Partida Rol por web

Puta y perra vida.

Tal y como había vaticinado Mc Griff, los de Operaciones recibieron a Tic tac como un granjero sureño a un pariente no deseado. O a un negro. La verdad es que no había podido pasar de la oficina de seguridad y de aquel androide disfrazado de mujer que parecía controlar los accesos. Lo había probado todo, cada palabra melosa o argumento de su arsenal. Hasta que aquella frígida había pulsado un botón y un Guardia con nanotraje completo le había invitado a salir con el cañón de su reglamentaria por delante.

Puro amor.

Para colmo de males, toda una hilera de oficiales le miraron con curiosidad mientras aquel monstruo de mas de 2 metros le escoltaba hasta la salida por el camino largo, seguramente de manera intencionada para dejarle por idiota. Toda su conversación consistía en "camina basura" y "gira a la derecha escoria". El ultimo empujón para hacerle cruzar la compuerta de salida del complejo era totalmente innecesario. Aceptando el fracaso a pesar de tus buenas intenciones, inicias el camino de vuelta a la sección de barracones.

Y cuando pensabas que el día no podía volverse aún mas interesante...

- Atención - pronunció una voz átona de mujer por los altavoces de megafonía - las secciones Q6, R34, J83, Y9 y Z13 van a comenzar su ciclo semanal de limpieza. Sitúense bajo cobertura o abandonen dichas secciones.

En las brillantes pareces de la estación de maglev, el código Z13 aparecía brillantemente pintado. Me cago en la puta... Piensas en buscar una cafetería hasta que la sección quede despejada y corres por la estación desierta para alcanzar la salida, pero topas con una compuerta sellada. Santa mierda. Los los avisos de megafonía se vuelven mas apremiantes y los paneles del techo, a un buen puñado de metros sobre tu cabeza, comienzan a deslizarse para dejar al descubierto los aspersores. Una cuenta atrás aparece en las holopantallas. Solo puedes intentar ponerte a resguardo en uno de los refugios de limpieza.

Llegas al refugio medio empapado cuando toneladas de agua barren la sección. Sacudes los brazos y te quitas el agua de la cara, convencido de que todo esto es una jodida jugarreta de los de operaciones. Y de repente, te das cuenta de que no estas solo. Un ruido de tacones retumba por encima del sonido de la lluvia artificial. Se acerca con parsimonia, como si no tuviese prisa alguna, hasta que justo frente a ti se detiene una mujer.

Lleva un pesado chubasquero, como los que utilizan los de mantenimiento. Con la capucha echada y la cortina de agua provocada por el ciclo de limpieza, apenas puedes distinguir sus rasgos. Solo unos labios carnosos en los que podría rebotar un obus.

- Hola soldadito. - Dice con una voz algo ronca y un tono juguetón. - Creo que has ido a pedir a Operaciones. Y que te han echado como a un mendigo.

Los ojos de ella brillan divertidos por debajo del borde de esa capucha. Tiene ambas manos en los bolsillos, y en esos bolsillos cabe cualquier cosa. Y de repente te das cuenta de lo solos que estáis.

Había conseguido llegar hasta la oficina de seguridad antes de toparse con el primer problema. Eso había hecho que se hiciese unas ilusiones que se estrellaron contra el suelo en cuanto la mujer-androide pulsó el botón. Había probado a ser formal, ser informal e incluso flirtear pero nada había funcionado. 

Cuando el soldado de dos metros con nanotraje completo le invitó a marcharse Tic-Tac no se resistió. Le dijo varias veces que no hacía falta el paseíto, que se iba el solo pero no le había hecho caso. El ver como todos los oficiales que había en la sala le miraban con curiosidad mientras el otro le humillaba un poco le hizo sentir algo de rabia pero se le pasó enseguida. Nada podía hacer para salir de esa situación que no la empeorase así que se limitó a andar firme mientras hacía un saludo hacia los oficiales. 

En el pasillo las cosas no mejoraron. Le había tocado una zona que iba a ser limpiada. Corrió hacia la salida en busca de una cafetería pero las compuertas estaban cerradas. Había golpeado la compuerta con la mano y nada así que corrió como pollo sin cabeza hasta que vio un refugio de limpieza. Eso tendría que valer.

Llegó calado hasta los huesos y resoplando por la carrera. Cuando se lo contase a los chicos se iban a echar unas buenas risas, iba a ser una historia que contar en la taberna durante al menos un par de semanas. Estaba secándose como podía cuando oyó unos pasos que llegaban al refugio. Tacones. Aquello si que era raro.

