Partida Rol por web

La verborrea de Snow le había saturado ya. Aquel, tipejo, y sus ínfulas de autosuficiencia perfeccionistas eran completamente desagradables para Hikaru que aunque tenía muchas cosas para decirle prefirió guardar.

Ahora era, la nipona, como esos jugadores de póker con la mejor baraja posible en la palma de la mano y que sin embargo – vaya uno a saber porque -, decidían irse al mazo por el momento y aunque tenían la partida ganada decidían seguir jugando quizás por el simple amor al juego.

Y aun así, Hikaru conservaba la carta de triunfo en la manga para más tarde pues estaba segura que iba a necesitarla.

Ignoro completamente a la imbécil de Stronghold sin duda los anabólicos ya le habían llegado al poco seso que tuviera.

De H recibió una nueva sorpresa y acepto que nunca iba a comprender al hombre. Aunque eso le gustaba mucho.

Marius era alguien con quien nunca había hablado. No podía crearse un concepto de aquel hombre aun. Pero buscaría luego la forma.

El resto, pues poco y nada y más de lo segundo que de lo primero. Y las había incluso algunas que ni siquiera llegaban a nada.

Entiendo y si eso es todo “Capitán” dijo secamente, pido autorización para dejar la sala.

Smirnoff estaba más que preocupado y dolido por toda la pelea que ahora tenía lugar entre sus HERMANOS CAMARADAS.

Sin saber que decir o hacer se mantuvo en su sitio aunque sin dejar de moverse inquieto por la creciente tensión que sentía dentro de sí mismo.

La mirada del CAMARADA BAD – !MUCHAS GRACIAS CAMARADA! -, fue para él como un bálsamo para un herido y agradecido por ello se aferro a la tranquilidad del hombre como un OSO sujeto a un trozo de madera que llevado por una fuerte corriente de agua se encontraba en medio del mas tempestuoso mar.

Ahora que las cosas parecían haberse "calmado", sus compañeros parecía ansiosos por salir corriendo del compartimento sin, obviamente, haber discutido cosas importantes como la distribución de pelotones, la aproximación al planeta ni ninguno de los otros detalles imprescindibles para la misión.

-Con su permiso, capitán- solicitó H. a Snow- Nada de marcharse de aquí antes de haber hablado de las cosas importantes y no solo del cotilleo. One hit- se dirigió con tono firme al alemán- Tournevis puede irse a atornillar algo, a comer dulces o a lo que ella quiera hacer, pero ningún comando se marchará de esta sala hasta que sepamos como nos vamos a aproximar a ese pedrusco, como nos vamos a desplegar y quien va a ir con cada quien. O hasta que el capitán lo ordene ¿Queda claro?- le lanzó a su subordinado con una calmada autoridad mientras le clavaba una penetrante mirada en los ojos.

El danés sabía que la franchute y el alemán tenía una relación tan cercana como las fronteras de sus respectivos países. Sin embargo, no estaba dispuesto a permitir que Karl se olvidase de que existía una cosa llamada "cadena de mando" y, pese a que todos eran compañeros, seguían siendo soldados y la disciplina estaba para algo. Un soldado bajo su mando no iba a levantarse de buenas a primeras y proclamar que se marcha con toda su chulería solo porque a su "amiguita" le había dado hambre y se había puesto de morros. 

En cuanto a la japonesa, el danés pensó por un momento en decirle algo pero tenía sentimientos encontrados al respecto. Por un lado, respetaba la lealtad de la mujer hacía el Dominio y la disciplina militar a la que todos deberían estar acostumbrados. Pero por el otro, su instinto de supervivencia le gritaba en contra de la actitud de la mujer así como de sus palabras. Además, como bien había recordado Snow, la conversación de Harada con la tecnóloga despertaba su paranoia. Finalmente decidió callarse ya que, en realidad, era el problema de Tournevis que estaba al cargo de los tecnólogos. No obstante, el nórdico le dirigió un guiño breve y casi imperceptible a Sasuke que le salió de manera  casi involuntaria.

Haciendo eco del discurso de H., el Predicador se coloca justo en la puerta, dando a entender que la reunión no había terminado para nadie aún, según el Cabo de los Comandos había expresado.

No había nada amenzante en su postura, sólo la típica sensación de cuando ves una señal roja de STOP. Sabes que está ahí indicándote algo.

Snow se masajea el puente de la nariz. Estaba claro que no a todo el mundo le iba a sentar bien el tema del "equipo extra", si bien esperaba algo de comprensión. En algunos casos habría recibido más del Comandante Sato. Era hora de dejar atrás esto y concentrarse en lo que se venía encima.

