Partida Rol por web

Nunca sigas a las Hadas... 2: El Sendero Rojo

Capítulo V - Soñando en las tinieblas

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22/10/2018, 23:33
Jess

-Me niego a dejar a Zaina -dije rotunda. Aún seguía tocándola-. Zaina está luchando, al menos ella lo hace y nos pidió que no la dejásemos sola ni rompiésemos el círculo. Ellos lo hicieron, que no me gusta tampoco, pero abandonar a Zaina quizás sea matarla, y eso sí que no lo haré yo. John, si puedes comunicarte con ella, o Siobhan... ¡el que sea! Yo no puedo... Enteráos de cómo está Zai, por favor. Qué le pasa, contra quién lucha. Si necesita más ayuda... Dadnos noticias, estoy... -¿Cómo era esa palabra que la abuela siempre decía cuando estaba nerviosa? ¡Ah, ya! -...angustiada.

 

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28/10/2018, 19:47
Melhi

Melhi escuchó a Jess y tragó saliva. No le gustaba reconocerlo, pero aunque estaba muy preocupada por Kate y Robert... estaba de acuerdo con la niña rubia. Mientras Zaina estuviese inconsciente, no podían dejarla sola.

Vale, calma —dijo—. No nos precipitaremos como Kate y Robert. Dejemos que John se concentre...

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28/10/2018, 19:49
John

El niño de las gafas tenía el pendiente de Zaina en sus manos y se concentraba con intensidad en él, mientras lo miraba frunciendo el ceño. Tragó saliva y tras aclararse la garganta, llamó con suavidad.

¿Zaina...?

Pero no ocurrió nada. John respiró hondo y volvió a probar.

Zaina, ¿estás ahí?

Entonces pasó algo. El chico reprimió un gemido y sujetó el pendiente con las dos manos. ¡Estaba vibrando! 

¡Ey! ¡Está caliente! No... no lo entiendo. ¿Qué significará? ¡Zaina, dinos si eres tú!

Notas de juego

Taba descontada para John.

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28/10/2018, 19:55
Anette

Anette no cabía en sí de nervios, y se mordía las uñas mientras observaba a John sin poder evitar balancearse hacia delante y hacia atrás. Pero cuando el chico dijo aquello y vio como el pendiente brillaba, no pudo soportarlo más y se inclinó hacia él. Puso las manos en las de John para tocar también el pendiente.

¡Zaina! —exclamó— ¡Queremos ir contigo, ayúdanos a...!

Pero no pudo decir nada más, porque en ese momento, desapareció.

John dio un grito y soltó el pendiente, que cayó en el suelo de madera, tintineando.

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28/10/2018, 19:58
Hada de pelo corto

El Hada naranja abrió los ojos mucho al ver aquello, sorprendida.

¡Qué! —exclamó—. ¿A dónde ha ido?

Y se quedó mirando el pendiente, con una expresión de alarma en su pequeño rostro. No había ni rastro de Anette, simplemente se había esfumado.

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29/10/2018, 22:26
Jess

-¡Coge el pendiente! -le grité. A pesar del susto, era lo único que nos comunicaba con dondequiera que estuviese Zaina. Y quizás ahora Annette. No era cosa de ir tirándolo por ahí.

Me latía el corazón como un caballo desbocado, del susto de ver desaparecer a la niña. En un segundo. 

Estaba claro que lo que fuera, era una magia muy poderosa.

-Chicos, esto se nos está yendo de las manos. Annette pidió ir con Zaina, y desapareció. Quizás nosotros debamos hacerlo también. Quizás eso sea lo que Zaina necesita, ayuda allí mismo y no en la distancia. Si Annette pudo, nosotros también podremos... ¿os atrevéis? Venga, yo sí iré -alargué mi dedo para tocar el pendiente, esperando a que los demás lo hiciesen también para pedir ser llevados junto a Zaina, como hizo la pequeña Annette.

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29/10/2018, 23:16
Siobhan

Siobhan se quedó sin aliento cuando Anette se esfumó en el aire sin dejar rastro. Cuando Jess fue a tocar el pendiente, ahogó un grito.

¡Espera, Jess! —la detuvo—. Anette era un personaje de cuento, pero John, tú y yo somos seres humanos. ¿Qué pasa si nos quedamos inconscientes igual que Zaina?

Tragó saliva. Si caían redondas como su amiga, se quedarían a merced de las Hadas o cualquier cosa que les atacase allí. Y no podían dejar a Kate y Robert a su suerte. Pero también era verdad que merecía la pena poner a prueba aquello. Si era una vía para encontrar a Zaina y Ander, tenían que intentarlo.

Vale... vale, a ver —Siobhan pensaba a toda velocidad—. Ya lo tengo. Ve tú, e intenta llevarte contigo a Melhi. Yo me quedaré aquí y cuidaré de Zaina y de ti si caes inconsciente. También intentaré reunirme con Kate y Robert... aunque no sé cómo lo voy a hacer, pero ya pensaré algo. Si los encuentras y vas con Melhi, ella podrá comunicarse con Kolda igual que hicimos antes en el sótano de la Clínica y así al menos estaremos en contacto para poder reencontrarnos todos. ¿Qué te parece?

Era una locura de plan que podía fallar de mil maneras diferentes... pero a la niña no se le ocurría otra cosa, teniendo en cuenta la situación en la que estaban metidos.

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04/11/2018, 22:40
Jess

-Vale, venga... -no se me ocurría mejor modo de hacer algo útil-. Lo intentaremos así, ¡iré a donde está Zaina!

Agarré el pendiente, muy tensa y preocupada. No sabía a dónde iría, ni qué me encontraría. Me concentré en lo posible, pensando en ir donde estaba Zaina para bien o para mal, y dejé que Melhi también me tocase a mí, para poder ir juntas.

-Llévame con Zaina -pedí no sé muy bien a quién, y cerré fuerte los ojos, sin saber qué pasaría.

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05/11/2018, 18:36
Narrador

Nada más tocar el pendiente, Jess cayó redonda con los ojos cerrados y la gorra se le salió de la cabeza, dejando suelto su pelo rubio. John y Siobhan se apresuraron a sostener el cuerpo inerte y lo tendieron al lado del de Zaina. Había funcionado... o eso esperaban. Ahora, tenían que hacer su parte y reunirse con Kate y Robert...

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05/11/2018, 18:37
Siobhan

Siobhan suspiró y miró a John y a Melhi.

Bueno, más o menos lo que temía —dijo—. Espero que sea buena señal y que Jess pueda encontrar a Zaina. John, quédate con ellas aquí y no os mováis. Yo voy a buscar a Kate y Robert, y les traeré de vuelta. Melhi, tú...

Se quedó pensativa un momento.

Tú ven conmigo —dijo al fin—. Mientras estéis aquí en el árbol no os pasará nada. Volveré lo antes que pueda.

No le gustaba nada dejar a Jess y Zaina, pero no veía otra solución. Tampoco podía abandonar sin más a los otros dos niños. Pero no quería dejar ningún cabo suelto, así que miró a Alice y Caperucita.

Vosotras venid también conmigo —les dijo—. Quizá encontremos la manera de devolveros a vuestra casa por el camino —aunque se calló que en realidad seguía sin fiarse un pelo de ellas, y prefería tenerlas cerca. 

Sin perder más tiempo, salió por el hueco del árbol y cuando vio que los dos personajes de cuento la seguían, echó a correr hacia la cabaña.