Cuando se giró a ver quien le acompañaba vio una mujer salir de entre la lluvia ataviada con un verdadero chubasquero. Estaba intentando ver más allá de la capucha cuando la mujer habló. 

El americano se quedó un momento parado sin saber como reaccionar y luego dijo. - ¿Que pasa que ha salido en la televisión o qué? Te advierto que si vienes a reírte de mi tendrás que invitarme a un cerveza tan pronto como salgamos de esta lavadora gigante. - dijo el soldado riendo. - Soy Tic-Tac, aunque algo me dice que ya sabías eso. - se presentó tendiendo la mano hacia la mujer.

Ella sonríe. No hace ningún ademán de tomar tu mano, sigue con las suyas en los bolsillos, quieta como una estatua debajo de la lluvia artificial.

- No pareces asustado ni preocupado soldadito. Y no se si eso es bueno o es malo. - Habla con el tono justo para que puedas escucharla por encima del tronar del ciclo de limpieza. - Me pregunto si es que estas acostumbrado a que las chicas se te acerquen en lugares solitarios y oscuros...

Saca, muy despacio, una mano del interior del abrigo. Es una mano fina, delgada, de uñas cuidadas lacadas en negro mate, como si fueran de fibra de carbono. Sobre la palma, brilla una unidad de datos.

- A mi me llaman Susurro. Y se muchas cosas. Como a donde os mandan a morir a tus compañeros y a ti. ¿Te gustaría saberlo, Tic tac? ¿Puedes pagar el precio? Solo quiero de ti un pequeño favor.

Trabajo con bombas, caperucita. - dijo el soldado encogiéndose de hombros con una sonrisa divertida. - Si se notase cuando estoy preocupado o asustado no sería bueno en mi trabajo. - añadió algo más serio. - Pero las chicas también se me acercan en lugares oscuros. - añadió recuperando la sonrisa. 

Escucha, toda esa postura queda genial. Ya sabes, la postura de estatua bajo la lluvia como si no te importase la lluvia... Hasta el nombre tiene garra. - señaló el americano mientras señalaba con las manos. - Pero déjate de postureo y cúbrete de la lluvia anda. Aquí no hay cámaras y podremos hablar más cómodamente. No es un elegante café francés pero te tendrá que bastar. - y dicho eso se alejó un paso y la invitó a entrar con él. 

- Que caballeroso, soldadito. - Dice con dulce ironía. Habla con frases cortas, incisivas. - El ciclo de limpieza tiene ciertas ventajas. Que se acaban cuando finaliza. Y yo desapareceré antes de que eso suceda. Digamos que no tienes que preocuparte por las cámaras. De momento. No des por sentado donde hay o no vigilancia soldadito. No tienes ni idea. El tiempo se nos termina, Tic tac. Un favor futuro por este módulo de datos. Piensa en mi como si fuera una bomba. Y decide rápido que cable cortar.

Supongo que me habrás traído algo más que una información que me van a dar gratis dentro de dos días. ¿Me equivoco, Caperucita? - preguntó Tic-Tac encogiendo un momento los ojos pero sin perder la actitud graciosa que le caracteriza. - Un favor futuro a cambio de un información que voy a conseguir gratis no es un buen trato. Seguro que puedes hacerlo mejor, Susurros. ¿Qué más tienes oculto en tu cestita, Caperucita? - le preguntó mientras volvía a acercarse para poder hablar sin gritar. 

Cuando das un paso adelante, del bolsillo que aún tiene una mano dentro sale un chasquido metálico adecuadamente convincente. Puede que sea un mechero. O puede ser el seguro de un arma.

- Quédate donde estas soldadito. No me gusta que me agobien en la primera cita. - Dice con frialdad. Su sonrisa se ha evaporado. - Esos dos días son precisamente lo que hace valioso este módulo de datos. ¿Crees que te contarán todo lo que debes saber? ¿Crees que cuando te lo cuenten podrás prepararte para ello? Entonces eres bastante menos listo de lo que pensaba. Y yo no hago tratos con tontos. Disfruta de estos dos días, Tic tac. Puede que sean los últimos.

Da dos pasos atrás, sin perderte de vista, y se gira haciendo ademán de marcharse.

