Partida Rol por web

Después de cruzar el rio Fairbank el viaje ha continuado en silencio. El predicador Dewey se ha encontrado una sorpresa al meter la mano en el bolsillo de su nuevo guardapolvo: un colgante con una pesada cruz de hierro.

Habéis cabalgado 4 horas más bajo un Sol que ha ido perdiendo fuerza y altura. Ya entrados en el atardecer, el cielo se enrojece y la brisa por fin es refrescante. Ahora vislumbráis algo pequeño y blanco, que se mueve rápidamente por el suelo. Luego otro. Luego otro más. La brisa parece que llena el aire de pequeñas cosas blancas y oblongas.

A medida que os acercáis veis que en realidad se tratan de cartas, escritas cuidadosamente a mano por muchos remitentes diferentes. Algunas yacen en la mugre, con sus delicadas palabras rotas. Otras hojas han quedado atrapadas bajo las piedras o han sido empaladas por un cactus.

La fuente de todo esto pronto se hace evidente. Más adelante aparece una escena de destrucción. Un pequeño carruaje yace bocabajo, sus ruedas apuntan al cielo. El costado del vehículo está totalmente destruido, las maderas están rotas y de su interior fluyen cartas y documentos que se han derramado sobre las matas del campo. Del carruaje sobresalen flechas. ¡El Pony Expres ha sufrido una emboscada!

Desde la distancia podéis ver los cuerpos de los dos conductores totalmente inmóviles. Los caballos aún están atados al carruaje, retorcidos y rotos en su muerte.

Lentamente bajo de mi cabalgadura, preparo mi rifle y me acerco lentamente hacia el carruaje primero y luego hacia los cuerpos de los dos conductores.

      El predicador Allan estrecho en su mano el crucifijo y rezó por un momento agradeciendo a dios darle señales para mantener su fé hasta en es cubrepolvo, se mantuvo montado en su caballo hasta llegar a los cuerpos de los jinetes junto a Bruce y desde alli miro a su alrededor apuntando con el rifle para tratar de que no fueran tomados por sorpresa en una emboscada, solo si no vio ninguna señal entonces guardó el rifle en el caballo y lo desmontó para revisar si la pareja de conductores segúia con vida, de cualquier manera le pidió a Brouce:

      " Ayudame Bruce a mover el cuerpo de este par para revisar su salud y si no para resar un momento por sus almas antes de revisar cuidadosamente que pasó aquí y alejarnos rápidamente por si regresan los perpetradores de esta matanza "   

-Voy

Me acerco a uno de los cuerpos

-Revisar el carro a ver si encontráis huellas de quien ha provocado todo esto -les digo al resto- Que alguien vigile, no me fío de que se hayan ido.

A medida que os habéis ido acercando al lugar del crimen vuestros caballos se han ido poniendo más nerviosos, parece que querían evitar el lugar con todas sus fuerzas. No hay ninguna duda de que los dos hombres están muertos. Por su semblanza parecen padre e hijo y por el buen estado de los cuerpos diríais que los asesinatos son del día de hoy, además también veis que su cuero cabelludo ha sido brutalmente segado.

Solo acercaros ya hay una cosa que os llama poderosamente la atención y es que no hay ni una mosca rondando a los cadáveres.

- ¡Malditos indios! ¡Son peores que bestias! ¡Peores que animales salvajes! Esto es horroroso, definitivamente esta no será una tierra tranquila hasta que los matemos a todos.

-Tiene pinta de que sean indios, y no parece que haya sido hace mucho, tal vez por eso no hay ni una mosca....pobres desgraciados. Habría que darles sepultura, ¿no?

Tras examinar los cadáveres me levanto y con la vista dirigida hacia el suelo comienzo a dar círculos en torno a los cadáveres, buscando huellas, flechas...

-Vigilar, el causante puede estar aún cerca

       " La violencia y frialdad de muchos indios es escalofriante señores, sin embargo no todos son exactamente iguales y dios nos pide que si hay uno inocente entonces todos merecen un juicio, como en Sodoma y Gomorra "  

        Entonces el predicador revisa primero alrededor para no ser sorprendido, cuando ha revisado alrededor, desmonta y revisa su salud y si puede hacer algo por ellos lo hace, pero si no simplemente les revisa, tanto como los restos de la diligencia y finalmente después de observar todo con atención trata de comprender lo sucedido antes de volver a montar de nuevo, ya montado le dijo a Jerry dice:

       " Has estado muy callado últimamente muchacho, mas que los demás ... si quieres regresar a Tumbstone los demás y yo lo comprenderemos pero si no monta guardia mientras que terminamos de revisar lo que aquí sucedio para alejarnos de aqupi tan pronto pueda resar por sus almas y darles cristiana sepultura "   

         Allan Dewey vuelve a desmontar para trata de liberar a los caballos de la diligencia para ver si alguno de ellos puede sobrevivir por su cuenta ... pero si no es posible toma un cuclillo de la mochila colgada a su caballo y termina su sufrimiento sin usar una bala que llame la atención de alguién indeseable, entonces se inca un momento para resar fervientemente por el descansos de sus almas.

