Partida Rol por web

Sin dejar de carcajear ni mascullar de forma inaudible, el Arlequín Feliz, tan pronto escuchó esa explosión seguida de la voz de aquel hombre, fue el primero en echar a correr como si no hubiera un mañana, aún de esa forma curiosa y, de estar en otra situación, incluso comica, para asi recorrer el último tramo que les quedaba de aquel pasillo. —¡Volemos pajarillos! ¡Volemos!— Grito Badak, como si aún en su locura supiera en que momento era necesario guardar silencio y en cual, simplemente gritar sin reparo como en esos momentos, en donde ya no importaba mantener un perfil bajo y más bien, huir a toda velocidad era lo más importante, antes de que esos hombres les dieran alcance. Todos los presentes podían escuchar que las risas de Badak se veían entrecortadas por su respiración agitada, aunque esto no evitó que siguiera corriendo hasta dar alcance al pequeño cuarto abierto que se encontraba al final del pasillo y el cual tenía solamente una reja de metal como puerta, la cual daba a unas escaleras que descendían, la reja se encontraba abierta de par en par, cosa que no era asi cuando Erick había estado allí.

—¡La rejilla esta abierta! Pero… no duden en bloquearla para la enojada parejilla— Y una vez dijo esto el Arlequín, este comenzó a hacer curiosas señas para indicar al resto del grupo que corrieran y entraran pronto hacía las escaleras que les llevarían cada vez más cerca de su salvación, aunque sabiamente el pobre hombre también apuntaba en su locura a bloquear la puerta para que los hombres de Bloodborn no pudieran seguirles, aunque viendo que estos hombres podían invocar encantamientos tan potentes, tan solo dejar la reja con llave sería inútil pues la tirarían abajo sin problema alguno, tendrían que usar medidas más extremas si querian dejarles atrapados en esta sección.

Cerró la puerta con un estruendo de hierros viejos en cuanto el último de ellos pasó.  Sentía una ligera sensación de orgullo infantil por haber engañado a dos mismísimos aurores con un truco tan ingenuo, aunque jamás lo admitiría públicamente. 

-¡Gracias por el recordatorio!

Los encantamientos de protección que solía usar para despacho y almacenes no bastarían frente a ellos, mucho menos unos dispuestos a hacer semejantes destrozos. En su lugar, Erick intentó bloquear la puerta lanzando varios encantamientos de fijación y presencia sobre cerradura y dinteles para impedir que se pudiera abrir o mover y fijarla todo lo posible al muro, reduciéndola a un bloque sólido de metal y piedra. 

-Volarla la volarán igual, pero al menos debería tomarles un poco más, ¿no creen? - Remató alejándose unos pasos de su trabajo - ¿Alguna otra idea?​​​​​​

Michael sabía que no le sería fácil huir a toda prisa mientras llevase consigo aquellos documentos presionados contra su pecho. Cuando Bloomwand cerró la puerta, el bibliotecario supo que aquello solo retrasaría a sus perseguidores temporalmente, por lo que tendrían que hacer algo para evitar que les siguieran.

-Hay varios hechizos defensivos... que combinados, pueden ser devastadores -recordó el bibliotecario, pensativo, ideando un plan a la desesperada-. Podemos crear una barrera protectora que no sean capaces de atravesar. Pero se necesitan tres hechizos. Protego Maxima, Fianto Duri y Repello Inimicum. No podrán atravesarla -aseguró Goldman, convencido de ello.

Tomando su varita, apuntó directamente hacia la puerta, donde esperaba poder alzar aquella barrera impenetrable.

-¡Protego Maxima! -exclamó, con la esperanza de que aquello impidiese el avance de los dos magos.

Brianna se detuvo al escuchar de nuevo la voz del que parecía ser el cabecilla de los aurores. Frunció el ceño y se volvió para escrutar el pasillo que habían dejado a sus espaldas. Parecía ser que ya habían descubierto el engaño y no tardarían en darles alcance. Tal y como estaba ella no podía correr mucho e iba a ser un lastre, pero... Desde que habían despertado en Azkaban se habían enfrentado a numerosos peligros, si intentaban una emboscada, quizás... 

Pestañeó, reaccionando de su ensimismamiento cuando Erick empezó a conjurar en la rejilla. Aquello quizás les retenía un instante, aunque dudaba que les diera demasiada ventaja. 

«Soy un lastre, debería...»

