Partida Rol por web

Si todo esto no fuese COMPLETAMENTE IMPOSIBLE me estaría volviendo loco perooooooooo... El gas... ¡EL GAS! Fijo que roñoso había abierto uno de los fogones de la cocina por accidente, jugando con alguno de sus mil sacos de cat nip y ahora mismo estab muriendo apoyado sobre mi último dibujo, casi hogado en saliva y mocos... Y YA NO TENÍA FORMA DE SUPLICAR A NADIE QUE BORRASE MI HISTORIAL DE INTERNET... Esperaba que nadie le dijese a madre que una de mis últimas búsquedas había sido 'clown sex dwarf' en worldofporn o alguna otra web similar...

¿En serio había dibujado esto? Era imposible, si casi estaba en la sprimeras páginas, algo así me lo guardaría para una doble página mazo rajaculera, como esas páginas de AKIRA con el hongo atómico avanzando, hasta llegar a lady liberty, pero filtrando el estilo kirby y tal... No pude remediarlo y una vez más caí de rodillas alzando mis puños al cielo...

... Antes de preguntarme si no me estaría maldiciendo a mi mismo... Dejando lo de borrar mi historial y tirar mi fleshlight y privates vintage, aquello tampoco era un final tan malo... No todos puedne ver el mundo que han creado con tanto detalle... Casi me hacía a la idea mientras canturreaba entre dientes... ¿Podría terminar esta canción antes de diñarla definitivamente?

Firme y con las piernas separadas, frente a un Fitz de rodillas, que terminaba de ejecutar sus sólo de guitarra en una nota especialmente aguda, la teniente hizo un mohín de desagrado y se llevó el dedo meñique al oído derecho, para destaparlo. Luego miró al piloto con seriedad.

“Bueno... es la primera vez que me alegro de que las detonaciones de artillería me hayan dejado un poco sorda.”

Hizo un ademán con la cabeza hacia el panel de controles de la nave.

“Perdona si no pido otra, pero que tal si me muestras a los idiotas voladores o lo que sea a lo que se refería Chipp.”  

—Me gustaba más cuando se le daba por escuchar a B.B.King— murmuró Rook encogiendose de hombros.—Buenos días, Fitz—saludó acompañando con un gesto de cabeza cuando el simio dejó de tocar la guitarra.

El rinoceronte pegó una mirada a su alrededor. Las pantallas mostraban una zona desbastada por la guerra nuclear, mayormente gris con trazos de verde fosforescente. Nada fuera de lo común, pero lamentablemente esta cafetera también estaba vacía. Hechó mano a sus bolsillos para ver si de casualidad tenía una barrita energética, pero tampoco encontró nada. Movió las orejas molesto, un reflejo de cuando las usaba para espantar moscas. Una de las cosas buenas del apocalipsis es que ya no quedaban muchas de esas.

Con evidente gesto de sorpresa, Fitz se incorpora lentamente, evaluando la mirada de la Teniente Rose. Aunque no parece en exceso enfadada, al gorila no le gusta que le sorprendan en mitad de sus actuaciones musicales.

-*COUGH* Perdón, Teniente. Me he dejado llevar...-, el gorila coloca con mimo su guitarra en un viejo soporte, cerca de la cabina del piloto, frente al enorme cuadro de mando. Con gran destreza, pulsa varias teclas y permite que un holograma del área que sobrevuela la nave inunde la habitación. Es una recreación de la Zona Cero, un área especialmente peligrosa de Nueva York Nuclear en la que habita un culto de mutantes adictos a las artes marciales conocidos como los Strigs. Los Tecnomariachis no suelen patrullar esta zona.

-Recibí un ICC hace escasos minutos, señora. Desconozco qué significa este código en el manual de vuelo-, Fitz habla con voz grave. -Ha perforado la atmósfera y se precipita a gran velocidad sobre la Zona Cero. ¿Qué sugiere, señora?-.

En cuanto Ruby centra su atención en el holograma, Fitz frunce el ceño fulminando con la mirada a Chipp. Le apunta con dos dedos y luego, dirigiéndolos a sus ojos, el gorila murmura amenazador: "Ésta te la guardo, ardilla... Vigila tu espalda".

Chipp traga saliva de forma sonora mientras se refugia tras la cabeza de su colega Rook *GLUPS!*.