Ben baja de Lewis en cuanto ve las flechas en el carromato. Efectivamente, parece que la masacre ha sido realizada por los Pieles Rojas. Coulon tiene toda la razón, podrían estar cerca, y más si aun no hay tábanos ni buitres rondando los cadáveres. El ataque ha debido producirse hace muy poco tiempo.

Ésta vez no merece la pena andarse con tonterías, ahí corren mucho peligro. Coge a su caballo de las riendas y tira de él para llevarlo hasta los restos del carromato. Allí comprueba sus dos armas, y empuña el rifle winchester. Agazapado y con la espalda pegada a la madera, para tenerla cubierta, otea el horizonte a su alrededor buscando algún signo de peligro.

—Terminen pronto. Hay que irse de aquí. Esto no me gusta—Escueto como siempre, Ben manifiesta su preocupación en voz lo suficientemente baja como para que apenas sus compañeros puedan escucharlo.

Jerry obedece al predicador sin protestar y se queda montado en su caballo oteando el horizonte.

Ben también vigila, protegido contra el carruaje. El golpe debió de ser muy fuerte para destrozar de esta forma el vehiculo. Seguramente estaban huyendo al máximo de velocidad cuando chocaron con alguna gran roca, aunque por aquí no se ve ninguna. En medio de las sacas y costales de cartas, encuentra una bolsa con 40 dólares.

Mientras tanto Allan examina los cuerpos, lo primero que le llama la atención es que los dos hombres tienen las cabezas destrozadas. Es de conocimiento popular que los indios arrancan la cabellera haciendo un corte en la parte delantera con un cuchillo para ir luego arrancando hacia atrás poco a poco, pero estos dos hombres tienen claras heridas de destral en su cabeza.

Además el ritual del “escalpe” no se había visto nunca por aquí. Es una costumbre propia de otras tribus indias de la costa este, que según ha leído el predicador, lo empezaron a hacer para vengarse de los mercenarios del ejército francés, quiénes cortaban el pelo a los indios para poder cobrar la recompensa.

Pensativo, y luego de comprobar que los caballos también están muertos, rastrea la zona. Pronto encuentra las marcas de un segundo carruaje. A decir por la hendidura de las ruedas, debía de ser uno de pesado.

Coulon también le echa un vistazo a los cadáveres, hay alguna cosa que no termina de convencerle. En su larga vida ha visto centenares de hombres y caballos muertos y no tenían este aspecto flácido y pálido. Finalmente descubre la diferencia ¡no tienen una gota de sangre! Han sido drenados, vaciados del líquido de la vida, tanto los caballos como los conductores. Para vuestro horror, Coulon descubre que los cuatro cadáveres están llenos de centenares de pequeñas heridas, pequeñas “mordeduras” de no más de dos pulgadas apenas visibles. Sin duda debió de ser una muerte horrible como atestigua el horror en sus miradas.

-¡Dios santo! -exclamo mientras retrocedo espantado- ¿quien ha podido hacer algo así?, ¡les han dejado sin una gota de sangre!

Doy unos pasos hacia atrás, mientras el rifle me tiembla en las manos, nunca había visto algo así, me quedo pálido y un frío sudor aflora en mi rostro.

Respiro hondo, recuerdo horrores del pasado, ya he superado esto, el temblor desaparece y comienzo a recuperar el control.

-Las flechas y las cabelleras es cosa de indios, dejar los cuerpos sin sangre no. Tal vez el causante no fuese indio, pero se hizo pasar por indios para despistar. Y esas marcas que ha encontrado el predicador -señalo- un carruaje pesado.....¿los Pickerton?, ¿es posible que esos malnacidos hayan pasado por aquí?, ¿que sean los causantes de esto?, y si es así...¿por qué?

Multitud de preguntas ebullen en mi cerebro, esto no es normal, aquí pasa algo raro, primero la tormenta, luego esos desgraciados y ahora esto....

Comienzo a buscar, primero en el carruaje y luego en los alrededores, busco más huellas, pistas, lo que sea que me indique que ha pasado aquí y quien es el causante de todo esto

-Fox, la niña....¿que le pasó?, fue horriblemente asesinada pero ¿tenía algo que ver como lo que estamos viendo aquí?