Un escalofrío recorrió su dolorido cuerpo ante la idea que se estaba formando en su cabeza, pero antes de llegar a proponerla, Michael propuso crear una barrera protectora, infranqueable. Brianna le miró con los ojos muy abiertos. Tenía el rostro pálido y ojeroso y una expresión de derrota, expresión que cambió al escuchar al bibliotecario. 

— Buena idea... — Musitó, asintiendo con un gesto de cabeza y volvió de nuevo su mirada hacia la reja, levantando la varita y apuntándola al mismo punto donde Michael acababa de conjurar.

— ¡Fianto Duri! — Exclamó con determinación y se volvió hacia Tiberius, instándole con la mirada a que siguiera la propuesta de Michael.

—¡Grandes ideas! Solo son posibles gracias a grandes talentos.— Lord Badak soltó entre un aliento agitado, muy seguramente por todo lo que había corrido hace tan solo segundos atrás, el Arlequín Feliz volvió a reir al ver como todos los presentes comenzaban a trabajar para bloquear la puerta y asi dejar a los hombres de Bloodborn completamente aislados e incapaces de darles caza. El hombre (O lo que quedaba de uno al menos) entonces contempló cual un niño asombrado como uno a uno encadenaban hechizos, empezando por Erick y la forma en que redujo la puerta enrejada a un bloque sólido de metal, fijandolo fuertemente de esta manera, algo inteligente pero tal vez no tan efectivo sabiendo que aquellos hombres habían devastado una simple distracción con hechizos explosivos. Sin embargo Michael inteligentemente pensó en un combo de encantamientos defensivos, los cuales en conjunto formarían una defensa que estaba seguro sería impenetrable, de esta forma la invocación del primero de estos hechizos por parte del bibliotecario alzó en toda el área de la puerta un campo semi-transparente, un indicativo de que aquél "Protego Maxima" había sido conjurado con gran potencia.

Brianna fue la siguiente quién, tomando la palabra de su compañero, lanzó un excelente "Fianto Duri" que creó un efecto luminoso al unirse al hechizo anterior, fusionándose de esta manera para formar un único escudo. Lord Badak, casi como si este a pesar de su locura y todos los horrores que Azkaban le habría estado lanzando por quién sabe cuanto tiempo (Aún hasta destruir su mente) supiera los dolores y pensamientos que estaba experimentando Brianna, colocó una de sus huesudas manos sobre su hombro. —La luz al final de la jaula esta cerca, los pajarillos no deben rendirse, aún si la oscuridad acecha— Las palabras del Arlequín parecían buscar animar y consolar no solo a la única mujer del grupo, quién era la que más dañada físicamente estaba, sino que también al resto del grupo, quienes también tenían daños físicos y mentales que soportar después de estar por tanto tiempo sobreviviendo a horror tras horror, siendo inocentes pero forzados a pasar el infierno de lo que era Azkaban.

—¡No debemos tardar! Los pajarillos deben volar hasta la meta alcanzar— Parecía que Badak, después de decir esto, volvía a la marcha, y sin esperar a nadie salió corriendo escaleras abajo para asi moverse al lobby de Azkaban, la zona más baja que tenía esta horrible prisión, tan solo faltaba un encantamiento más, "Repello Inimicum" para que de esta manera, completaran su encantamiento defensivo en su totalidad, este trío de encantamientos eran de un nivel muy avanzado, y seguramente un par de aurores, por muy fuertes que fueran, no podrían hacer mucho para tirarlo abajo. Tal parecía que ya estaban del otro lado en esos momentos, por lo que tomar un respiro, completar el hechizo y avanzar era lo que quedaba, y sin duda tal vez podría ser un buen momento para ir comentando todo lo que había sucedido en el archivo, antes de que aquellos hombres llegarán a arruinar la calma. Michael había logrado resguardar durante toda esa odisea aquellos documentos que llevaba encima, y un nuevo peligro enviado de forma directa por Blooborn habia sido evitado por completo, sin tener que llegar al enfrentamiento directo, esto era un enorme respiro sin duda.

Tiberius escuchó que los aurores descubrieron el engaño, pero sonrió cuando miró hacia atrás y se percató de la ventaja que habían conseguido. Lord Badak parecía que seguía ayudándolos y aconsejándolos por lo que el abogado junto con el grupo, lo seguían.

