Partida Rol por web

Nevermore: Entre muñecas y granjas

Primer Arco: Craftsbury

Cargando editor
02/08/2021, 13:00
Dexter Collins

Dexter alumbró con la tenue luz de su farol los pasos de Blanche, mientras esta se acercaba a la zona del zapato y la muñeca. Observó los movimientos de su compañera, que aún con aquel vestido, eran ágiles y seguros entre la maleza y el lodo. 

Sus ojos se entrecerraron para fijarse en la sangre que descansaba bajo el zapato. Maldijo en silencio mientras lanzaba una fugaz mirada a Gregory, el cual aun no había recibido respuestas a sus preguntas por parte del leñador. Volvió a mirar la zona donde se encontraban los restos de sangre para, inútilmente, buscar algún tipo de indicio de que aquello era causa de un ataque animal.

La atmosfera que se respiraba era más claustrofóbica, mas agobiante, y entonces lo notó. La humedad, notoria en todo momento, se hizo mucho más presente. Su mirada se fijó en el cielo, pudiendo observar entre las copas de los arboles como una masa de nubes presagiaban tormenta.

— Gregory, viejo amigo, creo que será mejor recoger estas cosas como indicó Blanche y volver. Se avecina tormenta, y no me perdonaría poner en peligro a alguno de ustedes, y créame que soy el primero en terminar con esto… — su mirada se oscureció un poco al recordar la sangre. — Me gustaría comprobar que Cornelius está bien, y si no ha vuelto, buscarle. 

En ese momento se dirigió a los dos compañeros ahí presentes para explicar lo que encontró junto a Cornelius en las inmediaciones de la granja.

— Verán, no soy de lanzar conjeturas a la ligera, pero Cornelius y yo hemos encontrado rastros de sangre junto a una valla rota en la granja. Me gustaría que la vieran, ya que esa sangre que tenemos ahí — señaló la sangre descubierta por Blanche — no parece por un ataque animal… y el Doctor nos sabrá decir mejor, pero es bastante grande. Son muchos cabos que pueden ser atados, que tanto Blanche como Cornelius seguro que lo hacen mejor que yo, pero insisto, creo que deberíamos volver. Créanme, una tormenta puede ser muy peligrosa en un terreno como en el que estamos.

No lo quería decir en alto, pero en su cabeza la idea de que el cuerpo de la niña descansaba ahí abajo cobraba más forma, y lo que es peor, junto a lo que habían visto en las inmediaciones de la granja le lanzaban miles de hipótesis. Y esperando a sus compañeros para iniciar la marcha, intentó memorizar la zona en la que se encontraban. 
 

Cargando editor
03/08/2021, 19:48
George Russell
Sólo para el director

A mas tiempo más raro se tornaba todo, como si fuera ya un juego perturbador de adivinanzas. No solo era la mirada de la mujer, el tono, sus gestos, sino que también su esposo se comportaba diferente por momentos más allá de lo que por palabra llegaba a decir. Esto era todo un misterio, hasta le pareció un comportamiento sectario pese a que desde su lado científico, desechaba la idea de algún ente paranormal en la casa que los influya. 

—Perfecto—respondió a Jettie y al desviar la mirada hacia aquel hombre, alzó una ceja—. ¿Que sucede señor Learmonth?

«Mierda...» pensó al ver que aquel hombre en el exterior tenía una barra de metal, no quería pensar que fuera a hacer trizas el auto. No quería creerlo porque ya esto aún más raro si cabe. Así que no pudo más y decidió salir de allí, quería tenerlo delante de sus propios ojos, ver esa sonrisa maquiavélica, enferma y comenzar a concretar verdades porque nada tenía sentido. 

—Saldré, ustedes aquí. No salgan por favor. 

Cargando editor
03/08/2021, 23:52
Blanche Williams

Por supuesto, una marca de referencia que se va a hundir en el lodo en cualquier momento cuando nos demos la espalda, si es que logramos volver aquí — respondió un poco irritada de que el doctor no estuviera cooperando. Tenía intenciones de agacharse a agarrar directamente la muñeca, cuando revisó mejor el zapato y notó la sangre en ella. Miró abajo para observar el resto de la sangre que podía notarse con la poca luz del farol y suspiró, bien no era una simple desaparición o muerte por hundirse en el pantano, allí había algo más.

Al escuchar al guardabosques indicarle que habían encontrado sangre antes, disparó todas sus alarmas —Algo raro está pasando aquí. Entonces no fue que simplemente la niña se perdió, alguien más la estaba persiguiendo, incluso puede ser que la hirieron antes de que lograra escapar y esta fuera la zona más cercana — comenzó a hacer conjeturas, mientras terminaba de agarrar la muñeca, esta vez sin importarle agarrarla con algún pañuelo.

Asintió entonces a Dexter —Vámonos entonces, de igual manera, está oscureciendo demasiado como para que podamos encontrar más nada sin peligro de perdernos. Quizás Cornelius se dio la vuelta por no encontrar el camino y ya está en la casa — dijo de forma esperanzadora, esperando sinceramente que fuera eso y no que su compañero se había perdido también en los pantanos.

Cargando editor
04/08/2021, 13:40
Doctor Gregory Palmer

- ¿Una tormenta? ¿Ahora? - ¿Cómo podíamos tener tan mala suerte? La verdad era que lo último que tenía en aquel momento eran ganas de mojarme pero al ver la sangre no pude pensar en que quizás la niña estuvies viva, desangrándose en algún lugar... eso era lo que me impedía moverme. Pero en vista de que me iba a quedar solo, hice lo más sentato, retirarme con ellos.

- Una marca en el suelo se puede hundir... - Y abrí mi maletín y saqué una venda, lo cerré para que no se perdiese nada de él y la usé para "vendar" el tronco de un árbol con ella. Luego até ambos extremos para que no se volase con varios nudos. - Lugar marcado... y lo siento por ella... si esa sangre es suya y nos vamos ya... aunque claro, con la humedad del lugar y el tiempo que lleva desaparecida, esa sangre puede llevar ahí horas y horas, puede que no sea ni reciente.

Pero de ser así, de ser la sangre de ella y tal y como había dicho Dexter, empezar a sangrar en la parte de atrás de la granja, a esas alguras la pequeña debería estar muerta... y de ser así, ¿de quien era la voz que escuchamos en la casa? Además, estábamos lejos de la misma, ¿cómo la habíamos escuchado tan cercana? Nada me cuadraba.

