Partida Rol por web

El hechicero se dirige hacia el cobertizo donde iban a dormir, estaba contento por haber ayudado al conde y al ver las peripecias del mediano y la cabra salio el niño que había en él.
Oye Menzo podrías darla una honda y enseñarla a que dispare como tu, ¿puedes hacerlo? eh ¿Menzo puedes?
el joven corre alrededor de Menzo y de la cabra.
nunca he visto a una cabra con una honda, ¡¡estaría fenomenal!!
Dramir parece que se siente bien en este momento, por fin a podido quitarse todas las responsabilidades que tiene y divertirse durante un rato

¡JAJAJA Dramir, podrá hacer todo lo que me proponga, hasta disparar...el problema que va a tener va a ser para apuntar que con esos ojos uno para cada lado, no sabremos para donde van a salir las balas! -Contestó Menzo contagiado por la alegria del hechicero. Después miró al resto que hablaban como repartir el botín. Se acercó y se junto al grupo. -Se queda en poco cuando hay que dividir ¿verdad? Tanto esfuerzo y a riesgo de perder la vida...se queda en poco. Si deseais vender esta honda mágica, se vende, pero creo que voy afinando mucho mi puntería últimamente y creo que todos vimos como el oso-lechuza rugía de dolor al recibir los impactos de bala...creo que puedo darle un buen uso, pero no quiero que nadie se quede sin una suculenta recompensa.

- Alto, quién habló de vender el dardo, a mi no me apasiona utilizar ese objeto cargado con un hechizo que puede saltarme en plena cara, pero seguro que cualquiera de vosotros tiene buena mañana para lanzarlo y hacer buen uso de él.- Mirando al resto, Rakas recordó su primer reparto y la agria discusión que había surgido, esperaba que en esta ocasión todo fuera más sencillo.

-Menzo esa honda es tuya, sería estúpido desperdiciar algo así por sacar unas monedas más de oro, como demostraste es mucho más útil para nosotros en tus manos que en las de un mercader, saben los dioses los que habría ocurrido si tardamos más en deshacernos del Oso Lechuza. Que cada uno vea lo que necesita y le venga bien, el resto lo venderemos y como dijimos en su momento repartiremos las monedas entre los que no cojan nada.

El bárbaro espero a que sus compañeros se equipasen, cuanto mejor equipo tuvieran todos, mejor podrían ayudarse. Cogió algunos objetos entre sus manos pero no encontró ninguno que le interesara, y apartó con precaución y casi temor el dardo tras echarle un vistazo rápido.

- Aun queda el tema de cuanto debemos pagarle a Dramir por acompañarnos y guiarnos, yo creo que trescientas monedas oro es una buena suma por sus servicios, por supuesto esto no significa una despedida, eres libre de acompañarnos y eres bienvenido, lo mismo lo digo por ti pequeño druida.- La sonrisa que había aflorado al rostro del joven guerrero al invitar a sus nuevos compañeros para que los acompañasen desapareció nuevamente al continuar con el tema de las monedas.- El resto de monedas queda por repartir entre nosotros, por los objetos conseguidos creo que deberíamos tratar de compensar con este dinero, de todas formas yo no tengo grandes necesidades y puedo dejar mi dinero a quien lo necesite.

¿300? Bueno…-mira a Dramir a los ojos durante una milésima de segundo para echar la vista rápidamente al suelo, le avergonzaba lo que tenía que decir pero tenía que ser justo -A mi me parece mucho dinero para el trabajo de llevarnos ante un amigo suyo, nose, es cierto que se merece un extra por acompañarnos cuando las cosas se volvieron difíciles e incluso por aguantar que hiciéramos el recado para Valerio durante el transcurso, pero por eso se lleva también parte del botín. Rakas,- habla conciliador sin un atisbo de reproche en su voz - no se si ya te has acostumbrado a nuestras monedas pero 300 monedas es muchísimo, recuerda que por acabar con los buitres y traerle las hierbas a Randamis solo nos quiso pagar 100 y tras mucho regatear.¿Crees que valía menos ese trabajo que este de guiarnos a un amigo suyo?-Vuelve la mirada a Dramir pero esta vez la mantiene.-Para ser justos Dramir ¿Cuánto estimas tú que valía el tiempo de llevarnos ante tu amigo?