El pelinegro cogió con fuerza su varita cuando sintió la mirada de Brianna - Yo realizo el último hechizo que falta - levantó la varita, cerró unos instantes sus ojos concentrándose, los abrió y dijo con seguridad - ¡Repello Inimicum! - una vez realizado el encantamiento miró al grupo - Deberían de tardar un rato antes de alcanzarnos, vamos ¡sigamos! - animó.

Tiberius acababa de realizar con éxito el tercero de los hechizos de protección, lo que hizo que Michael dejara escapar un claro suspiro de alivio. La barrera de protección había sido levantada sin problemas, por lo que era poco probable que los hombres de Bloodborn lograran atravesarla.

Tal y como lo veía el bibliotecario, no pintaba bien para aquellos dos esbirros del jefe de aurores. Aunque en ese momento, Michael únicamente quería escapar de Azkaban y poder exponer lo que se hacía entre sus muros.

-Vamos. Sigamos a Lord Badak -indicó a Brianna y Erick, echando a andar tras Tiberus, que ya encabezaba la marcha descendiendo por las escaleras tras el Arlequín Feliz.

Brianna esperó a que Tiberius realizara el tercer hechizo, fortaleciendo de aquella manera la barrera protectora y asintió con un leve gesto de cabeza. Los hombres de Bloodborn lo tendrían bastante complicado si querían salir tras ellos. 

— Sí, vamos. —

Respondió a sus compañeros y dio media vuelta para seguir avanzando. Habían llegado muy lejos y podía sentir la salida de aquel lugar infernal al alcance de sus dedos. 

— No nos confiemos, Bloodborn puede estar esperando fuera... — Les recordó y una mueca se formó en sus labios. Aquel hombre tenía que pagar por todo lo que había hecho. No era el momento de preguntar pero ardía en deseos de saber qué era lo que Michael había encontrado en aquellos archivos.

Vaya, conque así es como se hace en la práctica. Erick observó un momento con cierta admiración ante aquella obra de alta magia y luego siguió al resto.

-¡Es perfectamente posible!-respondió a la rompemaldiciones con una ligera sonrisa mientras bajaban las escaleras- Pero al menos no estaremos encerrados entre estas malditas paredes. 

 El grupo pudo ver como la barrera de alto nivel que había sugerido Michael se alzaba completada, con el último hechizo conjurado con habilidad por parte de Tiberius, el campo semi-transparente terminó por obtener un pequeño resplandor dorado, antes de regresar a ser casi transparente. Con esto hecho, era seguro que habían logrado engañar y escapar con éxito de esos dos hombres que había mandado Bloodborn, y sin sufrir ni un solo enfrentamiento directo con este par de aurores, quienes a pesar de haber hecho juramento de proteger a la comunidad mágica frente al Ministerio, ahora se encontraban allí, queriendo darle caza a un grupo de magos que eran ante todo inocentes ¿Habría más suciedad dentro del Ministerio además de lo que estaba pasando en Azkaban? Ciertamente con Bloodborn y ahora sus discípulos actuando como viles magos tenebrosos, les dejaban bastante fácil pensar mal de todo el sistema. Habiendo decidido que seguirían el ejemplo del Arlequín Felix, el grupo procedió a descender por fin más tranquilos, sin tardar en detectar que la sección de escaleras en la que estaban parecía ser mucho más larga que en ocasiones anteriores, además que parecía que esta vez estaban bajando por unas escaleras de caracol, algo que creaba un pequeño sentimiento de estar dando vueltas en círculos aunque en efecto, estaban avanzando correctamente.

Brianna no tardó en comentar que era mejor no confiarse, pues si bien habían sorteado a esos hombres, aquél que los había mandado en primer lugar podría estarles esperando, Matthew Bloodborn… aún habían muchas cosas que no sabían del aclamado auror, y como es que había sucumbido a toda esa locura, el hombre había mandado a esos aurores para no dejar cabos sueltos, incluso aún confiando tan ciegamente en su máxima creación, el Boggart que había modificado vilmente gracias a la magia oscura, por lo que era lógico pensar que este era demasiado meticuloso con cada acción que realizaba. Por otro lado, parecía que Badak si que se había adelantado a toda velocidad, pues no parecía que pudieran darle alcance, ni se escuchaban sus pasos adelante de ellos, tal vez había ido corriendo. Sea como fuera seguían avanzando y seguro pronto se encontrarían en el tan deseado lobby de esa maldita prisión, en donde podrían estar frente a frente con la salida de ese lugar. Habían pasado por mucho y ciertamente aún no podían celebrar la libertad, no hasta que estuvieran completamente fuera de ese lugar tan macabro y horrible, pero estaban muy cerca de esta dichosa meta.

