Partida Rol por web

Bueno...Vale- dijo no demasiado convencida pero dispuesta a saber porque armaban tanto alboroto los demás niños.

Zaina siguió a trote ligero a Jess acercandose al lugar del que provenían los gritos y el alboroto. Seguro que era alguna había una fiesta o algo así.

Según se fueron acercando al grupo de niños de aquella calle, pudieron ver como poco a poco se apartaban de la ventana, y unos cuantos chicos salían corriendo en dirección a ellas. Jessica los reconoció al momento, pues iban a su colegio. Era un grupito que no tenía muy buena fama y siempre se dedicaba a liarla parda y a meterse con los demás, aunque tampoco es que fueran peligrosos. Pero las mamás de Noxville siempre intentaban que sus hijos no se mezclaran demasiado con ellos.

El grupo pasó a su lado como una exhalación, y sus caras no reflejaban demasiada diversión. Seguro que habían hecho algo malo y estaban escapándose para evitar que les cayera una buena bronca.

- ¡Quitad de enmedio! -dijo el que pasó más cerca, dando un empellón a Zaina para apartarla.

Después, doblaron una esquina y se perdieron de vista.

Zaina trastabilló y estuvo a punto de caer al suelo de no haber sido por un pequeño arbolillo al que pudo sujetarse. Mientras el muchacho corría Zaina lo miró enfadada. Si se lo volvía a encontrar se enteraría. La niña generalmente era tranquila pero la había molestado mucho aquel empujón de un niño que no conocía de nada.

¡CORRE IMBECIL!—le gritó mientras se frotaba el brazo para calmar el golpe mientras decía a su amiga.— Que idiota. Casí me tira. Y encima es un cobardica ¡GALLINA!

-Sí, ¿estás bien? -le pregunté a Zaina-. Parece que hicieron alguna travesura, creo que no deberíamos estar aquí, o nos llevaremos las culpas..

No quería llevarme una bronca o un castigo por culpa de los cafres esos, que siempre eran muy dados a culpar a los demás.

Si, mejor vamosnos a casa de Siobhan-dijo la niña mientras pensaba que seguro que las culpas la caerían a ella aunque acabase de llegar. Cuando estemos cerca de su casa me lo dices y me subo a un arbol o me escondo detrás

Hacia allí nos dirigimos. Cuando teníamos a la vista la bonita casa de Siobhan, le susurré a Zaina:

-Vive ahí, mejor escóndete tras este matorral -dije, señalando el seto del jardín vecino-. Así le daremos la sorpresa..

Seguí sola los pocos pasos que me quedaban hasta la puerta de la casa de Siobhan, y, mirando de reojo que Zaina estuviese escondida, me dispuse a llamar al timbre.

Sin dar más importancia al incidente del choque con los gamberros, las niñas se dirigieron a la casa de Siobhan, que ya se podía ver muy cerca.

Zaina se ocultó a la vista lo mejor que pudo, lo cual no le costó mucho acostumbrada como estaba a vivir rodeada de naturaleza. Entonces Jess se dirigió al timbre y llamó con decisión. Ambas esperaron a que alguien las abriese, aunque siendo tan temprano tal vez aún no se hubiesen levantado en aquella casa...

Sin embargo, enseguida se oyeron ruidos dentro, así que era muy probable que después de todo, si estuvieran ya despiertos. La puerta se abrió pasados unos segundos y la madre de Siobhan apareció en el umbral, dedicándole una sonrisa a Jess.

- Hola, Jessica -saludó-. Te he visto venir, pero me ha parecido que ibas con alguien. ¿Vienes a ver a Siobhan?

Zaina se quedó escondida entre los arbustos sin mover un solo pelo, esperando que a Jess se la ocurriese una buena excusa...o que hiciese participe a la madre de la broma. Lo importante era sorprender a Siobhan.

Cuando la mamá de Siobhan apareció, me acordé de quitarme la gorra de la cabeza y la cogí con las manos en mi espalda, como me habían enseñado.

-Hola, señora.. Sí, venía a ver si Siobhan estaba en casa, quería.. darle una sorpresa -dije, sonriendo con mi mejor cara de niña buena. No sabía cómo le sentaría a la mamá de Siobhan que Zaina hubiese vuelto, a lo mejor no la dejaba verla, así que no le conté lo que pasaba-. ¿Puede salir?

