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Nevermore: Entre muñecas y granjas

Arco Extra: Epilogo

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15/06/2022, 17:52
Narrador

Un día tan normal como cualquier otro, de la nada y sin ningún tipo de aviso término convirtiéndose en uno lleno de especulaciones, miedo y cientos de preguntas sin resolver. Este fue el día en el cual un pequeño pueblo alejado de la mano de Dios fue puesto en el mapa por primera vez en su historia, Craftsbury terminó siendo el tema de conversación de todos en una ciudad tan poblada como lo era Boston, y con justa razón...



Boston, 1840.

3 días despúes del incidente de la granja

Nadie lo podía creer, en cuánto la noticia se hizo pública y todas las atrocidades que se cometieron en aquella granja distante dentro de Craftsbury comenzaron a sonar en cada periódico de la ciudad. La gente alrededor de la ciudad comenzó a murmurar, la mayoría no podía creer qué algo tan atroz había sido cometido contra un indefenso pueblo qué claramente estaba años luz de ser una próspera ciudad como en la que vivían, muchos otros, liderados por grandes periodistas del momento comenzaron a conglomerarse y pedir explicaciones a la policía, quiénes habían sido responsables directos de lo que había sucedido y aún así, ninguno sabría nunca la verdad y mientras las personas más siguieran teorizando y sacando sus propias conclusiones, más distantes se encontrarían de hallar lo que en verdad sucedió esa noche en la granja de la familia Learmonth.

Por supuesto este caso terminó siendo reconocido con un nombre en específico, "El incidente de la granja"  comenzó a ganar cada vez más ruido y popularidad desde el momento en que el grupo de rescate regreso a Boston, mismo momento en que algún periodista bastante activo logró dar con lo sucedido y exponerlo en una de sus columnas regulares para todos los habitantes de la ciudad. Por supuesto el jefe de policía Green logró actuar lo suficientemente rápido para que los periodistas no pusieran sus manos sobre los implicados directos, el grupo de rescate aún tenía que dar explicaciones de lo sucedido para que pudieran entender mejor y por supuesto, para que pudieran darles una sanción digna por lo que habían ocasionado. Y aún pese a todas estas maniobras, la central de policia de Boston comenzó a ser investigada por autoridades superiores con el fin de cerciorarse de que lo sucedido no había sido alguna especie de complot mayor.

La ciudad entera estaba en caos debido a lo ocurrido en una pequeña y hasta ese momento insignificante granja la cual muy seguramente nadie notaría su existencia, si no hubiera sido por aquel grupo de rescate... uno que sin saber lo que pasaría o a lo que se enfrentaría termino siendo arrastrado al infierno mismo, un infierno que todavía seguiría aunque estuvieran a salvo de toda esa locura, pues ahora tenían que enfrentar el escepticismo de toda una ciudad, la cual no creería todo lo que habían vivido y peor aún, les apuntaban con el dedo, culpandoles de una matanza horrible.


Hora actual... Comisaría de Boston

Blanche Williams, Cornelius Fernsb,y, Dexter Collins, Gregory Palmer y George Russell no habían salido del confinamiento en el que los habían puesto desde que llegaron a Boston, sin ningún tipo de visita permitida para ellos, todos tuvieron que ponerse a disposición de la policía, como sospechosos directos del incidente de la granja.  Aquellos que estaban heridos como el alienista del grupo solamente recibieron los primeros auxilios y tendrían que esperar hasta ser interrogados apropiadamente antes de ser trasladados a algún hospital para poder atenderse mejor. Todos los que antes eran sus compañeros ahora los consideraban unos monstruos y con justa razón, pues incluso los rumores de que ellos habían ido con el único propósito de divertirse sadicamente con unos indefensos pueblerinos estaban sonando en el interior de la policía de Boston.

Aquellos que estaban en un estado mental deplorable e incapaces de tener razocinio, tendrían que esperar de igual manera para poder ser colocados bajo una sentencia en el psiquiátrico, el único que había en Boston. Por supuesto a todos se les tenía que interrogar para saber cada versión de la historia y ver si de alguna forma la policía podía llegar a dar con lo que realmente sucedió en ese lugar, aunque la gran mayoría ya estaban más que seguros de lo que había pasado, después de todo no habían sido pocos los que habían visto el estado de aquella granja con sus propios ojos.

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16/06/2022, 02:13
Reinhold Green

Gregory Palmer

Todos los compañeros del médico del grupo se hallaban distribuidos en diferentes zonas de interrogación dentro de la comisaría de Boston, por supuesto no les iban a dejar estar en contacto después de todo lo que habían causado y de los grandes problemas que se estaban armando dentro de la ciudad gracias a la misión qué claramente había fracasado de una forma extrema. Por más que lo intentaron, los policías que habían escoltado al grupo en su momento no pudieron arrebatarle aquella araña muerta al señor Gregory, y más temprano que tarde terminaron rindiendose y simplemente dejando que el hombre se quedara con esa repugnante tarántula entre sus manos y como si de un enfermo se tratase.

Por supuesto el médico era incapaz de volver a su cordura en esos momentos, habían pasado tan solo tres días en los cuales no había recibido más que otras cargas psicológicas cómo el hecho de que no le permitirán ver a su familia, encerrandolo contra su voluntad para ser interrogado y dejándole completamente incomunicado, incluso algunos de sus antiguos compañeros dentro de la policía le acusaban abiertamente de ser un loco y un demonio, causando que su mente se quedará en un estado de autopreservación, con aquella araña como su única y más fiel compañía, era lo único que tenía...

Finalmente después de un largo tiempo encerrado allí, el jefe Green entro en la sala de interrogatorios en la que se encontraba el médico, soltando un largo suspiro mientras cerraba la puerta y soltaba un pequeño expediente contra la mesa, fijando posteriormente sus ojos en los de Gregory.

-Aun no suelta esa cosa ¿No? ¡Por el amor de dios señor Palmer, que no tiene ni siquiera una pata ya!-  el tono de voz del jefe de policía sanaba bastante agotado, después de todo él era el que tenía que dar la cara frente a todo el desastre que el grupo de rescate había ocasionado, seguramente teniendo que lidiar con un estrés impresionante y más aún ver qué el médico aún seguía aferrado a aquella tarántula. -Esperamos que estos días en confinamiento por fin les hiciera ablandar esa boca que tienen ¡Necesito la verdad Palmer! Incendiaron una puta granja, asesinaron a la pobre familia que vivía allí y lo peor... Aquella niña ni siquiera fue encontrada ¿Tienes idea de los cargos que enfrentan?- Si bien aún era bastante temprano para que la policía tuviera un caso armado en su totalidad, parecía que el jefe Green sí estaba haciendo uso de todos los recursos posibles para solucionar lo que había sucedido, lanzándole sobre la mesa algunas fotografías.

En ellas se podía apreciar los tres cadáveres que se habían encontrado dentro de la granja, el vigilante John Nisbet completamente achicharrado justo en la entrada de lo que había sido la casa principal de los Learmonth, la mujer que solamente el médico sabía lo que era, también se hallaba muerta sobre el lodoso terreno de la granja y de igual forma el señor Roland Learmonth, quién había sido hallado asesinado por un balazo muy cerca de su corazón.

-¿Sabías donde hallamos al señor Learmonth Gregory? Al parecer había una habitación secreta debajo del granero... ¡Ustedes lo asesinaron allí! ¿Cierto? Mierda, ese lugar era una maldita pesadilla- El jefe Green procedió a mostrarle una última foto, la cual retrataba aquella habitación secreta y la cual estaba llena de simbolismos claramente satánicos, un enorme pentagrama estaba dibujado en el suelo y el mismo se encontraba bañado en sangre, pedazos de carne y herramientas que claramente habían sido utilizadas para torturar a algo o alguien en ese lugar. -Muy bien basta de que yo este hablando... Deme algo Palmer se lo ruego, sabe que fingiendo ser un puto demente con esa araña en sus manos no le salvarán de esta ¿Cierto? Si confieza los crimenes tal vez su sentencia sea rebajada- El hombre azoto las manos en la mesa para ver si el médico reaccionaba por fin de su demencia, estaba Claro que quería una confesión directa para poder saldar el caso de una vez por todas.

-Su esposa casi se desmaya cuando se enteró que estaba aquí como sospechoso... No le haga esto a su familia Palmer, será condenado directo al psiquiátrico- El jefe de policía parecia estar genuinamente preocupado por el bien del equipo de rescate en el que había confiado, su mirada seguía fijamente clavada cada cierto tiempo en aquella bizarra araña qué se encontraba entre las manos del médico. Y estaba claro que al considerarlo una persona mentalmente inestable sus manos se encontraban atadas por las muñecas contra la mesa que tenían allí, dejándole solamente lo justo para que pudiera juguetear con la tarántula. Parecía que era el momento de contar su lado de la historia, lo que había sucedido en aquella granja aunque ¿Podría su mente recordar todo? ¿Quería si acaso regresar a todo lo que había vivido allí? Todo estaría siendo grabado por supuesto, con el fin de llenar los expedientes correspondientes al caso de la granja.

Notas de juego

Primera parte del epílogo ;3

Cómo puedes ver está se desarrollará tan solo tres días después de los acontecimientos, siendo el interrogatorio por parte de la policía de Boston, recordando que aún es muy pronto para liberarse de la demencia que adquiriste durante la partida, por lo que aún seguirás sufriendo los efectos y por supuesto no podrás hablar con la suficiente cordura.

