Partida Rol por web

Klaus: Oye, y  sabes algo de grupos gangrel que justifiquen que haya manadas de ratas y murcielagos en  el Pais?,¿algún rumor?

La respuesta no se hace esperar: 

 ¿Ratas dices? no había oído nada de eso, pero ahora que lo mencionas si que es cierto que las alcantarillas han estado inusualmente silenciosas estas últimas noches.

Supongo que si los roedores no están aquí abajo, estarán por ahí liándola.

No he oído nada al respecto, pero no me extrañaría que los gangrel y nosferatu que se han visto afectados por la llamada hayan dejado a sus enjambres sin control ni supervisión con lo que ello supone.

Aunque yo pensaba que se los habrían llevado con ellos y de ahí el silencio.

Vayamos al centro de la ciudad. Allí encontraremos todo lo que necesitamos. Creo que esta noche me apetece un abogado.

Ya vestida con la ropa adecuada para esa clase de locales espero a que los demás me acompañen. Acudo al local montado en el coche de alguien, ya que no voy vestida como para aparecer por ahí en mi cruiser.

El se levanta tras leer lo que dice el nosferatu. Klaus no entendia bien lo del fenomeno de la llamada.

Vamos a cazar entonces. Digo sintiendo como la bestia podía estar cerca de mi

En circunstancias normales hubiera disfrutado el placer de la Caza, deleitarme de primera mano con el sufrimiento de una víctima propiciatoria...
Lamentablemente no vivíamos una época normal y no podía perder más tiempo de la cuenta así que me dirijo a un ambiente conocido, atabiado como corresponde con bata y estetoscopio y el semblante grave y ajetreado de aquel que tiene mucho por hacer y vidas que salvar. Nadie a quien se deba interrumpir alegremente, vaya.
Me muevo por el hospital gracilmente, captando y entendiendo los rótulos y señales que me conducen al lugar indicado: "BANCO de SANGRE" reza el último cartel de la enésima entrada que consigo penetrar con una escusa peregrina para, una vez dentro, con La Bestia reptando ansiosa dentro de mi, saciar la Sed que empezaba a atormentarme.
Samantha había propuesto una salida en grupo... Desgraciadamente hay cosas que es mejor que uno haga solo.

Hace tiempo que no voy por el centro, y creo que es interesante pasearse por allí - no sólo por la caza en sí, sino que todos "los incidentes" dignos de ser identificados por la prensa local, ocurren el distrito central, así que, se puede explorar un poco la zona, tampoco pretendiendo llamar la atención.

Y de paso voy a ver si me hago con una mascota -(un perro por ejemplo), ahora que hay tanto animal suelto, no debería de ser un problema jajaja 

Llegáis al centro y dais un paseo por la avenida Washington, al pasar a la altura del hotel Walden lo veis todavía acordonado y con los bomberos realizando tareas de limpieza y seguridad. Sabes que estáis llegando a la altura de High-Everett Park cuando te parece encontrar una víctima adecuada, te pones a andar tras esa furcia de falda demasiado corta y cada vez te acercas más y más a ella oliendo su deliciosa sangre bombear con avidez. Pero antes de que te des cuenta, la chica empieza a correr de la nada y tu plan de empujarla hacia el parque se desbarata.

La persigues entre callejuelas durante un buen rato, pero es demasiado tarde: la has perdido de vista.

Aunque sientes que los demás ya deben haber acabado con su salida culinaria, volver con el estómago vacío sería un fracaso que no estas dispuesto a tolerar. Que se esperen.

Ahora decides meterte en el parque directamente y que sea lo que dios quiera. 

Siguiendo el olor a marihuana que flota en el aire, encuentras a un grupo de tres negros fumando en uno de los bancos. Esperas a que alguno se aleje del grupo bajo algún pretexto y lo asaltas entre los arbustos.

Notas como la bestia en tu interior lanza un rugido que resuena en tus entrañas.*

Junto con Klaus, llegáis al centro y dais un paseo por la avenida Washington, al pasar a la altura del hotel Walden lo veis todavía acordonado y con los bomberos realizando tareas de limpieza y seguridad.