Resignado porque avanzar con lluvia en un terreno como aquel sería una tarea imposible y con ganas de desansar y ducharme, para quitarme esa sensación de hormigueo constante en mi cuerpo, opté por seguir a los demás, viendo a la detective bastante molesta por no dejarle mi pañuelo. No entendía como es que no iba preparada para recoger cosas de esas por el camino. Claro que los maletines pesaban y ella era una refinada mujer... eso simplificaba mucho las cosas.

- Espero que realmente sepa volver, Dexter. Al menos que lleguemos secos  a la granja, pues me da que ninguno ha traído ropa seca... - Y es que fue todo tan imprevisto que ni una miserable maleta con una muda limpia se pudo llevar. Eso si que le iba a incomodar.

- No se preocupen por Cornelius, sabe cuidarse solo. Es un gran inspector y sin duda sabrá aplicar sus conocimientos para volver sano y salvo a la granja. Seguro que está allí ya, tomando café con la familia. - Dije convencido de ello. Había trabajado lo suficiente con él para saber que no era ningún patán y que sabía desenvolverse con facilidad por cualquier sitio.

Cargando editor
05/08/2021, 22:52
Narrador

La decisión del grupo había sido tomada después del anunció que Dexter había hecho respecto a la tormenta que se avecinaba en esos momentos, y tan pronto Blanche logró tener en su poder a la muñeca y el zapato que eran las únicas pruebas hasta el momento todos decidieron salir de vuelta a la granja de los Learmonth. El trayecto junto al guardabosques era sin duda alguna una experiencia completamente diferente a cuando se internaron de manera apresurada anteriormente, el hombre lograba guiar rápida y eficazmente a sus compañeros entre el terreno opresivo y enredado de aquel bosque, así como lograba indicar la forma más fácil de sortear las distintas trampas naturales que causaron tantos problemas anteriormente tanto al doctor como a la detective y que sin duda les seguía dejando un cierto mal sabor de boca al pensar en estos contratiempos. Asi mismo y pese a que se habían alejado rápidamente de la zona en donde se encontraba seguramente aquel cadáver oculto entre el lodo, el mal olor permanecía en sus narices, un olor que seguramente sería difícil quitarse de la cabeza considerando que todo a su alrededor causaba mal presagio y sin duda una atmósfera tétrica a mas no poder, casi como queriendo envolverlos en su oscuridad.

Sin embargo para buena suerte de todos, pronto lograrían llegar a una zona mucho más conocida y cómoda, los árboles ya no estaban demasiado juntos los unos a los otros y en cambio, se encontraban más separados y dejando a la vista un poco mejor el terreno que tenían delante, incluso era fácil desde aquella posición lograr ver el cerco que delimitaba aquella granja maltrecha y que una vez más, les recordaba que volver del bosque no causaría ninguna mejora en el caso que tenían entre manos, más bien añadía más peso a los hombros de todos, estaban en un caso completamente retorcido por donde quiera que lo vieran y las pocas pruebas que tenían no ayudaban mucho.

Tanto Blanche como Gregory lograron ver lo que Dexter en su momento minutos atrás, pues el cielo estaba mucho más despejado gracias a la separación de los árboles, dejando a la vista con esto cómo se formaban las nubes arriba de ellos, engullendo a la única amiga que habían tenido, la Luna. Prontamente lograron regresar al mismo punto donde habían empezado, justo detrás de la granja de los Learmonth y a buen tiempo pues las gotas de lluvia comenzaban a hacerse presente en esos momentos, aunque todo indicaba que la tormenta sería una bastante fiera y aquellas gotas no eran más que el inicio. Sin embargo parecía que también habían llegado justo a tiempo para brindar ayuda al señor Russell, quien, desde la posición en la que todos se encontraban en esos momentos parecía que estaba recién saliendo del hogar de los granjeros, y encaminandose a algo o alguién que rápidamente pudieron observar y deducir quien era sin mucho problema, un viejo conocido sin duda alguna...

John Nisbet, aquel vigilante novato y claramente incapaz de hacer sus labores correctamente se encontraba mirando hacía la dirección de Russell, posiblemente a la parte frontal de la granja sin embargo desde la posición en la que todos los presentes se encontraban era difícil poder distinguir correctamente, esto por supuesto no era lo más importante de aquella extraña escena que se habían venido a topar tan pronto salieron de aquel espantoso pantano, algo más estaba sucediendo sin duda alguna y pronto las alertas de todos saltarán al darse cuenta del porqué Russell parecía haber salido un poco apresurado para ir hacía el vigilante que había vuelto a la granja repentinamente, el hombrecillo se encontraba con una sonrisa bastante distorsionada desde la posición en la que se encontraban, podrían incluso jurar que aquella sonrisa era imposiblemente más grande de lo que cualquier persona pudiera lograr (Incluso la propia esposa de Gregory) Y sin duda algo en ella les hacía sentir un gran nivel de incomodidad tan solo al mirarla ¿Podría ser una pequeña ilusión óptica? Podría ser bueno convencerse de que así era, pero para esos momentos todo se ponía en duda.

Sin embargo esto no era todo, y las alertas rojas solo continuaban mientras más miraban a aquel hombre, Nisbet se encontraba justo a un lado del vehículo en el que todos habían llegado a la granja, portando una barra de metal en una de sus manos peligrosamente y sin dejar de ver a Russell en esos momentos, como si estuviera totalmente perturbado aunque la sonrisa permanecía fija en sus labios, parecía ser que ese lugar seguía dándoles más y más sorpresas y sin importar que estuviera pasando en esos instantes, tenían que apoyar al alienista que estaba solo allí, indicando que Cornelius no se encontraba en la casa de los granjeros ni mucho menos.

Cargando editor
05/08/2021, 22:52
Narrador

Tanto Roland como Jettie simplemente asintieron a las indicaciones que el alienista les había dado respecto a quedarse dentro de su hogar mientras él salía para intentar ver qué es lo que sucedía con el hombrecillo de Nisbet, el cual en ningún momento apartó la mirada de aquella ventana y de igual modo estaba manteniendo aquella sonrisa tan incómoda fija en su rostro, casi como si fuera una máscara. Russell no tardó mucho en salir del hogar de los granjeros, regresando al ambiente opresivo y deprimente que el exterior ofrecía aparentemente en todo momento y con esto, el alienista logró sentir unas cuantas gotas de lluvia ya cayendo desde el cielo, indicando que pronto aquella tormenta que había visto a la distancia llegaría hasta donde se encontraba la casa principal de los Learmonth, una tormenta que sin duda podría llegar a inquietar la calma que siempre había mostrado Russell pese a todas aquellas preguntas que se estaba formulando desde que había llegado. Sin embargo no era el momento de pensar en algo como aquello, no teniendo a John ahora delante de él y en aquellas extrañas circunstancias que no causaban más que preguntas.