- La cuestión es que vamos a ser grabados. Los nanotrajes y las IAs, incluida Anubis actúan como cámaras durante toda la misión, queramos o no. Los datos se almacenan y luego los jefes los visionan. Esto es así, tanto si te gusta o como si eres tímido. - Snow se encoge de hombros, asintiendo con gesto de "tienes razón" al resto de las palabras del germano.

- Antes de que nadie se vaya, quiero un informe sobre el montaje del cluster, para qué sirve exactamente, y qué esperamos de ese artefacto, Tournevis. - El ex espía se refiere a la francesa como mujer a cargo de los asuntos de los tecnólogos en esta misión. Además le gustaba la palabra artefacto. No tenía muchas ocasiones de utilizarla, y se alegraba de darle uso en este caso.

- También quiero saber que has averiguado durante tu enlace sináptico con Anubis, Hikaru. - Parece que a pesar de su refriega anterior, Snow se dirige a la nipona con un tono normalizado, profesional.

- Una vez pongamos en común eso, designaré un equipo para revisar los contenedores de la bodega de carga, en orden de hacer inventario de todo lo que tenemos. Todos los nombrados se presentarán con las IAs apagadas para esa tarea. - Snow enciende un nuevo cigarro.

- Ni que decir tiene que lo tratado en esta sala, queda en sala. Que nadie haga referencia a lo hablado aquí de manera que no pueda ser grabado. Llamaremos a esta sala "la nevera" y podremos discutir ciertos temas privados en ella en la manera que se vayan sucediendo de ser el caso.  Informes, por favor. - El capitán mira alternativamente a las dos mujeres, en duda de quién tomará la palabra primero.

¿Informe? medio dijo, medio pregunto. ¡oh, por supuesto!, afirmo a continuación con énfasis, le daré un informe Capitán.

Este operativo estaba a punto de encontrar la clave sobre el particular comportamiento de la IA residente cuando “alguien” dio la maravillosa idea de desconectar el anclaje sináptico por la fuerza.

Ahora, continuo, no se cuanta experiencia tenga usted en las intrusiones neurales en un entorno de realidad virtual pero le aseguro que la experiencia no ha sido grata.

¿Quiere saber que he conseguido?, le respondo que nada. ¡Nada!, teniendo en cuenta lo mucho que estuvo al alcance de mi mano.

¿Algo más que quiera saber, “Señor”? concluyo más seca que lo usual.

Cuando Sasuke se ponía con estas pataletas, la vena maligna de H. le suplicaba por favor que pidiera a sus compañeros que se levantasen y le dieran un abrazo comunal a la "tecnoloca". El comando se relamía internamente imaginándose la cara de de una mujer tan estricta y con tan poca empatía viéndose rodeada por una docena de sus amorosos compañeros al más puro estilo Smirnoff. Aunque lo reprimió todo lo que pudo, una leve sombra de sonrisa se dejó ver por la comisura de sus labios. Antes de estallar en carcajadas, el cabo prefirió usar a su compañera como contraejemplo de su unidad.

-Bien comandos- señaló divertido con la mano a la nipona- Dad gracias a la soldado por mostrarnos un ejemplo perfecto de lo que no quiero ver jamás en ninguno de los miembros del pelotón bajo mi mando.- Comentó dirigiéndose a sus subordinados- La disciplina y el compañerismo son muy bonitos como para ensuciarlos con pataletas y faltas de respeto a un superior como esta.-El danés se calló un instante a medida que su sonrisa se acrecentaba un poco- Y como segunda enseñanza que podemos obtener que tu nivel de estudios académicos o tu inteligencia no te hacen más educado.- Lanzó, como quien no quiere la cosa, la pulla a los tecnólogos. La mayoría de los comandos tenían unos niveles de estudios bastante inferiores a los de sus compañeros técnicos y, al danés siempre le había parecido que algunos se comportaban con cierta pedantería por ello. Sobretodo porque muchos se creían irremplazables y en una organización militar no había nadie imprescindible. 

