Partida Rol por web

Aurelio observó a kasius y llevó la mirada hacia el oscuro horizonte. Entornó los ojos y observó a Akissi.

- Es una misión de reconocimiento, necesitamos saber si hay mas enemigos dispuestos a realizar una segunda acometida, y si están batiendose en retirada y veis una presa asequible tratad de capturarla con vida. En esta hora oscura, toda información que podamos obtener nos es tan preciada como la misma sangre que nos alimenta. Salid cuanto antes, si detectais cualquier amenaza comunicadlo por teléfono.

Se giró y asintió ante las palabras de la vieja bruja.- Tenéis razón reverenda Melanctha. Hemos perdido a dos de los nuestros que no se han presentado en el refugio durante el viaje. Puede que se hayan visto atrapados en el asalto de nuestro odiado enemigo.

Si lo consideráis oportuno su eminencia - Dijo inclinando la cabeza ante los inquisidores.- Mi hermana podría averiguar más cosas del ser que descansa bajo el manto, incluso podría ver si acechan más peligros de más allá del muro que separa nuestros mundos. Leonid.- Dijo al tiempo que realizaba un saludo ante la escultural figura de pelo blanco y mirada acerada.-  Decidnos en que más podemos ayudar. Como he dicho, somos la espada de caín, invocada por la inquisición para asistiros en vuestra sagrada cruzada.

Tras escuchar las indicaciones de Isidor, me dirigí a toda prisa hacia el refugio de la manada de la que tanto habíamos oído hablar hasta ahora. Me preguntaba qué sería de Eldwin y por qué no se había comunicado en momento alguno con nosotros... algo olía mal.

La imagen inicial, una vez en el lugar, llamó mi atención lo suficiente como para alertar mis sentidos sobremanera. Saber que los refuerzos de Vondik estaban en la zona no implicaba que hubiese supuesto una acción inmediata -si es que los atacantes eran ellos-, y a esto había de sumarse la noticia sobre la presencia de cambiaformas o quizás algo peor en el lugar. "Con el bosque tan cerca y la situación como está, levantar el refugio aquí ha sido cuando menos una jugada arriesgada", pensé al detener el vehículo.

Junto a la puerta del automóvil y con la brisa golpeándome el rostro, cerré los ojos para percibir el ferroso y levemente ahumado aroma de la sangre que circulaba por el aire. Di unos pasos hacia el frente, pero ambos inquisidores se adelantaron a prisa, con gesto sorprendido y notable sed de respuestas.

Mientras las conversaciones se desarrollaban, mi atención se giró hacia los miembros de Tenebrae. Con el paso de mí vista sobre cada uno de ellos, mi cabeza hizo un leve gesto a modo de saludo aunque en realidad lo que observaba no era sino el estado del grupo, intentando hacerme una idea del peligro al que se habían enfrentado. La actitud de la mujer de cabellos cortos produjo una pequeña sonrisa que rápidamente se borró ante la intervención de Stein, y rápidamente devolví el saludo y rechacé respetuosamente la oferta del hombre que llevaba hacía instantes en sus manos lo que quedaba del Nosferatu. Las palabras de mis compañeros llamaron repentinamente mi atención, por lo que me acerqué presta.

- Así será, Ductus- contesté a Aurelio luego de escucharle para posteriormente observar a Kassius-. Desde esta posición movámonos en direcciones opuestas hasta unos cien metros del refugio y comencemos un rastrillaje en espiral creciente, tú iniciando el movimiento hacia el norte, yo hacia el sur, y alejándonos unos metros cada vez. Lo primordial es asegurar el perímetro y evitar emboscadas posteriores, hermano. Y si llegásemos a encontrar algo, de esta forma podríamos brindarnos auxilio con rapidez- expresé antes de girarme y comenzar a caminar en dirección a Melanctha-. Reverenda Señora, a expensas de ser su elemento sugiero que tenga cuidado si desea adentrarse más allá del Velo. Hay algo en este lugar, en Erebo, que me preocupa- susurré a la Sacerdotisa antes de seguir mi camino.

Di un paso y otro en dirección a los límites del terreno para comenzar la búsqueda, y en el trayecto cerré mis ojos unos instantes para luego abrirlos y encontrarlos teñidos de un color rojo vibrante. Y sin aguardar más tiempo, me lancé hacia el bosque para iniciar la búsqueda.

Será más difícil de lo que esperaba.

Pensó tras no tener mayor éxito en extraer información mental de la rata de cloaca, escuchando las propuestas de los presentes mientras levanta el cuerpo del Nosferatu tras agarrarlo del cuello de nuevo y como si fuese un bulto lo empieza a arrastrar hasta donde se encuentra ellos. Contemplando como Stein impone orden ante una situación completamente adversa ahora observando directamente a la Madre y Ductus de los Arcanistas hasta quedar a dos pasos de distancia.

-Leonid, Ductus de la Cofradía Tenebrae y será un honor trabajar en conjunto a su cofradía, Ductus Aurelio-.

Dice en ese marcado acento ruso dejando caer el cuerpo del cainita mutilado frente a ellos y llevando las manos a su cintura en gesto pensativo por unos segundos.  Su aspecto sobrehumano como hombre serpiente haría pensar a primera vista que es un serpiente de la luz, pero esto dista completamente de la realidad y va sopesando las propuestas de cada uno hasta que las palabras de Akissi lo sacan de sus pensamientos aun mirando a ambos líderes de los Arcanistas.

-Su hermana tiene razón, no es prudente deambular en el manto ahora no solo al estar expuestos a un próximo ataque sino porque esta ciudad en resumidas cuentas es un foco de energía sobrenatural y en esta noche han ocurrido incidentes extraños que nos llevará a tomar una decisión que ha de decidirse bajo conocimiento público de toda la Espada. De esa manera garantizar la supervivencia de la Espada en el territorio-.