Antes de que el hechicero abriera la boca, Menzo que no sabía mantener la suya cerrada y de todo tenía que opinar, dijo -Y si...en vez de discutir una cantidad ahora, esperamos a llegar a la tienda y que mire primero lo que le pueda interesar. Después en consonancia con su compra se le puede ayudar económicamente. Dramir ¿Qué crees tú que necesitas? Algo moderado claro está...Aunque si lo que quieres son las monedas, entonces responde a Gliadel sobre el costo de tus servicios-Después se golpeó la cabeza y volvió a hablar: -¡Maldita sea, yo me ocupo de pagar su parte con mi dinero! He sido claramente beneficiado en esta ocasión y lo menos que puedo hacer es ocuparme de pagar a Dramir su parte. -Saca de su saquete dos ónices y una perla -Esto debe valer unas 200 monedas...un punto intermedio entre la oferta de Rakas y la oferta de Gliadel. Tomalas y zanjemos el tema ya.

Ecthelion se tumba en un lado mirando al techo, para descansar y relajarse un poco. - Este es el problema de no fijar un pago por el servicio antes de que este se realice, así para la próxima vez aprenderemos a fijarlo..
Cerró los ojos y por un momento parecía que se había dormido, pero enseguida añadió - En cuanto al reparto....., uffff- poco a poco el resoplido se fue apagando.
cuando todos ya creían que habia acabado volvió a empezar - El reparto yo preferiría hacerlo lo más justo posible, es decir igual para todos-, otra pausa mas.
- el que se lleve algo de gran valor no se llevará nada hasta que los demás lo alcancen en ganancias, ya sea en oro o en otras cosas de valor-

A medida que pasaba la tarde y se avecinaba la noche no notaron que nadie ingresara al campamento. Sin embargo, junto con la oscuridad pudieron observar como dos patrullas distintas comenzaron a circunvalar el meson.

Los soldados se mantenían a distancia de las paredes, pero las fogatas encendidas a lo largo del campamento les permitían observar casi todo el perímetro. Solo algunos huecos quedaban en sombras.

Mientras el elfo interrumpía cada tanto el estudio del libro que había encontrado para participar de la discusión, el resto apovechaba para verificar su equipamiento y controlar que estuviera en buen estado.

Rakas escuchó con atención a sus amigos, la verdad es que no estaba demasiado familiarizado con las monedas, pero ahora que lo comentaban, estaba claro que 300 monedas de oro eran demasiadas.

- Menzo, tranquilízate, si alguien necesita las monedas se le prestan y punto, tu me dejaste a mi y no hubo problemas, pero eso es distinto de saber cada uno su botín. Según lo dejamos la ultima vez, se reparte todo, si alguno tiene un objeto de un valor muy alto, entonces no recibirá ninguna moneda. Ya nos ocurrió la otra vez, y este caso no es distinto. Yo no me siento capaz de llevar las cuentas de cuanto se nos debe o deja de deber, creo que es pago suficiente para suplir lo que falta con el servicio o provecho que se le saca al objeto mágico.

Rakas se levantó y acercó a la mesa donde estaba el botín y mirando a todos continuó.- Que cada uno cja lo que necesit o creaa que le resultará útil, el resto lo venderemos y repartiremos entre los que no cajan nada de valor. El dinero de los huevos lo repartiremos entre los cinco que los conseguimos, pero si Menzo se queda con la honda, creo justo que su parte se reparte entre nostros cuatro, al igual que si alguien coje algún objeto de mucho valor.