Mientras el holograma flota en el puente de mando, varios puntos de un rojo sangre emergen en el éter, rodeando el icono del ICC.

*CLICK* *CLICK* *CLICK, CLICK, CLICK* *CLICKCLICKCLICKCLICKCLICK*

Una docena de puntos de un rojo sangre rodeando el icono del ICC.

Chipp abre los ojos de par en par y su respiración se acelera. Fitz maldice en voz baja: "Bananas bañadas en chile...". ¿¡Eso es una maldición!? No es relevante. Lo importante es que esos CLICKS sí significan algo para un miembro del Escuadrón Mayhem:

Tecnomariachis.

Tecnomariachis ninja.

El holograma de la Zona Cero permite hacer un análisis estratégico para detectar las mejores rutas de acceso.

(Mientras tanto...)

Jimmy, completamente ido, miraba el rostro destrozado de la Estatua de la Libertad mientras cantaba una canción apocalíptica. Son los efectos habituales de la catatonia.

La electricidad estática no desaparecía. A su alrededor, la zona era una crónica viviente de un conflicto armado con el sello de Michael Bay. Los edificios eran carcasas vacías, sus paredes marcadas por los trazos de los proyectiles. Las calles, antes lineales, ahora presentaban cráteres dejados sin duda por la artillería. Y el olor... Olor a carne quemada. A muerte. A devastación.

El cielo estaba poblado por nubes cambiantes al compás de unos, por el momento, lejanos truenos. La tormenta que Jimmy recordaba estaba azotando el Bronx en la vida real estaba a punto de comenzar en este... ¿plano dimensional? Con la sensible diferencia de que Jimmy estaba bastante seguro de que la lluvia en esta zona sería sensiblemente más peligrosa. La mortal lluvia ácida de Nueva York Nuclear, recordó para sus adentros.

Comprobó que a sus espaldas estaban los escombros de lo que una vez fue un enorme rascacielos, ahora destrozado por las explosiones. Quizás podría buscar refugio en su interior.

Por otra parte, algo más lejos, a unos 200 metros de distancia, oteó lo que parecía el viejo luminoso de una boca de metro. Cómo conservaba la iluminación era un absoluto misterio.

Súbitamente, Jimmy nota que se le eriza el vello.

Tres figuras se recortan a unos 50 metros sobre los escombros que cubren la calle que conecta con la "zona de aterrizaje" en la que se encuentra Jimmy. El suave viento hace ondear sus ponchos, revelando sus katanas. Aunque llevan enormes sombreros que ocultan sus rostros, Jimmy no necesita más para saber que está en serios problemas.

Los Tecnomariachis le han encontrado.

Salí de mi ensimismamiento convencido de que desde que había caído aquí dentro tenía que haber desarrollado un nuevo poder mutante, una especie de sexto sentido arácnido que empleaba como antena los remolinos supervivientes de mi incipiente calvicie: un flequillo churretoso se ereccionaba sobre mi frente cada vez que enfocaba un peligro mayor que el que me mantenía petrificado, y al ver aquellas tres siluetas de comefrijoles de titanio este se había disparado por completo.

Palpé mi cuerpo y rebusqué entre los bolsillos buscando algo con lo que defenderme... Allí estaba... ESO ERA... ¡¡¡UN... cacahuete gangrenoso?... No, no, era demasiaod joven y virgen como para morir, tenía que... ¿UN LÁPIZ? Iba a ser que tampoco... Recuperé el cacahuete y lo lancé en la dirección de mis adversarios pero cayó justo delante de mis pies, que se giraron como obedeciendo a un acto reflejo y me forzaron a descender las escaleras de aquella tétrica bajada al metro, sólo esperaba que no hubiese Caníbales  Humanoides Ululantes Demoníacos en aquellas instalaciones.

- ¡¡¡SOY DEMASIADO JOVEN Y DEMASIADO VIRGEN!!!- Volví a insistir increpándole a aquella noche eterna de nubes rasgando una torturada Luna en goteantes heridas de mutágeno.

La teniente abrió los ojos como platos y se apresuró a acercarse para ver mejor el holograma.

“¿ICC? ¿Estás seguro?”

A medida que los puntos aparecían en pantalla, Ruby abrió la boca en un gesto de sorpresa, que pronto se tornó en una mirada de furia y dientes apretados.

“Tecnomariachis.” Escupió con absoluto desprecio.

