Partida Rol por web

¡oh capitán, mi capitán!

El Conejo Caldoso

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30/09/2016, 20:19
Guillaume Le Noir

Black había hecho para lo que estaba entrenado, y tal como había pasado la tarde anterior, otro enemigo más dispuesto a abrirles en canal se había convertido en un corderito a sus órdenes, un simple esclavo sin voluntad. Con eso zanjado, y mientras cargaba su pistola y recogía la otra, se dirigió hacia el cuerpo tendido del pirata, que en esos momentos parecía estar siendo atendido de manera más que eficiente por el sargento. 

Era probable que aquellos torniquetes le salvaran la vida con el tratamiento adecuado, el cual, como no, dependería de él. Alegrándose de haber aprendido algo del tipo que le había cosido y prácticamente revivido tras la pelea contra los matones del francés, enfundó sus dos armas - una cargada y la otra no - y se arrodilló junto al marino, haciendo un gesto a Leinad para que se apartara un poco.

- Déjame ahora, yo me encargo. 

Por suerte había decidido coger algo más del cuartel aparte de armas y el maletín de investigación del que, después de la bronca del día anterior, no se iba a separar. Sacando un pequeño fardo de uno de los bolsillos grandes de su casaca, empezó a distribuir en el suelo un par de gasas, un pequeño bote con un líquido transparente en su interior y una aguja e hilo. 

Luego, antes de ponerse a trabajar, dejó que la magia que le había ayudado en la batalla fuera disolviéndose y en su lugar acumuló energía en las manos. Una vez sintió como hebras de poder se arremolinaban en sus dedos, comenzó a tratar a Quinn lo mejor que sabía. Primero tocó con las yemas de los dedos índice y pulgar la punta de la púa, metió el filo cordón y después empezó a coser con precisión quirúrgica cada corte tras limpiarlo con una de las gasas limpias, empezando por los que peor se veían y acabando con los que corrían riesgo de abrirse. Una vez acabado dejó caer unas gotas del líquido sobre las gasas restantes que había sacado y las dejó con cuidado sobre las peores heridas, cubriéndolas después con los jirones de la camisa que Gunter había hecho.

Cuando hubo terminado se dejó caer en el suelo al lado del corsario y sacó la pistola cargada, suspirando de cansancio ante todo aquél panorama. Apuntó y amartilló el arma, dirigiendo el cañón hacia la cabeza del recién despertado tripulante del Infierno, y cuando notó que ya tenía la mente para hablar, preguntó.

- Bueno, te he salvado la vida, a cambio de que tú salvaras la nuestra - Sonrió -. Estamos en paz, así que ahora dime, ¿qué ha sido eso que hemos visto? 

Estaba claro a lo que se refería. Aquél poder que había visto en él no era simple furia descontrolada, era algo más, justo lo que ellos se encargaban de perseguir para ser exactos. Necesitaba una respuesta sincera o volvería a haber problemas, y ponía a dios por testigo que no quería más altercados. 

- Tiradas (1)

Notas de juego

Uno un punto de magia para curación. Ya me he quitado el punto (¬¬!) jajaja

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30/09/2016, 21:20
Máster

Cuando el inspector Le Noir se acercó con la sana intención de revivir al marino caído algo extraño sucedió, algo que hizo alejarse sorprendido o asustado a Leinad, muchas de las heridas del Sr Quimm se estaban cerrando solas, prácticamente se había regenerado entero... extraño poder parecía sumar al visto en combate el bárbaro marino

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30/09/2016, 21:25
Director

Notas de juego

curas 16 heridas, estás casi entero... que tu sepas no posees ese poder, pero tal vez sea algo nuevo que ha despertado en ti

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30/09/2016, 21:28
Director

Notas de juego

ya puedes copiar y pegar tu post para que quede después de éste... obviamente has de cambiar bastante para que case con lo ocurrido, pero no cambies lo que casa, es un post demasiado bueno como para perderlo

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30/09/2016, 21:36
Abraham Quinn

Prácticamente con las fuerzas agotadas, Abe seguía combatiendo con fiera determinación. Pero en un momento dado, sintió un dolor lacerante en la base del cráneo. Supo que la vida se le escapaba; las manos perdieron su fuerza y el hacha se escurrió de entre sus dedos, cayendo pesadamente al suelo.