-Esto no ha terminado -afirmó Michael, convencido de ello, asistiendo a las palabras de Brianna-. Bloodborn aún intentará detenernos -expresó, muy seguro de que el jefe de aurores no iba a dejarles marcharse sin más. El bibliotecario presionaba los documentos contra su pecho, como si fuesen el bien más preciado que tenían en esos momentos.

Goldman quizá era desconfiado, pero después de todo por lo que habían pasado, tenía la sensación de que aquel último tramo les estaba resultando demasiado sencillo, demasiado fácil. Aquella voz hablándole en pársel le hacía pensar que todavía tenían que afrontar un desafío más. El bibliotecario ralentizó sus pasos, situándose al lado de Brianna, a quien consideraba la más capaz de sus compañeros.

-¿Alguna vez has lidiado con un basilisco? -le preguntó, consciente de que, como rompemaldiciones, quizá había tenido que enfrentar algunos peligros-. Temo que eso sea justo lo que Bloodborn aún nos tiene reservado... -reveló lo que, sin duda, estaba comenzando a rondar por su cabeza.

Brianna detuvo sus pasos al escuchar la pregunta de Michael y lo miró con los ojos muy abiertos y una expresión de horror en su rostro. Nunca se había enfrentado a un basilisco, pero como rompemaldiciones los había estudiado y era consciente de su letalidad. Todo lo que habían padecido hasta ese momento se trataría de un juego de niños si de verdad tenían que enfrentarse a uno. 

— ¿Qu-qué te hace creer eso...? — Le preguntó sin poder disimular el temblor de su voz. — Nunca me he enfrentado a ninguno de ellos, pero los he estudiado y, en nuestras condiciones actuales estaríamos perdidos... Mueres sólo con cruzar tu mirada con la de él y el veneno de sus colmillos también es extremadamente mortal... — Según iba exponiendo los conocimientos que tenía sobre la criatura, su rostro palidecía y un leve temblor sacudía su mano. — El canto de un gallo... Eso puede acabar rápidamente con ellos... — Se estremeció y dirigió nuevamente su mirada hacia el frente. — No bajéis la guardia y, si de verdad hay un basilisco, corred... —

Tiberius encabezaba la marcha. Llevaba su varita en mano, iluminando el camino con un lumos, para poder ver lo que tenía delante. Escuchaba la conversación de Michael y Brianna - Sí, debemos andarnos con cuidado. Aunque tengo la esperanza de que ya estamos casi al final - comentó. 

Un escalofrío recorrió su cuerpo cuando la rompemaldiciones comentó lo que pasaba con el basilisco Pocas posibilidades como estamos actualmente... pensó. Miró a sus compañeros por encima del hombro - por dedicarles una mirada y poder seguir avanzando para estar atento al camino - ¿Qué creéis que le ha podido pasar al auror para sucumbir a la oscuridad? - preguntó, por cambiar un poco de tema.

. . .Susurros de Basilisco. . . 

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Mientras la conversación durante el descenso seguía su curso, el bibliotecario comenzó a escuchar un horrible siseo hacer eco entre las estrechas paredes que le rodeaban a él y el resto del grupo. El escalofrío que llegaba cada vez que escuchaba este horrible sonido nunca parecía ser mejor. Poco a poco, el eco se iba haciendo más grande hasta que la voz tan tenebrosa que ya había escuchado antes llegó hasta sus oídos.

—Oh Michael… ¿Aún no lo entiendes? Tus amigos no me escuchan, nunca lo harán— La serpiente parecía tener un tono burlesco en esos instantes, como si quisiera hacerle rabiar por ser el único que experimentaba esto, y en las condiciones de Michael, la paciencia o la cordura no parecían tener lineas lo suficientemente marcadas. —Todos morirán… ¡Morirán!—