Andrei ha decidido ir al hospital a por sustento, y por algún motivo Klaus se impacienta y empieza a seguir a una chica por la calle hasta que lo perdéis de vista.

Vosotras dos decidís entrar en un bar cerca del distrito financiero. Allí hay muchos hombres trajeados relajándose con sus compañeros después de un duro día de trabajo. Dos chicos jóvenes de angulosas facciones invitan a Samantha a una copa, mientras Ginger se posiciona en una esquina solitaria a la espera que alguno de los tiburones decida atacar a la "presa fácil," pero esto no sucede.

La mentira cuela, las enfermeras te dejan pasar a pesar de que en tu bata no hay ningún identificador corporativo como los de los demás médicos. Sin embargo, cuando llegas a la cámara frigorífica donde pone eso de "BANCO DE SANGRE" la manecilla no cede. Está cerrado.

No hay problema, sabes donde ir a buscarlo. No tendrías acceso a todo el almacén de plasma, pero seguro que dabas con algunas reservas en los compartimentos dedicados de los quirófanos.

Sigues los intrincados pasillos hasta llegar a la zona de operaciones. La mayoría de salas están ocupadas, pero logras meterte en una de ellas que acababan de vaciar. Todavía había restos de sangre en el fregadero y algunas pisadas carmesí por el suelo. Seguramente acababan de realizar una compleja intervención y la sala esta a la espera de ser limpiada. Buscas en la nevera pequeña de uno de los compartimanetos y das con dos bolsas de sangre frescas.

Cuando ambos me rodean y tratan de seducirme no puedo evitar reírme por dentro y tratar de mantener la compostura. Me importa una mierda lo que digan y, dado que ninguno logra mantener la vista sobre mi cara más de veinte segundos seguidos, tiene pinta de que ellos tienen la misma opinión sobre esta conversación.

Es como pescar peces en un barril. Casi da hasta vergüenza.

Observo como mi compañera no parece que esté teniendo tanta suerte con su actuación.

Es una pena, tiene buena carnaza que ofrecer.

Decido que es momento de demostrar que los líderes están para ayudar a sus liderados y agarro a uno de la corbata, acercándolo a mí mientras doy un paso hacia su compañero, de modo que en un instante estamos muy cerca ambos.

¿Os importa que se una mi amiga? – pregunto melosa, señalando con la mirada a Ginger –. Está muy necesitada de cariño.

La cara de ambos es un poema. Si les hubiera tocado la lotería no hubieran dado mayores saltos en su interior.

Como quien pesca en un puto barril.

Tú – ordeno a uno de ellos, al que tengo agarrado de la corbata. – Pide a mi amiga amablemente que se acerque.

En cuanto se va le pongo la mano en el pecho al otro y le mantengo contra la barra, listo para un largo beso.

Tú. Eres. Para. Mí.

Clavo mis labios en los suyos y no admito discusión alguna.

Los dos son hombres casados por lo que sus intenciones contigo son una clara señal de lujuria marcando sus almas. 

Frederic, el de barba y camisa azul tiene los valores morales por los suelos. Ha robado y pisoteado en su escalada empresarial y además está orgulloso de ello. Sus principios maquiavélicos siguen el dogma de que el fin justifica los medios, y el único fin que concibe su limitada mente es el dinero.

Marc, el de ojos verdes, también tiene algo de codicia serpenteando por su aura, pero él enfoca más sus faltas en pro del propio placer: cocaína, prostitutas, mentiras... Una vez abusó de una prima suya, pero ésta nunca dijo nada y no se habló más del tema.

Me acerco disimuladamente y trato de llevarme al hombre, motivado por Samantha, a una zona más oscura para poder acariciarle el cuello con ternura.

Aprovecho la ocasión, que me ofrece Samantha para tratar de mejorar mi situación en el entorno, quizás hablando... se entiende la gente.