Al fin, su hora había llegado y el marino se abandonó en los brazos de la parca.
Contrastando completamente con la mueca de locura homicida que había adornado su rostro segundos antes, ahora aparecía una tranquila y bondadosa sonrisa en sus labios; lágrimas de beatífico gozo rodaban por sus mejillas.
- Madre, padre... me reúno con vosotros...
Mientras caía, en unos segundos que para él fueron eternos, el dolor desapareció por completo, así como también el odio y la rabia. Para cuando tocó el suelo, Abraham ya había perdido el conocimiento.
Todo se volvió negro y el tiempo dejó de contar para él.

De repente, la vida volvió a abrirse paso y su corazón empezó a latir con fuerza. Cuando sus pulmones comprendieron que el cuerpo reaccionaba, Quinn boqueó desesperadamente en busca de aire y se incorporó sin saber muy bien qué ocurría. Se sentía aturdido y algo agitado.
Notaba un hormigueo que recorría cada fibra de su ser; al mirar, pudo ver cómo la gran mayoría de sus heridas estaban cerrándose milagrosamente.

- ¿Qué coño...? - Fue lo único que acertó a decir. En ese momento, recordó dónde estaba e, intintivamente buscó con la mirada en busca de su acero. Mas, al observar su alrededor vio que la lid ya había terminado. Comprobó -sin saber muy bien cómo sentirse al respecto- que los guardias seguían en pie.
Trató de levantarse, pero las fuerzas le fallaron debido a la extraña sensación que se había adueñado de su cuerpo, de modo que se quedó en el suelo sentado, palpándose los brazos y los lugares de dónde había manado sin control su fluido vital.

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30/09/2016, 22:15
Director

Notas de juego

no posteeis hasta que no lo haga le noir, porfavor, que es un momento clave y os estais pisando los post

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30/09/2016, 22:22
Guillaume Le Noir

Black había hecho para lo que estaba entrenado, y tal como había pasado la tarde anterior, otro enemigo más dispuesto a abrirles en canal se había convertido en un corderito a sus órdenes, un simple esclavo sin voluntad. Con eso zanjado, y mientras cargaba su pistola y recogía la otra, se dirigió hacia el cuerpo tendido del pirata, que en esos momentos parecía estar siendo atendido de manera más que eficiente por el sargento. 

Era probable que aquellos torniquetes le salvaran la vida con el tratamiento adecuado, el cual, como no, dependería de él. Alegrándose de haber aprendido algo del tipo que le había cosido y prácticamente revivido tras la pelea contra los matones del francés, enfundó sus dos armas - una cargada y la otra no - y se arrodilló junto al marino, haciendo un gesto a Leinad para que se apartara un poco.

Por suerte había decidido coger algo más del cuartel aparte de armas y el maletín de investigación del que, después de la bronca del día anterior, no se iba a separar. Sacando un pequeño fardo de uno de los bolsillos grandes de su casaca, sin atender a nada más que su tarea, empezó a distribuir en el suelo un par de gasas, un pequeño bote con un líquido transparente en su interior y una aguja e hilo. 

- Déjame ahora, yo me... 

Antes de ponerse a trabajar, antes de dejar que la magia que le había ayudado en la batalla fuera disolviéndose y en su lugar se acumulara energía en sus manos y sintiera como hebras de poder se arremolinaban en sus dedos, antes de comenzar a tratar a Quinn lo mejor que sabía, ocurrió. Tenía ya todo dispuesto en su mente, cada paso que dar; Primero tocaría con las yemas de los dedos índice y pulgar la punta de la púa, metería el fino cordón y después empezaría a coser con precisión quirúrgica cada corte tras limpiarlo con una de las gasas limpias, empezando por los que peor se veían y acabando con los que corrían riesgo de abrirse. Una vez acabado dejaría caer unas gotas del líquido sobre las gasas restantes que había sacado y las dejaría con cuidado sobre las peores heridas, cubriéndolas después con los jirones de la camisa que Gunter había hecho.

