Partida Rol por web

Aquel día, los internados del orfanato se preparan para una excursión al acuario.

Allí estaba Liby, la niña más popular de la institución, intentando animar a todos, como siempre lo hacía.

-¡Que bien! ¡Hoy es el día! Hoy vamos al acuario. No puedo esperar para ver el espectáculo de piratas.

Marvin, el nerd del grupo también tenía sus… planes.

-¡Que emoción! Ya conseguí una libreta para anotar todos los datos científicos que nos de el guía. Seré un experto en vida marina. ¡Y cuando sea grande voy a ser biólogo marino!

Mientras que Diego, el deportista empedernido, se inclinaba más hacia la acción.

-Yo voy a tratar de impresionar a un delfín con mis jueguitos con la pelota, como hizo esa chica del video de youtube. ¿Lo vieron? Es ese video que la chica hace una pirueta en el acuario y un delfín la ve por una ventana que da al tanque. Y el delfín pone cara de “oh, no sabía que un humano podía hacer eso”

Florencia era la niña mimada. Sus padres la habían criado así y el personal del orfanato intento mantener las cosas como eran para suavizar el trauma. Tal vez no fue buena idea.

-¿Ay pero que tontería es esa? Los delfines están para hacer piruetas para nosotros, no al revés. Yo sólamente quiero ver un buen espectáculo de delfines.

Fernando, el bully del grupo, siempre con su interpretación tan particular de las cosas.

-Los delfines son para maricones. Yo quiero ver a una orca. ¿Vieron ese video donde la orca mata a un lobo marino y luego juega con el cadáver? ¡Eso es un animal con actitud!

Fabiana no decía nada, estaba muy ocupada confeccionando un cartel que decía “los animales deben estar en el mar”

El pobre de Tomás sufría de autismo. No socializaba mucho con nadie, pero los animales, especialmente los delfines, parecían tener la habilidad de conectarlo con la realidad otra vez.

-Oh, los delfines… que lindos son los delfines… me gusta mirar los delfines...

Lily (o Lilith, como le gustaba que la llamen) tenía sus propias ideas sobre la diversión y no estaba muy feliz.

-Ay, por favor. ¿Cómo puede gustarles ese acuario? Esta lleno de niños corriendo y gritando por todos lados. ¡Que escándalo!

-¿A quien le importan los delfines? ¡Diana Ross va a estar firmando autógrafos! Ya tengo su último disco. Voy a llevarlo para que me lo firme y voy a sacarme una foto con ella y voy a decilre que es una genia y… y… y…

Tony, como siempre, sólo pensaba en comer.

-Yo voy a comprarme una golosina en cada puesto que encuentre.

Ricardo tenia la fantasía de que sus padres habían sido millonarios. Obviamente, el no estaria aqui si sus padres hubieran tenido dinero. Pero dadas las circunstancias, todo el mundo le seguía la corriente.

-Yo voy a tratar de memorizar todo lo que vea. Cuando sea grande voy a construir mi propio acuario.

Charly no parecía muy interesado en estas cosas.

-Lo que sea con tal de no tener que ir a la escuela -dijo con su acostumbrada apatía.

Maggie permanecía cerca de su hermana. La algarabía de todos le llamaba poderosamente la atención.

-Oye Simmone. ¿Por que están todos tan contentos? ¿Tan bueno es ese acuario? ¿Has ido alguna vez?

Luego estaban las gemelas, que se la pasaban conversando y jugando entre ellas.

No parecía interesarles demasiado las opiniones de los demás.

       - Suena muy bien Diego, pero creo que sería mejor que te fueras con mas cuidado ... pero si se da lo de la pelota me agradaría participar! -    Dijo Simone al escuchar lo dicho por el chico deportista y se imaginó la escena, hasta que su hermanita la saco de la fantasía y se giró para responder le:  

       - Una vez muy chica nos llevaron nuestros papás, tu ibas en la carreola entonces yo recuerdo que me divertí mucho! -    Dijo la niña antes de abrazar a su hermanita con cariño! 

Todos estaban muy emocionados por lo que debia ser una salida memorable y yo sin embargo no tenia intenciones de disfrutarla. Aun no entendia de que iba realmente y como no conocia que podia pensar sobre aquello.

Mi mente estaba algo perturbada por el recuerdo de ese extraño sueño que me dejo algo intimidada y nerviosa. 

Alguien se me acerco para hacer algun comentario y sin mirarle solo levante los hombros. Realmente me daba igual. 

Habia un par de niñas de color que me eran extrañas realmente. Ya habia aprendido que ellos existian, incluso habia visto pelirrojos antes y se me hacian graciosos, pero estas niñas de color eran extrañas. Su cabello era diferente aunque parecian divertidas. 

Extrañaba a mis padres y aunque estaba rodeada de gente, realmente me sentia muy sola. Asi que me limite a ver por la ventana hasta que algo mas ocurriese sin darle importancia a nada a mi alrededor.

Al igual que le sucedía a Charly, uno de mis compañeros del orfanato, no me entusiasmaba especialmente tener que ir a ver delfines, aunque cualquier excusa era buena mientras no tuviéramos que acudir a la escuela para aprender.

Los delfines eran seres extraños. Las señoritas del orfanato decían que eran mamíferos, como los perros y los gatos, solo que sabían respirar debajo del mar. Pero no tenía mucho sentido, su aspecto era similar al de los peces. Mi papá siempre me había dicho que los delfines eran peces también, aunque mi papá no era muy listo, claro, por lo que es probable que se equivocara.

-¡¡Bien!! ¡¡Delfines!! -exclamé, de manera un tanto artificial, uniéndome a los ánimos de mis compañeros.