Sopesa nuevamente las palabras y mira a la Madre de ellos, Melanchta.

-Reverenda, estoy de acuerdo que tome la primera medida en esclavizar los espíritus de quienes acaban de caer en combate  y necesitaremos que nos ayuden a extraer todo cuanto sea de información del Nosferatu. Asumo que el movimiento de ellos tiene dos teorías: grupo de avanzada que se confío en sus capacidades para hacer frente a los integrantes que estaban en el refugio o en segunda instancia usaron una estrategia frontal al asumir que enfrentarían solo a una Cofradía. De ser lo ultimo sería consecuencia de conocimiento previo y significaría que estamos en ventaja irónicamente-.

Comenta y dando a entender sus capacidades en servicio de inteligencia, por lo tanto da a conocer su posición como estratega dentro del grupo. Observa a Padre Stein atento.

-Padre, solicito por favor que se haga cargo del Nosferatu usando sus dones mentales para extraer información  en conjunto a la  colaboración de nuestros hermanos antes de darle la muerte definitiva-.

Los observa atentos y sabe que ya es momento de dar el reporte al Inquisidor Isidor.

-Permiso hermanos, en un momento vuelvo-.

Dando media vuelta y comenzando a avanzar en dirección donde se encuentra el Inquisidor Isidor para formalizar las presentaciones correspondientes además de dar el reporte solicitado.

-Gracias al Padre Oscuro por vuestra llegada Inquisidor Isidor-.

Dice realizando una venida respetuosa y manteniendo la mirada baja a la espera de la respuesta que ha de dar el Inquisidor, sabe que debe sanear muchas negligencias en este mismo momento. Y lamentablemente la situación amerita no guardar secretos como podría estilarse en los asedios a ciudades "comunes".

-Padre, solicito por favor que se haga cargo del Nosferatu usando sus dones mentales para extraer información  en conjunto a la  colaboración de nuestros hermanos antes de darle la muerte definitiva-.

Asiento con solemnidad y hago que mis dos perros se acerquen y flanqueen el Nosferatu estacado. 

Ahora era de mi propiedad

- Será un placer.

Acto seguido vuelvo la mirada hacia Isidor.

- ¿Inquisidor Isidor?

me yergo invitándolo a tomar la palabra, pues él representaba la mayor autoridad allí presente.  

Erebo, 7 de septiembre, 2018

-12°

13:12 hs.

La llegada se retrasó de sobremanera, principalmente por algunas tormentas esparcidas sobre todo el terreno de Norteamérica justo en pleno vuelo, por lo que la turbulencia fue una constante durante todo el trayecto.

Pero finalmente, habías llegado.

Se notaba antes del aterrizaje que el ambiente general de aquella ciudad, cambiaba bruscamente con respecto a todo lo que estaban acostumbrados los vivos y los no muertos. Nubes espesas, nieve tan pesada que caía como si de trozos de roca se trataran, todo tipo de superficies en su mayoría cubiertas con un manto blanco y frío.

Las escaleras pasan a bajarse lentamente y sus pasajeros sienten los primeros atisbos de un verdadero Niflheim terrestre, un reino de hielo y oscuridad que solo podría ser descrito en baratos cuentos de terror.

Una vez cada maleta examinada por los scanners, los cuales eran manejados por unos guardias que no hacían otra cosa más que quejarse del frio, pudieron salir del predio a través de una ruta la cual ya estaba limpia de toda nieve.

Ya fuera del aeródromo, te esperaba un grupo curioso de dos cainitas montados en un Mercedes Benz bastante dañado y otro más quien se encontraba detrás, pero este iba sentando en una gran moto, de esas típicas usadas por los pandilleros.

Un hombre de posible ascendencia nórdica te mira y te intercepta, te saluda apenas y te indica que es un enviado de Isidor, por lo que esperaba que vayas con el hasta su encuentro, haciéndole caso, te lleva por una ruta levemente transitada, con nieve removida y con una ciudad en auge, sin embargo, no era la ciudad tu destino, eran los bosques, donde ingresan y con ciertos movimientos bruscos adentro, logran llegar hasta lo que para nada parecía uno de esos arquetípicos lugares que tanto se describen en los relatos de terror, sin embargo, contaba con un aire místico que incomodaría a cualquier mortal que pase enfrente.

Era una cabaña amplia, con dos pisos aparentemente, lo suficientemente grande para acoger a varias manadas incluso.

Caminas algunos pasos y notas que había una ventana rota, varios vehículos estacionados enfrente y un grupo bastante numeroso reunido en la sala, Isidor, te mira y se te acerca estirándote una mano con un gran anillo adornado con una gema escarlata, era un alto miembro de la inquisición, por lo que esperaba que beses su mano.

- Bienvenido Arthur…creo que eres conocido del señor Leonid – te dice mientras te deja pasar en el inmueble – …ustedes tres, monten guardia aquí afuera... – el inquisidor le ordena a los que te habían traído aquella tarea -

Al entrar, aparte de notar a un gran numero de cainitas, tambien observas que habia un Nosferatu estacado y sentado.

Erebo, 7 de septiembre, 2018

-12°

13:12 hs.

Por fin, el combate había terminado, sin embargo, los ánimos estaban demasiado lejos de mermar debido principalmente por la chica de pelo corto quien no había medido para nada su humor y dolor debido a la muerte de un compañero, sin embargo, esto no resulto ser excusa suficiente para insultar sin detenerse a medir, aunque sea las posibles consecuencias.

Stein se dispone a controlarla, sin embargo, Isidor, le levanta la palma de una mano pidiéndole que no lo haga, con su rostro pétreo y sus ojos atentos a la patética escena que estaba armando la tremere.