El hombre pareció apretar el puño que estaba sosteniendo aquella barra de metal tan pronto su mirada pasó de la ventana al alienista que había salido de la casa, casi como si estuviera a punto de llorar pese a que aquella sonrisa perturbadora se encontraba aún en sus labios, sin duda una escena extraña de ver para cualquiera que estuviera en esa situación, posiblemente los granjeros también se encontraban algo incómodos con aquella visita inesperada.

Además del señor Nisbet, si Russell desviaba un poco la mirada hacía la parte trasera de la granja, este podría encontrarse con buenas noticias pues los demás integrantes del grupo de rescate estaban saliendo justamente del bosque, posiblemente gracias a que habían detectado la tormenta a tiempo y era mejor salir de allí antes de que azotara la zona la lluvia, sin embargo alguien faltaba en esos momentos, pues el inspector Cornelius no parecía estar entre sus compañeros allí presentes ¿Le habría pasado algo? Tal vez había tomado un camino diferente sin embargo ya tendría tiempo de preguntar qué es lo que había sucedido dentro del boscoso pantano, lo que era obvio era que tampoco habían encontrado a la pequeña de los Learmonth, en su lugar Blanche parecía estar cargando con una muñeca, posiblemente una pista o evidencia que habían encontrado en algún momento.

Todo esto era al menos una buena noticia entre tanta locura que estaba sucediendo alrededor, considerando que al menos el alienista ya no se encontraba solo para lidiar contra el hombre que estaba peligrosamente cerca de aquel vehículo. Como un maniquí inerte y sin pista de saber que es lo que le estaba sucediendo.

Cargando editor
05/08/2021, 22:53
John Nisbet

La mirada del hombrecillo, que se encontraba inerte apuntando hacía la ventana de la casa de los Learmonth pronto se movió para observar al señor Russsell el cual había salido de la casa para ir a ver que estaba sucediendo en esos momentos, así como logró ver al resto del grupo regresando de aquel bosque, su sonrisa se mantenía en todo momento, como si hubiera hecho algo para mantenerla fija de esa manera permanentemente, algo que solo añadia mas sentimientos extraños a la ecuación, una sensación que seguía latente desde que llegaron a la granja.

—¡Oh! Señor Russell, encantado de verle de nuevo— Comentó alzando un poco la voz de forma extraña, como si hablar normal causará que nadie pudiera escucharle, su tono de voz era sin duda mucho más extravagante que cuando lo vieron por primera vez, parecía que de repente todo rastro de timidez o de miedo por ver a un grupo de la gran ciudad había desaparecido de su cuerpo de un momento a otro. —¿Espero que estes feliz? ¡Que todos lo estén maldita sea!— Esta vez soltó un grito al aire, mirando detenidamente al señor Russell y esperando que los demás pudieran escucharle, la mano que sostenía aquella barra de metal comenzó a temblar peligrosamente y sin más lo hizo... Un fuerte golpe en la parte frontal al vehículo que estaba a su lado retumbó gracias al enorme silencio que se experimentaba en aquella zona, tan solo perturbado por las pequeñas gotas que comenzaban a caer del cielo pero siendo aún mínimas como para estorbar en la audición de todos o en gran medida por el momento al menos.

—Usted... ¡Usted y sus compañeros sabelotodos! ¿Qué saben de este pueblo? ¿¡Saben cómo funcionan acaso las cosas por aquí!? ¡No tienen derechos!— Soltó como loco hablando de algo que seguramente nadie estaba entendiendo, aunque claramente el parecía estarse expresando como si todos entendieran a lo que se refería en esos instantes, su mano blandiendo de un lado a otro aquella barra de metal de forma bastante peligrosa, causando que no fuera conveniente acercarse al hombrecillo por el momento, aunque alguién como Dexter pudiera someterlo rápidamente, un mal golpe era algo que no podían permitirse y menos porque John Nisbet era quien tenía alguna oportunidad de dar un golpe mal intencionado al ver algún rastro de agresión hacia él, esto Russell seguramente podría entenderlo mucho mejor gracias a su profesión —Les fue muy fácil darle órdenes al pequeño y nuevo vigilante ¿Cierto? ¡Vaya a despertar al comisario, alojamiento! Les dije que estaba dormido, que solo buscaran a la niña e hicieran su trabajo ¡Pero no!— Comenzó a soltar frenéticamente, como si estuviera reclamando el porqué habían dudado de la clara y evidente mala forma de hacer las cosas en el pueblo ante una crisis como la desaparición de la pequeña, era claro que Nisbet no era nadie más allá de un novato.

Lo extraño era que su sonrisa no desaparecía en ningún momento, como si aquello fuera una buena manera de conservar su temple pese a que estaba gritando y casi llorando de un momento a otro, parecía estar en un estado de demencia importante o simplemente haciendo una rabieta como un niño pequeño, una bastante peligrosa sin duda.

—¿Sabe que paso en cuanto desperté al comisario señor Russell? ¡Si, me dio una patada y me dijo que no me presentara más a trabajar! Trabaje años ¡Años! Para ser vigilante de nuestra amada catedral, y todo se fue al caño por su culpa ¡Maldita sea!— Parecía que Nisbet sí que había intentado cooperar con el grupo de rescate bastante bien y tal como le habían pedido, sin embargo era obvio que aquellos que estaban más arriba poco y nada les importaba, a tal punto de echar del trabajo a alguien que claramente era fácilmente reemplazable, alguién como Nisbet claramente, quien de un momento a otro, terminó dando un par de golpes más al vehículo con clara irá en estas acciones —¿Saben que pasa cuando te sacan de una posición tan importante? ¡Te conviertes en nada! Soy un apestado, no tengo ningún propósito ya, maldición... ¡Todo por ustedes que ni siquiera son de este lugar!— Soltó una vez más, respirando agitadamente y temblando de una manera claramente peligrosa, era necesario calmarle sin duda alguna, antes de que siguiera destruyendo el auto o peor, que quisiera saltar contra Russell.

Cargando editor
09/08/2021, 11:22
Dexter Collins

Dexter asintió a sus dos compañeros y comenzó la marcha entre aquella maraña de árboles, maleza y fango. El guardabosques se tomó muy en serio eso de salir rápido y sin mayores problemas de aquel bosque, tenía a sus compañeros detrás y no quería ponerlos en peligro.