Pero nada de eso ocurrió, pues antes de que pudiera poner en práctica su conocimiento recientemente adquirido, las heridas del corsario se cerraron solas y este recupero el conocimiento. Si lo de antes había sido sospechoso, aquello terminaba por ser del todo una amenaza.

Incluso sin haber terminado de pensar aquello se dejó caer en el suelo al lado del corsario y sacó la pistola cargada, suspirando de cansancio ante todo aquél panorama. Apuntó y amartilló el arma, dirigiendo el cañón hacia la cabeza del recién despertado tripulante del Infierno, y cuando notó que ya tenía la mente para hablar, preguntó.

Bueno, te he salvado la vida, a cambio de que tú salvaras la nuestra - Sonrió, aunque no había alegría en su gesto-. Estamos en paz, así que ahora dime, ¿qué ha sido eso que hemos visto? 

Estaba claro a lo que se refería. Aquél poder que había visto en él no era simple furia descontrolada, y obviamente esa curación acelerada... era algo más, justo lo que ellos se encargaban de perseguir para ser exactos. Necesitaba una respuesta sincera o volvería a haber problemas, y ponía a dios por testigo que no quería más altercados. 

Notas de juego

Pues recupero mi punto de magia! tss jajaja

Y espero que así esté bien :D

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01/10/2016, 01:03
Director

Notas de juego

Perfecto, ahora si, continuamos. A vuestro rollo, tema interrogatorio al mendigo por un lado y lo de quimm por otro

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01/10/2016, 08:31
Antoine Black

Finalmente había conseguido la atención del rufián. Cuándo éste dejó caer su arma y se giró hacia él, Black guardó su pistola y metió su mano derecha en uno de los bolsillos de su casaca.

Como era habitual, el tacto metálico de las inscripciones en relieve le transmitió una sensación de tranquilidad que recorrió su cuerpo. Sacó el medallón, que emitió unos leves destellos metálicos. Observó el ojo de Halcón y éste le devolvió la mirada.

Cuando quiso darse cuenta estaba a unos centímetros de aquel pobre diablo. Colocó el medallón frente a su rostro y lo hizo girar lenta y rítmicamente, hasta que la mirada de su atacante se perdió en los giros del artefacto.

-Relajate, déjate llevar por la sensación de calma. Siente como te hundes poco a poco en el sueño- decía en voz baja y calmada.

-Ahora te voy a hacer unas preguntas que vas a contestar y después te marcharás sin recordar nada de lo que ha pasado aquí, ¿de acuerdo?- continuó.

- Tiradas (1)

Notas de juego

menudos dos llorones, tenéis puntos para reventar, en vez de casacas negras parecéis de la orden de la virgen del puño cerrado jajajajajajajaja

Le recuerdo a nuestro amado máster que no sería la primera vez que me daría un chungo por usar la magia... Y no veas como duele...XD 

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01/10/2016, 18:06
Abraham Quinn

Abe trató de enfocar la vista sentado en el suelo. El ligero mareo aún persistía y tenía los sentidos algo embotados. Cuando la vista comenzó a aclarársele, vio a uno de los Casacas que le encañonaba a escasos centímetros de la cara.
- Joodeeer...
- ¡Sádico hijo de puta! Que estamos en paz, dice.
Tan repentino fue el devenir de la situación, que Quinn ni siquiera trató de moverse.
- ¿Te...te refieres a lo del combate? - Por sus ojos, el marino sabía que si no daba una respuesta convincente, tiraría del gatillo. De modo que habló con sinceridad: - No tengo ni puñetera idea. Desde pequeño, cuando se me tocan los huevos más de lo debido...simplemente estallo, fuera de control.

Abraham señaló las magulladuras que surcaban sus brazos y continuó: - Y esto... soy el más sorprendido aquí; no me había pasado nunca antes.