- Pobrecita… - dice la niña quien la mira con un extraño rostro que evocaba realmente pena hacia la muchacha - …tú decides Isidor…excomulgación, locura o muerte…aunque bueno, esa “o” … - realiza el gesto de las comillas en el aire – puede también convertirse en una “y” – repite el gesto mientras suelta una risita macabra –

Aurora no se detenía, se cagaba en todo y en todos, mientras intentaba recuperar el puñado de cenizas que ya se habían ennegrecido debido a la mezcla que se hizo con la nieve.

Isidor camina lentamente hacia ella y cada paso era una aseveración de lo inevitable, una línea que trazaba puntos imaginarios hacia lo que se acercaba, la agarra gentilmente del cuello y Aurora empuja el brazo del inquisidor quien vuelve a tomarla de la tráquea, pero esta vez con mayor violencia, sus colmillos se hacen visibles, un chorro de baba se estira entre la comisura de la boca, Aurora también se dispone a pasar a su modo de batalla, sin embargo, algo la detuvo, era solamente una frase, una que por un segundo la convirtió en algo que era lo más cercano a un mortal asustado, uno realmente aterrorizado.

- Eres la espada de Caín, no una niña consentida y llorona, debes agachar la cabeza cuando tus superiores se te acercan, cerrar la boca y lamerles la mano, el camino del Sabbat está marcado por la sangre y las cenizas, por lo que, si no soportas la pérdida de un hermano, no sirves, no eres nada, eres la mayor desgracia para nuestra secta, considérate expulsada, que ni el Padre Oscuro te tenga misericordia en tu trascendencia hacia la tenebrosidad que se hará dueña de tu destino –

Luego de esto, nuevas motas de polvo se hicieron presentes en el lugar, ya que la cabeza fue separada del cuerpo con la gracia y facilidad de la mantequilla siendo atravesada por el mas afilado de los puñales.

Entonces, en una escena casi poética, maestra y alumno se unifican en un suelo profanado por las consecuencias de la guerra contra su eterno rival.

Terminado este acto, Isidor pasa a sacudirse las manos y, por consiguiente, a analizar la situación que se dibujaba frente a él, dos manadas, un enemigo estacado, varios muertos y varias ideas.

Se acaricia la frente con la mano que uso para destrozar el cuello de Aurora, luego chasquea los dedos.

- Tu… - le apunta a Victor - …tu… - ahora a Akissi - …y tu… - deja de chasquear sus dedos frente a Kasius - …hagan lo que dijo Aurelio, rastrillen la zona y vuelvan lo más antes posible – luego mira a Joe – envíales nuestra ubicación a Markus y a Eldwinn, tengo un encargo para ustedes tres –

Dicho esto, apoya todo su cuerpo sobre la rodilla derecha, acercándose al nosferatu, le sonríe de manera decrepita.

- Bueno, tenemos trabajo que hacer… - lo agarra y lo arrastra dentro de la cabaña haciéndole sentar en una de las tantas sillas del lugar - …necesito información del extraño que apareció riéndose – decía mientras llevaba al reo hacia el interior –

Leonid intenta sacarle información, pero no logra extraer nada.

Aurelio ofrece las capacidades de Melanctha para conseguir información incluso bajo el manto, Isidor no le contesta, sin embargo, la niña Barbora le asiente afirmativamente con un rostro serio.

Akissi y Leonid por su parte le dicen que tenga cuidado y que lo mejor es evitar atravesar el velo.

Isidor le pasa la mano demostrando un gran anillo con una gema escarlata para que sea besado por Leonid, luego le indica la pequeña.

- Agradezco el gesto de reverencia señor Leonid, aunque he de acotar que estamos frente a Barbora Pelagiya, y a es ella a quien todos merecen el mayor de los respetos –

La niña sonríe inocentemente mientras levanta la frente esperando que sea besada.

En ese momento vuelven Victor, Kasius y Akissi, quienes realizaron una tarea impecable de rastreo por la zona y no se pudieron notar más nada.

- Stein, Victor…favor de saludar con vehemencia a nuestra excelentísima eminencia – la niña nuevamente sonríe y repite el proceso, esperando ser besadas en su pequeña frente –

Eldwinn y Markus, dos grandes cainitas, uno de rubia cabellera y otro de melena larga, montados ambos en una gran moto, llegan al lugar.

- Ustedes tres…al aeropuerto, necesito que traigan a un miembro que formara parte de la nueva manada – contrariamente a lo que había pasado hasta ese momento, fue Barbora la que ahora dio esa orden, por lo que el aspirante a paladín, el cainita con posible ascendencia nórdica y el pandillero nuevamente se encaminan hacia un nuevo destino –

Tras varios minutos de perpetuo silencio, los enviados vuelven, pero esta vez con el ya nombrado nuevo miembro.

El inquisidor se le acerca y le pasa la mano para que le bese el anillo, luego pasa a saludarlo.

- Bienvenido Arthur…creo que eres conocido del señor Leonid – le dice mientras le deja pasar en el inmueble – …ustedes tres, monten guardia aquí afuera... – el inquisidor le ordena a los tres que habían ido a buscar al tal Arthur -

- Muy bien… - nuevamente habla Isidor - …ya que por fin estamos todos, he de decir que ante la insolencia y el mal actuar de la hermana Aurora, he de confesar que me siento terriblemente decepcionado por el nivel disciplinario de la tan afamada manada de los Tenebrae, ductus Leonid, en verdad, esperaba ver algo tan deslumbrante como nuestro enemigo el sol al verlos a todos reunidos, pero con lo que me tope fue con un hermano muerto, daños en esta propiedad, una miembro insolente y un líder que no sabía cerrarle la boca –

Apenas dio un par de pasos para acercarse al casi albino cainita para concretar una gran bofetada con el revés de la mano.