Mientras el grupo seguía descendiendo por las escaleras, todos pudieron escuchar el eco de lo que parecía ser encantamientos explosivos viniendo de la anterior zona en la que habían estado, y donde los hombres de Bloodborn se habían quedado atrapados gracias al excelente encantamiento defensivo que habían conjurado entre todos, tal parecía que esta vez el sitio no estaba retumbando bruscamente ante los ataques de esos hombres, indicando que su escudo estaba resistiendo y con creces, reafirmando de esta manera que estaban por el momento seguros y no tendrían que estar pendientes de un ataque desde la retaguardia. Mientras seguían su camino, la conversación fue hacía los peligros que podrían estar esperando por ellos, con la mención de Michael sobre el basilisco, la tensión de inmediato se podía sentir, despues de todo aquella criatura tenebrosa superaba cualquier enfrentamiento anterior y añadía al mismo tiempo un grado de peligro que, tal como indicaba Brianna, las probabilidades de salir vivos eran casi nulas y mas en las condiciones físicas y mentales en las que todos se encontraban en esos momentos, después de pasar por tanto.

Por supuesto que todo quedaba en una suposición, que de ser cierta tendría que plantearse una gran pregunta ¿Como es que Bloodborn había obtenido un Basilisco? Las menciones de esta criatura tenebrosa eran no solo escasas, sino que también apuntaban a que habían muy pocos especímenes, si recordaban sus tiempos en Hogwarts y las clases de cuidado de criaturas magicas, solo un mago tenebroso de muy alto nivel podría engendrar a una bestia asi ¿Matthew ya tendría tal nivel?… Sea como fuera, Tiberius desvió el tema hacía el susodicho jefe de aurores, preguntandose como es que había terminado en ese camino oscuro. Ya habían obtenido una breve introducción de Bloodborn y su filosofía, misma que le había llevado a recurrir a Azkaban y usar su energía oscura para crear armas magicas ¿Esto sería cierto? O tal vez había más sobre la mesa que aún no sabían.

Pronto, todos pudieron escuchar el sonido de un silbido viniendo de abajo, y si se fijaban bien, podrían ver que pertenecia al Arlequín Feliz, quién parecía estarles esperando sentado al final de las escaleras, su figura era la de un esqueleto desde esa posición, con solo la túnica cubriendo su cuerpo, algo que era de agradecer, pues ninguno en el grupo podría imaginar como era verle sin ningún tipo de ropa, considerando en lo que Badak se había convertido después de haber estado allí dentro despues de quién sabe cuanto tiempo.

Erick suspiró. Las palabras de Bloodborn le recordaron cosas que de vez en cuando había escuchado en las fiestas que tanto adoraba, ya fueran cuchicheos captados por casualidad  entre el gentío o discusiones en salones más privados, una vez que el jerez había soltado las lenguas.

-No sabría decirte, Tiberius...si es que de verdad se debe a que le pasara algo concreto. Hay magos que piensan cosas así en Inglaterra, ya lo sabes. Más de los que parece y algunos bien situados.- Comentó con el aplomo de quien ha salido unas cuantas veces al fondo de las fotografías en las páginas de sociedad de El profeta o Corazón de bruja-. Que si los muggles están yendo demasiado lejos, que cada vez es más difícil mantener el secreto, que igual el mundo sería mejor si "nosotros" estuviéramos al mando... - Su expresión se volvió más lúgubre- Aunque jamás me hubiera imaginado que ninguno de ellos pudiera llegar a este punto. Esto es mucho más que refunfuñar en un sillón. ¿Quizá es que tienen medios? ¿Seguridad de que no se sabrá nada?

Se paró en seco al buscar la fuente del silbido y ver la figura de Badak. Era difícil no pensar en un esqueleto al mirarle, en la muerte y la desgracia que acechaban. ¡Mal presagio! 

Pero sólo había un camino y era hacia abajo. Trató de que no se notara demasiado, de recuperar la compostura, de no mirarle con horror. -Ah, pero si es Lord Badak.-Se forzó a comentar con la voz más normal, y siguió bajando la escalera hasta él. ​​​​​-¿Ha visto algún peligro más adelante? Tenemos la sospecha de que podrían haber instalado a un basilisco. 

Michael sintió un escalofrío al escuchar nuevamente los susurros en lengua pársel, inquietándole cada vez más. No sabía si era a causa de que Azkaban estaba haciéndole enloquecer o que verdaderamente había un basilisco aguardándoles al final del camino.

-Llevo escuchando sus susurros desde poco después de que despertáramos aquí -le respondido a Brianna, cuando preguntó cómo sabía lo del basilisco-. Lengua pársel...