La madre de Siobhan sonrió de manera calmada, como siempre solía hacer, y se volvió para mirar al interior de la casa.

- ¡Siobhan! -llamó-. Jessica está aquí, date prisa...

Luego volvió a mirar a Jess y le hizo un gesto para que esperase.

- No tardará -dijo sin perder la sonrisa-. Se estaba preparando para salir con la bici.

Al poco rato, Jessica vio aparecer a Siobhan en el umbral de la puerta. Se había puesto ropa de deporte, pero no llevaba bicicleta. Era probable que al saber que Jess estaba allí, hubiera decidido cambiar los planes. Cuando vio a su amiga, sonrió. Jess era de las pocas personas que conseguían hacer sonreír a Siobhan solo con estar ahí.

- ¡Hola, Jess! -saludó-. Tenía ganas de volver a verte.

No hacía mucho que se habían visto por última vez, pero aquello no importaba. No es que Siobhan tuviera muchos amigos, y ver a la chica rubia siempre le subía el ánimo.

-¡Hola, Sio! -saludé alegremente a mi amiga. Siempre me gustaba volver a verla. Me dí cuenta de que su madre todavía seguía por allí, atenta, así que no desvelé nada-. Venía a ver si te apetecía dar una vuelta. Si ya estás lista, podemos irnos..

Tenía ganas de que por fin se cerrase la puerta tras ella, y llevarla hasta donde Zai estaba escndida.

-Podemos ir hasta el río Holston, si te parece. Yo he traído mi bici, pero podemos ir andando, como prefieras..

Desde su escondite, Zaina se aguantaba las ganas de reir, esperando a que Siobhan estuviese lo suficientemente cerca para saltar con un "¡¡Sorpres!!". La niña había tenido que aguantar las ganas de saltar sobre ella inmediatamente para saludarla, pero de momento, conseguía aguantarlo.

Mientras Zaina estaba escondida y Jess proponía el plan de ir al río a Siobhan, se pudo escuchar un relámpago muy leve, como si a lo lejos se estuviera formando una tormenta. Lo cierto era que había un poco menos de luz y más nubes...

- Como quieras -dijo Siobhan-. Tengo la bici atrás, si quieres vamos a por ella y así llegamos antes. Además, parece que va a llover...

Empezó a andar, dando por sentado que la sugerencia le parecería bien a Jess.

Zaina esperó pacientemente hasta que las dos niñas fueron a por la bici de Siobhan y que pasaran junto al arbusto donde ella aguardaba escondida. En aquel momento, Zaina salió de entre los arbustos gritando "¡¡SORPRESA!!" con una gran sonrisa en su cara. Estaba encantada de ver a Siobhan pero no iba a abalanzarse encima para abrazarla estando encima de la bicicleta.

Todo sucedió muy deprisa, Siobhan quiso su bici, y, para mantener la sorpresa, fuimos a por ella. La llevé por donde Zaina estaba escondida, manteniéndola distraída con preguntas sobre su bici, y de pronto... Zai nos sorprendió. A ambas, puesto que aunque yo sabía que estaba allí, su salto felino y su grito no me lo esperaba, y hasta yo me paralicé.

Me río al recordarlo.

-¡Sorpresa, Sio! ¡Zaina ha venido con su familia! Venía a enseñarte su carta -dije, sancándola del bolsillo-, y de camino hacia aquí me la encontré.. ¡Por fin las tres juntas de nuevo!

Ahora si, Zaina abrazó cariñosamente a Siobhan, muy contenta de volverla a ver. Añoraba a los chicos, pero ver a sus dos amigas con las que tanto había pasado...

"Sioby", te he echado de menos. ¡¡Como me alegro de que estes aquí!!

Las hojas de los arbustos aun estaban en su pelo, pero estaba claro que aquello era lo de menos. Estaba con sus amigas

Zaina había aparecido tan de repente que Siobhan se había quedado muda de la impresión y había ahogado un grito dando un paso atrás. Pero en cuanto vio que se trataba de la gitanilla se le iluminó el rostro y se abalanzó sobre ella para abrazarla. Seguía siendo la más pequeña de las tres, pero ahora era mucho más fuerte.

- ¡Zaina! ¡Zaina! - gritaba una y otra vez, sin atinar a decir otra cosa, dando saltos abrazada al cuello de la pequeña de tez morena.