- El fallo de un miembro de la manada, es el fallo de un líder… - acota con unos ojos saltones que no parpadearon ante la acción recién concretada - …considere esto como un acto de misericordia por parte de nuestra Santísima Inquisición, ahora repita conmigo: “gracias gran Inquisidor Isidor por la lección, le estaré eternamente agradecido” ¡REPITA! – ni siquiera paso un segundo para que vocifere alterado el sazonado del golpe con aquellas palabras casi humillantes -.

Barbora simplemente suelta una risita ante aquella repentina explosión violenta, luego Isidor se coloca cerca del nosferatu estacado.

- Esta…desgracia…para nuestra especie, no es otra cosa que una muestra de que el Sabbat no se doblega ante nada ni nadie, sin embargo, la falta de disciplina no es otra cosa que una señal que varios cambios deben ser establecidos…la unificación de ambas manadas es algo categórico, pero algunos miembros vendrán conmigo para concretar tareas encomendadas por nuestra orden, a los que citare a continuación, llamen a los que están afuera – se lleva ambas manos a la espalda, esperando que todos ingresen, complicando un poco la ubicación dentro de la que antes fue una sala bastante grande, tras esperar un rato, comienza a mirar a todos los presentes, girando sobre sí mismo – hermana Selene, hermano Eldwinn y hermano Joe, todos vendrán conmigo para formar una cuadrilla dentro de la ciudad, los demás, con el permiso de su excelentísima eminencia, hija y madre de todos, Miss Barbora Pelagiya y por el poder que me concede la orden la Santísima Inquisición de Richmond, les otorgo una ultimada oportunidad de establecer el orden dentro de esta ciudad, unificando las dos manadas en una ritae de vaulderie a modo de, compartir secretos, establecer lazos y protegerse mutuamente para así en conjunto, formar una fuerza de choque, capaz de hacer temblar los mismos cimientos de una ciudad olvidada por Dios –

Dicho esto, se dirige a la salida esperando que los citados lo sigan, mientras que Barbora se despide de todos con una particular sonrisa.

Selene se le acerca a Leonid, le acaricia la mejilla, le susurra algo y sale junto a lo que parecía ser su nueva manada.

- Ten fe en ti mismo Leonid, siempre has sido el mejor líder que jamás he tenido, por favor, cuida a Vijay y dirígete hacia la caravana gitana, diles que vas de parte de su señora Selene, el gypsy chief me venera como una especie de diosa o demonio, pueden serte de utilidad - finalizada estas palabras, te pone un silbato en la mano y te besa la mejilla recién lastimada -

El comportamiento de Aurora terminó por volverse cada vez más errático, como si fuese una histeria victoriana donde solo puede ver el defecto más grande que ninguno de los hijos de Caín puede permitirse y ese precisamente es mostrar rasgos de humanidad. Demasiado errático en cada uno de los sentidos donde no es capaz de aceptar la muerte de un hermano y tampoco velar por la integridad de los presentes, como si fuese una perra infectada por la rabia que es imposible de salvar todo cuanto fue alguna vez.

Ya no puedo apelar más por tí

Es todo lo que pensó, mirando con expresión fría en su rostro al ver como Isidor la toma del cuello y la decapita con un solo movimiento para silenciar de una vez por todas ese malestar que condenó a toda la congregación, terminando por hacer vano el sacrificio de su pupilo ahora ambos convertidos en un montón de cenizas. Sin existir razón alguna a lamentar y manteniendo su expresión fría como serena ante el Inquisidor.

Observa a la joven y avanza hasta quedar a un paso de ella, arrodillándose en un gesto caballeroso para solicitar la mano de esta y besar el dorso como gesto de respeto. Que ha de concretarse al momento que ella lo aceptase mientras Isidor empieza a dar indicaciones.

-El punk que acaba de contemplar es un cambiaformas zorro, quien estuvo trabajando para la Camarilla en su momento y una de sus capacidades es la de rastreador. Y no es el único enemigo del que debemos preocuparnos además de las sectas enemigas de la Congregación, también están los magos pero actualmente han abandonado el territorio-.

Cuando iba a disponer de seguir las ordenes, escucha como el Inquisidor comienza a dar indicaciones diestra y siniestra a todos los presentes de como proceder. Pero aparecen las inevitables recriminaciones que trajo el no control rápido sobre Aurora, recibiendo una bofetada en el lado derecho de su rostro  donde su naturaleza occisa lo lleva a no parpadear y a resistirlo a pesar de sentir la fuerza sobrenatural de Isidor que habría desnucado a una bolsa de zumo sin esfuerzo.  Manteniendo la vista fija por respeto a la Inquisición tras escuchar las palabras humillantes a repetirse.

-Gracias gran Inquisidor Isidor por la lección, le estaré eternamente agradecido-.

Las palabras son humillantes pero sabe que no esta en posición de exigir, son consecuencias de decisiones y confianzas no correspondidas. Debiendo aceptar esto e incluso la muerte definitiva si eso significa mantener la supervivencia de la Cofradía, después de todo muchos de ellos encontraran el final en la Yihad pero el espíritu y lo que es la hermandad de sangre debe prevalecer.

El cabello esta desordenado, mantiene su posición mientras escucha las nuevas ordenes del inquisidor y queda impresionado al ver como se adelanta a esa propuesta que él también pensaba hacer.  Y escucha el sentido que calza acorde a la visión concebida en sus pensamientos.

-Será como ha solicitado usted Inquisidor Isidor y Miss Barbora Pelagiya. Ante el Padre Oscuro cumpliremos la labor encomendada-.

Deseaba solicitar reunión a la brevedad pero esta consciente que lo mejor es realizar esto por medio de Padre Stein como acción diplomática. Observando ahora al resto de los presentes y de ellos se acerca Selene, con quien realiza un pequeño cruce de palabras en secreto para contemplar después como ella se aleja de él.

