Partida Rol por web

Cuidado agentes!! Allí detrás! grito con todas mis fuerzas mirando en dirección contraria a la del edificio en obras. Y acto seguido salgo corriendo como un poseso hacia la entrada de ese sitio, pegando un par de tiros por encima del hombro. Si como imagino los pilares se derriban fácilmente me quedo en la entrada, agarrado a dos de ellos. Espero un instante para ver su alguno de mis compañeros piensa seguirme y si no es así, tiro de los pilares con todas mis fuerzas y le pego una patada al último. Si por el contrario percibo que los pilares son demasiado resistentes como para tirarlos con las manos, busco algo de cobertura dentro del edificio desde donde se vean los pilares, si la encuentro me refugio tras ella y hundo los pilares a tiros, si no, me pongo en cuclillas una vez pasada la entrada y voy retrocediendo a la vez que disparo contra los pilares.

Me dirijo corriendo directo a el callejon de enfrente mio, me escondo detras de la esquina y espero a que este maldito policia se acerque mientras preparo mi escopeta para, si fuera necesario, darle un culatazo al policia . 

Parece que habia convencido al policia, pero no lo suficiente, ya que me manda a que hable con otro compañero suyo, que esta en el otro lado de la calle, justo en la direccion en la que corriamos, y parece ser que tambien esta entretenido, asi que dejo al primer agente y me dirijo hacia el segundo, y a mitad de camino, cuando veo que el primero deja de mirarme y el segundo esta distraido, me dirijo hacia el callejon hacia el que corriamos, mientras trato de advertir las huellas dejadas por el carro del mendigo...

Oiga señor director, su mensaje anterior no entiendo a quien va dirigido...

Iñaki corre hacia el callejón y espera a que el policía se le acerque. Sin embargo, la espera no termina y el policía no aparece pero empieza a escuchar una voz que pide ayuda a gritos.

¡Uno se ha escapado por el callejón! grita con fuerza a lo lejos ¡Necesito que formeis una patrulla y traigais a los perros!

Mientras tanto Taro le grita algo a los policías mientras corre hacia el callejón. Estos confunsos empiezan a mirar por todos lados, sin saber a que le deben prestar atención. Se escuchan varios disparos.

Durante el momento de confusión Adrian se escapa hacia el callejón en el que se encuentra Taro, que en ese momento sujeta dos pilares en sus manos, y sigue corriendo siguiendo el rastro cada vez menos visible del mendigo. A sus espaldas puede escuchar un tremendo estruendo y nota como se levanta un nube de polvo a su alrededor. A los pocos segundos es alcanzado por Taro, que parece haber sido el causante del destrozo que ha escuchado.

Podeis escuchar a lo lejos como la policía comienza a dar órdenes y a organizarse para ir detrás vuestra. El rastro del mendigo parece perderse en una pequeña plaza cerrada por un gran muro a cada lado y cuya única entrada se encuentra todavía lejos de vosotros.

Maldito sea! ¿Dónde se ha escondido?
Busco desesperadamente, amparándome en el callejón, un lugar por donde pudiera haberse escondido el mendigo en la plaza. Doy un vistazo rápido, buscando un bar, una ventana abierta, una tapa de alcantarilla, una zanja de obra, unas escaleras de incendios... cualquier sitio que hubiera podido servirle para escapar, y ya de paso, Que me sirva para escapar a mí también, la policía ha de estar al llegar.

Si no encuentro el lugar por donde podría haber ido el mendigo, me escabullo rápidamente por la vía de escape más segura que haya encontrado y si no he encontrado ninguna, me dirijo corriendo hacia la única entrada de la plaza, pero pegado al borde de la plaza, en vez de atravesarla radialmente, para así poder examinar más de cerca los edificios que la rodean, aunque sea un instante.

Despues de esperar un buen rato con el arma preparada detras de la pared me asomo un poco, a este tio le ha caido un meteorito encima y yo no me he enterado o que?, al ver todo el despliege policial que se ha montado aqui presiento que por mi propia seguridad lo mejor es que me aleje de aqui, miro al fondo del callejon y busco rutas de escape, puertas,  o paredes que pueda saltar. Ademas busco por el suelo algo para camuflar mi olor o disfrazarme ya que no tengo demasiadas ganas de que me persiga una manada de perros.

-Haber como salgo de aqui... 