En menos tiempo del esperado, Dexter comenzó a salir del bosque. Sus movimientos eran agiles y rápidos, pero siempre comprobando que ni Blanche ni Gregory se quedaran atrás.

Ya podían divisar la parte de atrás de la granja Learmonth, justo cuando las gotas comenzaron a caer y recorrer su rostro, quedando atrapadas en la barba del guardabosques mientras este maldecía entre dientes. Volvió a mirar el cielo, solo quería que aquello no fuera a más…

Nada más llegar, Dexter miró a su alrededor.
— ¿Ven a Cornelius? Les llevo al rastro... — cortó sus palabras justo cuando otra escena en la puerta de la granja llamó su atención.

No sabía que estaba pasando, pero ahí estaba George, y delante de él Nisbet con una barra de metal en sus manos. Se detuvo unos segundos escuchando las palabras del vigilante, que, al comprobar su semblante, este hizo erizar el vello del guardabosques. Había algo distinto, era totalmente diferente al hombrecillo que habían visto horas antes a la llegada del grupo. Pero sus palabras eran aún peores.

— ¿Qué hace con una barra de metal? Esto me da mala espina… Esten atentos— miró a Blanche y Gregory unos segundos, indicando con un gesto de cabeza que se iba a interponer.

Aceleró el paso realizando grandes zancadas colocándose al lado de George y clavando su mirada en Nisbet.
— ¿Qué narices está pasando, Nisbet? — se dirigió al vigilante. Iba a seguir hablando, amenazar a aquel hombrecillo. Sabía perfectamente que podría reducirlo en un suspiro, pero también sabía del poder de la palabra de sus compañeros, iniciar una pelea no sería bueno para nadie. 

Así que permaneció expectante al lado de Rusell, clavando la mirada a Nisbet y esperando que sus compañeros hicieran entrar en razón a aquel hombre.
 

Cargando editor
10/08/2021, 02:58
Blanche Williams

Le asintió a Gregory por haber puesto la marca del árbol, aunque de nuevo, no podía creer que si pudiera hacer aquello y no dárselo para las muñecas. Suspiró un poco, ignoraría aquello por el momento, no era el lugar ni la situación para andar discutiendo entre ellos mismos.

Se alegró de seguir al guardabosques por el lugar y de intentar ignorar el miedo que le llenaba lentamente mientras iban por los árboles. Mientras más se alejaban y veían el cielo lleno de nubes, más tranquila se sentía, habían logrado salir del horrible bosque lleno de pantanos con bien y era todo lo que le importaba en ese instante.

No lo veo ¿Estará dentro? — le respondió a Dexter con su propia duda, mientras se iban acercando, pero no encontraron lo que buscaban. Allí estaba George y ¿Nisbet con una barra de metal? ¿Qué estaba pasando? Se sobresaltó levemente ante el fuerte golpe y todas sus alarmas se encendieron.

Asintió a Dexter cuando les indicó que se adelantaría y con cuidado, sutilmente revisó la pistola que tenía escondida entre la ropa, si tenía que sacarla, la usaría.

¿Nisbet? ¿Jhon verdad? — comenzó con una leve sonrisa, poniéndose con cuidado a un lado de Dexter, intentando no estar muy cerca del arma improvisada. —¿Por qué no hablamos esto tranquilamente? Podemos hablar nosotros mismos con el comisario para que sepa que no fue tu culpa, que nosotros pedimos ayuda. Le diremos buenas cosas sobre ti, lo bondadoso que eres, lo bien que nos colaboraste, estoy segura que te devolverá tu puesto, pero esta no es la manera. — tenía las manos levantadas en son de paz, intentando tranquilizar al otro, esperando no tener que amenazarlo para que se fuera.

Cargando editor
10/08/2021, 07:21
Doctor Gregory Palmer

Siempre había pensado que alejarme un tiempo de mi mujer y de mi hijo no solo me darían calma, sino que me harían feliz, el hombre más feliz del mundo. Pero por primera vez en mi vida, descubrí que no era así. Sin duda el momento más feliz,  junto el día que acabé el doctorado y me hice médico de verdad, fue el que ocurrió en ese momento en el cual salimos de aquel maltido y condenado bosque.

Aún sentía escalofríos por lo que había vivido allí y me sacudía la ropa de vez en cuando, como si estuviese paranóico. Pero era feliz y lo más importante, es que en ese momento hasta añoraba el llanto de Thomas y las interminables charlas o más bien monólogos de mi esposa Martha. ¿Quién me lo iba a decir? Y lo peor de todo es que aquello acababa de empezar.

Durante nuestro paso, fui mirando a mi alrededor, a la espera de que Cornellius apareciese, pero quizás se perdió e hizo lo que cualquiera hubiese hecho: intentar regresar a la granja por su cuenta. Aunque siempre te aconsejan que si te pierdes en algún lugar, te quedes en el sitio para que te encuentren, por instinto siempre nos movemos...

... o por miedo.

Según  íbamos llegando, la imagen del doctor Rusell saliendo de la casa era cada vez más evidente. Miré hacia donde se dirigía y vi al joven y torpe vigilante que nos atendió, con un objeto en sus manos junto a nuestro coche. Su macabra sonrisa no pronosticaba nada bueno. Al irnos acercando y al escucharle hablar comencé a comprender lo que pasaba. Su despido, del cual nos culpaba no sin su parte de razón, pero solo su parte, puesto que él mismo había dicho las cosas como eran: "¿Qué saben de este pueblo? ¿¡Saben cómo funcionan acaso las cosas por aquí!? ¡No tienen derechos!".

Él sí lo sabía, conocía los riesgos y lo hizo igualmente. Es como cuando los niños se ponen a jugar en medio de la calle con una pelota de esas de trapo y se les dice que vayan a otro sitio y al final te traen a uno de esos inconscientes a la consulta, recien atropellado por un coche y les tienes que mandar al hospital después de unos pocos remiendos para asegurarte que llegue vivo. Aquel tipo era uno de esos niños, solo que muy cabreado y con un objeto que podría matarnos si nos golpease con él.

- Sigan hablándole. - Susurré a mis compañeros quedándome detrás de ellos al tiempo que abría mi maletín. - Distraedle... voy a prepararle un sedante y cuando esté listo le sujetan y se lo inyecto. Al menos dejará de ser una amenaza de esa manera.