Las palabras de ella son dulces, de alguien que resulta familiar en un momento de su no vida y buscó eliminarlo por esa obsesión tóxica tan buscada como anhelada con su hermana, Narcisa. Sin emitir palabra alguna mientras escucha las indicaciones como petición de ella.

-Asumo que Vijay es el lobo ¿no?. Prometo que he de cuidarle-.

Dice mientras memoriza y recibe en sus manos aquel silbato, tomando las de ella por unos segundos con sutileza como gesto seductor antes de guardarlo en el bolsillo interior de su abrigo térmico. Sus labios a pesar de fríos son suaves y algo carnosos, experimentando esa emoción perversa de hacerse con ella pero algo lo frena a sentir ese impulso más allá de la sensatez, ¿preocupación e interés sincero tal vez?.

-Te buscaré,  y por favor cuídate-.

No corresponde al beso, lo susurra con un atisbo complejo entre seducción, preocupación y bajo una promesa.  Sin demostraciones de cariño, más allá de esa mirada íntima que solo es para ella y nadie más antes de dejarla partir con los otros integrantes.

Observa a Arthur que acaba de llegar, a pesar de tener el rostro levemente golpeado , se observa como la herida va desapareciendo poco a poco bajo el don de sangre. Al mismo tiempo que desaparecieron tras varios minutos los efectos de la piel de víbora invocada para el combate.

-Bienvenido señor Arthur, es bueno volver a vernos y trabajar una vez más juntos-.

Dice en ese acento ruso que muestra ser calmado y que contrasta con la expresión siniestra en sus ojos de color azul/dorado. 

Akissi y Kassius, junto con uno de los integrantes de la cofradía de tenebrae volvieron de la batida. Estaban a salvo... por ahora. Ese refugio había sido descubierto, y era claramente vulnerable. Debían empezar a pensar en replegar las fuerzas, quizás la base de los Arcanistas serviría como santuario y les daría a los Tenebrae tiempo y un lugar seguro para curar sus heridas, lo que a su vez les facilitaría llegar a conocer todos los entresijos de la ciudad. Erebo parecía una tela a punto de rasgarse, tensada por todas las facciones sobrenaturales que ostentaban su dominio. Demasiados enemigos, demasiado por esclarecer, y apenas habían pasado unas horas desde su llegada.

Aurelio observó con desdén la actitud demente de la vástago conocida como aurora. una mujer desobediente y desquiciante con el discurso incendiario de los neonatos. Sin embargo la decisión de la inquisición fue directa, cruel y definitiva. No pudo evitar torcer el gesto ante la ejecución sumarisima. Isidor fue juez, jurado y verdugo ante la falta de decoro y dejarse llevar por emociones que pertenecían a un pasado humano quizás demasiado cercano. No hay penitencia en la extinción, no existe capacidad de redención, no hay expiación en la muerte definitiva. Todo lo que quedaba del alma condenada de esa vampira eran cenizas esparcidas al viento, un gemido silenciado por los protectores de la moral y la integridad del sabbat.

Entonces Isidor pasó a castigar la incompetencia de un ductus que no supo conducir a su ganado como el buen pastor. Que había permitido que sus ovejas se descarriasen, y recibió una herida en su orgullo en el rebés del inquisidor que obligó a Leonid a contener la bestia y aceptar sus culpas en acto de penitencia. Aurelio asintió ante su humillación y su acto de sagrada constricción para con sus hermanos del sabbat y la santa inquisición de Richmon.

La situación era más precaria de lo que pudo haber previsto Aurelio. Cuando Isidor, tras exigir el respeto y el cumplimiento del protocolo para con su excelentisima eminencia, empezó a impartir las órdenes de la inquisición que implicaría un severo destino con su propia manada. Llavaban muchos siglos juntos, los Arcanistas se había erigido como una manada de sabios y asesinos especializados, agentes crueles e intachables de la sagrada cruzada del Sabbat. La disolución de su manada era un duro golpe que deberían asumir con tenacidad y resiliencia, asestado para expiar las culpas de otros. Con un gesto de su mirada acerada de ojos azabache observó el rostro de sus hermanos, la letal asesina de ébano, el implacable guerrero de obsidiana, la bruja melanctha su mas sabia consejera. Asintió con una leve inclinación de cabeza a cada uno de ellos.

Con voz profunda recitó las sagradas escrituras que guíarian las últimas palabras de la manada de los arcanistas.

 Señor,muchos son mis enemigos,muchos son los que se han puesto en contra mía, ¡muchos son los que dicen de mí:«Dios no va a salvarlo»! Pero tú, Señor,eres mi escudo protector,eres mi gloria,eres quien me reanima.

Su eminencia Isidor, su excelentisima eminencia Miss Barbora Pelagiya, hija y madre de todos. Como Ductus de la manada de los arcanistas aceptamos el dictado de disolución y la formación de la nueva manada con la cofradía de los tenebrae. Como Leonid ha dicho, estamos en desventaja, asediados por multitud de frentes sobrenaturales y bajo la constante amenaza del demonio rugiente en las minas bajo nuestros pies, enterradas en las profundidades de la tierra. Pero nuestra posición, aunque segura es vulnerable. Para seguir los rituales de consagración y hermandad que implicarán la creación de la nueva manada, propongo ir a nuestro refugio. Por otro lado, deberíamos llevarnos tanto los cuerpos que no se hayan disuelto como a los reos que hayamos capturado para su interrogatorio y penitencia pertinentes. Y a pesar de la prudencia y conocimiento de Akissi, quizás si puedas echar un vistazo al otro lado sin adentrarte en el velo reverenda Melanctha. Recoger toda la información y replegarnos es cuanto podemos hacer para contener el daño infligido esta funesta noche contra los nuestros.