Que te diviertas <3. Y recuerda que todo debe de quedar en una sola intervención, por lo que todo lo que quieras relatar en esta parte ahora es el momento antes de pasar a la segunta parte ;)

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16/06/2022, 03:03
Reinhold Green

Dexter Collins

Todos los compañeros del guardabosques terminaron siendo separados al llegar a la policía de Boston, cada uno siendo dipuesto en diferentes salas de interrogación para así evitar que pudieran organizarse y decir alguna historia planeada con anterioridad, por supuesto este hecho causó más estragos de los que ya había dentro de la mente de Dexter, pues dentro de su cabeza e imaginación demencial le habían separado de aquel pobre e indefenso cervatillo que había estado cuidando después del incendio de su bosque, sin saber qué es lo que le iban a hacer aquellos cazadores qué les habían atacado. Por supuesto debido a la agresividad del robusto hombre terminó siendo esposado dentro de la sala de interrogación, con ambas muñecas siendo sujetadas contra la única mesa que había en aquella sala, incluso un médico le tuvo que suministrar un sedante para así poder mantenerle un poco cuerdo al menos, aunque claramente esto no serviría para siempre en lo absoluto.

Después de tanto por fin el jefe de policía entró con una mirada fría y casi sin vida debido a todo lo que seguramente estaba soportando, parecía que el estrés se lo estaba comiendo vivo y no era para menos, pues todo el caos que estaba girando en torno al incidente de la granja recaía sobre sus hombros. Tan pronto como cerró la puerta, el jefe Green camino decidido hasta recargar ambas manos contra la mesa, mirandolo directamente a los ojos.

-Dexter... ¡Que carajos te pasó amigo! ¿Sabes acaso lo que han causado en Craftsbury? No solo eres sospechoso y complicé de una masacre... ¡Le disparaste a uno de nuestros compañeros! ¡Esa puta flecha pudo haberle matado de apuntar mas arriba joder!- Green parecía estar en estado de cólera, tratando de entender el porqué de esas acciones tan irracionales del guardabosques, incluso parecía tener una cierta preocupación por el grupo de rescate en el que confío -Dime algo Collins, dame algo por el amor de dios... Incendiaron una granja, asesinaron a la familia que allí vivía ¡Incluso a un pobre e inocente hombre que nada tenía que ver!-  Junto con estas palabras el jefe de policía lanzó varias fotografías que habían tomado seguramente en los últimos tres días, dejando en claro que estaba haciendo uso de todos los recursos posibles para resolver el caso lo más rápido que pudiera.

Dentro de las fotos se podía apreciar a aquel pobre vigilante que había sido achicharrado por un trueno, justo delante de lo que antes era la entrada principal a la casa de los Learmonth, así como aquella mujer del demonio tumbada sin vida en el lodoso terreno de la granja. Y por supuesto el horripilante cadáver del señor Learmonth, encontrado en aquella habitación de sacrificios y donde la mente de Dexter terminó de romperse por las brutales imágenes que se habían encontrado en ese lugar. -Quiero creer que ninguno tuvo nada que ver en esto, enserio. Pero joder que los vi siendo unos putos monstruos ¡Que mierdas paso allí! ¿Y como es que tu ni siquiera pareces capaz de decir algo coherente?... ¡Deja ya la estupidez del cervantillo y dime que paso Collins!- Estas últimas palabras la soltó en un pequeño grito de desesperación, golpeando un par de veces la mesa con la palma de su mano y demostrando qué se encontraba completamente alterado por todo lo que había pasado.

-Ocultar lo que sucedio detrás de esa locura tuya no te servira ¿Lo sabes? Que te sentenciarán al puto psiquiátrico- Green parecía estar decidido a encontrar la verdad, aunque ¿Como creería lo que el grupo vio? ¿Acaso era posible que cualquier palabra que Dexter dijera en esos momentos fuera creíble? -Como sea... Esta conversación sera grabada, ya lo sabes ¿No? Dame algo Collins, esta es tu última oportunidad de poder salir y regresar a tu hogar... No te hagas esto a ti mismo- Dicho todo esto, el jefe de policía procedió a poner una grabadora para que de esta forma quedará cómo constancia todo lo que dijera el guardabosques, por supuesto Green parecía esperar llenar los expedientes del caso un poco más con lo que dijera el robusto hombre.

Parecía que había llegado el momento para que Dexter diera su lado de la historia, aquello que había vivido y visto en esa maldita granja claramente alejada de la mano de cualquier Dios benevolente que pudiera existir. Pero ¿Acaso podría recordar? ¿Su mente estaría dispuesta a viajar una vez mas allí y contar todo lo que había visto? O por el contrario, se cerraría ante esos recuerdos, regresando mejor a esa locura que parecía servir de escape para el hombre, después de todo, ni siquiera sabía si sus palabras iban a ser creídas por Green ¿Cierto? Sus compañeros y amigos dentro de la policía de Boston ya lo consideraban un monstruo por lo que creían que había hecho junto con el resto de sus compañeros, de eso ya no había vuelta atrás.

Notas de juego

Primera parte del epílogo ;3

Cómo puedes ver está se desarrollará tan solo tres días después de los acontecimientos, siendo el interrogatorio por parte de la policía de Boston, recordando que aún es muy pronto para liberarse de la demencia que adquiriste durante la partida, por lo que aún seguirás sufriendo los efectos y por supuesto no podrás hablar con la suficiente cordura.

Que te diviertas <3. Y recuerda que todo debe de quedar en una sola intervención, por lo que todo lo que quieras relatar en esta parte ahora es el momento antes de pasar a la segunta parte ;)

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16/06/2022, 03:34
Reinhold Green

George Russell

Tanto el alienista como el resto de sus compañeros fueron separados tan pronto como llegaron a Boston, cada uno fue dispuesto en una sala de interrogación diferente con el fin de que no pudieran ponerse de acuerdo para crear una historia planeada, está más que claro quedan considerados unos monstruos y culpables de lo que había sucedido en el ya conocido incidente de la granja por toda la ciudad. Por supuesto el alienista recibió lo más básico para curar las heridas tan severas que llevaba encima en esos momentos, sin embargo estaba claro qué sus amigos dentro de la policía ni siquiera se tomaban su salud con importancia, como cualquier otro criminal a pesar de que él sabía que no había culpables dentro del grupo de rescate que había ido a Craftsbury, sino que todos eran víctimas.

Por supuesto el alienista tenía que recibir cuidados médicos de un nivel muy diferente a los que había recibido hasta el momento, y sin embargo le habían hecho esperar esos tres largos días, dejándole el placer de tener al menos un poco de morfina cada cierto tiempo para aguantar el dolor mientras esperaba el turno para que le interrogaran, todo era sin dudar un completo caos.

Para buena suerte del alienista, por fin pudo ver entrar en la sala en la que se encontraba al jefe de policía, el señor Green estaba claramente lleno de estrés y parecía como si no hubiera dormido en los últimos días, por supuesto todo el caso y la controversia en torno a Craftsbury recaía directamente sobre sus hombros, y conociendo al jefe Green, este seguramente estaba sobrepasando incluso su propio límite para poder resolver el caso lo más rápido posible y por fin salir de todo ese desastre que de cierta forma la habían causado todos dentro del grupo de rescate -Bien Russell... terminemos con esto ¿Quieres? Que mierdas paso en ese lugar ¿Eh? ¿Me quieres explicar como terminaron no solo incendiando la pobre granja sino que también asesinando a personas inocentes?- El jefe de policia comentó al tiempo que caminaba hasta la mesa que había en aquella sala, azotando la misma utilizando ambas manos, por supuesto las palabras de Green estaban cargadas de una cólera qué se podía sentir en el aire.

-Tan solo dame algo Russell, no arruines tu carrera diciendo disparates como tus demás colegas... negligencia por no poder encontrar a esa pequeña, daños graves a una propiedad privada, cómplicidad por asesinato ¿Quieres que siga? Joder que te puedes pudrir en la puta carcél- Estaba más que claro, que todos los cargos que el jefe de policía había mencionado en esos momentos lo dejaban no solo al alienista sino que al resto de sus compañeros como culpables de absolutamente todo lo que había sucedido en esa granja. Junto con estas palabras Green término soltando varias fotografías sobre la mesa para que el hombre pudiera verlas -En verdad quiero creer que no vi nada, Russell... ¡Pero incluso alentaste a Blanche a que disparara! ¿Acaso son unos demonios?- El jefe de policia señaló junto con estas palabras una de las fotografías que te había dejado, una que sin duda le volvería a dejar helado y con miles de incógnitas bizarras en su cabeza...

La fotografía en cuestión retrataba aquella habitación horripilante en donde había muerto el señor Learmonth, sin embargo no era nada a lo que recordaba el alienista cuando leyó la pequeña nota que venía junto con esta fotografía; la persona encargada de analizar la habitación parecía haber llegado a la conclusión de qué tanto un pentagrama como el dibujo bizarro de alguna deidad satanica habían sido dibujadas recientemente en aquella habitación debajo del granero, y toda mención de tortura dentro de la habitación apuntaba a que había sido el propio Roland Learmonth el que había sido torturado antes de ser asesinado por un balazo. Esto no solo taladro dentro de la mente del pobre alienista, sino que tuvo que enfrentar de nuevo aquella imagen de Ose... ¿Acaso esa deidad seguía jugando con él? Habían sido los padres de Pennelope quienes habían torturado y sacrificado a su hija ¿Cierto? Y sin embargo en esos momentos, parecía como si hubiera sido el propio alienista junto con sus compañeros los verdaderos responsables de toda esa mierda satánica. Aunque estaba claro para George que él no estaba loco y que muy seguramente algo o alguien había encubierto el crimen original, tal vez incluso habían jugado con la mente de aquel que había entrado al granero, tal como habían jugado con la suya y la de sus compañeros.