¿Pensabas que iba a aceptar sin probar a ver si conseguía sacarte algo más? - preguntó el afroamericano sin perder la sonrisa ni amedrentarse ante el sonido del arma pero manteniendo la distancia. - Sabes tan bien como yo que tenía que probar suerte. Trae eso anda, que se va a mojar. - le dijo antes de que se marchase. 

No me gusta trabajar así, pero si esto es bueno tal vez podamos hacer algo más juntos. Tenía pensado intentar conseguir algo de material extraoficial. Si te interesa pásate esta noche por la cantina B y tomaremos algo. Nada de negocios, la cantina no es un buen sitio, una cerveza y ya pondremos otra cita. Sin tanta agua a poder ser, eh Caperucita. - bromeó Tic Tac mientras esperaba que le diese el módulo de datos y respondiese.

Ella se detiene. No tienes claro si duda o si sencillamente estudia sus opciones. Finalmente te lanza el módulo de datos a la pechera, y lo agarras en el aire como buenamente puedes.

- Eres majo. - Dice con sencillez. Sin embargo, no ha vuelto a sonreír. Eso que suena en su voz es... ¿pena? - Espero que tu pelotón dure mas que vuestros predecesores.

El sonido de un maglev acercándose sube por encima del ruido del ciclo de limpieza.

- Ahí viene tu tren soldadito. Volveremos a hablar muy pronto. Tranquilo, yo te encontraré a ti.

Otro chasquido resuena en su bolsillo y de repente, todas las luces, las pantallas, e incluso los aspersores de mantenimiento se detienen, dejando paso solo a una densa oscuridad y al tronar de los vagones magnéticos arcercándose por el tubo neumático.

Aléjate del lobo, caperucita. - dijo cuando la mujer desapareció entre las sombras.
Aquel invento había dejado fritos los sistemas del sector. Hacerse con uno seria utilísimo en alguna ocasión pero ahora tenía que coger un tren y buscar una forma segura de ver el contenido de ese módulo de datos.
Espero a que pasasen a por el para irse de allá en dirección a su barracon donde buscaría una forma de ver eso sin que todas las IA del dominio se enterasen.
En cuanto llegó, desconectó el Pad de la red de la nave. No la necesitaría para ver el contenido de aquel módulo de datos. Luego intento apagar la IA que le seguía a todas partes para poder ver el archivo sin que nadie más lo viese. Si alguien mirase tan solo vería una desconexion de esa sala de la red.

Tic-Tac llegó a su cuarto sin ningún problema, cogió su pad personal en el que hacía sus practicas de seguridad informática y se encerró en uno de los baños comunes de la nave. Cualquier que lo viese parecería que estaba usando el retrete mientras él trabajaba dentro con la relativa seguridad de que no había ninguna cámara allí. 

Lo primero que hizo una vez estaba seguro de que nadie podía verle fue examinar el módulo de datos en busca de cualquier triquiñuela o perrería que la mujer pensase hacerle. Luego disfrutaría de la información pero primero debía estar seguro de eso. 

Usando las herramientas de las que dispones en tu pad, haces un análisis del módulo de datos cuidando que el tráfico sea unidireccional. Es una pena tener que hacerlo con herramientas manuales, a la antigua y sin todo el arsenal del que dispone tu IA, pero haces el trabajo a conciencia y... BINGO.

Tal y como tu esperabas, hay un bicho dentro del módulo. Uno relativamente facil de encontrar, casi de aficicionados, aunque su código es flamante. Una puerta trasera para colarse en tu sistema. Casi te das por satisfecho, casi. Y cuando te dispones a borrarlo, ves algo raro en tus lecturas de diagnóstico. Ese cacharro estaba mojada y claramente es un chisme muy usado. Sin embargo tu análisis indica que funciona como si fuera nuevo, DEMASIADO bien. Mosqueado, te metes mas a fondo, analizando incluso las capas en las que se encuentran las tablas de partición y cifrado.

Y joder, lo que encuentras es una puta Mona Lisa. No tienes ni idea de lo que es, no lo puedes identificar, pero hay algo mucho mas chungo que un bicho agarrado a los datos como una garrapata justo por debajo del código base, agazapado como si esperase que conectes el módulo para saltar. Desde luego es algo que no quieres en tu sistema personal. Esta claro que el primer bicho solo estaba ahí para generarte una falsa sensación de seguridad. Esto otro es mucho, mucho mas complejo de lo que tu puedes manejar solo con tu pad y tus herramientas manuales. Si intentas sacar los datos, esa cosa despertará y seguramente para nada bueno..