No le gustaba tener que dar largos sermones autoritarios a sus hermanos, menos aún estando presentas tan altos dignatarios. Pero sus instintos de guerrero y sus conocimientos de política reclamaban una actuación directa capaz de redirigir su situación.

Cuando llegó el coche con el nuevo integrante de su nueva manada Aurelio saludó con un sencillo gesto y un rictus severo.

- Señor Arthur, bienvenido. Soy Aurelio Rodriguez de Navarra.

Arthur saluda a quienes han ido a buscarle al aeropuerto, luego de subir con su Criada al vehículo y de ver que su Rebaño ha subido a los vehículos de alquiler recomendados por el Sabbat. Les pide toda la información disponible sobre cada cosa que ha sucedido y que sucede en la ciudad, nombres relevantes, situación actual del Sabbat y de Leonid. Se fija durante el recorrido si les siguen u observan, muy alerta. 

Baja del automóvil luego de agradecer a los hombres por su trabajo bien hecho y la información brindada.

Ya en la casa ingresa y permanece en silencio hasta que los Inquisidores y demás requieran que hable, demostrando respeto y distancia para que quede claro que acata sus órdenes y acepta su liderazgo incuestionadamente.

- Buenas noches, Eminencia, soy Arthur Mc Vain, a sus órdenes - hace una reverencia a modo de respeto utilizada en sus tiempos como humano y luego se dirige a los demás.- Buenas noches hermanos cainitas. Estoy aquí para tener el honor de destruir a la Camarilla local junto a ustedes. Efectivamente, Eminencia, he tenido el honor y placer de destruir a varias decenas de nuestros enemigos junto a Leonid y he venido a pasar un tiempo aquí para divertirnos destruyendo a quienes haga falta para la gloria del Sabbat y por tanto de la Estirpe.

Una vez toda la parafernalia del castigo termina y la Inquisición se retira intenta mejorar el mierdoso ambiente reinante con unas palabras motivadoras basadas en el Libro de Nod: Leyes y Castigo:  

Es muy duro, hijos míos,
Condenaros al castigo
De la quema, de la sangría ,
De la decapitación,
De la tortura,
De la parálisis,
De la muerte por el sol.

Vosotros sois mis Chiquillos:
Sólo vosotros
Entre el resto de los seres
Sois mi única compañía,
Siempre estaremos atados
Como los padres están
Vinculados a sus hijos,
Y los hijos a sus padres.

Y aún así, arrancaré
Las malas semillas,
Arrancaré los peores
De todos vosotros,
Podaré mi oscuro árbol,
Tal y como Adán, mi Padre,
Me enseñó.

- Muchas gracias por tan cálida bienvenida, estimado Leonid - a quien abraza y luego al alejarse pone una mano sobre cada brazo cerca de la altura de los hombros, sonriente como un niño al cual en Navidad ha recibido todos los regalos que siempre ha deseado y por tal motivo sus ojos irradian un grado de emoción comparable.- Ha sido un largo camino hasta aquí, querido amigo, pero tu invitación a cenar a la Camarilla local y destruir a los enemigos del Sabbat es un gran honor y placer - hace una pausa y se gira hacia Rodríguez a quien observa detalladamente de arriba a abajo y le abraza.- He oído mucho de ti hermano y todo ha sido muy bueno - susurra a su oído.- Es un gran honor conocerte, Aurelio. Soy Arthur Mc Vain, a tus órdenes. 

Observa el lugar y es de su agrado por como observa cada mínimo detalle. Hace un ademán levantando la mano derecha como llamando a un perro. Sonríe y presenta a su Criada, quien se ha acercado y colocado un paso detrás de él a su derecha, describiéndola de la siguiente manera: <<Ella es Catherine, un pedazo de carne digno de servirme ya que se destaca por su inteligencia, pragmatismo, obediencia, lealtad, deseos de complacerme y haciéndolo siempre. Ella es mi voz y mis deseos durante el día, dañarla es dañarme ya que su utilidad para mí es innegable>>.       

Luego de las presentaciones y demás parte protocolar sus ojos brillan como los de alguien que ha recibido una revelación y dice: "La Vaulderie es una festividad de hermanamiento basada en el amor, la unidad, la fraternidad y la lealtad entre los miembros del Sabbat ya sean todos miembros de una Partida de Guerra o hermanos dentro de un Obispado y como estamos aquí un nuevo como yo y antiguos en éstas tierras como ustedes, sería bueno templar nuestros espíritus en ésta sacra comunión sabbática".  

El tetrico espectáculo que dio la joven de cabello corto fue sin duda el último, había mostrado debilidad y sentimiento humanos y ello sin duda no era tolerada por la Espada de Caín, Isidor el Inquisidor fue el encargado de impartir muerte ante semejante actitud por parte de quien en fue conocida como Aurora., después de ello las ordenes de Aurelio fueron reforzadas por el Inquisidor y de inmediato se hizo lo propio, sin sorpresas como era de esperarse, pues no hubo rastro alguno que se pudiera seguir.

Al rato una vez cumplida la orden ingresamos a lo que era el refugio de la Cofradía Tenebrae y todos fueron testigos del acto de humillación por el que pasó Leonid, ante la falta de disciplina de su manada, sin duda una experiencia muy barata de la que los Arcanistas podíamos aprender y en lo siguiente evitar a toda costa. Tras ello, lo más resaltante fue la búsqueda del nuevo miembro del equipo, Kassius no era muy dado a las formalidades por lo que a pesar de que se sentía algo aburrido no lo demostró, solo dejo pasar el tiempo entre los besos en los anillos y en las frentes de quienes en ese momento eran la máxima autoridad en el lugar.