-Bueno, suficiente habladuría... dame algo Russell, admitir puede ayudarte a bajar la sentencia, lo sabes ¿Verdad? Dime todo lo que pasó en ese lugar, explicame como mi grupo estrella terminó cometiendo crimenes tan atroces ¡Dimelo maldita sea!- Una vez mas, Green azotó con fuerza la mesa haciendo uso de ambas manos. -Espero que tengas una buena explicación si sigues insistiendo en que no tienes nada que ver en esto, que tenemos que hacer que te atiendan esas heridas. Estas hecho una mierda Russell- Parecía qué había llegado el momento para que el alienista contara su versión, lo que vivió en aquella granja la cual era el infierno mismo, aunque esto significará que su mente tendría que viajar una vez más a recordar todo lo que pasó en ese lugar ¿Le creerían acaso? ¿El podría creerse a si mismo después de que toda ley conocida se había roto en ese lugar? 

Mientras el jefe de policía esperaba la versión del hombre, este comenzó a echar a andar una grabadora que claramente debía estar presente durante el interrogatorio, con el fin de poder preservar su testimonio.

Notas de juego

Primera parte del epílogo ;3

Cómo puedes ver está se desarrollará tan solo tres días después de los acontecimientos, siendo el interrogatorio por parte de la policía de Boston la primera parte.

Que te diviertas <3. Y recuerda que todo debe de quedar en una sola intervención, por lo que todo lo que quieras relatar en esta parte ahora es el momento antes de pasar a la segunta parte ;)

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16/06/2022, 09:04
Doctor Gregory Palmer

Miraba al jefe Green y a General de vez en cuando, quien me iba susurrando palabras y frases. Unas veces se metía con él por el trato que nos había dado en ese tiempo. Otras veces me hablaba de mi familia y de inventar algo para salir de allí, pero mi mente estaba ofuscada y confusa.

Yo no era consciente de necesitarlo, pero realmente debía haberme visto ya un experto en psiquiatría y haberme puesto un tratamiento para poder ayudarme con aquello. De haber sido yo mismo, de no tener mi mente perturbada, lo habría aconsejado. Pero no era yo... era el Señor de las Arañas y mi pequeño General seguía a mi lado. Aún debíamos recuperar y crear un ejército para terminar lo que otros no acabaron.

Cuando Green y General guardaron silencio, hablé yo.

- No lo entiende jefe Green. Tiene que dejanos salir de aquí. - Dije hablando por la tarántula muerta en mis manos, la cual veía con sus ojitos llenos de vida mirándome con orgullo y casi completamente sana tras mis cuidados, solo que coja de una pata. - General y yo tenemos que reunir a nuestro ejército y acabar con el mal que queda en esa casa. Solo entonces seremos libres. El fuego... no purificó el lugar... la lluvia fue enviada por Ose para extinguirlo.

» A Pennelope la encontramos... inerte... rígida, pero hablaba y se movía... sobrevivió al incendio, la vi al irnos mirándome con sus ojos fríos y secos. Entró en mi alma y se llevó un pedazo de ella. General la vio también. - Dije alzando como pude los restos de la tarántula. - No vi ningún sótano... solo el lugar donde encontré a General y a todo mi ejército listo para enfrentarse a esa bruja llamada Jettie... pero aquel candelabro cayó antes de todo sobre los papeles... y al huir encontré mi lugar y mi destino... y cuando apareció Jettie mi ejército huyó de ella como de las llamas y corrí tras el caballo para reunirlos a todos de nuevo...

Y de golpe logré sujetar al jefe Green de su muñeca y con un atisbo de lucidez le miré a los ojos. - No vaya a la granja, no vayan. Está maldita. Nos ha condenado a todos por igual. Unos estamos locos, otros se han vuelto asesinos... Ose... Ose es su señor y Pennelope su representación en la Tierra. Pero la niña... la niña está enterrada desde hace años en los alrededores de la granja... murió de alguna enfermedad... y trajeron a un monstruo a este mundo...

Solté la mano del jefe Green y miré a General que me susurraba algo. - Sí, lo recuerdo... no tan bien como tú... - Y comencé a recitar algo que parecía una oración, un salmo. - Lo leí... se lo escuché a Lettie...

» Casi lo hemos conseguido,
¡Oh, Señor! Qué de tu nombre se consigue el más conocimiento,
concede a esta leal servidora la oportunidad de que su sueño y esperanza se hagan realidad.
Todo lo que has mandado lo he cumplido con reverencía en tu Nombre y Gloria.
Así que por favor, que todo salga bien.
Déjanos encontrarnos con ella una vez más según tu voluntad.

» Gracias por darme el conocimiento de todas estas cosas.
Gracias por aquellas respuestas dadas a nuestras oraciones...

Aún tenemos mucho que aprender pero de tu guía vamos y hacemos,
de tal forma que todas las cosas sirvan de alabanza para tu Nombre.

» Alabado sea Su Nombre,
del que da conocimiento y respuestas a todo aquel que pida con humildad.
Por siempre y para siempre tuya: Jettie.

Dije de memoria, con los ojos cerrados... y lo repetí de nuevo, solo que algo cambió.

» Casi lo hemos conseguido,
¡Oh, Señor! Qué de tu nombre se consigue el más conocimiento,
concede a este leal servidor la oportunidad de que su sueño y esperanza se hagan realidad.
Todo lo que has mandado lo he cumplido con reverencía en tu Nombre y Gloria.
Así que por favor, que todo salga bien.
Déjanos salir y cumplir con nuestro destino, permitiéndos volver con nuestras familias, según tu voluntad.

» Gracias por darme el conocimiento de todas estas cosas.
Gracias por aquellas respuestas dadas a nuestras oraciones...

Aún tenemos mucho que aprender pero de tu guía vamos y hacemos,
de tal forma que todas las cosas sirvan de alabanza para tu Nombre.

» Alabado sea Su Nombre,
del que da conocimiento y respuestas a todo aquel que pida con humildad.
Por siempre y para siempre tuyo: Gregory Palmer.

Y volví a repetirlo una y otra vez, sin atender a más razones. Mi cabeza había entrado en ese bucle del que parecía que no iba a salir y General repetía las frases conmigo, salvo que al final decía su nombre, dado por mí.

Miré de nuevo a Green. - Las tormentas son malas y una barra de hierro es un buen conductor de la electricidad. Un relámpago puede matar a un hombre cegado por la ira con eso y hacer arder un coche. - Nuevamente un instante de lucidez antesd de hablar de nuevo con General, comenzando a organizar nuestros planes, como donde buscar nuevos activos en una ciudad como Boston y trasladarnos a aquella maldita granja, donde reclutar a más en sus bosques... y con aquella plegaria y mi ejército a mi lado, arrasar con el mal que había en aquel lugar...

Quemar a Pennelope Learmonth, esa muñeca que suplantaba a la niña y cumplir la verdadera misión del grupo, la cual había quedado inconclusa: encontrar a la verdadera Pennelope en las cercanías de la granja...

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19/06/2022, 23:03
George Russell

Era desgastante dar credibilidad ante un oficial que tenía otra versión de los hechos. En verdad George no se sintió muy para la labor, es que creyó con total honestidad que jamás iban a tener en cuenta su opinión y por esa razón, es que no dijo nada. Prefirió silenciar su voz, callar toda aquella experiencia que para los ojos de esas personas que no lo vivieron, no era más que una historia sacada de un libro o cuento de terror. Esas leyendas urbanas, un mito o cualquier delirio de una mente que ya no tenía respiro en tiempos de desazón. 

Se sintió vencido ante la funesta realidad y una sentencia que le arruinaría la carrera, tal vez por el karma mismo, por todo el daño que le hizo a tanta gente, que directamente se entregó a su mal destino con tal de compensar una balanza que había perdido el calibre. No quiso indagar, no quiso esbozar un argumento que bastase, al contrario, prefirió elegir el camino de la desdicha mientras iría tras la paz. Quizás no en un psiquiátrico, pero si en una cárcel y se valdría de ello para aprender de sus propios errores. 

Con una mirada más que llena de determinación, dijo una sola cosa. 

— Llévame a dónde debas, acusa, castiga y ya está. Nada de lo que diga servirá y nos ahorramos la perdida de tiempo, padezco demencia, no soy consciente de lo que digo y pienso por momentos. 

Sin más se dejó llevar y dar por terminado aquello, no cedería incluso a golpes. Ese interrogatorio había terminado desde el momento en que se formularon las preguntas. 

Notas de juego

De mi parte, si vas por ese camino no tengo mucho para hacer. 

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22/06/2022, 16:25
Dexter Collins

—  ¿El cervatillo…? ¿Dónde…? — dijo algo adormilado mirando los grilletes que le sujetaban. Aquello que le habían suministrado parecía que hacía efecto. Sentía su peso ligero, incluso podía imaginar que le habían puesto los grilletes para que no saliera volando de allí.

Miró a Green con la mirada perdida, notaba incluso que la baba le empezaba a caer por la comisura de los labios ante el potente calmante.

—  Habíamos llegado a la granja… Todo… Todo era raro… Había restos de sangre en diferentes puntos... De forcejo... — tragó la saliva y comenzó a menear los grilletes que le sujetaban. — Con el Doctor y Blanche dimos con aquella muñeca… — se silenció sintiendo el miedo en su cuerpo al recordar el rostro aniñado del juguete. — Estaba con un zapato de niña y sangre… Sí, tenía sangre, estaba alejada, en los barrizales.

Su cabeza le daba vueltas, no conseguía recordar con claridad y su mente se sumergía en las llamas del bosque, reviviendo todo de nuevo, otra vez.

—  EL CERVATILLO… NECESITA CUIDADOS… — se intentó levantar, haciendo sonar los grilletes y tirando la silla. — HIJOS DE PUTA… VOSOTROS ME HABEÍS LLEVADO AL INFIERNO…

Se golpeó la sien unos segundos, desquiciado.

—  ¡Aquella gente estaba loca, igual que el que murió achicharrado por un rayo! — en sus ojos se mostraba un ápice de cordura. — ¡Nos destrozó el coche antes de morir! — miró a Green. — ¡¡TENÍA UN DIARIO!! Y el padre… el señor Learmonth parecía que había muerto hace tiempo, pero estaba en la casa…

En ese momento la locura volvió a la mente de Dexter.