-Capitán, me postulo voluntario para revisar las cajas y me gustaría que Oso me acompañara.- se ofreció H.- Sé que se muere por mover un poco las piernas. Estar abriendo cajas y revolviendo su contenido seguro que será una actividad de lo más refrescante en lo que hago una lista. ¿Me equivoco Oso? -preguntó a su compañero ruso que, oiga, lo mismo prefería estar mirando para el techo de la nave- Intentaremos dentro de lo posible que Anubis no meta las narices, pero si lo que han dicho es cierto, dudo que ningún técnico del dominio se ponga a trastear en sus archivos de memoria para obtener grabaciones de lo que "vea" en los suministros extra.- Expuso para demostrar que se él no se había olvidado de la molesta IA que los acompañaba a todos lados.

El tono de Hikaru estaba lejos de suavizar la tensa situación que se había formado en la recién bautizada "nevera". H intervino entonces pero sólo para empeorar las cosas. Poco a poco se estaba aislando a Hikaru y eso era una pésima noticia para todo el pelotón. Mansell esperó unos segundos, aguardando la contundente respuesta de Snow pero finalmente decidió intervenir para evitar que la cosa fuera a mayores.

- Señor- interrumpió- el clúster se conecta a través de las propias interfaces físicas que los técnicos utilizan para que las IAs sean inicialmente cargadas y programadas. Por supuesto, ha habido que realizar pequeñas modificaciones para evitar las limitaciones que el dominio impone sobre los datos de entrada y salida que estos artefactos pueden gestionar. Las IAs se conectan a dos nodos principales, que serán dos IAs corticales. Finalmente, las corticales son las que se conectan o bien a Anubis o bien a la IA de tic tac. En el momento en el que la IA de Tic Tac requiera de un proceso, se repartirá en paralelo entre los dos nodos en dos redes paralelas que deberían multiplicar la capacidad de procesamiento de forma notable. Mis primeras estimaciones calculan que podríamos aumentar la capacidad de cálculo de la IA de Tic Tac en cien veces aproximadamente. Eso haría que pudiese calcular cien veces más rápido y con más precisión las trayectorias de los objetos que pudieran ser peligrosos para el Ataúd, aumentando las posibilidades de esquivarlos y, por lo tanto, de llegar con vida al planeta.

Snow atiende las parcas explicaciones de Hikaru con cara de póquer, mientras parece que pone la mirada de los mil metros cuando desvía la vista hacia Tic-Tac con un leve asentimiento. Mientras pondera la respuesta de la nipona y sus propias implicaciones en ella, H. elige el momento de intervenir.

- Agradezco el apoyo H., aunque también hay que entender que Hikaru ha pasado por una experiencia bastante jodida y sin duda se encuentra algo afectada. Es por eso que vas a disfrutar de descanso por un día, Hikaru. Reposa y cuando te encuentres mejor ayuda a Tournevis en el cluster y a Tic-Tac con la navegación. -

Tras la exposición de Mansell, en la que Snow empezó por rascarse la cabeza arrugando la nariz, parece que el final está más claro para el ex espía, que asiente satisfecho.

- Gracias Mansell, al final me enterado de casi todo y eso dice mucho de la sencillez y eficiencia de tu explicación. Que tengamos más oportunidades contra ese campo de asteroides es una buena noticia. Muy buena. - Snow dedica una mirada furtiva a la francesa que ha optado por el silencio después de ser interpelada directamente, quizás dejando de manera discreta la explicación a"Bad". - En virtud de tu buena disposición, Mansell, te unirás a H., "Parches", "One Hit", Stronghold y a mí mismo en el recuento del equipo en la zona de carga. - El Capitán señala a Tournevis seguidamente. - Quiero que sigas trabajando en el cluster Sargento, y quiero que hagáis unas pruebas de rendimiento del mismo con Tic-Tac e Hikaru cuando ésta haya descansado un poco. -

Por último se dirige a Jones. - Soldado, Quiero que vayas con el Predicador y Oso a comprobar la zona de la nave que ha sufrido un calentamiento en esta última alarma. Haz un informe de estado del área, y lo despachas conmigo directamente. En privado. Ah, y poneos los tres los nanotrajes. Es una orden. - El soldado da una profunda calada a su pitillo, exhalando el humo de manera lenta y deliberada.

- Y no me mires así Tic-Tac, tú vuelves a tu puesto. Si nadie tiene otro particular, empezamos en menos 5 minutos. - Snow agarra el cubo que contiene las IAs de la concurrencia en un gesto decidido a empezar a repartirlas si es que no se iba a sacar ningún otro tema.

- Em, señor- intervino Mansell- si no tiene inconveniente, y dado que yo me he encargado personalmente de toda la programación del software del clúster, creo que sería más eficiente si ayudase yo a Tournevis con las pruebas mientras Baghi se encarga de echar una mano con las cajas.