Una vez que llega el nuevo sujeto cuyo nombre era Arthur y este haber saludado Kassius responde Bienvenido, mi nombre es Kassius y después de ello, se coloca detrás de Aurelio a su diagonal derecha. No sintió ningún tipo de pena ante la propuesta de la disolución de las manadas para crear una nueva, mientras más miembros fuéramos mejor, pues ello incrementaría las posibilidades de exito claro, esto teniendo en cuenta el trabajo en equipo y la fortaleza de los vínculos que nos unieran, esto sería determinado por la Vaulderie.

Lo realmente importante era salir de ese refugio cuanto antes pues la ubicación estaba comprometida y eso no beneficiaba a nadie., solo restaba irnos y empezar el ritual para luego proceder a limpiar esta ciudad, Erebo será el bloque donde la Espada de Caín levantará su Castillo. 

No pude evitar ver la destrucción de Aurora con cierta satisfacción. Aquella mujer era un incordio; una bomba de relojería que debía ser desactivada. Pero al mismo tiempo, Isidor había perdido los nervios y aquello me preocupaba: primero me daba la opción de escoger y luego la decapitaba por su insolencia. Cierto, Aurora era una fuente de problemas y también había puesto a prueba mi paciencia, pero no debíamos olvidar que era una Tremere Antitribu de remarcable poder cuya sabiduría y secretos no debían desecharse a la ligera. Aunque ella fuera un fracaso, su sangre y sus recuerdos habrían podido sernos de utilidad.

"Te has equivocado Isidor. Un buen inquisidor no cede a sus emociones."

Besé la frente de Miss Barbora Pelagiya como marcaba el protocolo y observe en sereno silencio el castigo a Leonid.

El silencio era un buen aliado en estos momentos en los que sospesaba la decisión de unificar dos manadas y analizaba a mis futuros compañeros.

“Esto va a ser complicado. El encargo se hace más difícil por momentos.”

Cuando Isidor y Barbora se marchan, me despido con una reverencia y rápidamente le doy una orden mental a mis sabuesos* para que entren a custodiar el cuerpo del nosferatu estacado.

Los dos dobermans rodearían el captivo y enseñarían los dientes a cualquiera que intentara acercarse al mismo hasta que mi chófer Dirk** lo entrara a recoger y lo cargara al maletero del vehículo junto con los dos perros.

- Guiadnos al nuevo refugio, seguiremos la conversación allí.

Parco en palabras, demuestro que no me gusta perder el tiempo ni alargar más de lo necesario este momento con sermones innecesarios.

Le hago un gesto a Leonid para que suba conmigo a la parte trasera de nuestro auto y me dispongo a salir hacia la nueva ubicación.

- Su excelentísima eminencia, Aurelio, querido... Lamentablemente no disponemos del tiempo necesario para poder realizar dicha observación de manera adecuada y segura... Pero puedo dejar algún tipo de vigilancia en el lugar... Una que nos permita conocer si algo o alguien más acude aquí cuando nos hayamos retirado... 

Observé como ejecutaba a la cainita, pensé en la pérdida para con su vitae y los experimentos que podría haber realizado con su cuerpo no muerto... 

Me acerqué hasta la excelentísima eminencia, hice una reverencia y besé su frente con cortesía.

Al parecer íbamos a tener nuevas incorporaciones a la manada y una nueva nacería de aquella unión... Sería interesante conocer otras fuentes de conocimiento... Veremos cómo quedarán pues las posiciones de liderazgo dentro de la nueva formación... Hasta entonces, debía realizar mi trabajo... 

Seguidamente, y antes de entrar dentro me quedé contabilizando los cadáveres disponibles, juntándolos todos en el mismo lugar y di comienzo a algo que me resultaba tan natural y delicioso como dotar de vida a aquellos cuerpos... 

Concentré mis energías en aquellos cadáveres haciendo uso de mi Voluntad para animarlos... Pero algo no resultaba... 

- Tshhh... Parece que no ha quedado nada de ellos... Ni un sólo pedazo que pueda servirnos... Lo lamento... Quizás... No serán tan efectivos pero puedo intentar que estos restos se encarguen de vigilar el lugar, aunque no ataquen a quien ose entrar... Pero después, si queda algo de ellos podremos conocer información sobre quienes estén cerca... 

Corté mi muñeca con una de mis uñas y dejé que la vitae cayera sobre aquellos cuerpos, concentré mis esfuerzos en que aquellos pedazos de carne putrefacta sirvieran para algo... 

- Yo os invoco desde las puertas de la muerte, observar los secretos del tiempo en mis ojos, obedeced mis palabras y sed mis ojos en este lugar, permaneced ocultos, que nos os vean... 

Los cuerpos comenzaron entonces a ponerse en pie y deambular por el lugar.

Una vez realizada mi labor entré al interior, observé a la nueva incorporación y salude con la cabeza

- Melanctha, La Bruja Muerta. Un placer, querido... 

Esperé a que mi, aún líder, nos indicara que podíamos dirigirnos hasta nuestro recién estrenado refugio... Miré a Aurelio, esperando sus indicaciones. 

Víctor asistió a como Isidor ejecutaba a su mentora, soltándole una palabras y demostrando su poder. El gangrel odiaba el protocolo, los títulos y esas mierdas, pero creía totalmente en la fuerza, en imponerse por ser el depredador que está por encima de todas las demás presas. Le dolió ver el final de Aurora, pero tenía que aceptar que fue rápido e indoloro, bastante más piadoso de lo que él mismo hubiera realizado con alguien que le desafiara.