Iñaki observa el callejón y se percata de que al fondo se forma una pequeña calle pararela, más sucia y malcuidada, por lo que debe ser poco transitada y en este momento está vacia. Se da cuenta de que este pequeño callejón debe dar al que se encontraba cerca de sus nuevo compañeros.

Oye como los policías se organizan y escucha un ladrido que le hiela la sangre, le queda poco tiempo. Lo único que encuentra para tapar su olor es una bolsa de basura llena de restos pútridos de comida.

Encontrándose recorriendo el muro que le separa de la plaza observando lo que hay a su alrededor, Tarô escucha una voz grave que debe situarse en la plaza - Idiota, eres un cobarde, yo siempre pago mis trabajos y por tu culpa esos mercenarios tal vez puedan seguirnos la pista.

Otra voz, más baja y nerviosa, que reconoces como la del mendigo le responde mientras sigues corriendo hacia la entrada de la plaza - Una loca comenzó a disparar, no es culpa mía. Además, se que tu debes estar detrás de esos colgados.

La conversación cesa durante unos segundos y, tras estos, escucha una risa brusca - el viejo Bob sabe muchas cosas por lo que veo.

Tarô llega a la entrada y hecha un rápido vistazo a lo que se encuentra tras los muros. Ve a Bob tirado en el suelo, de rodillas. Al lado suya hay un hombre con un fusil y al fondo otros dos hombres armados, uno de ellos con el carrito. Su aspecto le hace creer que son miembros de una banda, por los tatuajes y los pendientes que recorren sus cuerpos. Pero el que más le llama la atención es un hombre alto y musculoso que se encuentra delante del mendigo, con la piel pálida y cierto tono azulado, pelo corto rubio casi blanco y rostro algo alargado. Por unos breves instantes sus ojos se clavan en ti, unos ojos azules fosforito.

¡Matadle, sabe demasiado! - escucha que grita el hombre -Y dadle su dinero y su recompensa al mercenario que nos está observando.

Sabrá cuánto he escuchado?
No sé si con

Cita:

ese tipo quería decir que me liquidasen, asin que antes de hacer nada me cercioro.
 

Tarô no sabe con exactitud las intenciones de ese grupo de hombres pero al volver a asomarse puede observar como uno de ellos dispara a Bob por la espalda mientras este intenta huir y otro, mirando en su dirección, alza su rifle para apuntarle.

El que parece ser el jefe comienza a irse con uno de los pandilleros que se lleva el carrito de cartas.

Tras haber conseguido escapar de la policia, en parte porque convenci al primer policia y tambien gracias al pequeño altercado ocurrido, consigo colarme en el callejon por donde habia huido el mendigo. Consigo distinguir el rastro, apenas visible, del carrito, y mientras trato de seguirlo, se escucha un estruendo y a los pocos segundos el chico oriental, me adelanta siguiendo la misma dirección, continua unos metros y termina pegandose a pared y observando el interior de un edificio, asi que, lo sigo y me situo a su espalda con el arma preparada, ya que habia presenciado las habilidades de aquel tipo, y me fio de sus apreciaciones, por lo que, si esta en esa posicion es por algo. Por ultimo trato de preguntarle en voz, lo mas baja posible, ¿que sucede en el interior?

Se llevan nuestra recompensa y piensan liquidarnos! grito mirando a Adrian al tiempo que saco la pistola del bolsillo trasero y apunto al mercenario que se habia quedado rezagado. Cúbreme!
Aprieto el gatillo dispuesto a seguir matando y me cubro tras el muro inmediatamente después.
 

Despues de frotarme con la basura me dirijo al fondo del callejon procurando no hacer mucho ruido y con la escopeta a punto, mas vale que esa rata de Bob me page lo que me debe o sinó le disparare esto dentro del culo, entonces escucho un disparo y me dirijo en direccion  a este. 

Tarô se asoma en la esquina para realizar su disparo pero la visión del craneo de Bob esparcido por el suelo le hace fallar su disparo y quedarse un segundo más de lo necesario fuera de cobertura. Un disparo le pasa rozándolo, abriéndole un surco en el pantalón y quemándole la piel, pero sin llegar a hacerle verdadero daño.

Adrian lo aparta de un manotazo y lo vuelve a meter en la cobertura. En esos momento los dos mercenarios ya están preparados para dispararos.

Iñaki corre hacia la dirección del disparo y, tras cerca de un minuto corriendo, llega al lugar donde se encuentran sus nuevos compañeros, disparando hacia la plaza.