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01/10/2016, 21:24
Guillaume Le Noir

Las respuestas del pirata parecían sinceras, sobre todo teniendo en cuenta que estaba siendo interrogado a punta de pistola. Después de aquello, el corsario debía saber que tenía difícil sobrevivir, así que no veía motivo alguno para que le estuviera mintiendo. Decir la verdad, en este caso, podría granjearle más posibilidades de no acabar junto al resto de los asaltantes que ahora alfombraban el suelo, así que dio por sentado, al menos de momento, que así era. 

La pregunta, claro, era que hacer en ese momento con él. Quinn había demostrado su valía y su utilidad en momentos como aquél, y tal vez no era el más listo, pero sin duda para eso ya estaban los demás. Tenerle a bordo del Infierno era una ventaja para lo que se avecinaba, mientras que detenerle allí podía evaporar cualquier posibilidad de que el capitán del barco les prestara ayuda, por mucho dinero que le ofrecieran. Definitivamente en esos momentos era más importante la misión cuyo final poco a poco se escapaba de sus manos que la labor rutinaria de su puesto, y además tampoco se iba a ir a ningún lado. Le tendrían vigilado en el navío y, si no moría en la travesía, volvería a Londhs donde podría ser detenido al acabar todo aquello. 

Con eso en mente, decidido a acabar cuanto antes, volvió a enfundar el arma mientras se ponía en pié y tendió una mano al hombre, ayudando a que se levantara. 

- No te vayas muy lejos - Es lo único que dijo, girándose para acercarse a Black, que estaba haciendo de las suyas. 

Venga, no tardes mucho... Pensó para sí mismo manteniendo la mano en la empuñadura del estoque, dispuesto a desenvainar ante cualquier señal de peligro o  atravesar a aquél harapiento con suerte si intentaba huir. 

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03/10/2016, 13:30
Mendigo

Y que es lo que quieres saber? aceptó el asaltante harapiento las preguntas de Black.

Ahora que todo estaba en calma de nuevo todos pudieron fijarse en un detalle imposible de obviar, todos excepto el líder eran mendigos, incluso podían reconocer a alguno que otro de aquellos despojos humanos

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03/10/2016, 13:43
Guardia portuaria

Justo en ese preciso momento apareció una patrulla de la guardia portuaria que se acercaban a toda velocidad al lugar de los hechos con sus alabardas en ristre amenazando antes de hablar.

Quietos, que nadie se mueva

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03/10/2016, 15:05
Gunter Leinad

El sargento, que tras su intervención mediocre, o por lo menos así lo consideraba él mismo en la batalla, tenía el momento de intervenir. Eran sus chicos. Era el momento de que los casacas quedasen a tras si no era totalmente necesario y sobre todo, que no fueran más humillantes de lo normal. Para interceder ya estaba él.

Se acercó a interceptar el paso de sus soldados. Suponía que alguien les había hecho llamar tras la pelea, así que sería lo lógico. - Tranquilos soldados, Soy el Sargento Gunter. Tanto sus ropas y como el equipo eral el que correspondía. No había tenido tiempo ni de cambiarse, y además eran los de su turno de Guardia. Los conocía. - Hemos sido asaltados mientras circulábamos por esta vía, en una misión oficial. Su gesto hizo gala de educación, pero sólo pretendía mostrar a los casacas, para que su mera presencia fuera suficiente para poner los pelos de la nuca de punta. Normalmente, a más de uno, sólo el nombrarles ya les hacía sentir escalofríos, así que verlos en medio de un interrogatorio callejero, manchados de sangre de sus víctimas y de frente, tenía que serles, cuanto menos, inquietantes.

-Necesitamos que alguien venga a limpiar estos despojos, y continuar con nuestra misión. Un leve gesto de cabeza, complicidad con aquellos que le conocen, señalaba a los casacas, como "motivo" y "razón" de todo aquello.

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03/10/2016, 15:16
Director

Notas de juego

Situación

Black interroga al mendigo

Quimm y Le Noir están conversando entre ellos y tras el post de Black podrán decidir que hacer y postear en consecuencia

Leinad está con los guardias

Nota: hasta que no concluyáis vuestros dialogos no os piséis interfiriendo en conversaciones del otro sin un post de aviso de cambio de situación

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03/10/2016, 15:54
Antoine Black

Finalmente parecía que el mendigo, porque su apariencia y olor así lo denotaban, iba a colaborar. No iba a ser un interrogatorio largo, pues dudaba que aquella escoria tuviese demasiada información. Tal vez su líder... Pero no estaba en condiciones de contestar a sus preguntas.

