Partida Rol por web

Salís a la calle, en realidad al espacio que hay entre los edificios del polígono, uno de los cuales es el propio centrod e formación, pero hay bastantes más alrededor. Ya es de noche y sólo os alumbran las farolas. De momento, parece que sois las únicas que habéis salido a la calle a fumar.

Atisba los alrededores. Nadie. Cierra su campera negra y bosteza aburrida. Está refrescando. Observa a Sara a través de las volutas de humo. Este finde pasan Smoking Room, un amigo me regaló un par de entradas. Iba invitarlo a mi viejo pero... Sonríe pícara y pone los ojos en blanco. Tiene un cita. ¿Quieres venir a verla? Ni idea de qué trata...

Sara sonríe de medio lado a través del cigarrillo.

Claro. Mira hacia la puerta y después hacia lo lejos en la carretera, buscando el minibús. Miro un ratito a Sol, pensativa,

¿Qué le pasaría a la Paloduro? Menuda voz ha soltado, la tía...

Suelta una larga bocanada de humo y sonríe de costado mientras observa hacia la calle por donde llegaría el micro.

Pues, nada, se peleó con el novio, supongo. ¿No dicen que se puso de novia? Mira a Sara y arquea las cejas. No me imagino al tipo... Se rie a carcajadas. Deberíamos hacerle gancho con Israel, que tipo ese... Si vuelve otro día me encargo de eso. Menea la cabeza. Cuando llegue el micro le preguntamos... si no se larga a llorar. No creo que sea nada grave. Los hombres van y vienen, hay que tratarlos mal y regresan como perritos falderos.

Suspira y lanza una última bocanada de humo. En fin...

Me quedo un buen rato mirando a Sol, en silencio, pensando en lo que acaba de decir. Al rato sonrío, Menudo tío, mira que venir a contarnos esas historias a nosotros... espero que al menos le paguen algo por el viaje, tuerzo una sonrisa. Miro a la puerta No sale la gente, ¿estará dándoles la charla?, suelto una carcajadilla, pensando en la idea del pobre muchacho hablando sólo frente a la horda de alumnos de módulo.

No lo creo, si apenas puede enhebrar dos palabras el pobre. Se encorva levemente, esboza una sonrisa bobalicona y una mirada tímida y huidiza. No-o, si yo-o... Imitando exageradamente el tartamudeo de Israel. Os p-pido pe-perdón... Bu-bueno, mirad que-que no hay necesidad... Noo, si yo-o...Echa la cabeza hacia atrás y se rie a carcajadas. Qué tipo.

Observa el reloj, 7:58 PM. De una, que ya llega el micro, espero que no se retrase.

Palmea el hombro de Sara y sonríe. Vamos a ver qué pasa allá.

Me río con la broma. Vennnga, digo un poco perezosa. Apago el cigarrillo en la pared y lo tiro a una papelera cercana.

Cuando os dirijís hacia el edificio, una puerta lateral, alejada de vosotras por una veintena de metros se abre de golpe y Raúl sale al exterior, corriendo. Tras miraros un segundo, ¡echa a correr hacia la carretera!

Mientras camina junto a Sara, Sol se coloca los auriculares para escuchar un poco de música. Está en eso, cuando su mirada se cruza, brevemente, con la de Raúl que se echa a correr. ¿Pero qué mierd..? ¿Qué carajo le pasa a este chico? Dirige una rápida mirada a su compañera, luego la vuelve hacia Raúl que corre por la carretera. ¿Qué mierda pasa? Observa la puerta lateral por donde salió Raúl y un irrefrenable impulso la lleva a correr hasta allí.

¡VAMOS!, corre sin esperar la reacción de Sara.

¡¡¿Pero qué haces?!!, echo a correr detrás de Sol más que detrás de Raúl, aunque le miro en la distancia. ¡Raúl, capullo, para!. Me enfado un poco con la situación, así que reduzco el paso y vigilo bien los coches que pudieran pasar por allí.

Raul se vuelve al escuchar el grito de Sara, distracción que casi le hace entrar en la carretera sin mirar. Pero reacciona a tiempo y se queda en el arcén, por el que empieza a caminar cabizbajo tan rápido como puede en dirección a la ciudad.

Cuando llegáis a la puerta lateral y la abrís, veis un pasillo largo al final del cual hay luz. Lo reconocéis como el que da a un hall anexo al salón de actos en el que hay una máquina de refrescos. Allí junto a ella veis a varias personas. Dos de ellas están abrazadas la una a la otra, una tercera habla por teléfono y la cuarta está arrodillada en el suelo, aparentemente atendiendo a una más que está tumbada. Sólo atisbáis sus figuras troqueladas por la luz, no sabéis quién es quién.

Se detiene un minuto a contemplar la escena.

Pero... ¿Qué mierda pasó acá? Entorna los ojos e intenta distinguir las siluetas, no hay caso, el contraluz lo impide. Duda un momento, se muerde los labios nerviosa y, luego de echarle una breve mirada a Sara que se asoma al resquicio de la puerta, camina con paso veloz por el largo pasillo.

¿Qué ha sucedido? ¿Necesitan ayuda?

Me quedo en la puerta... si ha ocurrido algo, sea lo que sea, no quiero estar involucrada lo más mínimo. Grito a Raúl, alejándome un poco de la puerta, ¡¿Dónde vas?! Espérate al micro, ¿no?, me vuelvo a acercar a la puerta y escudriño desde lejos, ¡Sol! ¿Qué ha pasado?, no sé muy bien qué hacer... sólo que prefiero estar apartada.

Raul se vuelve un momento. Parece deseoso de quedarse a explicarse, pero también parece que, sea lo que sea que ha pasado, es demasiado grave para explicarlo..

Ni la más p...álida idea. Voy a averiguarlo, le responde Sol a Sara con un leve tono de fastidio mientras se acerca al grupo que se ve al fondo.

Pienso durante una fracción de segundo. Miro hacia el interior de la puerta, miro hacia Raúl... Intento convencerle de que me cuente qué ha pasado, actuando como consejera o... qué sé yo... Por dios... ¿qué has hecho?, le miro un poco asustada.