Era eso o que el doctor Russell, junto a la detective, lograsen que el tipo se calmase, pero esa sonrisa... ya la conocía y sin duda Russell debería conocerla aún más que yo, más aún cuando iba con esa mirada y esos actos de violencia desmedida.

Cargando editor
11/08/2021, 13:50
George Russell

La situación si dentro de la casa ya era inquietante, cuando salió George sintió la pesada sensación de que esa mente era muy inestable y lo peligroso que podía ser provocarle, inhaló profundo mientras agradeció en su fuero interno que estaban sus compañeros bien, más allá de que uno estaba ausente. La tormenta de alguna manera los trajo de nuevo a lo seguro, incluso al parecer la detective tenía algo en su mano. Pero claro, con todo este palabrerío agresivo por parte de aquel oficial, se limitó a escuchar mientras buscaba la forma de tranquilizar a quien tenía delante. 

Usar la ira no solucionará nada, es conveniente que se tranquilice y si quiere voy a hablar con el Comisario personalmente para arreglar el cometido—comentó decidido—. No ha sido mi intención ofenderlo de aquella manera, ni mucho menos que pierda el trabajo. Pero me ofrezco a que pueda recuperarlo si logramos dialogar y encontrar una solución que le sirva. 

Pensó que con ello, manteniendo las distancias quizás podía ceder. Ya había golpeado el auto y este tipo de estados no es que te ayudan a razonar demasiado, pero lo intentaría de alguna manera porque comprendió el pesar del hombre pese a lo rara que era la situación. Nadie con un poco de raciocinio despide a una persona por trabajar, nadie.

Cargando editor
12/08/2021, 07:47
John Nisbet

El hombrecillo pronto comenzó a fijar su vista uno a uno en los demás miembros del grupo que habían llegado para apoyar al alienista en la misión de calmarle, las palabras que tanto Blanche como el doctor Russell comenzaron a decirle respecto a ayudarle a solucionar el problema de su despido solo causaron que aquella sonrisa tan extraña se hiciera mucho más grande ante los ojos de todos los presentes, tal vez debido al efecto de la propia adrenalina que causaba estar en aquella situación daba esa sensación, como un efecto óptico bastante macabro para aquellos que lo estaban presenciando en estos precisos instantes y sin saber bien cómo afrontar aquello.

—¿Hablar con el comisario? Si... eso podría funcionar— Comenzó a hablar en pequeños y cortos susurros para reponer su aliento levemente, sin duda resintiendo un poco el haber golpeado el vehículo de aquella forma pues no era alguien que tuviera un estado físico increíble, sin embargo pronto volvió a fijar la vista en los contrarios —Pero... ¡Si ustedes fueron los culpables de que pasara esto! Claro, claro ¡Solo quieren divertirse con el pueblerino de turno! ¿Cierto? ¿No es lo que las personas de la gran ciudad hacen? Tal vez podrían hablar pero eso no cambiara nada ¡Nada!— Comentó, cargando en sus palabras un claro tono de desconfianza e ingenuidad respecto a la gran diferencia entre los presentes y el mismo, era un poco razonable si se pensaba un poco, después de todo Nisbet seguramente se había educado con estándares extremistas considerando el tipo de pueblo que era Craftsbury, uno controlado por la religión según parecía.

Una vez más, el hombrecillo aferró su mano con fuerza en la barra de metal que estaba cargando, arremetiendo varias veces con el vehículo mientras comenzaba a reír, una rara mezcla de risa y llanto, posiblemente combinando la tristeza de su aparente despido con una rabia enorme, como si supiera que había hecho algo imperdonable —¡Maldición, maldición! ¿Cómo lograré que me perdonen en la catedral? Todo por ustedes...— Cada vez que el hombre maldecía, un nuevo golpe rotundo caía contra el pobre auto que el grupo tenía no solo para llegar a la granja sino también para regresar, sin embargo Nisbet se encontraba mucho más alterado que antes, actuando de aquella manera que se asemejaba bastante a la rabieta de un niño pequeño por haber perdido su premio, una rabieta que era bastante peligrosa y aunque Gregory se encontraba preparando el sedante, no había muchas aberturas para sujetarle, no sin llevarse un golpe de por medio o una herida mucho mayor.

No tardó mucho en sonar el vidrio del vehículo, indicando que estaba completamente roto a la par que John se quedaba sin aliento aunque aún bastante agitado, el mismo tenía una sonrisa mucho más amplia, como si aquella pequeña venganza estuviera dando sus frutos en ayudarle a que todas esas aparentes emociones fueran aplacando.

—Yo solo quería servirle a este pueblo ¿Saben? ¡Que era tan difícil para ustedes! Solo tenían que relevar mi puesto, buscar y dejarme ir a casa ¡Simple y sencillo!— Volvió a reprochar, sin notar que seguramente él estaba siendo el que no entendía lo que era ser un vigilante o un agente de la ley en general, aunque por supuesto estas ideas solamente eran posiblemente así gracias a la forma en que llevarían en el pueblo esos temas, después de todo era un novato que solo miraba y aprendía ¿No podía ser solamente su culpa no? De un momento a otro, el hombre pasó su vista a la muñeca que estaba cargando la detective Blanche, abriendo los ojos de golpe casi tan inhumanamente posible como la sonrisa que mostraba regularmente en esos momentos, los orbes de sus ojos parecían querer salirse de su lugar completamente, de una forma claramente anormal pero que no duró mucho.


  —L-Le han encontrado... ¡Serían unos cabronazos!— Nisbet regresó su mirada a cada uno de los presentes mientras comenzaba a reír una vez más, como si estuviera completamente fuera de sí por fin después de tanta rabieta, aunque aquellas palabras solo sonaban mucho más extrañas en esos momentos. Una vez más, el ex-vigilante comenzó a llorar de nuevo, arrugando frente como si la ira hubiera llegado de nuevo a su cuerpo —De todas maneras, eso no resuelve nada ¡Siguen siendo el maldito problema que causó que me echaran! Como un maldito perro... Eso es lo que soy ¿¡Cierto?!— Volvió a soltar de golpe, alzando de golpe su mano de nuevo y golpeando el coche con fuerza, la suficiente para esta vez dejar un gran daño en la puerta del mismo, algo que tardarían en arreglar.

 —¡Al diabl...— Todo pasó demasiado rápido tan pronto como el hombre volvió a gritar y a alzar la mano con el fin de dar otro fuerte golpe...