Tiberius preguntaba acerca de qué pensaban que le había pasado al jefe de aurores para terminar convirtiéndose en un mago oscuro.

-Puede que el sentido del deber... y la obsesión por conseguir armas con las que obtener la supremacía de los magos -sugirió el bibliotecario, pensativo. Tenía la impresión de que Bloodborn había seguido las labores del Ministerio de Magia, de forma aún más extrema, como si creyera estar haciendo un servicio a la comunidad mágica.

Goldman vio a Lord Badak al final de las escaleras. Erick estaba ya hablándole, por lo que el bibliotecario no dijo nada al Arlequín Feliz, aguardando su respuesta. Que estuviera silbando en esos instantes le resultaba de lo más inquietante.

El grupo seguía intercambiando ideas y palabras mientras se acercaban al final de las escaleras y en donde el Arlequín Feliz seguía silbando. La mención de la supremacía de los magos y brujas hacía los muggles por parte de Erick era algo que no debía ser extraño para ninguno de los allí presentes, incluso en Hogwarts mismo, dentro de algunas casas los hijos o hijas de familias privilegiadas solían tener esta clase de pensamientos o ideales en contra de los muggles y de los bien llamados "Sangre Sucia" Aunque sin duda, las acciones de Bloodborn habían llegado más allá de un simple cuchicheo entre amigos o un pensamiento extremista, el jefe de aurores había cruzado la línea con Azkaban y los horribles y brutales experimentos que se llevaban a cabo allí.

Michael también hacía mención del Basilisco nuevamente, explicando la razón por la que este había tocado el tema, escuchar lenguaje párcel de esa manera era sin duda raro, más aún por el hecho de que nadie más escuchaba al mencionado Basilisco o al menos, aún no lo escuchaban ¿Cual era la rázon de esto? ¿Podría ser un peligro latente? Estaba claro que Azkaban era un lugar horrible, el cual buscaba no solo la ruina física de sus víctimas, sino que un daño mental también. Para ese punto la hora, la fecha, si lo que estaba pasando era real o ficticio, todo se ponía en duda, aunque el grupo parecía no bajar la guardia en ningún momento, mucho más ahora que estaban tan cerca de llegar al tramo final.

En cuanto Lord Badak escuchó a Erick hablarle, de inmediato paró en seco su silbido, girando para ver al grupo descendiendo, y de inmediato poniéndose de pie. —¿Un Basilisco? ¡Ah! La serpiente que del fango se engendró, cuando el sapo un huevo de gallina protegió… la rejilla esta abierta, solo falta  avanzar alertas— Y con esto, el Arlequín Feliz apuntó hacía el pasillo al que habían llegado, mismo que parecía llegar al lobby inicial. Como ya había sucedido antes, fue el propio Badak quién salió primero corriendo, como un ente errante que indicaba el camino, aunque en esos instantes, las únicas opciones del grupo eran avanzar por aquél pasillo o quedarse en las escaleras, retroceder por supuesto no serviría de mucho.

- Es una pena que tengan esos pensamientos... - dijo sincero. No podía entender cómo había gente que eran capaces de pasarse a la magia oscura por tal de conseguir más. El abogado era de los que pensaban que esa forma no merecía la pena. Asintió a las palabras del bibliotecario, mostrando conformidad con él.

- Venga, ya nos falta menos... - animó a sus compañeros. Miró a Lord Badak - Después de este pasillo... ¿habremos llegado al final y podremos salir?- le preguntó. No tenía muy claro que fuera a contestarle directamente la respuesta, pero valía la pena intentarlo. Seguía en cabeza, alerta.

-Si hay un basilisco al final del camino, estamos muertos -sentenció Goldman, sin dudarlo.

El bibliotecario sabía que no tenían ninguna posibilidad contra una criatura que podía convertir en piedra mediante su mirada. Era un oponente demasiado letal contra el cuarteto de magos. Por ello, cuando el Arlequín Feliz salió corriendo para acceder al lobby inicial y Tiberius decidió seguirlo, Goldman decidió marchar tras ellos, con la cabeza baja. Si no estaba delirando a causa de todo lo que había vivido y había de verdad un basilisco en Azkaban, procuraría no mirar a la muerte a los ojos.

-Vamos. La muerte nos espera -apuntó, en tono casi fúnebre, esperando que Brianna y Erick no se quedaran atrás.