Partida Rol por web

Stronghold se había levantado con los animos altos y las pilas a tope. Hacia mucho tiempo que no tenía algo de acción real y, para una comando veterana como ella, eso era como si llevase mucho tiempo si comer. Para ella ser comando no era solo un trabajo o un deber, era una actitud con la que afrontar la vida. Había nacido para ser una luchadora y eso era algo que nadie podria quitarle. Muchos de sus compañeros vivían apegados a sus implantes, armaduras o cualquier clase de tecnología pero ella habia afrontado decenas de batallas antes de nexus sabiendo que, al final, el arma mas poderosa era su coraje y su disciplinado espíritu. Muchas veces había visto como las lineas enemigas se habían roto por culpa de soldados cobardes, los típicos eslabones débiles de toda cadena. Sin embargo confiaba en que su compañeros aguantasen en tipo.

La mujer hizo un leve estiramiento al entrar en la cantina para librarse del engarrotamiento. Pese a haber estado en el simulador los dos primeros días ayer se había metido dieciséis horas de cine de accion entre pecho y espalda y su cuello se resentia un poco del encorvamiento. Sin embargo en aquellos momentos se sentía como uno de aquellos héroes, un ejercito de un solo soldado preparado para la misión. Se sentó alegremente al lado de sus compañeros mientras le daba una sonora palmada en la espalda de Baghi.

-Que, preparados para la acción?- pregunto alegremente con voz potente- ya tengo ganas de estar ahí abajo machacando bichos. Habéis visto la peli Starship troopers? Pues algo así pero sin tantos compañeros muertos- contestó sin dar tiempo a la respuesta. Quien no iba a conocer ese clasicazo de finales del siglo XX. Imposible.- Donde están los demás? No veo a mi binomio ni al Oso. Sabéis algo de ellos?

La pequeña nipona, Hikaru, llego a la sala cuando ya había gente.

Justo antes de ingresar se detuvo para poder mirar hacia el interior durante un instante como si estuviera analizando el sitio.

Luego ingreso, en silencio y con aquella expresión de “mas mala que una araña” en la cara dedicando ligeros saludos con la cabeza aquí o allá.

Fue a sentarse justo frente a Tournevis a quien opto finalmente por mirar y sin abrir la boca.

El Predicador entra en silencio, saludando en general al personal con un gesto leve de la mano. Parece que presta un poco de atención a Tic-Tac, mientras parpadea un par de veces.

Después se sienta, mientras coge un café solo sin azúcar con una mano, mientras que con la otra procede a leer un pequeño librito que saca de un bolsillo interior del uniforme. Las insignias negras de Tirador Selecto son claramente visibles en su hombro, hablando de una aptitud que es superada por pocos Comandos.

Todos sabéis que se llama John, pero todo el mundo le llama Predicador, porque suele citar las escrituras de la Biblia católica al hablar. Es un tipo reservado, quizás destacar que su mirada se torna algo torva en ciertos momentos. Pero se ha portado como un buen compañero en el periodo de entrenamiento.

Levanto la cabeza al sentir a Hikaru colocarse frente a mí. Saludo con una sonrisa antes de volver a agachar la vista, pero de nuevo la miro cuando me doy cuenta de que no deja de mirarme.

- ¿Qué?

Pregunto algo molesta. Es evidente que por su comportamiento habitual la chica no me cae demasiado bien, aunque yo siempre trato de ser amable.

Las palabras de Tournevis parecieron caer en saco roto respecto a Hikaru quien la siguió mirando por un momento más.

Con aquellos ojos rasgados suyos y esa mirada de asesina serial japonesa sumado a su ya de por si rostro sin emociones, la pobre Hikaru parecía un puto maniquí animado.

Y quizás lo fuera.

Sin embargo, respondió cuando lo considero adecuado y en un susurro.

Pareces preocupada, dijo y volvió a callar.

Con un suspiro, niego con la cabeza.

No es preocupación. ¿O sí? Me preocupa no volver, claro. Pero antes no me preocupaba.

- Tranquila. No me pasa nada. Sólo estoy cansada.

H. entró en la cantina con cara de pocos amigos. Había dormido poco pensando en todas las posibilidades habidas y por haber para su problema pero la verdad es que la única solución que encontraba no le gustaba particularmente. Malhumorado por la situación, cogió una taza de cafe con leche y se dirigió hacia donde estaban sus compañeros y se sentó al lado de su binomio mientras se restregaba el ojo derecho a causa del sueño. Le sorprendía lo activa que se veía Stronghold, pero bueno aquella española estaba tocada del ala como todo el mundo sabía. Era la única explicación que encontraba a meterse en una OEM sin implantes potenciadores.

