Por poco me dio un paro cardíaco cuando empecé a escuchar el aleteo del hada. ¡Madre mía! Hacía tiempo que no me daban un susto como aquél... ehm... bueno, quizás no hacía tanto tiempo. Durante este "día" llevaba ya unos cuantos a decir verdad...
Sin embargo, el "semi-paro cadíaco" mereció la pena. ¡Melhi lo estaba consiguiendo!
─¡¿Sí?! ¡¿De verdad?! ─ pregunté contagiándome de la emoción ─. ¡Eres genial, Melhi! ¡Sabía que podrías!
Ahora sólo quedaba que pudiera hablar con ella. Así que crucé dedos mientras le daba un último vistazo por encima a mi carpeta... algo nada fácil, pues casi toda mi atención estaba puesta en el hada. ¡Normal!
Casi me dió un vuelco el corazón, pero.. ¡Mereció la pena!
-¡¡Genial, amiguita!!* ¿Qué puedes ver de Kolda? Si al menos pudieses darnos una pista.. Podríamos intentar averiguar dónde está.
Paré cinco segundos a hablar con Melhi, pero seguí buscando informes. Descartaba ya a los Johns mayores, para agilizar el proceso.
*por tamaño, jaja
Ander sonreía, pero tenian mucha prisa y tenian que encontrar ese archivo cuanto antes, asi que prefirió no perder el tiempo y se concentró en la tarea. Ya felicitaría al hada más tarde.
Asiente a las instrucciones que le dan y acompaña a Zaina y a Robert a buscar el otro fichero de la N a la Z. El resto del equipo parece estar haciendo un buen trabajo con el archivador de la A a la M. Entre tanto, se escucha un ruidito de alas batiendo, que bien podrían ser otras vez esas hadas malas. Pero al buscar el origen del aleteo, ¡se encuentra con que Melhi ha conseguido su propósito!
-¿Qué ves, Melhi? ¿Ves alguna casa?
Tienen que darle su mayor apoyo para que la pequeña hada consiga ubicar a Kolda. Intenta concentrarse también en lo que hace Melhi, para prestarse su concentración y energía.
Melhi continuó con los ojos fuertemente cerrados, pero negó con la cabeza.
- No... no veo nada -dijo-. Es muy difícil, es sólo una sensación, como si estuvieran cerca. Pero no puedo ver nada.
Luego, cuando Kate trató de ayudarla, el Hada reprimió un grito de sorpresa.
- Ahora ha sido más... lo he notado más fuerte -dijo-. Creo que si me ayudáis, podré hablar con Kolda.
Melhi puede comunicarse con Kolda, pero para hacerlo tiene que poder concentrarse y además alguno de los chicos debe ayudarla gastando una de sus tabas blancas para prestarle un poco de poder de Imaginación.
Mientras Melhi se concentraba con todas sus fuerzas, los chicos que seguían rebuscando entre las carpetas iban reuniendo aquellas que podían ser interesantes. Habían encontrado tres pacientes que se llamaban John y que tenían menos de doce años... pero todavía quedaban carpetas por revisar, y tampoco habían encontrado los apellidos que iban de la N a la Z. Podían jugársela con aquellas carpetas a ver si tenían suerte, o seguir buscando hasta el final.
Zaina casi no se había enteradode lo que el hadita decía, ni de que sus compañeros a habían encontrado suficientes "John" como para comenzar a buscar. No. La niña era incapaz de apartar ls ojos del archivaador que había ante ella, el que tenía la etiqueta quemada. Con cuidado, sin saber muy bien lo que iba a encontrar y levantando de nuevo el spray, abrió lentamente el archivador.
Siobhan levantó la cabeza para mirar a Melhi cuando ésta habló. Sus ojos brillaban contagiados por la emoción en la voz del hada y por la inyección de esperanza que ese pequeño éxito significaba para ellos. Derrotarían a la Oscuridad y esta vez para siempre.