Snow mueve el dedo de un lado a otro, en un gesto negativo.

- Baghi tiene que hacer su propia evaluación de daños, y a ti no te quiero para cargar cajas Mansell, te necesito para que compruebes el estado del equipo científico, los señuelos sísmicos, y cualquier otra parafernalia electrónica que encontremos. - Snow sonríe divertido ante los sudores de Marius al pensar en doblar el lomo.

- Vamos Mansell, un poco de trabajo honrado no ha matado a nadie, ¡Todavía! Jajaja. Seguro que Tournevis puede guardar el fuerte hasta que vuelvas. Te vienes a la zona de carga. - El Capitán asiente convencido.

- Sí, señor.

No le convencía mucho dejar su obra en manos de Tournevis. Tampoco hacer inventario, para que lo iba a negar. No era que no confiara en la tecnólogo, era una mujer sobradamente preparada y podría cumplir el encargo con nota. Mansell no dudaba ni por un instante de su capacidad. Lo que ocurría era que, desde joven, lo de delegar no lo llevaba nada bien y menos cuando se trataba de una obra parida por él mismo. Pero una orden era una orden.

- A la zona de carga entonces.

Tic-Tac había alucinado con la actitud de Hikaru. Sabía que era un persona cerrada que seguía a rajatabla las normas del Dominio pero aquella actitud chulesca y de continua falta de respeto a los mandos le había pillado a contrapie. Tendrían problemas en el futuro si seguía así, no saldrían del OEM si no estaban todos juntos y funcionaban como un reloj suizo. 

No se quejó cuando lo mandó de nuevo con Hikaru como compañera, no le hizo gracia pero no dijo nada, no era el momento y si creía que debían aprender a trabajar todos juntos debía practicar con el ejemplo. - Sí, señor. - dijo solamente esperando para salir de allí. - Yo tendré que tener la armadura puesta, lo necesito para conectarme al apaño que me han hecho en la cabina. - informó a Snow. 

Parches había permanecido en silencio toda la conversación. - Sí, señor. - se limitó a decir la comando antes de mirar a sus compañeros. - Un vistazo rápido y podremos relajarnos en la cantina. - bromeó. No le gustaba un pelo el ambiente que se había formado y esperaba que se fuese relajando a medida que avanzasen. 

Apenas con un asentimiento le doy la razón a Snow, para que sepa que le he escuchado, pero o salía de allí y comía algo o en pocos minutos iba a ser incapaz de moverme por mí misma y de verdad iba a necesitar que Karl me llevase.

- De acuerdo. Aparte también me gustaría hablar con Parches, como ya le dije antes... Y comprobar una cosa.

¡SI CAMARADA CAPITAN SNOW! rugió el RUSO cuando el mando le dio una orden clara y concisa – y con ello la oportunidad de dejar atrás toda aquella pelea confusa para su entendimiento -.

Por ello, ni lerdo ni perezoso como oso recién despertado de una larga hibernación, salió de la sala junto a los CAMARADAS que tenía el honor de acompañar ahora.

Luego de ponerse los trajes.

SMIRNOFF NO ENTIENDE QUE HA PASADO, medio pregunto, medio afirmo a sus compañeros y a punto de salir para la sección de la nave a la cual se los había enviado. Estaba confundido, lo pensó y por ello, lo dijo.

SMINOFF ESTA CONFUNDIDO.

Unos golpes en la puerta llamaron la atención de Tourvenis. - Soy Molly, ¿puedo pasar? - se escuchó la voz de la doctora. 

Fue fugaz, tan rápido como el aleteo de un colibrí, pero para aquellos que tuviesen la suficiente perspicacia de notarlo el gesto de la nipona había sido claro.

Una sonrisa se había formado en sus finos labios por un instante y al terminar de escuchar a todos.

No objeto nada, ni siquiera a aquellos que le habían atacado directamente. No por ahora, al menos, no allí ni en ese momento.

“El supremo arte de la guerra es someter al enemigo sin luchar”, recordó mientras se cuadraba marcialmente frente al mando superior y luego de tomar su IA personal salía de aquella sala hacia el sitio que se le había designado por el momento.

Ya en su cuarto y tras trabar la puerta para que ningún idiota gaijin ingresara sin golpear se recostó un momento en su camastro de campaña y tras ordenar a su IA que a partir de ese momento lo registrase TODO, abrió una línea privada de comunicación con Anubis a la cual dijo.

¿Cuanto has escuchado de lo que se ha hablado en la sala recientemente?