—  ¡OSE! ¡ESE ES EL DIOS PAGANO QUE REZAN! ¡EL CULPABLE DE TODA LOCURA!

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23/06/2022, 17:44
Reinhold Green

Cornelius Fernsby

Tan pronto como llegaron a Boston, todos los compañeros del inspector de policía fueron separados a diferentes salas de interrogatorio, mismas que el inspector conocía bastante bien después de tantos años trabajando para la policía, sin embargo nunca había estado del lado de los acusados, durante los últimos tres días desde que llegaron habían permanecido en total aislamiento con el único fin de que la noticia y los rumores acerca de lo que había pasado en Craftsbury no explotarán aún más de lo que ya lo habían hecho. Cornelius se hallaba a si mismo esposado en esos momentos, esperando con tan solo su dañada mente cómo única compañía... está por supuesto aún tenía todas las secuelas que aquel maldito lugar gobernado por Jettie Learmonth le había dejado, por momentos no podía ser el mismo y miraba como su difunta prometida seguía apareciendo delante de él, llorando y rogando por qué la sacara de ese confinamiento y por fin fueran a casarse.

Así mismo los médicos lograron suministrarle algunos relajantes para qué su agresividad ocasionada por las visiones no fuera tan grande, por supuesto esto fue debido a que sus compañeros acusaron su comportamiento y amenazas antes de que fuera reducido para arrestarle. Y aunque habían atendido muy básicamente las heridas de bala con las que había acabado, la realidad era que tenía que ser atendido de una mejor manera aunque por supuesto no estaba en peligro mortal.

Todo había sido un desastre, y estaba claro que la situación no solo para él sino que también para el resto de sus compañeros era bastante grave, ante los ojos de la policía ellos eran los culpables de todo lo que había sucedido, aunque el inspector de policía estaba medianamente al tanto de esta situación, pues entre momentos de lucidez y la demencia qué había desarrollado no era capaz de mirar el escenario completo y más bien su mente prefería hundirse de nuevo para evitar pensar en todo eso. No tardo mucho mas para que la puerta por fin se abriera, dejando a la vista a un muy demacrado Green, seguramente porque todo ese desastre lo tenía que resolver el como responsable de la comisaría de Boston, el jefe de la policía camino lentamente hasta sentarse delante de Cornelius, mirándole fijamente por unos segundos antes de llevarse las manos al puente de la nariz, masajeando este de forma cansada.

-Creo que ya sabes cómo es esto ¿Cierto Cornelius? No puedo creer lo que sucedió... Pero por tu bien espero que me des algo con lo que pueda trabajar- Estas palabras salieron de la boca del jefe mientras iba poniendo una grabadora justo en el medio de ambos y sobre la mesa qué había allí, por supuesto todo tipo de interrogatorio tenía que ser grabado -Que mierda te paso allá amigo... ¡Como pudiste amenazar a tus propios compañeros!-  Estas últimas frases salieron con un claro tono de enojo, mientras daba un pequeño azote contra la mesa usando una de sus manos, por supuesto no se le podía culpar a alguien como Green de tener ese arrebato, no después de todo lo que él mismo había visto al llegar a la granja.

-Tus compañeros se la pasan diciendo tonterías ¿Te unirás a ellos acaso? ¿Eh?... Como ese tal Ose, una muñeca ¡Acaso son tontos! ¿Saben acaso todos los cargos que enfrentan? ¡Asesinaron una familia... Incendiaron su hogar! Y para colmo Pennelope sigue desaparecida- Una vez soltó todo esto, el hombre se dejó caer sobre el respaldo de su silla, bufando por lo bajo y claramente desesperado por saber si es que todos ellos, las personas en las que confío para hacer un rescate exitoso habían confabulado y creado una historia totalmente desquiciada entre todos.

Tan pronto como logró calmarse un poco, volvió a enderezarse y mirar fijamente al inspector de policía, por supuesto estaba claro que él y sus demás compañeros dentro de la policía tenían solamente la historia que ellos querían ver ¿Como decirles que no era asi? ¿Que eren tan reales aquellos disparates que incluso habían roto las mentes de todos? -Cornelius piensa en tu carrera amigo, no te hagas esto a ti mismo... te pueden condenar incluso al psiquiátrico ¿Lo sabes? ¡Deja de decir tonterías y dime lo que paso en realidad! Solo... solo dime que es lo que sucedio para que terminaran asi- Por supuesto, el jefe Green no sería blando en lo absoluto para con el inspector.

Había llegado el momento para qué Cornelius hablara, aunque por supuesto su mente seguía hundida en su propia desesperación y visiones, prefiriendo invitar a su difunta prometida para así evitar pensar en todo lo que había ocurrido en verdad dentro de aquella granja, pues la imagen de aquella muñeca horrible, Pennelope... podía volver con fuerza en cualquier momento y clavarse en la mente del inspector. Sin embargo también podría aprovechar esos momentos de lucidez qué había ido ganando poco a poco para hablar y tratar de no sonar como un demente ¿Podría hacerlo? La grabadora seguía trabajando frente a él, indicando que todo dependía de él ahora.

Notas de juego

Primera parte del epílogo ;3

Cómo puedes ver está se desarrollará tan solo tres días después de los acontecimientos, siendo el interrogatorio por parte de la policía de Boston la primera parte.

Que te diviertas <3. Y recuerda que todo debe de quedar en una sola intervención, por lo que todo lo que quieras relatar en esta parte ahora es el momento antes de pasar a la segunta parte ;)

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23/06/2022, 18:53
Narrador

Gregory Palmer

Tres meses después. . .

 Psiquiátrico de Boston, 1840


El testimonio de Gregory sirvió para que los médicos pertinentes clasificaran al hombre como mentalmente inestable y por consiguiente no apto para testificar durante el juicio que se le hizo, las palabras enloquecidas del hombre hace ya varios meses atrás causó que tanto el jefe de policía Green como aquellos jueces que lo condenaron quedarán un tanto extrañados por como había reaccionado y las palabras que había dicho, por supuesto que esto causó que en vez de ser condenado a prisión, fuera llevado al único psiquiátrico qué había en Boston, para que pudiera ser tratado como un paciente con demencia y ataques de alucinación esquizofrénica, por supuesto nadie había creído todo lo que él había dicho aunque sí que habían archivado su interrogatorio para poder armar una historia del caso mucho más adelante. Pero todo eso ya se encontraba atrás, muy atrás en el tiempo...

El médico había pasado los últimos tres meses dentro de aquel psiquiátrico, dónde afortunadamente la medicación que fue recibiendo ayudo a qué afortunadamente fuera adquiriendo momentos de lucidez, la suficiente para poder ir a terapia con un alienista calificado por lo menos. Aunque por las noches, había momentos en que aquella muñeca del demonio, Pennelope Learmonth aparecía solamente para recordarle que nunca estaría en paz consigo mismo y que todo lo que había visto y vivido en esa granja había sido tan real como su propia existencia... Sus doctores solían auxiliarlo en esas noches de pesadilla, diciéndole que todo estaría bien y que nada de eso era real ¿Acaso no se daban cuenta que él era un hombre de ciencia y bastante sano mentalmente? ¿Como entonces el podría haber terminado de esa manera si no hubiera sido por algo real? Estaba claro que nadie más que el mismo (Y el resto de sus compañeros por supuesto) Sabía la verdad de las cosas, y al pensar en todo esto su mente se volvía a hundir en la demencia que hasta esos momentos aún seguía presente y latente, ayudándole a escapar de la realidad y de todo lo que había sucedido. Por supuesto dentro de la institución psiquiátrica lograron arrebatarle aquella araña muerta de una vez por todas de sus manos, reemplazando la misma con un peluche en forma de araña. El alienista que estaba a cargo del caso había considerado oportuno hacer esto como una forma de ayudarle y de administrar cierta terapia por medio de aquel peluche, después de todo Gregory se sentía en paz al lado de su "General"

Por otro lado, a partir del primer mes dentro del psiquiátrico y asegurándose de que su lucidez podía durar lo suficiente, se le fueron permitiendo las visitas de su familia, su adorable pero escandalosa mujer junto a su pequeño hijo solían visitarle sin falta cada semana, visitas las cuales pasaban sin pena ni gloria algunas veces mientras que otras eran momentos donde su mujer arrancaba a llorar, chillando porque no encontraba una explicación lógica para ver a su esposo en ese estado, por momentos en esas ocasiones incluso trataba de convencer a los empleados del psiquiátrico que le dejaran salir, confiando en que el médico no estaba enfermo como los alienistas decían. Aunque sin duda lo más escalofriante de todo eran aquellos sueños dónde la muñeca se le presentaba, y con una voz perteneciente seguramente al mismísimo Ose solía decir "Thomas es perfecto, tanto como Pennelope, él sera el siguiente en alcanzar la inmortalidad" Todo afortunadamente al final era solo un sueño, uno tan real como el hecho de que en esa granja muy seguramente aún residía ese demonio salido del mismo infierno.

La habitación del doctor Palmer era una bastante normal, afortunadamente su estado de demencia no era tan alto como para que tuvieran que tener medidas extremas con él, incluso habían tratado con la ayuda de su esposa de recrear el estilo británico para ayudarle a sentirse lo más cercano posible a su casa real, por todo lo demás estaba claro que estaba en una institución dedicada a tratar con problemas mentales, los médicos especializados iban y venían a realizar chequeos matutinos y vespertinos, los medicamentos siempre se encontraban a un lado de su cama cuando despertaba, esos que le ayudaban pero al mismo tiempo le hacian sentir tan miserable como cualquier otro loco que viviera en ese horrible lugar. Y por supuesto lo peor de todo eran aquellas terapias dónde trataban de explicarle porque todo lo que había vivido no era real y seguramente había sido solo un producto de su imaginación... a partir del segundo mes incluso, trataron de estimularle para que pudiera recordar lo que en verdad le había pasado, causando que esas sesiones terminarán reviviendo todo el martirio y la locura que había experimentado en ese lugar, su mente por supuesto volvía a su estado de demencia sin poder evitarlo.