 El pobre hombrecillo no logró a terminar aquellas palabras, pues justo frente al grupo de rescatistas que estaban presenciando aquel show tan demencial, un fuerte relámpago sonó de un momento a otro, demasiado fuerte como para dejar sordo al más sano de los hombres y aunque había sucedido más rápido de lo que todos pudieran reaccionar, pronto verían y sentirían como el rayo había impactado de lleno en John Nisbet, la barra de metal había sido solamente el conducto para que el relámpago llegara a esa posición.

 

La tierra en su totalidad retumbo, y la luz del rayo penetró en la mirada del grupo lo suficiente para elevar el ritmo cardíaco de todos los presentes sin excepción, no era cosa de todos los días ver algo de tal magnitud frente a sus ojos y mucho menos cuando alguien terminaba pulverizado por aquel impacto tan estruendoso y macabro, el pobre Nisbet si no había muerto aún por aquel relámpago, seguro lo estaría para cuando el auto que se encontraba a un lado de él explotara por un segundo trueno, cayendo de nuevo y trayendo consigo la tormenta que ya todos venían venir desde lejos.

Cargando editor
12/08/2021, 07:48
Narrador

La lluvia comenzó a caer como si fuera un diluvio tan pronto como el segundo relampago había terminado de impactar en el vehiculo del grupo allí presente, dejando el mismo completamente destruido justo delante de todos, por supuesto esto no era lo mas importante en absoluto, sino que justo frente a la mirada del grupo se encontraba humeando y completamente carbonizado el cuerpo del que antes era John Nisbet, el mismo hombrecillo que les había recibido cuando llegaron de una manera muy poco profesional y claramente frustrante ahora se encontraba destilando un olor a carne y cabellos quemados, el cual se mezclaba de forma repugnante y bastante rapido con el ambiente humedo que comenzaba a extenderse gracias a la fuerza de la lluvia que caía sobre todos en esos momentos. Incluso para alguién como el doctor Gregory, el impacto de aquella muerte era algo imposible de sacar de la cabeza justo en esos instantes, mas aun si se juntaba con todas las sensaciones causadas por el par de truenos que habían caído a tan poca distancia del grupo.

Por supuesto no había nada que pudieran hacer ni por Nisbet ni por el vehiculo que se encontraba aun humeando por el golpe electrico tan fuerte que había sufrido, por suerte no había manera que el fuego de la explosión comenzara un potencial incendio gracias al clima de esos momentos, al menos las cosas no iban a empeorar por ese lado, sin embargo ahora tenían que pensar en salir de allí antes de terminar escurriendo de agua.

Afortunadamente no se encontraban del todo solos y a su merced en aquella granja del demonio, donde ahora yacía sin vida lo que antes era un impertinente y adoctrinado vigilante, achicharrado y listo para servir de alimento a los cuervos del area y que antes ya habían visto rondando por los alrededores algunos de los presentes, por supuesto en esos momentos la tormenta los tendría ocultos en algún lado. De forma milagrosa y para calmar el estado en el que todos debían de encontrarse, la puerta de la casa de los Learmonth se abrío de golpe, dejando ver a la bella Jettie a la vista, su rostro estaba completamente en shock posiblemente por haber visto desde la ventana lo que había sucedido, misma ventana a la cual se encontraba aferrado el padre de familia de aquel hogar, temblando de miedo posiblemente por haber visto en lo que se había convertido Nisbet de un momento a otro, por supuesto su estado de ebriedad aunque había bajado sin duda no ayudaba despues de haber visto tal escena frente a sus propios ojos, una vez mas la mujer que parecía un ángel tenía que tomar las riendas.

Cargando editor
12/08/2021, 07:48
Jettie Learmonth

Jettie había abierto de par en par la puerta de su hogar tan pronto como pudo, de forma que todos los allí presentes pudieran correr dentro para resguardarse del clima tan feroz que estaban teniendo —¡Qué hacen allí parados! Corran dentro vamos, de lo contrario se quedarán escurriendo si es que no lo están ya, rápido ¿Están bien?— Gritó como pudo para que todos pudieran escucharle en medio de los truenos y la lluvia que caía con furia y sin piedad alguna, al menos los relámpagos que se escuchaban ya no caían cerca de la propiedad de los Learmonth y mas bien, parecía que estaban azotando otras zonas en esos momentos, algo bastante normal considerando los terrenos que habían alrededor de la granja, llenos de bosques profundos y pantanos bastante peligrosos, todos allí salvo el alienista Russell habían ya visto esto de primera mano, sin embargo seguro ahora mismo debían de agradecer que no se encontraran aún dentro, con una tormenta de tal magnitud.

La mujer que les estaba indicando que pasarán dentro de su hogar se quedó unos segundos mirando a donde estaba el cuerpo sin vida y destruido del ex-vigilante, posiblemente se encontraba bastante nerviosa de ver un cadáver en ese estado tan infortunado sin embargo parecía que la ama de casa tenía una fortaleza oculta para cuando se trata de actuar rápido, ella misma sabía que ya después podría derrumbarse, sin embargo en esos momentos no podía dejar al grupo que estaba buscando a su pequeña por su cuenta, jamás se lo perdonaría sin duda alguna.

—Padre nuestro que estás en los cielos... permite al cariñoso Nisbet descansar en tu gloria ahora que se fue a tu reino, era un hombre ejemplar y muy amoroso— La mujer comentó más para ella misma aunque en voz alta, un rezo más que justificado después de lo que acababa de ver y por supuesto, indicando que su fe era grande aun en momentos tan crudos y feroces como el que había presenciado —Quien diría que pasaría esto, solo los designios del todopoderoso saben, por supuesto que sí— Terminó de decir antes de dejar de mirar hacía la zona del desastre para pasar a ver al grupo que se encontraba allí mismo, el vehículo en el que habían venido estaba tan destruido como el propio cadáver que se encontraba a su lado ¿Qué más podía hacer más que ayudarles a tener un refugio?

—Espero que no se hayan mojado mucho, aunque después de ver lo que sucedió, creo que la tormenta fue lo de menos, por favor calientense un poco en casa y diganme si necesitan algo— La mujer parecía haber recobrado un poco de su fortaleza en estos momentos, posiblemente estaba enfocada en la situación actual antes que todo lo demás, aunque por supuesto la pequeña Pennelope no podía quedar atrás, primero debían de acomodarse todos y resguardarse del clima, Jettie de igual modo dio media vuelta para poder atender a su esposo, ver que se calmara por supuesto y que pudiera encontrarse bien debido al impacto de lo que había visto.

Notas de juego

Fin del arco. . . 