Recibió las nuevas órdenes con un asentimiento de cabeza, marchándose al bosque con los dos desconocidos. Lamentablemente las búsquedas fueron infructuosas, sin encontrar a ningún enemigo con el cual desquitarse. Esos tres fueron guiados allí quizás por el cambiaformas, solo para joder. Si era así, podría estarles viendo o escuchándoles aprovechando sus poderes. Era una verdadera mierda el no poder acabar con esa irritante risa haciendo que se ahogara con su propia sangre. Tampoco pudo conocer en profundidad a esos dos rastreadores, pero esperaba poder perseguir alguna otra presa en el futuro.

Imitando en lo que pudo a Stein, saludó a la niña como si su vida dependiera de ello, dejando que sus garras desaparecieran lentamente. Si el tipo que acaban de arrancar la cabeza de Aurora como si estuviera descorchando una botella se mostraba tan sedoso ante ella, no podía esperar más que cosas “buenas” de ella.

En la ahora pequeña cabaña, una vez más asistió a la muestra de poder del inquisidor, presentando al fin a la niña y soportando mucho protocolo y palabras bonitas. Ya estaba acostumbrado a eso y lo soportaba como quien debe soportar la espera, el momento en el que se acecha en un sitio a la espera de que la presa pase por donde debería. Se llevaron a parte de su manada, parte de la otra, les adhirieron nueva… el tipo parecía querer mezclar todo y de ello sacar algo mejor. Cuando se fueron, quedaron los que se convertirían en sus hermanos de armas, comenzando otro momento de palabras molestas y protocolos, incluso poemas.

-Víctor Leon- se volvió a presentar ante el poeta, deseando verle en acción y no recitando. Como parecía que todos querían abandonar ese sitio ya inseguro, tenían que ocuparse de ciertas cosas antes-. Aún tengo al perro abandonado en el sótano- le dijo a Leonid, pues tuvo que cumplir la orden de Isidor. Miró a los demás, quienes no debían tener ni idea-. Un garou abandonado, lleno de mierda y pus- Aurora había tenido una idea y como última voluntad pensaba honrarla… aparte quería ver qué demonios pasaba-. Espero que no se haya escapado durante la pelea.

Mi marcha se detuvo antes de retirarme por completo, pues las palabras de Bárbora, gélidas, cortantes y con el agridulce sabor de la ironía que ya resultaban características, llamaron mi atención inmediatamente. Miré sobre mi hombro para notar el lento andar de Isidor hacia la joven de cabellos cortos que hasta hacía instantes había perdido la cordura, y al percibir el movimiento en la boca del hombre y el cambio de actitud en la muchacha, no pude sino apretar la mandíbula y entrecerrar mis ojos. "Es claro el oprobio para la manada, y con ello la secta, que importa el comportamiento de la mujer, pero eso no quita que hagas las cosas como se debe, Inquisidor. Debías darle la posibilidad de demostrar que guardaba un ápice de honor al defenderse, aun sabiendo que su enemigo le superaba en pericia", cavilé al ver al hombre dándole la muerte definitiva a la asustada y entregada cainita.

Las palabras de Isidor no se hicieron esperar, ratificando la orden que nos había sido dada por el mismo Aurelio para que comenzáramos a observar la zona. Y mientras oía tales palabras, mis ojos, inexpresivos y oscuros, no se apartaron de los restos de las que hasta hacía segundos era una compañera más de los Tenebrae. "... Y los maldije a todos con cenizas, plagas y aridez... Nuestro vínculo se ha roto y ahora todo es cenizas...", me dije antes de asentir al inquisidor y comenzar la búsqueda con mis compañeros.

A pesar del trabajo de los tres intentando dar con algún rezagado en la zona, ninguno finalmente encontró rastro alguno que indicara la presencia de enemigos en el lugar. Si bien mi trabajo junto a Kasius era algo común, mi intrigaba y a la vez deleitaba poder compartir la tarea con un nuevo compañero, aunque tal labor nos impidiera siquiera cruzar palabras. Y pasado un momento, nuestro grupo finalmente regresó con las debidas novedades.

No mucho tiempo pasó antes que un nuevo miembro se presentara en el lugar y que comenzáramos a ingresar al refugio de los Tenebrae. Detrás nuestro, un grupo de cuerpos inanimados comenzaban a moverse en el lugar para convertirse en los ojos y oídos de Melanctha, un espectáculo cuando menos inusual y que no me acostumbraba a ver a pesar del tiempo que llevábamos juntas.

Nuevamente la reacción de Isidor no se hizo esperar, desquitándose con el mismo Leonid, el ductus de la otra manada. "Otra vez el yerro en sus manos, Inquisidor. Cada uno es responsable de sus acciones y quien falla ha de pagar, como lo hizo la muchacha. Pero él, él es un líder, un jefe de manada, y si no has de resignarle su puesto nunca debes menoscabar su autoridad frente a los suyos... Eso nos diferencia sobremanera, siempre lo hemos sabido. Ustedes, inquisidores, se han dejado embriagar por el poder y la política más de lo necesario y han olvidado el decoro y la corrección, no importa cuántas victorias se jacten de tener", pensé mientras observaba la vacua demostración de poder.

Una vez se retiraron ambos Inquisidores del lugar, previo saludo y demás cortesías, miré hacia el más reciente de los integrantes de lo que parecía ser una nueva manada.

- Mi nombre es Akissi Okonjo, miembro de la manada Arcanista. Es un placer- expresé con seriedad a Arthur, dejando notar el sonido entrecortado de mis palabras y la musicalidad apagada y levemente gutural de las vocales, una herencia característica de mi lengua africana materna que jamás perdí. Luego miré hacia Víctor y Stein-. El garou será una importante fuente de información y hablará aunque tengamos que tatuar en su piel nuestras preguntas con plata. Concuerdo con que nos vayamos de aquí... la seguridad de esta casa ha sido comprometida, deberemos concentrar nuestros esfuerzos en el nuevo refugio- agregué, esperando la decisión final de nuestro Ductus para partir.