Y ahora, tres meses después de aquel interrogatorio, de aquella experiencia que había vivido junto con sus compañeros rescatistas, por fin le estaban dejando tener un poco más de libertad en la institución, las puertas de la biblioteca estaban abiertas casi siempre, le habían dejado tener un diario para poder documentar cualquier cosa que él quisiera, por supuesto esto con el objetivo de ver si en algún momento de lucidez escribía algo que pudiera servir a aquella investigación sobre Craftsbury y que para esos tiempos era un tema lleno de misterios y teorías conspiranoicas qué muy pocos se atrevían a hablar ya.

A veces, incluso se le dejaba recetar a algún demente que estuviera adentro del psiquiátrico, aunque era obvio que los empleados solo lo hacían como forma de dejar qué un loco jugará a las muñecas. Su sentencia había dictaminado que iba a tener que permanecer en ese instituto psiquiátrico por tiempo indefinido, y por mucho que estuviera su familia visitandole constantemente así como algunos amigos que llegó a hacer como médico, estaba claro que en ese lugar solo le acechaba el mal... las medicinas, los empleados incluso tan locos como cualquier otro, la constante aparición de esa maldita muñeca, y por supuesto el hecho de que su general ahora en forma de peluche regresaba cada cierto tiempo a tratar de convencerle de hacer actos horribles con el fin de poder salir de allí y regresar a donde todo salió mal, a la granja Learmonth.

-¡Gregory! ¿Que tal estas el día hoy? Al parecer te llegó un paquete bastante grande esta vez, seguramente tus amigos y familia se esforzaron mucho, asegúrate de enviarles una carta llena de agradecimiento ¿Vale?- El alienista que estaba a cargo de su caso comentó mientras entraba por la mañana a su habitación, dejando un paquete cuadrado sobre su mesa de noche. Parecía que lo trataban como si fuera un niño pequeño, algo muy común de ver dentro del psiquiátrico, dónde los empleados solían tratar como si fueran tontos a aquellos que estaban dementes o dañados mentalmente. -¡Y no olvide sus medicamentos señor Palmer! Lo dejaré solo para que pueda abrir su paquete con calma-  Y una vez dicho esto, quedó completamente solo dentro de su habitación junto con aquel paquete que había llegado para el.



En una de las caras de ese paquete se encontraba una pequeña carta dirigida al médico, firmado por su esposa y algunos conocidos que solían frecuentar a su familia:

"Señor Palmer, estoy segura que en ese horrendo psiquiátrico en el que estás no te ofrecen música de calidad ¿Cierto? Logré importar este pequeña caja musical para ti querido mío, con algo de ayuda claro... Aguanta un poco mas cielo, te sacaré de allí pronto, Thomas está deseoso de ver a su querido padre, jugar una vez más con él y estar en sus brazos"

La carta era bastante pequeña, y dejaba bastante claro que su esposa le había mandado una caja musical traída desde su hogar natal, eso explicaba el tamaño y el peso del paquete. Sin embargo cuando el señor Palmer procedió a abrir el paquete, la música comenzó a sonar cómo si la caja estuviera preparada para reproducirse en cuanto saliera de su contenedor, la música la conocía muy bien, esa pequeña canción que solía cantar cuando era pequeño con bastante felicidad, pero que en esos momentos tan solo le hacían recordar una horrible verdad... Su mente seguía hundida dentro de Craftsbury seguramente para siempre.

Notas de juego

Segunda parte del epílogo lista!! Cómo puedes ver solamente traté de crear un contexto y atmósfera que te puedan ayudar a darle el final que tú veas necesario al buen señor Palmer. Espero que sea de tu agrado este final del epílogo y que te ayude a cerrar esta historia maravillosa <3.

Ahora sí que sí tienes total libertad a comparación del interrogatorio, recuerda que puedes hacer algo que pueda ser utilizado en futuras partidas dentro de está ambientación, para dejar la huella de Gregory en algun punto!

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27/06/2022, 03:11
Narrador

George Russell

Tres meses después. . .

 Hospital General de Boston, 1840


La decisión del alienista de guardar silencio durante el interrogatorio después de los sucesos dentro de aquella granja causó que su juicio fuera rápido y determinante, una sentencia a prisión dado que no se le pudo encontrar algún rastro de demencia grave como algunos de sus compañeros, al menos no tan grave como para que determinarán que tuviera que ir al psiquiátrico para cumplir su condena allí. Afortunadamente para el hombre su estado de salud valió para qué dicha sentencia tuviera que ser aplazada al menos hasta que hubiera una recuperación casi total para él, tiempo en el cual su padre trato de hacer lo imposible para contratar abogados cualificados que pudieran sacarlo sin ninguna mancha delictiva en su historial o al menos que la sentencia pudiera ser rebajada hasta lo mínimo, por supuesto todo lo que había pasado en la granja aún seguía siendo un misterio y seguramente nadie nunca sabria la realidad de lo que pasó allí, nadie más que él mismo y sus compañeros los cuales seguramente se encontraban encerrados en el psiquiátrico de esa ciudad.

Por otro lado después del interrogatorio por parte de la policía de Boston, terminó siendo internado en el hospital general de la ciudad, dónde, dada la gravedad del hachazo que cargaba en la espalda y que posteriormente se vio agravada todavía más gracias a los intentos del alienista por escapar de la casa Learmonth que estaba siendo consumida por las llamas, tuvo que ser sometido a una importante cirugía con el fin de qué no quedará paralítico, afortunadamente la herida qué había tenido no había tocado alguna vértebra importante y tan solo iba a tener que estar con silla de ruedas durante los siguientes meses, silla de ruedas que aún después de tres meses seguía teniendo pero con una mejoría que tenía un buen aspecto a futuro. Debido a su condición cómo acusado de varios crímenes graves, le fue denegado el permiso de recuperarse en casa, teniendo así que estar todo el tiempo en el hospital hasta que los doctores indicarán que ya podía tomar el juicio cómo era debido, por supuesto el tiempo en el hospital podría parecer aburrido pero le daba el tiempo necesario tanto a él como a su padre de encontrar alguna oportunidad para que no fuera a prisión.

Las visitas dentro del hospital estaban permitidas tan solo para sus familiares y colegas que quisieran estar con él, sin embargo el alienista se vio a sí mismo acosado a partir del segundo mes dentro del hospital por múltiples periodistas que querían resolver el incidente de la granja o conocer más respecto a lo que había sucedido realmente en ese lugar, después de todo para ese tiempo era bien sabido que nadie estaba seguro de lo que había pasado y todo eran rumores, teorías conspirativas e incluso leyendas de mal gusto. Todos estos periodistas le solían buscar al menos dos veces por semana, incluso algunas veces solían saltarse los protocolos del hospital y abordarlo directamente en su habitación sin que él hubiera dado el consentimiento para ello. Por supuesto esto podría ser tanto una buena o mala oportunidad para él en caso de que quisiera hablar con alguien que no fuera la policía.

Por supuesto no todo estaba saliendo de la mejor manera para Russell, y aunque le habían declarado libre de demencia severa, el hombre solía ser acosado en sus sueños por aquella muñeca cada cierto tiempo, la maldita muñeca Pennelope Learmonth... en sus sueños las escenas horribles que había visto y vivido en ese lugar alejado de la mano de dios se repetían una y otra vez, podía ver con total claridad ciertas escenas que claramente no había vivido en ningún momento dentro de ese lugar; El pueblo, Craftsbury se miraba completamente en llamas, los habitantes del pequeño pueblo corrían envueltos en llamas y siendo consumidos por lo que estaba seguro que era una fuerza muy superior a la humana, podía ver cómo la gente le imploraba a Dios qué les ayudara, pero Russell entendía muy bien que no había ningún Dios allí, solamente Ose...

El sueño siempre terminaba de la misma manera, con ese recuerdo de la muñeca mirándole directamente a su alma y con una voz profunda y tenebrosa diciendo "No quedará nadie, usted lo sabe ¿Verdad señor Russell? Nadie" El sueño término siendo una pesadilla que se repetía con cada vez más frecuencia, cómo si buscara qué el alienista jamás se olvidara de lo que había vivido y los traumas que allí había encontrado, al final el junto con sus compañeros habían sido simples víctimas y nada más.


Durante los últimos tres meses hasta el día de hoy, de esta forma había vivido el alienista sin ninguna otra complicación más que el que esa muñeca del demonio solía darle cada cierto tiempo, para ese momento andar en silla de ruedas ya no era complicado en lo absoluto y podía pasear por las instalaciones del hospital sin ningún problema, ese día en particular había sido uno lluvioso, los periodistas seguían conglomerandose como siempre en la entrada del hospital, buscando acceder a lo que ellos pensaban que sería la noticia del año si lograban dar con él y qué contara su experiencia de forma exclusiva.

Por supuesto ahora todo lo que quedaba dependía del propio alienista, su padre le había contactado esa misma mañana diciéndole que muy probablemente los médicos por fin le darían el alta para el siguiente mes, aunque esto podría significar que su caso se reabriría para con la policía y los abogados ya estaban listos para lo que fuera. Sin embargo fuera de todos estos asuntos mundanos muy dentro de él había una verdad de la que nunca podría escapar, una la cual siempre viviría con él, Craftsbury estaba marcada en su mente y esa muñeca le estaría envenenando posiblemente toda su vida. Está realidad le llegó a su mente en cuanto pudo ver por la ventana cómo los rayos de la tormenta que estaba cayendo en esos momentos sobre Boston, le llevaron, tan solo por un corto pero horrible momento de vuelta a esa granja.