Tienen aun el siguiente turno para poder indicar como y en que condiciones entrarán al hogar de los Learmonth despues de todo lo que ocurrió, algo importante pues se vienen tiradas de demencia para todos (obviamente x3)

Necesito una tirada de percepción:

Para Blanche y Gregory la dificultad sera a 8

Para Dexter y Russell la dificultad sera a 10 por ser fobia de ambos :P

En caso de superarla tendrán el impacto obvio de lo que acaban de ver, sin ningun efecto adverso aparente, si la fallan  pueden elegir cada uno como afectara su psiquis, no tendrá consecuencias tan fuertes aun pero si las suficientes para durar un par de turnos asi que tomen en cuenta esto x33 Recuerden sumar sus puntos de percepción a la tirada!

Cargando editor
12/08/2021, 14:53
Dexter Collins

Dexter levantó los brazos poco a poco mientras sus compañeros intentaban tranquilizar a Nisbet. El rostro de aquel hombre con aquella sonrisa infinita le creaba algo de malestar en su interior. Si hubiera estado en otra situación, ya se habría abalanzado sobre aquel tipejo, pero no quería poner a nadie ni nada en peligro. Así que se mantuvo en silencio siguiendo los movimientos de Nisbet con su mirada.

Instintivamente miró al cielo al notar que la lluvia golpeaba más fuerte. La humedad era más palpable en el ambiente y presagiaba lo peor. Aquello, junto a la escena que estaba viviendo con aquel demente, hicieron saltar las alarmas interiores del guardabosques. 

Miró rápidamente a Gregory mientras abría su maletín. Aquel tipo estaba como loco y un mal golpe con aquella vara podría tumbar al Doctor, pero tampoco podía alertarle, ya que daría la alarma a Nisbet. Y negándole con su cabeza esperó que Gregory cesara con aquello, confiando en las palabras de sus compañeros.

— ¿Cómo lograré que me perdonen en la catedral? — repitió las palabras del vigilante. — ¿Qué tiene que ver la catedral en esto? — se preguntó escéptico.

Pero lo que realmente le llamó la atención fue la reacción al ver la muñeca que habían encontrado en el pantano y como se refirió a esta. No sabía lo que estaba pasando en aquel mandito pueblo, pero cada vez estaba más desconcertado.

Una gota, otra… otra… 

Una cortina de agua comenzó a mojar todo a su paso con una voracidad endiablada, incluido un Dexter que ahora miraba más a la lejanía que a los movimientos de Nisbet. 

Y sin darse cuenta, aquello que tanto temía Dexter se presentó en aquel lugar. Los rayos y relámpagos hacían acto de presencia junto a la feroz tormenta que arrasaba ahora todo el lugar. 

Y entonces sucedió.

Un rayo cayó atraído, probablemente, por la barra de hierro que sostenía Nisbet, atravesándolo por completo. El olor a carne quemada inundó el lugar haciendo que Dexter arrugara la nariz y abriera los ojos de par en par. Mientras, el cuerpo ya sin vida de aquel pobre diablo permanecía medio chamuscado e inmóvil en el suelo. 

El pecho del guardabosques subía y bajaba nervioso, incluso dolía, no podía permanecer ahí, se repetía mentalmente. La respiración acelerada hizo que buscara rápidamente al resto del grupo. En su mirada se proyectaba autentico pavor por lo que estaba sucediendo, pero sin tiempo, volvió a suceder. Otro rayo impactó directamente en el coche, haciendo que este estallase en mil pedazos, pillando tan de improviso a Dexter, que cayó de culo sobre el suelo mojado.

Los relámpagos no paraban y la lluvia no cesaba. Un fuerte pinchazo en la sien del guardabosques hizo que se estremeciera de dolor. Cerró los ojos con fuerza mientras sentía un fuerte pitido en sus oídos. Notaba el barro calar sus ropajes, pero el miedo era tan grande que permaneció así unos segundos que para Dexter parecieron eternos. Cuando los volvió a abrir notó su visión nublada, y moviéndolos sin control, comenzó a buscar refugio, sin importarle nada ni nadie.

Corrió tras los avisos de la señora Learmonnth mientras notaba el fuerte dolor en el pecho, haciendo caso omiso a sus palabras. Nada más pasar el umbral de la puerta buscó un lugar apartado. 

Le había pasado más veces, pero no con aquella intensidad. El dolor en el pecho era cada vez peor, pero no tanto como los pinchazos en su sien. Rápidamente y entre vaivenes a causa de sentir nublada su vista, buscó un lugar apartado del hogar de los Learmonnth, sentándose en el suelo. Era curioso ver a alguien tan grande encogido como un bebé indefenso, pero el miedo era mayor que él.

Había visto morir a un hombre, pasando por su mente que el podría haber sido el siguiente, y aquello atormentaba a Dexter. mientras los relámpagos sonaban en la lejanía.
 

- Tiradas (1)

Motivo: Percepción

Tirada: 2d6

Dificultad: 10+

Resultado: 5(+1)=6 (Fracaso) [1, 4]

Notas de juego

Vamos, el pobre Dexter tendría como una fuerte migraña (dolor de cabeza, pitidos en los oídos, etc... que causa que sienta la vista nublada), dejándolo incapacitado un rato.

Cargando editor
16/08/2021, 16:16
Doctor Gregory Palmer

Estaba listo para entrar en acción, pero aquel chiflado no paraba de hablar y su barra de hierro me mantenía alejado. - Quizás bordenado el coche, atacándole por la espalda tenga una oportunidad. - Pero en ese momento le vi girarse y golpear el auto de nuevo. No. No había manera de acercarse a él salvo que le distrajeran lo suficiente como para poder aprovechar ese momento.

Así pues, permanecí atento a sus palabras, su macabra sonrisa y el odio que salía por su boca.

Porque a fin de cuentas todo aquello era odio enfocado hacia nosotros o algún tipo de perturbación mental que se hubiese disparado tras su despido. Pero de eso entendía más Russell que yo, así que mi único diagnóstico en aquel momento era sedarle.

Pero la tormenta se cernía sobre nosotros y las primeras gotas comenzaron a caer. Los relámpagos y los truenos sonaban cada vez más cercanos, tanto, que uno de ellos cayó justamente en la barra de metal que sostenía el pobre diablo, como si de un pararayos se tratase y que hizo que este cayese al suelo fulminado.

Jamás había visto algo así y me quedé perturbado, mirando atónito lo ocurrido hasta que el coche entró en llamas y el agua comenzó a golpear con más fuerza al igual que los trueños y la tormenta sonaban cada vez más amenazantes. El miedo del bosque había pasado en aquel momento a un segundo plano y esta vez era lo que un relámpago podía hacerme lo que más temía. Lancé la jeringuilla dentro del maletín y lo cerré, girándome al escuchar la voz de aquella hermosa mujer a nuestra espalda.