Miró a sus camaradas por sobre el hombro y se le dibujó una sonrisa salvaje.

“Caballeros, nos ha tocado el premio mayor.”

Señaló a Chipp.

“Chippo, suena alerta de batalla. Quiero a todos en el puente, armados hasta el culo y listos para combatir, y los quiero ayer.”

Le hizo un ademán apremiante a Rook para que se acercara.

“Rooky, ayúdame con esto.” señaló con el dedo donde había caído el ICC en el holograma. “Necesitamos llegar ahí, pero ya.”

Sacudió la cabeza, con la mirada concentrada en los puntos que señalaban al enemigo y al ICC, con la respiración acelerada y los ojos desorbitados.

“Creo que voy a tener un wargasmo.”

Jimmy se precipita como alma que lleva el Diablo a una carrera desesperada hacia la boca de metro. (*)

Los Tecnomariachis permanecen impasibles. Uno de ellos habla con voz metálica a través de una elaborada máscara menpo, acento "Old El Paso".

-Panch0, te apuesto diez frijochips a que acierto al gring0 desde aquí.-

El tal Panch0, con idéntica voz, replica mientras se ajusta su sombrero oriental.

-Los veo y subo a veinte a que fallas, manit0.-, dice burlón.

El tecnomariachi desenfunda con destreza un descomunal revólver con mira láser y apunta a Jimmy. Su visor dibuja una retícula en la espalda del objetivo. Bajo el menpo, el androide sonríe confiado.

¡KA-BLAM!

Jimmy escucha el silbido inconfundible de un proyectil reventar un cascote de piedra cerca de él. Demasiado cerca, de hecho. Los pulmones están a punto de salírsele por la boca. ¿Llegará a tiempo a la boca de metro? (**)

A varios metros de distancia, Panch0 ríe satisfecho.

-Creo que hoy no es tu día, Manol3t3. Me debes 20 frijo...-, Panch0 no termina la frase.

-Doble o nada-, gruñe Manol3t3.

Panch0 guarda silencio unos segundos.

-Hecho. Ándale-, ríe burlón.

Esta vez, Manol3t3 calibra el visor para que acelere el seguimiento al blanco.

-"Y el miedo dio alas a los hombres..."-, susurra el androide en tono místico.

¡¡¡KA-BLAM!!!

Rook miró con una mueca a la Teniente. De haber sido humano, se habría notado algo entre la incomodidad y la verguenza ajena, pero Rook era un rinoceronte y leerle la cara era un tanto dificil.
Ruby podía ser una buena lider, pero a veces sus juegos de palabras dejaban que desear.

Para dejar el asunto atrás, Rook se acercó al holograma, y con toda la agudeza de su intelecto (y sus cuernos) soltó— Los puntos rojos alrededor de las letras son malos. Las letras probablemente son algo interesante que quieren los puntos rojos.— Miró con más detenimiento la escena, examinando el terreno.—¡Ahí!— espetó— estoy seguro de que puedo arrollar a todos esos con una sola carga.— Rook señaló el grupo que más en linea recta respecto de la nave se hallaba. Qué se le podía hacer, sin su café ni sus barritas matutinas, al rinoceronte siempre le faltaban algunas luces. Como mínimo era una buena sugerencia sobre lo que sería una pésima idea.

Tras hacer gala de sus dotes estratégicas, Mayhem 5 sale pitando hacia su habitación, en busca de su arma (¡Por supuesto que no la guarda en la armería! Los peluches son escasos en el post-apocalipsis y todos necesitamos algo con lo que dormir). El suelo resuena con los pasos de aquella estampida de un solo hombre.

Corre, Forrest, CORRE!!! Me animaba a mi mismo mientras mi atlético cuerpo se deslizaba de golpe hacia el suelo, el cual besé sin un atisbo de amor al bajar la mirada y comprobar que uno de mis tenis estaba desatado y había pisado de lleno el cordón, bravo, Jimmy, ni a un retard puedes emplear como inspiración sin cagarla de vez. 

Aún así, para bien o para mal fui capaz de rodar sobre la acera consiguiendo encogerme tras un dispensador de periódicos bastante voluminoso (ya que alguien por algún absurdo motivo había rellenado de cemento) que me sirvió de cobertura cuando el segundo disparo del tecnomariachi salió a mi encuentro. Aún así, aquello no iba a aguantar ni un disparo más y mi arma secreta, el cacahuete mohoso, ya había sido utilizada. ¿Cómo diantres iba a salir de esta con vida?