        " Esta aberración poco tiene que ver con dios, no se si sea cosa de indios o no dejar los cuerpos sin sangre, tampoco de cristianos.    Tienes razón Bruce en que tal vez el causante no fuese indio, no se si para hacerse pasar por indios, no veo la cusa de esta barbarie.    Las marcas que he encontrado podrían ser de un carruaje pesado como el de los Pickerton.    Sabemos que esos malnacidos pasaron por aquí, de acuerdo a lo que nos contó Rick antes, pero no sabemos si ellos provocaron esto o simplemente se cruzaron con esta escena dantesca como nosotros.,  ¿Por qué cree señor Coulon que sean los causantes de esto?, ¿Para qué? "   

       Ya que reconoció claramente las pistas recientes del carruaje el predicador Dewey  volvió a tratar de descubrir la naturaleza horrorosa y no-natural de estas muertes antes de montarse en Claude y acercarse a Jerry y Ben para indicarles el camino que le indicaban los rasros de la carroza, cuando escuchó la pregunta de Bruce, a quien le respondió adelantandose a Fox:

       " La familia Hundle ha sido parte de mi parroquia desde mi llegada al pueblo.   He visto crecer a la pequeña Alina e incluso la ayudaste en su aprendizaje, así como a Jerry. Me quedaste horrorizado cuando supe que la habían matado y mutilado, cuando tuve que oficiar sus últimos ritos de despedida supe y observé que su cuerpo fue despedazado y sus entrañas troceadas. Un acto de maldad propia del mismísimo Demonio. Prometí a sus desconsolados padres que el asesino se enfrentaría a la justicia y tengo la intención de cumplir mi palabra .... sin embargo también me agradaría saber señor Fox, ¿si el cuerpo de la niña fue manipulado de alguna manera por usted o su jefe antes de mi arribo con ella? "  

—¿Sin una gota de sangre? ¿Qué chifladura es esa?— Inquiere Ben, incrédulo, aun con la mirada puesta en el horizonte, pero más tranquilo al ver que no parece haber peligro—¿Podemos hablar en otra parte, por favor?

Coulon ha mencionado a los Pinkerton. Y Ben sabe que son muy capaces de ello, y más cuando están en juego sus propios intereses. Tratándose de una diligencia de correos, es hasta probable que hayan podido estar implicados. Pero el estilo de los Pinkerton es reventar la cabeza de un tiro con la escopeta, no drenar sangre, no son tan sutiles.

Guarda el rifle y se dirige hacia el reverendo Dewey. Ya ha tenido suficiente discusión y la acusación al sheriff ha sido la gota que ha colmado el vaso. Ha llegado el momento de saldar una cuenta pendiente, y qué mejor que ese lugar, en el que corrían peligro de ser encontrados por Pieles Rojas u enemigos peores.

—Reverendo ¿Mató usted a la niña?

Al escuchar la pregunta de Ben me detengo y alzo los ojos. Mi rostro refleja sorpresa ante las palabras de Ben.

-¿Qué si el reverendo mató a la niña?, ¿a qué diantres ha venido eso Ben?

Las conversaciones entre Dewey y Rumson han sido escasas y frías desde el inicio del día, pero ahora parece que está tensión se pone de manifiesto.

Fox parecía un poco indignado ante la pregunta del predicador, pero la intervención del discreto Rumson antes de que tuviera tiempo de contestar desvía la atención otra vez hacia Dewey.

Ya está. La acusación ha sido lanzada. Ahora es el momento de defenderla, como cuando él era sheriff... Como cuando llevaba la justicia allá donde él iba. La llama se enciende de nuevo en su interior, y quizás esta vez sea para quedarse. Es hora de saldar cuentas con los fantasmas del pasado...

—Siento que esto tenga que ser así, de esta forma— Dice, respirando sonoramente en las pausas, como preparándose para hablar más de lo que ha hablado últimamente—. Pero vi los carteles de "Se busca" en el puesto... Reverendo Dewey. Nunca me ha gustado su cara, no sabía por qué, pero no me gustaba. Ahora se por qué. Su cara resulta ser la de Steve Clanton. El líder de la banda de los Clanton. Los bandidos a los que intenté detener y que acabaron con mi vida.

Ben titubea un poco. Le tiembla el labio inferior. Se están abriendo heridas por todo su ser. Heridas que nunca han cerrado del todo y que han seguido supurando hasta extinguir toda la llama en su interior. Pero no desvía la mirada. Sus ojos están clavados en los ojos del predicador Dewey, de Clanton. Porque no quiere olvidar de nuevo. No quiere olvidar su cara, la cara que hizo que lo perdiese todo.

—Así que... Lo volveré a preguntar. Clanton ¿Mató usted a Alina Hundle?

