Partida Rol por web

Aquello momento fueron atemorizantes, escuche a mis compañeros atras sin realmente entender sus palabras. Tenia miedo, pero mas miedo tenia de tener que proteger a Maggie. Sabia que no resistiria otro golpe como aquel que me lanzo contra la pared momentos atras pero no la dejaria sola, no podia abandonar a la niña.

- Alejate mamá, vete de aqui, tu no eres mala, tu no eres así.... grite a la criatura mientras le apuntaba con el destonillador y protegia a Maggie con mi cuerpo.

Las lagrimas humedecieron mis ojos y trate de no mirarla, no era justo que ella se hubiese convertido en esas cosas horribles, no podia creerlo.

Tal como imaginaba, Simone logró derrotar a esa cosa con pura fuerza de voluntad. Marcos le lanzó una mirada al monstruo que Marvin llamaba padre, pero poco podía hacer si el mismo chico no ayudaba. Imaginaba que esas cosas eran mas vulnerables si sus propios hijos les enfrentaban. Así que se concentró en ayudar a Brianna, quien parecía desesperada por interponerse entre ese ser y la hermanita de Simone. Esa niña demostraba mas valentía en cada oportunidad.

-¡Oh, no! ¡Me vencieron! Perdóneme, niña Carlota...

Y con estas palabras el espíritu se desvaneció, dejando el camino libre hacia la iglesia.

Al entrar en la iglesia la encontraron llena de gente. Estaba el padre Benito, el papá de Carlota, al que reconocieron por sus retratos en su casa, y otros habitantes del pueblo. Todo el mundo les daba la espalda. Encendían velas y pronunciaban extraños cánticos. El papá de Carlota presentaba una gran espada ante el altar. Sobre el altar, flotando en el aire, Carlota observaba toda la escena. Su cabeza flotaba más arriba, totalmente separada de su cuerpo. Entonces Carlota vio a los niños, levantó su mano para señalarlos. Todos los asistentes a la macabra ceremonia se dieron vuelta lentamente. Entonces notaron la sangre que brotaba de sus cuentas vacías. La ausencia de ojos, sinembargo, no parecía ser problema para ellos, ya que notaron en seguida a los niños y comenzaron a caminar lentamente hacia ellos.

Con la destrucción del espectro de la madre de Brianna, conseguimos llegar hasta la iglesia del pueblo.

En ese momento, me quedé boquiabierto al comprender el mensaje que habíamos encontrado en el baúl: Todos estaban en la iglesia. Todos los habitantes del pueblo, ahora muertos, aunque parecía que Carlota les había insuflado vida de alguna forma. El espíritu de la niña también se encontraba allí, flotando sobre el altar, decapitada y con la cabeza separada del cuerpo.

Carlota nos señaló y, de pronto, todos los pueblerinos miraban en nuestra dirección. Por fortuna, avanzaban de manera lenta, por lo que quizá no nos costase demasiado esquivarlos.

-La muñeca, Marcos -le dije a mi amigo, recordando la muñeca que habíamos encontrado en la casa de Carlota-. Olvidaros todos de los muertos, como si no existieran. Echemos a correr hacia el altar y entreguémosle la muñeca a Carlota. Es lo único que la calmará. Solo es una niña como nosotros a la que unos adultos malos le hicieron daño porque no la entendían. -señalé el cuerpo de Carlota, que parecía haber sido decapitada-. Si hay algo que pueda tranquilizar a Carlota, es esta muñeca.

Agarré a la muñeca de un brazo, esperando que Marcos la sujetara por el otro.

-A la de tres, corremos todo lo rápido que podamos hasta el altar -propuse, sabiendo que al menos contaría con el apoyo de Marcos y Simone para derrotar a Carlota. Brianna no parecía saber qué hacer desde el cementerio-. Espero que esto funcione...

Acto seguido, queriendo captar la atención de Carlota, levanto la muñeca con una mano.

-¡Carlota! ¡Tenemos un juguete para ti! -exclamé.

Viendo que la muñeca podria ser nuestra unica salvacion me quede cerca de Oscar sin descuidar a Maggie. Si saliamos corriendo para despistar a esas criaturas seria una carrera muy rapida pero estaba lista para ello.

Marcos se sentía exhausto, como si todo su cuerpo le doliera y su mente trabajase de forma más lenta. Por primera vez en su vida, creía que, si lo necesitara, no podría luchar contra lo que fuera que hubiera detrás de esas enormes puertas. Pero de todos modos avanzó con sus compañeros, solo para encontrarse con un nuevo horror. Tanto Carlota como todos los habitantes del pueblo, lucían horrorosos. La niña estaba en peor estado, pues flotaba y su cabeza lo hacía un par de centímetros más arriba. Todos se giraron hacia ellos a una señal de la niña, con todas las intenciones de atraparles. Eran muchos y costaría bastante luchar o enfrentárseles. Oscar le sacó de sus pensamientos, haciéndole recordar la muñeca.

-Podemos hacerlo- dijo Marcos entregando la muñeca al otro niño. Seguramente se les echarían encima una vez que empezaran a avanzar, pero estaba dispuesto a hacer de protector de los más jóvenes, para que lograran llegar hasta Carlota-. Vamos…

           - !Dios mío!   !Carlota es realmente temible!   Pero el resto ... ¿Son fantasmas, zombies o maniquíes? -     Grito evidentemente asustada Simone pero después de la primer reacción natural la niña apretó los puños y los dientes para enfrentar su miedo, respiró hondo y trató de concentrarse mientras que escuchaba y miraba de reojo la reacción de los otros chicos y después de cruzar por un momento la mirada con Maggie, se le acercó para abrazar la antes de susurrar le:

           - Mantente junto con Brianna y Oscar hermanita, mientras que Marcos y yo trataremos de cubrirles el paso, por favor toma con cuidado este cuchillo y úsalo con valentía si es necesario -    Le entregó el cuchillo que había recogido antes y se despidió de ella y el par de chicos antes de regresar cerca de Marcos para tratar de abrir les paso hacia Carlota usando su improvisado lanzallamas casero contra todo aquel que se les acercara por el otro costado que no cubría el chico que le había impresionado casi toda la noche por su valentía, aunque realmente entendía que todos habían sido valientes 

Simone le entregó su cuchillo a la pequeña Maggie y con un beso en la frente, se despidió de ella, acaso creyendo que podría ser la última vez que la veía. Luego ella y Marcos se dividieron, causando confusión entre los pueblerinos que no sabían a cual de los dos perseguir. Así, Marcos, Oscar, Brianna y Maggie llegaron hasta el altar y le ofrecieron la misteriosa muñeca al horrendo fantasma de Carlota.

Al ver la muñeca, el rostro de Carlota cambió por completo. Parecía estar recuperando su humanidad. 

-¿Molly? ¿Eres tú? -dijo mirando a la muñeca- Oh, Molly ¿Como pude olvidarte? -Se acercó flotando hacia la muñeca, lo que hizo que por un momento los niños temieran que les hiciera daño, pero Carlota los ignoró y se limitó a tomar la muñeca- Yo… ¿Que he hecho? -dijo mientras se elevaba sobre el altar abrazando fuertemente a Molly- No, ya no más. Ya no quiero matar...

Y con estas palabras, Carlota se desvaneció. Entonces, una luz cegadora lo inundó todo y los niños perdieron el conocimiento.