La Teniente Rose arenga a sus tropas mientras la adrenalina fluye desatada en su interior. Tomándose unos segundos para estudiar el mapa holográfico con el inestimable consejo estratégico de su artillero, la Teniente logra distinguir dos claras vías de aproximación al ICC.

1) Ataque aéreo frontal, aprovechando un picado de la nave de combate. Es la opción más rápida, pero también la más agresiva. No es descartable que los Tecnomariachis devuelvan el fuego.

2) El "Back Alley Drop". Un clásico del Escuadrón Mayhem. Mantener la nave en modo sigilo y flanquear al enemigo. Es muy probable que les toméis por sorpresa y podáis apostaros en algún edificio cercano al objetivo, aunque es una maniobra algo más lenta...

El tiempo corre y Ruby comprueba que el ICC comienza a moverse, sin duda perseguido por los Tecnomariachis, hacia una boca de metro. El subterráneo es territorio Strigs. Si llega al interior, será sensiblemente difícil localizarle. Al menos, entero.

******

Rook toma su arma reglamentaria: su inmensa ametralladora Vulcan de peluche. Excelente para liberar tensiones a distancia. Muy suave para descansar las cervicales tras una intensa operación de "Baja confirmada". Para su sorpresa, bajo la ametralladora hay una barrita "Krunchy-Munchy" en perfecto estado. La primavera nuclear ha llegado a su corazón.

Al girarse para regresar al puente de mando, comprueba sobresaltado una sombra vulpina en el umbral de la puerta. El sargento Lucius Sharp le sonríe, su rifle de francotirador apoyado en el hombro.

-Eh, chaval, ¿cómo lo llevas?-, la voz del zorro rebosa confianza. -Me han dicho que eres bastante bueno con ese armatoste.- Su rostro está pintado con tinte oscuro, lo que le da un aire siniestro. Sin embargo, su mirada es, en cierto modo, jovial, optimista.

-Te he dejado una de tus barritas en la "almohada". Quiero a mis muchachos motivados.-, sonríe a Rook. -Cuida de la Teniente ahí afuera. Últimamente encuentra un gusto salvaje en matar a esos sintéticos. Humanos... Aman la guerra hasta en la medianoche del mundo...-, su tono se vuelve solemne. Luego, se gira al pasillo y mirándote de reojo, esbozando una sonrisa afilada, dice: -No te dejes matar, chaval. Con un poco de suerte, volverás a ver África-, el sargento Lucius te guiña un ojo y cargando su fantástico rifle avanza con pasos decididos hasta el puente de mando, no sin antes detenerse al comprobar que un luminoso muy característico acaba de encenderse a lo largo del pasillo en diferentes puntos...

Un luminoso con el símbolo de un gallo y una sencilla leyenda: CHARGED.

El zorro se ríe. Los Tecnomariachis van a tener una mala noche.

En la oscuridad del pequeño compartimento de carga y descarga, permanece el arma viviente más mortal jamás vista en un cómic de acción.

Un gallo de pelea sumido en trance permanece en un aparente letargo.

Espera su momento.

En el interior de su mente, el Kung Fu avícola más sangriento concibe nuevas formas de despedazar armazones sintéticos. 

En lo más recóndito de su alma, el fuego de la venganza arde con furiosa cólera recordando su corral arder y a Daisy, su amada Daisy, asada al chili picante.

En su torrente sanguíneo, nanomáquinas ideadas por una mente obsesionada con las artes marciales y el pollo Kentucky tensan músculos y relajan las pulsaciones de una máquina de matar perfecta.

*CLICK*

Roasty Jones abre los ojos. Una luz roja ilumina el pequeño compartimento, reflejando bajo sus afilados espolones la palabra "DROPZONE".

Activa el comunicador y emite un pequeño, pero conciso mensaje.

-Armado. Blindado. Soldado Mayhem 2 listo para desplegar, Teniente. A su señal. Ira y fuego.-.

Luego, vuelve a sumirse en trance, aguardando la orden... Una orden que siempre llega tarde...

(Mientras tanto...)

Jimmy escucha el segundo balazo surcar el aire como si fuera un pequeño avión a reacción. La caída y el dispensador de prensa han resultado providenciales para evitar que su cráneo entrase en temprana fase de descomposición.