La niña sonrió con los labios apretados al tiempo que pensaba en qué hacer. Estaba ayudando a Jess pero Melhi también necesitaba ayuda y no podía ayudar a ambas a la vez, por lo que tuvo que elegir.
—Yo te ayudo, Melhi, seguro que si nos concentramos juntas vas a poder hacerlo mucho mejor.
Gasto una taba blanca. Si nadie más aporta tabas y se puede hacer, sumo una segunda taba blanca.
Dejo los ficheros, ya revisados en su totalidad. El montón de Johns ahora era menos, pero faltaba descartar a algunos "Johns adultos", para que el montón se redujese más.
-También yo te ayudaré, amiga -traté de darle más confianza en sí misma llamándola así-Vamos, nos concentraremos contigo, y juntas seremos más fuertes.
También aportaré una taba blanca, si es necesario.
¿cómo vamos de Johns niños en los ficheros en los que buscamos? ¿hay muchos o pocos?
─Y yo ─ dije, acercándome al hada para ofrecerle también mi ayudar.
Total, hasta el momento no había podido hacer nada mejor pues había estado más concentrado en Melhi que en los archivadores a decir verdad. Así que, para seguir así, mejor ayudaba a Melhi en la manera que pudiera. Sería más útil y seguro que ya se encargarían de los archivadores los otros chicos, ¡que a ellos se les daba muy bien!
─¿Qué tenemos que hacer, Melhi?
Yo también gasto una taba.
Entre todos, los chicos se esforzaron por hacer que el poder de Melhi fuese lo más intenso posible. Se concentraron en ayudarla con cada fibra de su cuerpo, y poco a poco fueron vienco cómo la expresión del Hada iba cambiando y volviéndose más serena.
- Creo que... me han percibido -dijo-. ¡Creo que lo hemos conseguido!
Sonrió mucho, pero no se atrevió a abrir los ojos, no fuera que la concentración se disipase y volviera a perderlos. No podía dejar que el esfuerzo de los chicos se fuese al traste.
- Vale, ya está. Creo que podemos comunicarnos con ellos... pero, ¿y si fuera una trampa? Creo que son ellos, pero no sé como podríamos asegurarnos. Y si son, ¿qué les digo?
Mientras Melhi intentaba comunicarse con Kolda y John, Zaina abrió el cajón del archivador con la etiqueta quemada. Estaba un poco atascado, pero al final cedió. Al hacerlo, la niña no descubrió nada amenazador, sólo un montón de carpetas más. Eran muy parecidas a las que contenía el archivador marcado con la etiqueta de "Registro de pacientes A-Z". ¿Habrían intentado las Hadas malignas que no se fijaran en aquél cajón? Quizá no habían tenido tiempo de quemar las carpetas que contenía, o no habían sido lo suficientemente fuertes como para abrirlo...
¡Aquí hay más carpetas! exclamo de pronto Zaina con tono nervioso. Y parece que las hayan intentado quemar.
Olvidando lo poco que la gustaba mirar aquellos papelajos, la niña vació con cuidado el archivador y comenzó abrir compulsivamente las carpetas y mirando en ellas. Sin dejar de buscar, la astuta gitanilla oyó la pregunta de Melhi y levantando la cabeza como un perro de caza exclamó ¡¡Preguntala por tu nombre y por el suyo!! Solo lo sabéis vosotras.
-Eso, pregúntale algo que solo vosotras sepáis.
Se acerca a donde Zaina ha esparcido todas las carpetas del archivador y ayuda a encontrar las que tienen el nombre de John. Parece que no querían que encontraran ese archivador... el cartelito esta quemado. Seguro que es importante. Si no, no lo habrían hecho.