Arza se removía inquieto en su sitio cerca de la puerta.
Chicos, yo me voy a dar un paseo que la naturaleza me llama.
Con esto Arza se levantó y se marchó, dejando su bolsa su ballesta y su estoque.

Arza estaba echado cerca de la puerta; estaba callado, pensando en la conversación que habían tenido con el conde Maraven y la expectación del que trabajaba para él. Imagináos las posibilidades, ir por detrás del enemigo … Sí, todos empiezan con la idea de defenderse, y en seguida creen que conviene atacar por si acaso. Si no es uno, será otro quien lo piense. Y no es la guerra lo que le preocupa, son las personas normales las que pagaran las consecuencias. Personas como sus padres. Quién sabe, quizás el conde es una buena persona y no busca hacer el mal pero nunca se está seguro. Además, para qué iba a encontrarse con alguien aquí, en vez de en su castillo. Eso si era algo que podía merecer la pena.
Los demás seguían discutiendo sobre el reparto del botín y apenas prestaron atención a la marcha de Arza. Por su parte, él ya estaba servido con la nueva armadura y parte del dinero. Tendría que ir a mirar a ver qué podía comprar pero de momento bastaría. Dejó la mochila, el estoque y la ballesta. No quería que si lo pillaban investigando, pensaran que pretendía matar al conde. Ya se imaginaba la situación para estar preparado. Me pudo la curiosidad; quizás había posibilidades de ganar más dinero y quería saberlo antes de decidirme ir con ustedes. No era gran cosa, pero entre eso y que no llevaba armas a la vista esperaba que fuese suficiente.

Salió a la noche; había claridad pues la luna brillaba como si tuviera luz propia. Varios soldados patrullaban pero ninguna estaba muy cerca, y el que pudieran verlo ahí no importaba. La cuestión era que no lo vieran acechando donde estaba el conde. Para ello primero se dirigió en diagonal, acercándose hacia donde se reunía con su misterioso compañero pero de manera que si lo veían no entrañaría demasiadas sospechas. Según se acercaba iba aprovechando las sombras para ocultarse, pero no lo hacía demasiado descarado. Tienes que demostrar que tienes derecho a estar allí, pero sin que se note expresamente tu presencia. Si sólo oyen un ruido y ven una sombra paseando pero no acechando la mayoría de la gente no piensa mal y no irán a mirar por qué estás allí. Por supuesto, eso cambia cuando llegas al lugar que nadie debe estar, allí sí tienes que tener cuidado. Esa y otras muchas cosas había aprendido de pequeño en la banda de ladrones en la que estuvo. Había que comprobar si funcionaría.
Se iba acercando, de vez en cuando se apoyaba en algún lugar con sombra mientras esperaba que pasaran los soldados. Paseaban, pero no estaban demasiado preocupados.
Lógico, los únicos que estamos aquí aparte de ellos son mis compañeros y no tienen por qué desconfiar; y más cuando hemos salvado a dos de ellos.
Allí estaba, el edificio en el que se iba a reunir el conde. Ahora sí habría que tener mucho cuidado en que no lo vieran. Esperó un tiempo, sólo para ver cómo eran las patrullas cercanas. Si algo había en todos los ejércitos, es que las guardias han de ser llevadas a cabo de la misma manera para no tener que pensar si ya habían ido por un sitio o no. Sólo tenían que preocuparse de si veían algo fuera de su sitio, y eso hacía que uno se pudiera aprovechar.
Tardó un tiempo, pero la seguridad era primordial. Seguramente cogería la reunión ya empezada pero tenía que intentarlo. Ya había decidido el camino lleno de sombras y por dónde colarse, y sólo era cuestión de esperar el momento.
Llegó hasta el lugar sin problemas y se dispuso a escuchar.

El acercamiento fue perfecto. Los sombras que el mismo mesón producía fueron suficientes
para ocultar el movimiento del semielfo y sus pasos, suaves y precisos lo llevaron hasta una de las ventanas del meson.