Pocos pasos faltan para alcanzar la boca de metro, pero salir a campo abierto ahora mismo puede significar la muerte. Está tentando mucho al destino y no parece haber una salida clara de esa situación.

A unos metros de su posición, tiene lugar un acalorado debate sobre el efecto Coriolis.

-Has fallado-, ríe Panch0, guardando sus frijochips en el poncho mientras constata lo evidente.

Manol3t3, visiblemente molesto, guarda su revólver y empieza a extraer su terrorífica katana de su vaina.

-Hijo de la gran ching...-, algo le interrumpe.

-Alto ahí, cuates. Es mi turno-, el tercer Tecnomariachi extrae unos nunchakus de su poncho y comienza a hacer una exhibición de destreza con ellos. -El gringo es de Paqu1to-. Dicho lo cual, avanza implacable hasta Jimmy, sabedor de que el infeliz no le supone ninguna amenaza.

Manol3t3 y Panch0 observan a su compañero en silencio avanzar hasta Jimmy. Panch0 se gira lentamente hacia su hermano sintético.

-Has fallado-, su risa mecánica resuena en la Zona Cero.

Rook se pone firme y saluda con una venia a Mayhem 1. El zorro le  inspira respeto. No solo es uno de los miembros más antiguos del equipo, sino que realmente se ha dedicado a perfeccionarse.
Para Mayhem 5 no había nada más satisfactorio que sentir el vibrar incesante de un arma disparando 6.000 balas por minuto, pero había algo de artesanal en eso de tomarse la molestia de apuntar con cuidado y acabar con el objetivo con un único y certero disparo.

—La he visto, muchas gracias, Sargento.— dice sincero Rook. Unas migajas en el hocico del rinoceronte dejan ver que además de verla, ya la ha consumido—Si, cuidaré de la teniente como si de mi madre se tratase. Ya sabe lo que dicen, la mejor defensa es una buena ofensa— si Rook hubiera sido ignorante de las normativas de seguridad, habría hecho girar los 6 cañones un poco, como para dar énfasis su comentario. Afortunadamente Mayhem 5 era un poco simplón, pero no era tonto y sabía que era mala idea arriesgarse a disparar por accidente dentro de la nave. Ante la mención de África el rinoceronte no respondió, simplemente se puso serio, asintió con la cabeza a modo de despedida y se fue a ocupar su puesto.

Peluche estaba impaciente por hacer queso gruyere a base de hojalata.

¡Ok!... ¡OK! seguro que esta no la habéis oído antes... Os voy a contar como morí y ya me contaréis si ha valido la pena, porque es lo más absurdo, aterrador y maravilloso que me ha pasado en mi corta y virgen vida...

Pues estaba yo dibujando una página de mi magna opus, Nueva York Nuclear, cuando aquel brazo de un villano salió de la página. El tío se impulsó desde dentro del papel y me empujó a mi dentro. Caí desde el cielo y aún así sobreviví... Para toparme con tres tecnomariachis, las medianías de soldados pie que había inventado para mi obra. El nombre os hará gracia, puede que mis circunstancias también, pero JODER SI ASUSTAN CUANDO LOS VES EN DIRECTO.

Y estos tíos van armados, no tienen problema en usarme como conejo para hacer apuestas de tiro al blanco y reírse entre ellos. ¿Y yo que tengo para defenderme? Un puto cacahuete mohoso (si, como el de la canción) y un lápiz a medio gastar, que ya me diréis cómo me acerco para clavárselo en el ojo, porque no creo que dé para mucho más.

Y allí estoy, tratando de protegerme detrás de un dispensador de prensa que alguien ha rellenado de hormigón, Juanito, Jorgito  y Jaimito (De apellidos Hijo, Dela y Chingada, respectivamente) se aburren de no darme, ¿Y por qué optan? Por sacar una puta katana... SI, UNA PUTA KATANA. Debo de haber dibujado casi tantas katanas como pitos en esta vida peor nunca he tenido una en la mano. Ahí es cuando una va a cercenar mi cuello mientras estos apuestan sobre si me lo cortarán de una tajada o lo harán por fascículos.

Así es amiguitos, traté de hacerme un bicho bola, lloroso y moqueante, para deslizarme con mis babas hacia la entrada del metro... Y lo siguiente que sé es que se enciende la gran luz del cielo... Aquí estoy... Muerto... ¿No?