En el rostro de Siobhan se fue dibujando una sonrisa a medida que veía que las facciones de Melhi se suavizaban, y se amplió todavía más al verla sonreír, ni qué decir cuando dijo creer ser capaz de comunicarse. No obstante, aquella sonrisa se vio ensombrecida al comprender que no podían estar del todo seguros que las hadas con las que se había contactado fueran las hadas amigas de Melhi y no secuaces del hada roja.
Siobahn se mordió el labio y se rascó la cabeza a la altura de la nuca, intentando pensar en algo qué preguntar, pero no se le ocurría nada. ¿Sus nombres? De seguro ya los sabían, los habían dicho más de una vez y de seguro los habían escuchado hacerlo.
—Sí, sí, tiene que haber algo que sólo ustedes sepan. Pregúntale y pregúntale también por el nombre completo de John —miró entonces hacia las nuevas carpetas que encontró Zaina—... Entonces si no querían que las viéramos es porque hay que verlas.
Tuvo el impulso de ir a revisar las carpetas pero tenía que seguir concentrada en ayudar a Melhi.
—Si pudiéramos hablar con ella y John nosotros también —musitó y cerró los ojos tratando de unir también su mente a la de Melhi.
Me concentré para contibuír a que la pequeña hada pudiese contactar, y reunir información que pudiese sernos útil. Buscar en las carpetas se estaba haciendo tedioso, aunque yo no perdía la esperanza.
Las quemadas me resultaron sospechosas, porque.. ¿quién haría algo así si no fuese importante? Seguro que la de John estaba ahí.
Pero ahora eso no importaba. Melhi necesitaba mi atención, y cerré los ojos, concentrándome en su búsqueda de respuestas:
-Vamos, Melhi.. -susurré-. Puedes hacerlo. Todos juntos, podemos conseguirlo..
Perdón, se me había pasado responder *_*
Con los ojos cerrados muy fuerte, Melhi se dio cuenta de que la supuesta Kolda volvía a comunicarse con ella. Escuchó... o más bien percibió lo que le estaba diciendo, y entonces se sorprendió.
- Ella también sospecha de mi -dijo-. Me está preguntando cuándo nací y dónde. Creo que no se fía de que realmente seamos nosotros... Debería decírselo, ¿no?
Siguió escuchando un poco.
- También quiere saber si estáis todos bien...
Mareada por leer con tan poca luz y con letra tan pequeña, Zaina levantó la cabeza para escuchar a la pequeña hada. Era una distracción justificable de aquel montón de letras que no hacían más que dar vueltas. La niña se mordió el labio inferior tratando de pensar de prisa. ¿Y si eran las hadas malas? Decir donde habáis nacido no era nada malo, al menos entre humanos pero ¿Y entre hadas?
Si ellas no pueden hacerte nada si saben donde has nacido diselo– dijo al final rascadose la cabeza– Pero también puedes decirle que sabes su nombre. Y que tú también tienes uno. Y que sabes quien os les ha puesto. Eso es algo que las hadas malas no saben. ¡¡Y dile también que nos hemos cargao dos hadas!! ¡Y que son trocitos de cristal!
Siobhan miró a Zaina asintiendo y no pudo ahogar la risita divertida que le vino nada más oírla decir que le contara de las malas a las que habían matado.
─Sí, sí dile y si se enoja es porque ella es mala también, pero si se pone contenta es porque es nuestra Kolda ─dijo entusiasmada─... Pregúntale quién era la otra hada que nos ayudó en el bosque cuando la conocimos.
Siobhan les explicó que si se trataba de Kolda, ella tenía que saber que aunque nunca pudieron ver a esa otra hada sí que la habían escuchado y que les había ayudado porque ellos habían rescatado a su nieta.
Si no estoy equivocada, Kolda es el hada que tenían encerrada en la cabaña y que nosotros rescatamos.
Ander miraba a las chicas con gesto contrariado. Él no habia vivido las aventuras que ellas si, y no entendía bien a qué se referían. Asi que se encogió de hombros y "atacó" los últimos registros que quedaban.