Aguantando una nausea por el olor preguntó con voz clara y firme.

-¿Quién os manda y por qué preferís morir enfrentándoos a nosotros en lugar de huir como habríais hecho en cualquier otra circunstancia?¿Es por el dinero que portamos?- no quería aturullar a aquel maldito botarate, así que realizó preguntas cortas y concretas, tras lo cual esperó su respuesta mirando de reojo a los guardias que acababan de llegar.

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03/10/2016, 21:43
Guillaume Le Noir

Se detuvo en seco a escasos metros de Black. Parecía que él lo tenía todo controlado y que aquél pobre hombre iba a cooperar, pero por el contrario nuevos problemas se avecinaban para el resto. Cuando el característico sonido de una patrulla de soldados se escuchó a través de la noche, supo que algo nuevo les iba a retrasar. No tenía muy claro que esperaba de aquellos hombres, pero lo que tenía por seguro es que no tenía ninguna intención de retrasarse más. 

Cuando aparecieron, con sus alabardas en ristre apuntando hacia ellos y dando órdenes sin siquiera mirar, se dio cuenta de que no empezaban con buen pie para sus propósitos. Por suerte - para los guardias -, Leinad fue el primero en adelantarse, tomando la iniciativa e intercediendo entre ellos. Era mejor que el oficial se encargara de que todo saliera bien, por el bien común y todo eso, pero aún así, aprovechando que les mencionaba, se acercó también para dar énfasis a las palabras del sargento, quedándose a su lado, sonriendo mansamente al que fuera el cabecilla de aquél grupo.

- Caballeros - Fue la única palabra que salió de su boca, algo que podría considerarse un saludo por el ademán que hizo al llevarse la mano a la punta del sombrero e inclinar la cabeza ligeramente. Con eso, imaginaba, bastaría para mostrar la importancia de la misión en la que Gunter estaba metido junto a nada menos que dos casacas negras.

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04/10/2016, 11:04
Mendigo

Nos manda la orden de San Benito* dijo señalando al que parecía haber sido el líder en el asalto Él nos informó... No tenemos miedo a morir porque ya estamos muertos, nuestra fe es inquebrantable y esta sociedad opulenta debe ser castigada. 

Fue muy directo en sus palabras, como si recitara algo memorizado. Habían llegado a oídos tanto de la guardia como de los casacas de la existencia de una o varias sectas cristianas que promovían el fanatismo entre el pueblo... éste parecía un claro caso. Pero... el tipo que los guiaba no parecía pertenecer a la secta, sus ropajes y armas eran más las de un sicario o un mercenario.

Notas de juego

*realmente San Benito (patrón de los mendigos, solteros, etc...) nacerá un siglo más tarde en Francia, pero no me lo tengáis en cuenta, es una licencia histórica que me tomo 

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04/10/2016, 11:15
Guardia portuaria

Como ya pasó en el cuartel hacía escasos minutos, los guardias se cuadraron ante la presencia de su sargento y endurecieron su pose marcial al ver que junto a su oficial había un casaca negra... el mismo que hacía pocas horas se había visto involucrado en otra reyerta que acabara en carnicería como esta... La leyenda de aquellos tipos se hacía más grande a cada hora que pasaba.

Sin dudarlo ni un segundo los guardias empezaron a movilizarse apilando cadáveres, yendo a buscar una carretilla para transportarlos y acordonando la zona para que nadie viera más de lo que debiera

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04/10/2016, 11:40
Antoine Black

-A ese no le toquéis!- dijo el inspector señalando al líder de los asaltantes -Le Noir, registra el cuerpo mientras acabo con éste, si tocan el cuerpo se pueden perder pistas valiosas- pidió a su compañero.

Después se giró nuevamente hacía el interrogado.

-Cuéntame todo lo que sepas de ese tipo, aunque sean habladurías- exigió al mendigo.