La lluvia nunca se vería igual para él.

Notas de juego

Segunda parte del epílogo lista!! Cómo puedes ver solamente traté de crear un contexto y atmósfera que te puedan ayudar a darle el final que tú veas necesario al buen señor Russell <3. Espero que sea de tu agrado este final del epílogo y que te ayude a cerrar esta historia maravillosa <3.

Ahora sí que sí tienes total libertad a comparación del interrogatorio, recuerda que puedes hacer algo que pueda ser utilizado en futuras partidas dentro de está ambientación (Como idea nadamas puedes ayudarte de esos reporteros acosadores x3) para dejar la huella de George en algun punto!

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27/06/2022, 04:59
Doctor Gregory Palmer

Tras meses de terapia, no parecía mejorar en nada o eso notaba, porque todas las noches se me aparecía en sueños aquella odiosa muñeca, con su casa ardiendo detrás y las palabras de alguien que amenazaba con llevarse a mi pequeño como hizo con Pennelope.

Pero por más que hablaba de Ose, de los documentos que encontramos, de lo que leímos, nadie nos creía. General estaba cada vez más desesperado que yo. Sus ansias por salir de allí me afectaban claramente pues elaboraba planes donde mataba a los celadores para salir de aquel lugar y conseguir nuestro propósito.

Más yo era feliz y me relajaba al ver a mi familia cuando venían de visita y eso era por lo que luchaba, por volver a ser el médico que fui, por cuidar esta vez de Martha como se merecía y de Thomas, como mi primogénito y esperaba que el primero de muchos más pues todo aquello me había cambiado por completo.

Pero la presión de la policía, cada vez que venía me hacía recaer y me apegaba más a General, cuyas ideas empezaban a meterse en mi cabeza.

A todo esto, en mi celda, porque así llamaban a las habitaciones de aquel lugar, convivía con otro hombre que velaba porque no me hiciese daño nunca y se encargaba de que no tuviese nada con lo que herir a los demás o a mí mismo. Un hombre que disfrutaba de la caja de música que me había regalado mi mujer y que sonaba aquella canción tan espeluznante para mí... aquella que me traía tan malos recuerdos.

En mi mente solo podía oír a General cuando puso la canción de nuevo a sonar. - Mátale, mátale. Nos está volviendo locos con esa canción... no la aguanto más y sé que tu tampoco puedes con ella Gregory... nadie te culpará porque estás mentalmente incapacitado para todo... hazlo Gregory.

- Acaba con él.

- Mátalo.

Y eso hice, alcé la caja de música y acabé estampándola sobre mi compañero de celda, quien no tardó en morir ante mis ojos, junto con la música que se detuvo casi al instante. Más tranquilo, casi como hacía meses que no me había sentido, me senté a escribir mi relato, lo que recordaba de aquel horror en aquella granja.

Nadie supo jamás de donde saqué la navaja de afeitar, pero tal y como detallé en mi diario, con toda la lucidez que pude tener en aquel momento, me corté el cuello con una circunferencia en él, la cual se unía de lado a lado cual collar. Seccioné la yugular y caí enseguida en el suelo, junto a mi fiel compañero de celda.

Al menos nos encontrarían a ambos, a General y a mí muertos, sin ser un peligro para nadie más... y nadie volvería a escuchar esa odiosa canción...

¿... o tal vez sí?

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27/06/2022, 13:09
George Russell

Dadas las condiciones y la situación en sí, George supo que ni el dinero de su familia—que no era poco —ni su influencia social, como profesional de la salud podrían liberarlo de una injusta condena. De alguna manera ya lo tenía asumido por la actitud de los policías y los cargos que ridículos le adjudicaron encima. ¿Una condena de tal magnitud por no haber asesinado a nadie? Vaya, la justicia además de ciega era tonta y le hubiera encantado hurgar las pruebas que lo involucraron a tener tantos años de prisión, es que sin tener siquiera un arma, no quiso imaginar cuánto le darían a Blanche por ejemplo. 

Nada tenía sentido, tampoco el hecho de que tuviera una herida de gravedad en la espalda, lo cual se sumó a la ilógica conclusión de estos ignorantes considerando que no era físicamente posible convertirse en un asesino cuando no puedes levantarte siquiera. Pudo haber entendido que lo acusen por complicidad, dado que delante de ellos, le indicó a su compañera que dispare y tener unos años por ello. Aunque jamás entendió todo lo demás. 

De todos modos el alienista pasó sus días en la lejanía del otro, primero su recuperación y ajeno a los periodistas, prefirió la soledad. Quizás por culpa, quizás por odiar la situación, la cuestión es que de la misma manera que esa muñeca no pudo salir de él, ni siquiera sus recuerdos, sucedió ese cambio de personalidad que sin dudas lo llevó a ese punto de no retorno. Tenía sus pesadillas, vivió su infierno, pero encerrado en él quedó todo aquello. Como si fuera un ente, una tumba que guarda sus secretos o alguien que espera una mínima oportunidad para dar su ataque. Nadie pudo saber con precisión, pero George, aquel alienista que en todo momento intentó lidiar con la situación desde la lógica, se sumergió en su propia oscuridad de la mano con la soledad. 

Sin importar los días, sus recuerdos, ni esa tormenta que intentó traumarlo otra vez. 

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27/06/2022, 21:42
Narrador

Dexter Collins

Tres meses después. . .


Psiquiátrico de Boston, 1840

Todo lo que había pasado en la granja así como lo que había dicho el guardabosques dentro de su interrogatorio con el jefe de policía Green, quedó poco a poco atrás... sus palabras enloquecidas gracias a la mente tan perturbada con la que había regresado a la ciudad fueron suficiente para que le declararan como mentalmente inestable, y por lo tanto incapaz de obtener una sentencia a prisión. En su defecto fue llevado al psiquiátrico de Boston y el único que existía por el momento en toda esa región para tratar problemas mentales, allí por supuesto fue diagnosticado con paranoia y síndrome de estrés postraumático. Ni los abogados en la policía fueron capaces de entender lo que el robusto hombre estaba tratando de explicarles respecto al demonio que claramente seguía estando presente en esa granja maldita, la mención de Ose por parte de él así como otros de sus compañeros valió para qué pensarán que solo se trataba de algún tipo de demencia colectiva, por supuesto en ese momento se dio por pérdida cualquier oportunidad de encontrar lo que realmente había pasado en la granja, para aquellos que eran ajenos a lo que él junto con sus compañeros de rescate habían vivido, esto quedaría como un grotesco caso más que jamás iba a ser resuelto.

Sin embargo todo eso quedó en el pasado, durante el primer mes dentro del psiquiátrico Dexter se vio a sí mismo siendo medicado constantemente, con el fin de que pudiera recuperar al menos un atisbo de lucidez en su persona, estos medicamentos junto con las terapias que un alienista especializado le comenzó a dar tan pronto como ingreso en aquel lugar comenzaron a dar sus frutos, al menos el robusto hombre poco a poco fue ganando días de lucidez entre aquellos que estaban llenos de demencia e ilusiones que solo le hacían hundirse y delirar. La habitación en la que se quedaba dentro de aquella institución trataba de simular con bastante precisión una acogedora cabaña, incluso los trabajadores del lugar pusieron algunas plantas como decoraciones y con la finalidad de que el hombre pudiera sentirse mucho más seguro. A partir del segundo mes no solo su medicación fue bajando un poco en intensidad sino que también se le permitieron por fin las visitas, en dónde cada cierto tiempo algún colega dentro del cuerpo de guardabosques al que pertenecía le iba a acompañar, milagrosamente su madre le comenzó a visitar cada semana de igual forma. La señora Collins por supuesto se había enterado de lo sucedido y la policía le había hecho firmar la carta responsiva ya que era su obligación.

Al final del día, todos estos factores buscaban ayudar a qué Dexter pudiera ser el mismo hombre que había sido antes de tener que ir a aquella misión en Craftsbury, un caso que para esos momentos después de algunos meses ya nadie solía hablar al respecto, pues todo ese tema prontamente se vio envuelto en una aura grotesca de teorías conspirativas, rumores e incluso leyendas extrañas. Las únicas personas qué parecían no querer detenerse en la búsqueda de la verdad eran algunos periodistas independientes que más de una vez había tratado de asaltar al guardabosques en una de sus horas de visita, casi siempre terminaban siendo arrastrados fuera por la seguridad del psiquiátrico aunque esto no evitaba que los hombres y mujeres le dejaran sus tarjetas a Dexter, con la esperanza de que esté les pudiera hablar en algún momento para contarles lo que en verdad había sucedido allí y tener lo que podría ser la exclusiva más importante de sus carreras, al menos para esas fechas.

Por supuesto todo lo bueno siempre venía acompañado de algo malo y en el caso de Dexter, esto venía en forma de horribles y muy nítidas pesadillas. Dentro de sus sueños había días en los que aquella muñeca del demonio se le aparecía al hombre, sus ojos vidriosos clavados directamente en su alma y detrás de ella su hermoso y maravilloso bosque siendo reducido a cenizas por un fuego abrasador, está escena siempre terminaba distorsionandose y llevandole a una serie de imágenes y visiones que él en ningún momento recordaba haberlas vivido en lo más mínimo; el fuego terminaba alcanzando el pequeño pueblo de Craftsbury, consumiendo todos los edificios y a todas las personas que vivían allí, todo esto mientras la voz distorsionada y oscura de aquella muñeca resonaba por todo lo alto "Ose... Ose... Ose..." Y con esto, el sueño siempre terminaba abruptamente.

