Partida Rol por web

Cuando yo bajé no había nadie ... o eso creo.

Quédense aquí. - Sam saca su arma - Si escuchan un disparo, arranquen el coche y vayan a la estación de policia.-Sam le entrega las llaves de su coche a Orson. -Si soy yo el que ha disparado, los iré a buscar a la estación, si no...no podrán hacer nada contra un arma de fuego. Mejor vayan al coche y dirijanse a la estación de policía. - Sam se gira y se dirige a la habitación del ventanuco.

¡Ni hablar! contesta Fulga ofendida.

De ninguna forma vamos a dejarle ir ahí solo. Además, lo que el chico cuenta suena como a un lugar de culto, y necesitara mi valioso consejo.

Orson asiente demostrando estar de acuerdo con Fulga. "Además Sam, si te disparan querrás tenerme cerca. Lo mejor será que vayas delante ya que tienes un arma y el resto detrás. Chico, tu espera aquí." dice el médico, girándose hacia el muchacho, "ya sabemos que has entrado antes, pero no quisiera ponerte en peligro y, además, estaría bien que alguien se quedara cubriéndonos la retarguardia y avisara si aparece alguien". 

James abre la boca como si fuera a decir algo, pero termina cerrándola y asiente.

Los tres adultos llegan al ventanuco y, antes de nada, echan un vistazo. La sala está oscura, pero parece estar vacía.

Ahora son conscientes de un problema obvio: la ventana fue de sobra amplia para el niño, pero para un tipo grande como Sam...

El detective pasa, no sin muchas dificultades. Al apretujarse y retorcerse acaba pisando un barril justo debajo y, cuando el barril vuelca, se da un buen golpe al caer. Todos esperan que el ruido no haya alertado a nadie. Fulga y Orson consiguen pasar con poca comodidad pero sin problemas.

La sala es amplia, circular  y oscura. Hay cuatro velas en las esquinas, pero están apagadas y la única luz es la que procede del ventanuco. El techo es demasiado alto como para que se pueda ver bien con luz tan escasa, lo que crea una extraña sensación. Casi podrían creer estár al aire libre, de no ser por el aire cargado y la sensación de presión de las paredes.

Tres columnas interrumpen la monotonía, sin ningún orden lógico. A la izquierda hay una especie de mesa de piedra y junto a ella hay unos barriles y cajas de madera que parecen vacíos. A la derecha, la pared luce el símbolo hecho con triángulos cruzados, el del diario de Connors. Debajo del símbolo hay una palangana muy sucia. En el suelo hay incrustadas piedras preciosas verdes, aunque faltan unas pocas.

No hay puerta visible en toda la sala, y eso resulta a la vez extraño e inquietante.

-De acuerdo, parece que estamos solos.-dice Sam mientras examina los barriles y cajas. -Además, no creo que vaya a entrar nadie, no veo ninguna salida. -entonces Sam se percata de las piedras del suelo y los agujeros restantes. -Eso parece una especie de interruptor de presión, como en las películas. Esta gente está chiflada...

Spade se acerca a la palangana y trata de discernir qué es la mugre que la recubre.-Señorita Fulga, ¿reconoce algo?

Pues reconocer... no, pero... ¿no es fabuloso?

La vidente mira a su alrededor como si fuera un niño en una tienda de juguetes.

Es un templo, una capilla, el equivalente para la cultura de la que venga ese símbolo. Es a lo que me refería con un foco. Yo...

Piensa un momento antes de decir, con los ojos brillantes de emoción:

Podríamos intentar "contactar", como en la casa de la viuda Hicks. Este sitio es como un imán para energías del otro mundo.

Sam apostaría su pistola a que lo que tiene la palangana es sangre seca. Sangre coagulada, de hace unos días como mínimo.

Orson se paseaba por la habitación mirando cada detalle. Cuando escucha la proposición de Fulga mira a Sam esperando su reacción. No es un hombre creyente, y menos aún en esos cuentos de contactar con espíritus, pero llegados a esas alturas de la aventura ya nada le sorprendía y no le importaba intentar algo nuevo.  "¿Que opinas Sam?". 