- ¡Vayamos dentro! ¡Creo que hemos tenido bastante diversión por hoy! - Exclamé para que se me oyese bajo aquel maldito clima y me apresuré a entrar en la casa. No di ni dos pasos en el interior de la misma, antes de quitarme el abrigo y el sombrero. La granja se caía a cachos, pero mi educación inglesa estaba por encima de todo aquello y no acostumbraba a pasearme por una vivienda con la ropa empapada.

- ¿No tendrá algún tipo de té? ¿Tila por ejemplo?- Pregunté a la mujer. Ya había dejado claro cual eran las limitaciones en su momento y no quería ofenderla más. Mientras tanto, le daba vueltas a la cabeza con dos cosas de aquel hombrecillo. La primera lo del perdón de la catedral. La segunda y que más me perturbaba, que dijese que veía que ya la habíamos encontrando, refiriéndose a la muñeca. Porque estaba claro que no se refería a la pequeña desaparecida.

¿Qué tenía que ver aquella muñeca con todo aquello?

Guardé silencio y esperé que fuese Blanche quien le preguntase a la mujer por si aquella era la muñeca de su hija. Eso me sacaría de algunas dudas.

- Tiradas (1)

Motivo: Percepción

Tirada: 2d6

Dificultad: 8+

Resultado: 6(+1)=7 (Fracaso) [5, 1]

Cargando editor
18/08/2021, 00:22
George Russell

No había logrado calmar al hombre y lo supo cuando en esa amalgama de gestos, le reveló ese brote psicótico que nada de sentido tenía por sus conductas desafiantes y los motivos que lo habían desencadenado. Para Russell era evidente que algo sucedía con la gente de aquel pueblo, ya de por sí la pareja tenía sus rarezas y ahora este hombre que lleno de furia les había dejado el auto destrozado. 

Pero en medio de una escena tan fatídica dónde el alienista pensaba como continuar en su búsqueda de tranquilizarlo, sucedió lo inevitable y ese rayo lo dejó frito en cuestión de segundos. Lo cual más allá de lo fatídico que podía ser ver a un ser humano convertido en cenizas por la fuerza de la naturaleza misma, estaba la cuestión de que George le tenía pánico a las tormentas y más aún a los relámpagos que como pequeños destellos en el cielo, solo perturbaron en demasía a alguien que intentaba siempre estar centrado y en su línea. 

Primero fue una simple sensación de agitada, su respiración se aceleró en un ahogo que fue cobrando vida mientras intentó buscar nervioso su opio, notó el temblor en las manos y esos recuerdos perturbadores de pequeño cuando sus padres lo habían dejado fuera mientras una tormenta se gestaba en la zona. Había pasado toda la noche fuera, asustado por ese cielo negro y el sonido atronador de aquellos rayos. Era una experiencia que lo había marcado, una que nunca podía olvidar y prefería evitarla con el opio o entre las piernas de una mujer. 

Así que en cuanto Jettie los llamó, él ya estaba con su ataque de pánico y no pudo ver demasiado. Le zumbaban los oídos, el pecho se agitaba más y como pudo fue hacia la puerta mientras esa mano se mantuvo en su torso. Necesitaba darse un viaje, necesitaba perderse para salir de la ansiedad. Así que en cuanto entró, pidió ir al baño así podía fumarse su opio. Era eso o colapsar. 

- Tiradas (1)

Motivo: Percepción

Tirada: 2d6

Dificultad: 10+

Resultado: 6(+2)=8 (Fracaso) [4, 2]

Cargando editor
18/08/2021, 06:03
Blanche Williams

Asintió a Palmer, intentando seguir hablándole al hombre para distraerlo, George también le siguió hablando y Dexter se unió. Realmente esperaba calmar al hombre o por lo menos hacer el tiempo suficiente para que el doctor lograra sedarlo o aquello iba a convertirse en algo sangriento si el chico lograba pegarle con ese tubo a el que estuviera más cerca, que en ese momento eran todos, así que podía suceder cualquier cosa.

Pareció alterarse cuando vio la muñeca en su mano y esto la hizo entrecerrar los ojos ¿Por qué se alteraba más porque la hubieran encontrado? no es que lo hubieran hecho por supuesto, pero todo aquello le parecía mucho más sospechoso, sin contar su fuerte obsesión con la catedral ¿Qué tenían que ver ellos con la policía del pueblo?

Se sobresaltó cuando el hombre volvió a golpear el auto desesperadamente, abollando el parabrisas, lo que la hizo alejarse más del mismo, viendo como histéricamente seguía acusándolos y llorando. El auto comenzó a estar en peores condiciones cuando el vidrio también fue roto. Y de un momento al otro, estaban viendo a Nisbet maldecir todo y al otro un ruido atronador la dejó sorda por un momento.

Le parecieron minutos, pero fueron segundos, luego de un parpadeo involuntario para evitar la luz y el sonido espantoso que vivió tan de cerca, pudo observar el cuerpo del hombre terminando de quemarse por completo al recibir el rayo. El vehículo más atrás recibiendo el mismo tratamiento. Su corazón no paraba de latir, sentía que se le iba a salir del pecho, sentía como si se le hubieran roto los tímpanos y tenía destellos aún en los ojos. Respiraba fuertemente por lo que había sucedido y no pudo moverse por un momento, hasta que la voz de la señora Learnmonth la sobresaltó. Se volteó a ella, para luego volver a mirar al pobre hombre, que había muerto de forma tan espantosa ¿Qué estaba pasando en ese pueblo?

Como en una neblina, siguió a la mujer y al grupo adentro, sin sentir del todo lo mojada que estaba ya que no registró del todo la lluvia hasta que notó dentro la humedad en sus vestimentas. Había visto muertos anteriormente, pero no de aquella manera tan repentina.

La voz de sus compañeros la hizo despertar, viendo a Gregory pedirle te, a Dexter tan zombie como ella, a George pedir permiso e irse, mientras ella miró sus manos y se dio cuenta que aún tomaba la muñeca en ellas. —Señora Learmonth — su voz sonaba ronca en sus oídos —¿Esta muñeca es de Pennelope?

- Tiradas (1)

Motivo: Percepción

Tirada: 2d6

Dificultad: 8+

Resultado: 7(+1)=8 (Exito) [4, 3]