-Buenos días gente- saludó de manera genérica mientras, muy sutilmente le guiñaba un ojo a Hikaru y daba una palmadita a Stronghold en su fornida espalda- Como han ido estos días? Pudisteis progresar con alguno de los planes- preguntó en voz muy bajita, lo suficiente como para camuflarla entre la algarabía de la cantina- yo he tenido problemas para resolver mi parte, solo se me ocurre una opción a estas alturas y me huele a chapuza, pero podría servir. Ya os contaré cuando salgamos de aquí- dejó en el aire para no tener que hablar en presencia de oídos indiscretos.

- Oso sigue sin aparecer. - Dice el alemán de forma escueta tras repasar con la mirada a los asistentes.

Mansell levantó la cabeza. Todos intercambiaban miradas interrogantes e incluso nerviosas.

- ¿No hay noticias de Oso? ¿Nadie sabe nada?

Oso estará en el hangar. ¿No esperaréis que lo iban a dejar venir a desayunar como si nada no? - dijo la mujer algo molesta ante la insistencia de sus compañeros. Su mirada anterior mente tranquila y amable dejaba entrever un rastro de desconfianza. 

Miró a Tic-Tac con algo de complicidad y no dijo nada más. 

Bueno chicos, calmad los nervios. - dijo Tic-Tac con su sonrisa de siempre. - Estáis todos invitados a cuatro relajantes días de crucero en el Tic-Tacmóvil. Allí podréis acabar todo lo que habéis empezado y no os ha dado tiempo así que relajaros y disfrutad del viaje. No todos los días se sale de este chatarra volante. - dijo el infante sin perder la sonrisa. 

Snow entra en la sala con paso cansino, apurando un pitillo. Una mierda de esas del Dominio. En contra de lo habitual no suelta ninguna chorrada en su saludo inicial.

- Buenos días gente. - Uy. Eso sí que no era normal.

Se sienta al lado del Predicador, el cual sólo interrumpe su lectura un segundo para mirarle, negando levemente con la cabeza antes de continuar con lo suyo. Vuestro habitualmente locuaz compañero mira a Tic-Tac intensamente por unos instantes.

- ¿Cómo van tus costillas Tic-Tac? - Pregunta de manera directa, mientras se pone un café solo con azúcar y agarra un par de bollos.

- No sé, Parches- dijo Mansell encogiéndose de hombros- llevo tres días metido en mi habitación programando el clúster. No me he enterado de nada.

…solo estoy cansada…

Aquella simple frase se le quedo prendida en los bordes de la mente.

También ella estaba cansada, cansada de muchas putas cosas.

Necesitaba un cambio rotundo a su maldita vida y de una jodida vez.

Se sentía fatal por haber fallado a todos los que allí había y ni siquiera podía mirarles a los putos ojos.

¿Si alguno moría en la OEM?, ¿si moría por no haber podido hacer ella algo tan sencillo que hasta el más imbécil de los Tecnólogos hubiera logrado?, ¿merecía el lugar que ocupaba ahora?, ¿o solo estaba calentando la puta silla porque no había nadie peor para el puesto?.

Dudas.

Pobre Hikaru, tenía una tribu de furiosos Onis de la duda acampando en su alma.

También…yo…le susurro a Tournevis mientras baja su mirada hacia la mesa…claramente molesta por algo.

Una ligera vibración de las planchas del suelo acompañó el estruendoso ruido de unas pisadas por el pasillo que corría paralelo a la cantina. Muchas conversaciones murieron cuando a lo largo de los ventanales que dejaban ver dicho pasillo desde donde Bravo 2 estaba desayunando, un Guardia de Nexus recorrió la distancia que lo separaba de la puerta.

Avanzando por delante de el, feliz como si fuera en un desfile, estaba Voivoli, con su gorra perfectamente encajada en la cabeza y su barba enhiesta un paso por delante de el. Casi pareciera que viniera de ser ascendido, y no de haber pasado tres días en Reeducación y aislamiento.

Alcanzada la puerta, el Guardia se adelantó a Oso hasta colocarse en el centro de la sala, con su pesada escopeta en posición de descanso.

- ¿DONDE COÑO ESTA EL LÍDER DE BRAVO 2? TENGO QUE ENTREGARLE EN CUSTODIA A ESTE SOLDADO Y NO TENGO TODO EL PUTO DÍA.

La voz del policía sonaba cansada y cargada de paciencia forzada a pesar de la distorsión de su modulador.

H. se había perdido bastantes cosas de las  idas y venidas de compañeros pero bueno ya se iría poniendo al dia con ellos. Por lo pronto, lo importante era reunirse todos juntos.