Estos sueños siempre causaban un claro retroceso en su salud mental, y aunque los doctores y empleados dentro de la institución solían intentar convencerle de que todo era un sueño y no era real, muy dentro de él sabía que Pennelope Learmonth... aquella muñeca era realmente el mal encarnado, él mismo lo había visto y vivido en carne propia, Incluso en sus momentos de lucidez estaba completamente convencido de que todo lo que habían vivido había sido la completa realidad. A todo esto se le tenía que sumar aquellas visitas muy esporádicas de parte de la policía, la cual intentaba convencer al guardabosques que contara la verdad, por supuesto la incredulidad que mostraba la justicia de Boston era comprensible hasta cierto punto, pero al mismo tiempo tan agotador que su mente decidía cerrarse y volver a su demencia para poder defenderse de esas personas.


El presente día

En el transcurso de este tercer mes dentro de la institución psiquiátrica, se le había dado la oportunidad a Dexter de llevar su propio diario con el cual poder despejarse y anotar cualquier impresión que pudiera tener, de esta forma querían buscar una solución no tan agresiva para saber si en algún momento de lucidez escribía algo que pudiera ser de utilidad para el caso de la granja que aún seguía en el Limbo para esos momentos.

-Buen día Dexter ¿Que tal amaneció nuestro guardabosques favorito? Recuerda tomar todas tus medicinas el día de hoy ¿Vale?- El empleado que solía despertarle todas las mañanas comentó con una sonrisa mientras entraba a la habitación del hombre, en uno de sus brazos llevaba el periódico del día de hoy, en el cual se podía apreciar qué habían tormentas por toda la zona -Jodeer, estas tormentas siguen azotando por doquier ¿Eh? Venga Dexter animate que empieza un nuevo día- Sin más el hombre salió de la habitación para dejar que el robusto guardabosques tuviera su intimidad, sin embargo la sola mención de aquella tormenta causó que su mente viajara una vez más hasta ese maldito lugar en Craftsbury... demostrándole una vez más así, qué esa granja y esa muñeca realmente habían robado una gran parte de él, una parte que siempre estaría allí toda su vida. 

Notas de juego

Segunda parte del epílogo lista!! Cómo puedes ver solamente traté de crear un contexto y atmósfera que te puedan ayudar a darle el final que tú veas necesario al buen señor Collins <3. Espero que sea de tu agrado este final del epílogo y que te ayude a cerrar esta historia maravillosa <3.

Ahora sí que sí tienes total libertad a comparación del interrogatorio, puedes utilizar los recursos que te di o incluso poner mas de cosecha propia, se libre de hacerlo como mas te guste. Recuerda que puedes hacer algo que pueda ser utilizado en futuras partidas dentro de está ambientación (Como ideas, hacer uso del díario, de los periodistas, crear algo tu mismo, etc.) para dejar la huella de Dexter en algun punto y que podría ser usado como recurso después!

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03/07/2022, 18:58
Cornelius Fernsby
Sólo para el director

Fueron tres días que la mente de Cornelius bailó entre sus alegres fantasías y el horror vivido en la granja. Los calmantes conseguían tranquilizarlo lo suficiente y lograban que los momentos de lucidez fueran algo más frecuentes. Pero esa lucidez solo conseguía que se alterara más aún de lo que ya estaba debido a los malos recuerdos vividos y que, obligándose a no revivir en su mente lo sucedido, el inspector prefiriera mantenerse en la ilusión de una vida feliz junto a su adorada Claire.

Fue su jefe, su compañero, su amigo el que lo interrogó en uno de esos momentos de claridad mental. Cornelius, sumido en el aturdimiento de las pastillas, escuchaba a Green como si su voz le llegara a través de una niebla espesa. Lo escuchó y, estremeciéndose visiblemente, abrió la boca solo para corroborar lo que sus compañeros habían dicho. Al menos la parte que él había llegado a vivir.

Ese lugar está maldito... Y sí... Ellos tienen razón... La muñecha... Esa diabólica muñeca... —dijo de forma entrecortada; balbuciendo tanto por culpa del miedo como por la medicación—. La mujer era una asesina que mató a su marido... Nos atacó Green... Nos intentó matar... Y esa risa... ¡Esa escalofriante risa! —gritó, tapándose los oídos con las palmas de las manos, intentando aislarse de la risa que aún resonaba en su cabeza—. No tienes ni idea del mal que habita en esa granja... Y ella aún sigue allí... Esperando nuevas víctimas.

Incapaz de hilar con lógica lo acontecido en aquella granja bajo la tormenta, Cornelius solo podía repetir una y otra vez el horror que aún seguía intacto en la granja quemada. El esfuerzo de revivir lo sucedido, al menos la parte en la que él no había estado inconsciente, solo logró que su cuerpo convulsionara por el terror durante unos segundos. Incapaz de soportar los recuerdos, el inspector apoyó los codos en la mesa y enterró su cara en las manos. Lloró... Lloró durante unos segundos recordando la diabólica maldad de aquella mujer y la risa infernal de la muñeca.

Cuando levantó por fin de nuevo el rostro hacia Green, su expresión era mucho más tranquila, incluso sonriente. Su mente, alejada ya por completo de la realidad, había alejado los malos recuerdos y se había creado unos mucho más felices.

Espero que esto no nos lleve mucho tiempo. Claire me está esperando para cenar... —dijo, mostrando una sonrisa tranquila a su jefe—. Dijo que iba a preparar pastel de carne. ¿Le apetece cenar con nostros, jefe?

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05/07/2022, 11:33
Dexter Collins

Tormenta…

Simplemente con aquella palabra, Dexter sintió un fuerte espasmo a causa de aquel escalofrío que le proporcionaba simplemente al escuchar esa palabra.

Rápidamente agarró su diario, su mente viajó a un pasado no tan lejano en la que se veía llegando a una granja destartalada al lado de sus compañeros. Su mano iba rápida, dibujando los recuerdos de aquellas paredes sucias formando aquella estructura de madera, y junto a ella el granero.

Realizando un par de garabatos, escribió una palabra.

Cragftsbury. La catedral…

Sabía que el inicio de todo aquello estaba en ese pueblo y en especial en aquella catedral que tanto había nombrado el desdichado de Nisbet. ¿Adorarían a ese Ose como aquella familia?

Haciendo fuerza para recordar comenzó a dibujar el recuerdo de aquel maldito cuadro que había podido observar con Gregory en el salón de la casa. Aquel cuerpo con forma de leopardo transformándose en un hombre de verdad, deformado — Ose… — murmulló mientras escribía ese nombre bajo aquel dibujo retorcido y desenfocado.

— Ose les brinda el conocimiento de todas las cosas… seguía escribiendo mientras escribía.

En ese momento recordó las palabras que leyó en el diario de Nisbet.

— Jettie es un genio completo… ¿era Ose? Busca la inmortalidad — todo lo que iba murmurando quedaba plasmado en las hojas del diario. — ¿Le hicieron algo a esa niña, la mató ella misma?

Tras esas palabras recordó al encontrar aquella muñeca, como las maderas que delimitaban la finca estaban rotas y con sangre seca. Pero recordó el zapato que encontró junto a la muñeca. Sabía que era imposible encontrar el cuerpo en el barrizal, aun así intentó marcar un punto indeterminado de un dibujo de una ciénaga que había dibujado en anterioridad.

— El cuerpo de la niña, estará allí… Tienen que encontrarla… Sí, el cuerpo dará pistas… ¡ESO Y EL SOTANO QUE DESCUBRÍ CON CORNELIUS, EL ALTAR! — chilló mientras miraba el dibujo que había realizado de la granja.

Siguió escribiendo.

— Miren bajo las ruinas del granero, es el inicio de todo… El cuerpo descompuesto del padre, el altar… Todo

Y por último y antes de suicidarse escribió unas últimas palabras.

— La muñeca, destruyan la muñeca si la encuentran…

Y recordando la risa de la muñeca, colocó el diario en un sobre, lleno de garabatos y remitido a uno de aquellos periodistas que había intentado hablar con él. Se lo entregó a uno de los celadores.

Y tras aquello, el alma de Dexter se desprendió de su cuerpo, al son de los relámpagos que se escuchaban en el exterior… 

Adiós mamá…

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13/07/2022, 21:53
Narrador

Cornelius Fernsby

Tres meses después. . .


 Psiquiátrico de Boston, 1840.

Lo que el inspector de policía había dicho y mencionado durante su interrogatorio en la comisaría, sirvió y valió únicamente para comprobar ante los jueces que estaban a cargo de tan atroz caso, de qué el inspector de policía no se encontraba apto para poder ser procesado según la normativa común. Por supuesto el nombre terminó siendo declarado mentalmente inestable y enviado a pagar su condena dentro del único psiquiátrico que había en la ciudad, por supuesto ninguna persona normal creería así porque si en la historia de que una muñeca y una maldición habían sido los responsables de todo lo que había sucedido en el incidente de la granja. Tan pronto como ingreso a dicho psiquiátrico Cornelius terminó siendo diagnosticado con demencia debido a su propia declaración y con cierto grado de psicosis gracias a las visiones de su prometida muerta que se le aparecían cada cierto tiempo.

A medida que el tiempo fue pasando dentro del psiquiátrico en el que se encontraba, todos los traumas y horrores que había experimentado dentro de aquella granja del demonio fueron quedando en el pasado, aquellos que estaban a cargo de su tratamiento lograron hacer que su demencia fuera cediendo un poco más, pronto el inspector de policía logró tener momentos de lucidez más constantes aunque los traumas que su cuerpo había recibido seguían atormentandole... constantes pesadillas donde su propio subconsciente lo trasladaba de vuelta a aquella horrible granja eran constantes y poco a poco se fueron haciendo cada vez más vividos y oscuros. Esto hasta que una visión llegó a él dentro de un sueño, dentro de este sueño pudo observar con una claridad impresionante y una lucidez que daba miedo el pueblo de Craftsbury, algo claramente desconcertante pues ni él no sus compañeros lograron acercarse a esa zona en lo absoluto. La catedral fue la primera en empezar a incendiarse, horribles gritos de desesperación poco a poco fueron inundando las calles mientras qué las calles hechas de tierra se fueron llenando de personas corriendo entre llamas y un cruel destino.