La posición del huesped del Conde impedía distinguirlo pero la excelente acústica del lugar fue suficiente para que Arza escuchara parte del diálogo.

- Entonces, seguro que el Conde de Cassius no está implicado en la desaparición de esos barcos? -

- No, seguro. Sus hombres no se han acercado a la costa en meses. Quien sea el culpable, no es Cassius - la voz, profunda y seria del interlocutor del conde denotaba total seguridad.

- Entonces, intenta averiguar quien es el responsable, ya hemos perdido varios barcos y los comerciantes están muy nerviosos. Si dejan de hacer esos viajes perderemos mucho... -

De repente algo interrumpió la escucha. La voz de uno de los guardias llegó claramente a los oidos de Arza mientras se dirigía a uno de sus compañeros - Esa sombra... no se movió? -

¿La naturaleza le llama?¿Pero que dice este? Asiente con la cabeza a Rakas -Estoy completamente deacuerdo con todo lo que has dicho.-luego el mediano miró de reojo a Arza con el ceño fruncido.

Estamos de acuerdo entonces,-parece contento por poder zanjar el tema del dinero, al menos por esta vez.-solo hace falta que nos digas el precio de tu servicio Dramir.

Mira como sale el semielfo por la puerta- Claro Arza-El...

No entiendo como les puede gustar la naturaleza tanto a estos, emboscadas orcas, refugios de ladrones, osos lechuza, bichos, frio...UUUU

Un escalofrío recorre su cuerpo y se deja caer pesadamente sobre un colchón, feliz por poder dormir la noche en cama, no era como la de su monasterio, cuidada tela y manta de lana gorda en invierno, pero había llovido tanto desde que se fué de allí... que incluso la paja se le antoja como un lujo...

El hechicero había permanecido en silencio como distraído, perdido en sus cavilaciones.

Coge los 200 y si puede, saca mas, esas preciosas monedad de oro... tenemos que reunir muchas mas
¿Pero que dices? no necesitamos dinero
Cógelo, mira que monedas mas bonitas y brillantes vas a poder tener en tus manos
Que no!!

Tras unos instantes de silencio se decide a hablar

No hace falta que me deis nada, con estos días de aventuras me siento muy bien pagado y sino os importa me gustaría seguir con vosotros. No me esperan en ningun lugar y hay una larga vida por delante para llenarla de aventuras.
Con un brillo especial en los ojos, el hechicero habla sin miedo dando la impresión de tener muchísimos años mas de los que aparenta.

Poco a poco los presentes iban llegando a un acuerdo y mientras el mago seguía enfrascado en el libro que había conseguido, el resto, sin ningún tipo de prisa iba buscando la mejor posición para dormir.

Gliriel busca un lugar aceptable y se acuesta.
Buenas noches.-dice bostezando. Ese día sucedieron muchas cosas que terminaron por agotarlo.
Sin embargo, no podía dormir.
Qué buena idea ha tenido Arza. Quizás lo acompañe..
Se levantó del lugar donde se había acostado, y miró a sus compañeros.

Quizás Arza fue a hacer algo en especial... Quizás quiera saber lo que está sucediendo en la "reunión". Yo también siento curiosidad.
Pero debe estar custodiado por los guardias, no vale la pena arriesgarse.
Buenas noches...-repitió, y volvió a acostarse para intentar dormir.

Arza se maldijo en silencio, no se había fijado en que la sombra que utilizaba para ocultarse venía dada gracias a una nube la cual se movió y le dejó ligeramente al descubierto.
Lo único a favor era que no tenía armas visibles y podía ofrecer un aspecto no amenazador; de todas formas mejor que no lo hubieran visto.
Intentó hacer como que había aprovechado el lugar ligeramente oculto para mear, y que no estaba al tanto de que lo habían visto.