-Presente!- dijo al guardia para identificarse como líder. No era cierto pero bueno al menos para el paripé estaba bien.-Que tal oso? Que demonios te ha pasado?- preguntó a su compañero mientras le ofrecía su asiento, un cafe y unos bollos.

Un haz escarlata partió de un dispositivo en la sien del casco del Guardia hasta la cara de H, trazando un barrido horizontal y otro vertical.

- WILLIAMSON, TE HAGO RESPONSABLE DE QUE EL SOLDADO SMIRNOFF EMBARQUE SIN METERSE EN MAS PROBLEMAS. SI ME LLEGA AUNQUE SEA UNA QUEJA POR FUMAR EN ÁREAS PROHIBIDAS, CAERÉ SOBRE TI COMO UNA TONELADA DE LADRILLOS.

Se volvió entonces hacia el ruso. Le señaló con un amenazador índice, pero antes de llegar a formular algún tipo de amenaza o advertencia, meneó la cabeza con algo parecido al cansancio.

- SIMPLEMENTE, TRAE EL MARZIO SMIRNOFF.

Con el mismo paso firme, abandonó la sala haciendo resonar el suelo con las pesadas pisadas de su nanotraje.

Las últimas palabras de la nipona me hacen cambiar de actitud hacia ella. También parece taciturna. Quizás por empatía, pero comienzo a pensar que quizás debería hablar con ella después a ver si podía ayudarla con el problema que tuviera.

La entrada del guardia me saca de mis pensamientos. Centro mi atención en el ruso. Me doy cuenta de que Karl se relaja. Por alguna razón se siente aliviado al verle. También con la iniciativa de H.

Espero curiosa la respuesta de Oso.

¡SI "EL" GUARDIA DE NEXUS, SEÑOR, SMIRNOFF LO PROMETE!, expreso el RUSO en su habitual forma de hablar.

Se volvió para ver como su NEW IDOL MEGACHACHI se marchaba de la sala y solo cuando este se hubo ido volvió con lentitud el rostro hacia los presentes y lo que estos pudieron observar en la cara del OSO, se parecía mucho a lo que sigue:

Haber follado con el amor de tu vida, luego de las mejores vacaciones posibles y a sabiendas de que no tienes que volver a trabajar puesto que eres asquerosamente rico, joven y apuesto. – o cambiando el género también aplicable a las señoritas -.

También tenía una sonrisa, una sonrisa de oreja a oreja y ambas cejas levantas en la más pletórica y exultante expresión de felicidad posible.

ES "EL" GUARDIA DE NEXUS, dijo como si no fuese obvio señalando con el pulgar sobre su hombro, "EL" GUARDIA DE NEXUS ES AMIGO DE SMIRNOFF.

Entonces el RUSO se acordó, ¡hacia como quichicientos años que no veía a su HERMANOS!, ¡sus amados CAMARADAS!, ¡por los que moriría dos veces o tres o las que fueran necesarias!.

No había palabras para expresar cuanto les había extrañado – tampoco tenía maldad para darse cuenta que ninguno de ellos le había ido a visitar -, y para la simple mente del RUSO, la mejor manera que tenía un buen hijo de la madre patria de demostrar su lealtad y cariño, era con actos.

Por lo tanto les fue abrazando a todos y llenándoles de besos mientras las lágrimas le inundaban los ojos y sin dejar de decir a cada uno:

!CAMARADA!, abrazo, beso, abrazo, !SMIRNOFF TE HA EXTRAÑADO!, beso, beso, abrazo, !SMIRNOFF TE HA EXTRAÑADO MUCHO!, abrazo, mirada gatete Shrek, abrazo, !SMIRNOFF QUIERE SABER QUE HAS HECHO!, beso..abracito..sonido de succión de mocos por la nariz.

Tic-Tac recibió el abrazo de oso de Oso y sonrió. Se le había echado de menos. - ¿Que tal te han tratado en esa celda, Oso? - preguntó antes de mirar a Snow sin perder la sonrisa. - Bueno, mis costillas estaban bastante mejor antes de que este ruso las apastase. ¿Tienes instintos de pitón o que? - bromeó con el ruso.

Veía muchas caras largas en ese momento, preocupación, sueño... - Chicos os veo cabizbajos, no me jodáis. Ha llegado el gran día, hemos hecho lo que hemos podido que es más de lo que tiene mucha gente. Ahora vamos a centrarnos en ser positivos, la actitud es más importante a la hora de enfrentarse a ciertas cosas que la habilidad o la preparación. - dijo el soldado mirando a todo aquel que pareciese cabizbajo.