         Como buen jugador de poker Allan sabía controlar muy bien sus reacciones, con una frialdad notable, sin embargo esa acusación tan sorpresiva de Ben debía haberle pillado por sorpresa en ese preciso momento pero le mantuvo la mirada a Ben con poco aprecio y aparente confusión, entonces se relajó un poco antes de responder:  

         " Ya veo porque nunca hemos podido platicar a gusto, así que empezaré por responder su primer acusación sin sentido Ben Rumson, la vecina de Alina Hundle me fue a buscar mientras que el padre ya había ido por el sheriff, yo llegue allí después de ellos y cuando lo hice la madre aun estaba llorando arrodillada junto al cuerpo inerte de la pequeña; lo que acabo de decir acerca de buscar hacer justicia a esa pobre familia es completamente cierto; por otro lado si los bandidos Clanton que dice usted haber intentado detener acabaron con su vida, ¿como es posible que usted esté vivo ahora entre nosotros acusándome? y ¿por que no lo había hecho antes? "       

         El semblante asqueado  por pensar lo que acababa de escuchar hizo al predicador llevar sus manos a la cabeza y negar con ella por un momento un tanto mareado, pero aún manteniendose montado sobre Claude, tomo d enuevo aire y respiró honda antes de continuar, mirando de reojo a cada uno de los presentes ... antes de confesar lo que iba a decir Allan titubea un poco para observar sus reacciones y se fue desencajando su expresión conforme les confesaba:     

          " Si mi cara resulta ser como la del forajido Steve Clanton, líder de la banda de los Clanton, que viste en el cartel de se busca afuera de la tienda Ben, es porque yo soy un Clanton, pero no precisamente Steve, el murió en mis propias manos cuando fua a buscarme a mi antigua parroquia, entonces fuimos perseguidos por días por unos Pinkerton muy cerca de la frontera de México, a donde llegué inconsiente, cuando desperté estaba en otro convento y gracias a los religiosos de allí me convertí en un predicador de su orden con otro apellido; yo quise que los demás olviran lo que había hecho mi hermano tratando de no olvidarlo yo nunca .. resarciendo su daño con la sociedad llevando la palabra de dios a donde fuera y tratando de colaborar con la paz entre los hombres, así llegué hace un tiempo a Tombstone y posiblemente ... ahora que ustedes lo saben deba seguirlo haciendo en otro lugar, pero antes permitanme por favor contribuir para hacer justicia a la familia Hundle "  

-Creo predicador que se refiere a que los Clanton acabaron con aquello que más amaba, cambiando su vida por completo, acabando con la misma tal y como la conocía.

Bruce queda atónito ante lo que está escuchando, empuña su rifle con más fuerza y mira a Fox buscando respuestas a una pregunta que le golpea incesantemente en la cabeza

¿Qué hago? -en ese momento dirige la mirada hacia el joven Willis, el cual permanece callado. ¿Que estará pasando por su cabeza?, ¿cómo reaccionará al escuchar el nombre de los asesinos de su padre y de que el reverendo está emparentado con ellos?

-¿Cómo? Toda la vida aguantando sus sermones, intentando aceptar sus explicaciones de porqué Dios se había llevado a mi padre tan pronto y ahora resulta que ¡fue su hermano quién lo mató! No tiene ninguna vergüenza predi…

El chico está absolutamente asqueado y muy enfadado.

- Ni tan siquiera su nombre es real y mucho menos su moral. Me da igual que diga que ahora intenta reparar el daño hecho por su hermano. No tiene vergüenza y efectivamente, cuando este maldito viaje termine, espero que se vaya del pueblo para siempre.

-¡Maldita sea! ¡Un Clanton! ¡Es usted un Clanton y lleva años viviendo en Arizona tranquilamente! Hay mucha gente que estaría encantada de pegarle un tiro por la espalda sin importar si es un asesino, el hermano de un asesino o un pariente lejano.

La actitud de Fox es más bien de asombro.

-Hacía muchos años que no había vuelto a escuchar este infame nombre. La banda de Steve Clanton fue de las más sanguinarias que han cabalgado por estas tierras. Asaltaron multitud de carros y viajeros, matando sin piedad para no perder ni un segundo antes de volver a desaparecer. Su legado de sangre quedó tan marcado que ya ve como hasta en nuestro grupo aún quedan víctimas de él.

Si no fuera por un sheriff de la zona que los cazó, Dios sabe cuántos más inocentes habrían muerto. Se ve que mató a unos cuantos por sorpresa y que encarceló a otros más. Esa noche y mientras dormían en la celda esperando su juicio, el hombre gastó una bala para cada uno y terminó definitivamente con la banda. No diré que esté bien, pero ese cabrón les hizo probar de su propia medicina.