectaba la habitación con él pasillo del piso en el que se encontraban, esta misma rechino levemente antes de caer al suelo y dejar un frío y  seco golpe. Tan pronto aquella puerta de metal cedió, todos pudieron sentir como un golpe de aire helado (Lo suficiente como para que el vapor pudiera verse) les cayó a todos por igual con bastante furia, y no era para menos, una gran fracción de la pared externa de ese piso estaba completamente destruida, dejando un enorme hueco hacia el exterior y que dejaba ver que tan alto aun se encontraban.

Sin embargo esto no era lo más preocupante, sino el hecho de que si se fijaban en el pasillo con la suficiente concentración, podrían ver como el mismo se alargaba cada vez más y más según sus ojos lo recorrían y aunque parecía haber una sección de escaleras hasta el fondo, era como si de alguna forma no pudieran medir la distancia exacta para poder llegar hasta esa zona ¿Acaso estaban ante algún hechizo extraño? Aunque el temor realmente en esos momentos no debía ser ese extraño obstáculo que tenían enfrente sino más bien que los dementores ahora tenían una forma de dar con todos una vez más, estando completamente expuestos si estas horribles criaturas decidían reanudar su cacería contra todos.

Michael escuchó cómo Brianna revelaba lo que había averiguado con el libro y la teoría acerca de que probablemente les habían llevado allí para probar los experimentos de Ekrizdis y el Ministerio de Magia que habían dejado tras de sí.

-Quizá debiéramos preguntarnos por qué ahora y por qué nosotros -planteó Goldman, pensativo-. Si lo que quisieran fuera a simples magos con los que experimentar, bastaría con cualquier mendigo o pilluelo de las calles. Pero nosotros... Las personas a las que han traído aquí... Sería hasta cierto punto difícil justificar nuestras desapariciones de un día para otro. Un bibliotecario de Hogwarts. Una rompemaldiciones... No encaja mucho con lo que alguien secuestraría para no levantar sospechas. Creo que más bien nos escogieron para que pudiéramos resolver esos acertijos.

—Si lo que buscaban era inteligencia, no entiendo qué hago yo acá.—le respondió a Michael.—Mejor avancemos antes de que los dementores se den cuenta de que estamos acá.

Luego de echar un rápido vistazo al exterior se detuvo a intentar fijar la vista en ese extraño pasillo. Finalmente arrojó su caldero por delante para dar una referencia de distancias.

—Vamos—animó a sus compañeros a avanzar.

Tiberius escuchó la explicación de Brianna y temió una nueva oleada de náuseas. No llegó. Quizá tenía ya el estómago tan revuelto que había llegado a su límite y estaba empezando a insensibilizarse ante el horror. Respiró hondo, mientras la joven destruía la puerta de la sala para poder continuar. El aire frío le sobresaltó, no sólo por lo desagradable, si no porque significaba una nueva abertura al exterior. Y los dementores seguían allí...

—Maldita sea...

Mientras Michael exponía sus reflexiones, tanto Erick como él se adelantaron para examinar el corredor. En apariencia, era un pasillo normal... pero al mismo tiempo parecía no tener fin. No cabía duda de que ahí había algún tipo de hechizo actuando. Tiberius negó con la cabeza.

—Todavía estamos lejos de escapar de aquí, me temo... Pero sí, hay que moverse.

Preparó la varita para avanzar, mientras el caldero de Erick rebotaba contra la piedra del suelo y las paredes del pasillo.

—Como dice Michael, quizás ahora quieran ver como magos preparados se enfrentan a todo lo que tienen aquí — y era un pensamiento aterrador ¿Para qué querían saber eso? ¿Para soltarlo a los magos de a pie? ¿O algo peor? Negó para sí misma, mejor intentar salir de allí con vida y luego ver que sucedía de verdad allí afuera. —Erick tienes otro tipo de inteligencia, si no, dudo que estuvieras aquí — tenía la inteligencia de la calle, esa también era importante.

—Quizás si salimos de aquí con las pistas, podemos destapar todo a los medios o algo por el estilo — se encogió de hombros, era un simple pensamiento errante, todo para no pensar que quizás no lograran salir de allí.