Orson se consideraba así mismo una persona decidida y con iniciativa, pero a lo largo de los acontecimientos, comienza a adquirir una actitud más conservadora, prefiriendo que sean otros los que tomen las decisiones, sobre todo en momentos tan inusuales y poco convincente como "contactar con los espíritus", algo que estaba seguro que no iba a funcionar, pero que le divertía el hecho de pensar en como se las ingeniaría la adivina para tal interpretación. 

Sam mira a Orson, luego a Fulga y tras un gran suspiro dice -Qué demonios, ya estamos aquí...

-No se moleste señorita Fulga, pero no creo que consigamos nada con ello. -Le comenta Sam a la vidente.- Esta gente está chiflada y necesita usar estos "trucos mágicos" para que otros hagan el trabajo sucio. ¿Ve eso de ahí? -dice señalando la palangana.- Es sangre. Toda esta parafernalia lo único que hace es volver a la gente paranoica y hacerles dejar a un lado el sentido común. 

Habiendo expuesto sus ideas Sam concluye diciendo: -Si no conseguimos resultados en un "foco" como este, no espere que vuelva a tener en cuenta este tipo de sugerencias.

Sam había sido respetuoso con las creencias de los otros, pero ahora que esas creencias intentaban matarle no estaba dispuesto a seguir respetándolas. Ese tipo de ideas matan gente por cuestiones estúpidas. Todo tiene explicación. Él, como investigador privado, lo sabe mejor que nadie.

James da pasos de un lado al otro junto al hueco, saltando ante el mínimo ruido, alguna vez el viento y otra una rata. Al poco decide sentarse junto al hueco, vigilando mientras intenta escuchar lo que pasa abajo.

Su falta de fe resulta molesta... contesta simplemente Fulga.

Sin embargo parece de buen humor con la oportunidad de realizar espiritismo en este lugar.

Fulga da las mismas instrucciones que en casa de la viuda, prescindiendo de la mesa, velas y algunos otros detalles. En este entorno, no hace falta luz de velas para dar ambiente de espiritismo; la semioscuridad, el olor a sangre y el inmenso símbolo grabado en la pared ya espolean bastante la imaginación.

Nadie resulta impresionado por los primeros minutos de "interpretación" de Fulga. Desde luego la mujer tiene un don para el drama, pero poco más.

Entonces, algo cambia. La primera señal es que la vidente, que hasta entonces parecía estar divirtiéndose con la experiencia, de repente muestra una expresión de miedo en su cara. La sala parece muy fría, aunque nadie lo había notado hasta ahora. Una voz sobresalta a los cuatro presentes en la invocación. Aunque el idioma es desconocido, todos entienden el significado, porque la voz no es escuchada con los oídos, sino que entra directamente en la cabeza de cada uno.

"No está muerto lo que yace eternamente, y con los extraños eones incluso la muerte puede morir".

Cuando todo termina, Fulga mira horrorizada a los otros.

¿Han oído...? ¿Han sentido eso?

Su expresión es del terror más absoluto.

Vi un laboratorio sin ventanas. Camillas, sangre...

La medium rompe a llorar.

-¿Qué diablos?...-Sam comienza a buscar un altavoz, un walkie-talkie, algún punto desde el que localizar esa voz. Pero...eso no explicaría por qué había entendido ese extraño idioma...

-"No está muerto lo que yace eternamente, y con los extraños eones incluso la muerte puede morir".-susurra Spade a la vez que se envuelve en sus pensamientos tratando de entender el significado de la frase.

James abre bien los ojos y se inclina hacia el hueco

¿Quién ha dicho eso? ¿Quién está ahí con ustedes?

Orson se levanta tras escuchar esas palabras y ayuda a Sam a buscar algún altavoz o algo. Al oír al muchacho se gira hacia él y le pregunta "¿Has visto a alguien acercarse?". 

James se gira y mira hacia su espalda, sabe a ciencia cierta que ahí no ha estado nadie, él mismo ha estado vigilando, pero aun así el escalofrío que le recorrió la espalda le obligó a mirar y sin apartar la mirada contesta

Aquí arriba no hay nadie