Su sueño le fue trasladando poco a poco, de vuelta al plano de la granja que ya muy bien conocía, allí la muñeca de Pennelope Learmonth le estaba mirando fijamente, mientras que un pequeño pero horrible susurro salía de ella "Todos estan ardiendo... arderán, arderán ¿Puede escucharlo señor Fernsby? ¡ARDÉRAN!" Y justo así, en el primer dentro del psiquiátrico, el sueño le despertó en medio de la madrugada, dejándole con un sentimiento extraño y sin dudas extremo en toda la extensión de la palabra ¿Había recibido alguna visión? O tal vez tenía que hacerle caso a sus doctores y pensar en que todo era una imaginación producto de la demencia que tenía.

Para el segundo mes, por fin se le fueron permitiendo las visitas al inspector de policía, muchos de sus colegas del departamento de policía de Boston le solían visitar cada cierto tiempo e incluso con lo que él había hecho en aquella granja, amenazando con dispararle a sus propios compañeros, todo apuntaba a que estos estaban tratando de hacer el esfuerzo de dejarlo pasar y verlo como un simple desvío mental que su amigo y colega había sufrido. Por supuesto más de uno intentó hacer que Cornelius "Contara la verdad"  causando momentos de incomodidad y acoso, por supuesto aunque estos intentos nunca fueron a mayores gracias a la propia seguridad del psiquiátrico, esto no evito qué el inspector de policía recayera cada vez qué alguna situación por el estilo sucedía, su demencia se disparaba intento de escape volvía a imaginar a su prometida, la cual siempre regresaba a buscarlo para que pudieran ir al altar juntos. Algo que los alienistas dentro de ese lugar buscaban desesperadamente que desapareciera de la cabeza del hombre.

A todo esto también se tenían que añadir aquellos reporteros que comenzaron a buscar cualquier oportunidad para colarse y poder asaltar al inspector de policía con preguntas y tarjetas de contacto, buscando ser los primeros en obtener la nota de lo que había realmente sucedido en ese lugar. Por supuesto sus acciones no solían llegar a mucho pero eran suficientes para seguir añadiendo sal a la herida cada cierto tiempo, cuándo estos aparecían. Todo esto hasta que el tercer mes llegó, el médico que estaba a cargo de su caso incluso le había llegado a bajar la dosis para esos momentos, pensando y esperando que su mente pudiera seguir regulandose poco a poco de forma más independiente y junto con esto, que pudieran llegar a una lucidez lo suficientemente óptima para que de inspector revelará la realidad. Aunque sus intenciones eran más camufladas que la de aquellos reporteros, estaba claro que todos seguían sin creer las versiones que tanto el como sus compañeros habían compartido en su momento, solamente ellos sabían la única y absoluta verdad.


El presente día...

El día, lamentablemente para el inspector de policía había empezado de forma totalmente inusual, con un portazo que había dado uno de los pacientes que también había sido internado en ese psiquiátrico. El loco ni siquiera había pedido permiso para entrar a la habitación de Cornelius, aunque a juzgar por su expresión y extremo nerviosismo, tal vez se podría justificar lo suficiente... -¡Policía Fernsby! Policía Fernsby lo siento mucho... ¡Oh como lo siento mi señor policia- El tipo incluso parecía estar sollozando mientras decía estas palabras sin fundamento, mientras se acercaba al hombre y le estrechaba la mano de forma casi desesperada como si estuviera dando sus condolencias.

-Ellos estaban aquí contigo ¡Como nunca nos dimos cuenta policia! Es nuestra culpa... ¡Nuestra por no poner atención y dejarnos llevar por tantas pastillas!- El loco que estaba allí presente le había hablado casi desde el primer día en el que el inspector de policía había ingresado a la clínica, después de tres meses se podría considerar como una inusual amistad. Sin embargo, prontó sus palabras sin sentido fueron cobrando más peso cuando el hombrecillo le entregó una nota arrancada del periódico más reciente, una nota qué haría qué muchos traumas salieron a flote todas en un solo momento; 

"¿Locura o remordimiento?"

 esta mañana, durante la madrugada del presente día el psiquiátrico general de Boston empezó con el pie izquierdo cuándo se descubrió que dos de sus pacientes terminaron con su propia vida en lo que se cree qué fue un ataque de demencia. Las dos víctimas fueron reconocidas como el anteriormente médico reconocido Gregory Palmer y un guardabosques local, Dexter Collins. Ambos hombres pertenecientes al grupo de rescatistas involucrados en lo que se conoce como el episodio más fatídico de Boston, el incidente de la granja.

 Fuentes anónimas creen que ambos suicidios fueron una forma para comprobar la culpabilidad y el remordimiento que ambos sentían por haber causado tan horrible matanza. Las fuentes oficiales de la policía y la propia dirección del psiquiátrico aseguran que solamente se trata de un ataque psicótico que ambos experimentaron debido a sus respectivas condiciones mentales.

 Se cree que ambos dejaron notas y diarios antes de quitarse la vida, sin embargo estos mismos no han podido ser recuperados ni expuestos al público. ¿Sera que esta historia oscura y fatídica empezara un segundo capítulo?

La nota por supuesto no tardo mucho en clavarse dentro de la mente del inspector de policía. Sus dos compañeros habían estado internados en el mismo lugar que él y aunque estaba clara la razón por la que seguramente los mantuvieron separados uno del otro. La noticia de que ambos habían perdido sus vidas por mano propia habia llegado sin aviso alguno para él, de la mano de un loco mas que estaba allí mismo delante de él, nervioso y mordiendo sus uñas como si fuera lo único que podría comer en todo el día.

Todo esto solamente trajo consigo un sentimiento que él ya conocía bastante bien para esos momentos, ese sentimiento de que aquella maldita granja y lo que había sucedido siempre estaría en su cabeza, presente en todo momento y tratando de salir a flote de una u otra manera. La imagen de aquella muñeca, Pennelope Learmonth, parpadeó un par de veces frente a él, demostrando que esta era una realidad de la que nunca podría escapar...

 

Notas de juego

Segunda parte del epílogo lista!! Cómo puedes ver solamente traté de crear un contexto y atmósfera que te puedan ayudar a darle el final que tú veas necesario al buen señor Fernsby <3. Espero que sea de tu agrado este final del epílogo y que te ayude a cerrar esta historia maravillosa <3.

Ahora sí que sí tienes total libertad a comparación del interrogatorio, puedes utilizar los recursos que te di o incluso poner mas de cosecha propia, se libre de hacerlo como mas te guste. Recuerda que puedes hacer algo que pueda ser utilizado en futuras partidas dentro de está ambientación (Como ideas, hacer uso de notas, de los periodistas, crear algo tu mismo, etc.) para dejar la huella de Cornelius en algun punto y que podría ser usado como recurso después!

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29/07/2022, 21:08
Cornelius Fernsby
Sólo para el director

Culpable; que otro veredicto se iba a dictar cuando todas las pruebas estaban contra el inspector y aquellos que lo acompañaron en aquella aciaga investigación. Culpable de querer escapar del horror vivido refugiándose en lo más hermoso que había conocido, aquella por la que daría su vida y su alma si fuera preciso.

Los días en el psiquiátrico transcurrían monótonos. Lucidez, fantasías y pesadillas se alternaban entre sí demostrando que, con un poco más de tiempo, quizás el inspector pudiera recuperar su cordura o, al menos, parte de ella. Pero las visitas, ya fueran de sus antiguos colegas o de los periodistas ávidos de información que se colaban, solo lograban desestabilizar a Cornelius, impidiendo de esa forma que esa tranquilidad tan necesaria para recuperarse se rompiera como si de una copa de fino cristal se tratara. Lo único que lo sacaban en cierta forma de su monotonía eran los cuadernos que escribía con su pequeña y apretada letra. Una y otra vez escribía la misma historia que ya había contado. La terrible historia vivida en aquella granja y los que había acontecido por culpa de aquella muñeca.

Una terrible y monstruosa muñeca que seguía reclamando su tributo…

En esos momentos en los que los trágicos sucesos ocurridos en la granja volvían a asaltarlo, bien durante el sueño o bien cuando trataban de sonsacarle una verdad que él ya había contado, el inspector solo encontraba refugio en el recuerdo de su amada. Claire, su querida y amada Claire… Eso era lo único que le importaba a Cornelius.

Pero la muñeca; aquella muñeca aún seguía atormentándole con pesadillas donde el fuego y la muerte eran los protagonistas.

Aquel día se encontró con una realidad que hasta el momento le resultaba desconocida. Nadie le había dicho que dos de sus compañeros se encontraban también bajo el mismo techo que él. Nadie había querido ni permitido que se pusiera en contacto con ellos, que se pudieran consolar mutuamente y quizás, solo quizás, así salir del vacío de sus mentes que se había creado en aquella maldita granja.

Saber que sus queridos amigos, el doctor y el guardabosques que tanto habían vivido y sufrido junto a él, se habían quitado la vida fue un duro golpe para el inspector. Tan duro que el hilo que había mantenido su mente, debilitada desde hacía ya meses, unida a la realidad se cortó definitivamente. Nada ni nadie conseguirían traerlo de vuelta al presente porque su cuerpo y su alma estarían eternamente junto a su querida Claire.

Aquel día el inspector abandonó toda cordura para refugiarse en su mundo ideal junto a la única persona a la que había amado. Su prometida y él estarían viviendo felices por siempre.

Aunque aquella aterradora muñeca nunca lo dejaría en paz…