—Apresurémonos — dijo también viendo el caldero saltar por el lugar, su varita con el lumos activo, mientras caminaban y miraba el gran hueco con sospecha, esperando correr al más mínimo movimiento raro que viniera de allí.

Erick, Michael y Brianna pudieron notar algo más que la obvia distancia de altura que había entre el piso en el que se encontraban con el punto mas bajo de aquella horrible prisión. Si se lograban enfocar correctamente, se podía alcanzar a distinguir, muy a la distancia lo que parecía ser un único y solitario bote flotando en una de las costas de aquella isla en la que se encontraba la propia prisión de Azkaban, en el piso en el que se encontraban solo se podía ver cómo si este fuera un pequeño punto pero podían estar seguros de que se trataba de un medio de escape y posiblemente el único que podrían tener si es que lograban llegar a la planta mas baja de ese lugar.

Por supuesto, otras alternativas como lanzarse desde el piso en el que estaban, intentar aparecerse para acortar el camino u otras posibles vías de escape se miraban casi imposibles, después de todo Azkaban parecía ser alguna especie de juego macabro y estaba claro que estaría encantada con medidas para evitar cualquier vía de escape que no fuera el ir descendiendo piso por piso.

Por mas que Tiberius tratara de concentrarse en que su mirada recorriera algún punto de interés aprovechando el enorme hueco hacia el exterior que había en ese piso. No pudo concentrarse lo suficiente y más bien, término mirando hacia la horrible ventisca helada que formaba una neblina lo suficientemente espesa como para imaginarse cualquier tipo de criatura al otro lado de esta. Por un momento incluso pudo jurar que estaba viendo conglomeraciones negras formándose poco a poco, saber que los dementores estarían allí pronto posiblemente estaba causando un caos dentro de su cabeza, y tenía que preguntarse si aquellas manchas negras a la distancia eran criaturas malignas o solamente su cabeza jugando con él.

Al momento en que Erick lanzó su caldero hacia el pasillo, este mismo objeto términos rebotando por las paredes y el suelo de la zona en la que se encontraban, sin embargo la sorpresa vino cuando todos observaron cómo este caldero comenzaba a rodar hacia delante, cada vez más y más conforme el pasillo es alargaba dando una ilusión un tanto bizarra ante los ojos de todos los presentes, casi como si el objeto estuviera avanzando y al mismo tiempo, no parecía moverse del mismo lugar en el que se encontraba rodando. Todo parecía indicar que este mismo efecto extraño y claramente grotesco les pasaría a ellos mismos en cuanto intentaron avanzar hacia la salida, la cual extrañamente se encontraba solamente justo delante de ellos, las escaleras que daban al siguiente piso simplemente estaban allí, esperando a que todos en el grupo las alcanzaran y las reclamaran después de quién sabe cuantos años sin ser utilizadas o manipuladas.

Por supuesto la ventisca que hacía en el exterior también circulaba en todo el piso en el que se encontraban, forzando les a no poder estar allí por mucho tiempo si no querían que el clima les comenzará a afectar anímicamente, añadido a todo esto todos podían comenzar escuchar cada cierto tiempo el sonido de algo golpeando en el viento a la distancia, viajando por la horrible y espesa neblina que se formaba gracias al clima y la ventisca tan helada que existía en ese lugar. Ninguno de los que estaba allí presentes era ingenuo ante el hecho de que los dementores aún seguían cazandoles, y que no tardarían en dar con ellos tan pronto como se dieran cuenta de que todos estaban en una posición tan vulnareble, después de todo, aquel hueco les dejaba a todos expuestos de algún ataque inminente de estas crituras tenebrosas, eso sin contar aquel hechizo tan extraño que parecía haber en el pasillo hacía las escaleras.

La única opción que tenían todos los presentes en esos momentos era la de avanzar, esperando que es hechizo no jugará demasiado con sus mentes y pudieran dar con aquellas, así como preparar sus varitas en caso de que esos horribles dementores les dieran alcance y tuvieran que engancharse en un desafortunado enfrentamiento una vez más, tal como había sucedido minutos después de haberse despertando en ese lugar tan tenebroso ¿Cuanto tiempo había pasado? Incluso el sentido del tiempo y del espacio parecía perderse en ese lugar, ni siquiera podían basarse en la posición del sol considerando que el clima parecía ser solamente uno en la zona en la que se encontraba esa isla.