Partida Rol por web

Mientras aquel barco pirata navegaba por el mar, una tormenta en el horizonte fue divisada por Sylphie Madorigaru la cual advirtió al resto con sus repetidos "CAW CAW CAW", o lo que venía ser "QUE HAY UNA TORMENTA ENFRENTE", por lo que ahora tenían que ver qué opción era la mejor a tomar, si tratar de atravesarla o dar un desvío para no pillarla.

Esta decisión recaería en la capitana, así como los conocimientos de sus tripulantes.

Viendo que aquella tormenta parecía ser un peligro, la Capitana meditó acerca de cuál era la mejor idea que esta podía sacar para no solo asegurar la seguridad del barco, sino también de los tripulantes que allí se encontraban, y tras meditarlo durante unos segundos, esta fue a su camarote y salió con un pequeño cofre.

-Guardad aquí vuestras pistolas. -Ordenó la capitana- Si llueve es probable que se estropeen así que las tendremos guardadas en mi cofre y en mi camarote para cogerlas rápido si las necesitamos.

Tras dar esta órden, se giró hacia Mari Deepsea, la cual podría ser la mejor conocedora del clima de todo aquel barco pirata y buscó su consejo a la hora de enfrentarse a esto. -¿Crees que podemos evitar la tormenta?. -Y entonces se giró hacia Ayrina Prya la carpintera- ¿En caso de no poder el barco aguantará? - Y entonces se giró hacia Yami Sakura- ¿Habrá una buena comida para la cena?. -Había preguntas que necesitaban respuesta urgente.

La tormenta parecía muy peligrosa. Estuve planteándome bien si el barco podría atravesarla pero... uno de mis guantes se me cayó al suelo y me dio en el pie. -AUCH! - luego refunfuñando me puse bien el guante y apreté las correas. Entonces presentí que eso era un mal augurio así que le respondí a mi capitana.

-No estoy muy convencida que podamos cruzar esa tormenta Mary! el barco probablemente no aguante!

    Aunque el clima no estuviera siendo el mas colaborador para considerar esto un día en la piscina, lo cierto... es que no me iba a dejar intimidar, no desde lo ya vivido.... y no desde que me comprometí en que cumpliría mi objetivo familiar, por lo que desde que rompió el primer relámpago en el horizonte camine hacia un espacio abierto en la cubierta mientras cerraba los ojos, necesitaba entender la misma humedad y corrientes que nuestro navío estaba sufriendo.

    Hmmmmmm... - musitaba mientras aun mantenía la posición de quien estuviera orando - creo... que... puedo verlo... - le respondería a la capitana tras unos segundos - E-evitarla completamente lo dudo dado lo adentro que nos encontramos, pero... - abriendo los ojos con algo mas de confianza, como si creyera en mis propias palabras  -puedo guiar a Ms.Mael para que pueda seguir la ruta menos... turbulenta que este ambiente nos quiere plantar.

El Barco es demasiado pequeño y antiguo (a fin de cuentas es de segunda mano de un barco de pescadores que ni siquiera está hecho para viajar entre islas) como para resistir de lleno una gran tormenta en alta mar, por lo que es más que posible que o bien se hunda o bien resulte demasiado dañado luego de esta travesía para continuar con el viaje.

Confiando en las directrices de Mari Deepsea, Mary de Belleville asintió con la cabeza, dándole libertad total para que pudiera guiar el barco con la ayuda de Darra Mael, la timonel, hasta poder esquivar la tormenta, o al menos no adentrarse de lleno en ella sin perder el rumbo que teníamos.

-Adelante, -le dije señalándole a la timonel- guía a nuestra timonel y sácanos de aquí.

De las bodegas sale el doctor con aquella pistola creada por el pequeño herrero, en ese momento la está cargando con un dardo lleno de un líquido amarillento y trasparente, antes de dejarla en la parte de atrás de su pantalón (igual según Rathy podía funcionar hasta bajo el agua, una pequeña tormenta no sería problema para ella).

Debía ponerse manos a la obra, en una situación como esta, toda ayuda era necesaria, correr por el barco moviendo cuerdas o alineando velas eran trabajos que se daban mejor entra varios, además el clima podría traer consigo un accidente y su deber era procurar siempre que la tripulación este sana y trabajando al 100%.

Viendo bien la tormenta a medida que el barco viraba para evitarla, me alegré que esa fuera la decisión. Nuestro Barco es demasiado pequeño y antiguo (es de segunda mano de unos pescadores y ni siquiera está hecho para viajar entre islas). Imposible que resistiera de lleno una gran tormenta como esa en alta mar. Hubiéramos hundido o nos habría dañado tanto como para no poder seguir nuestro viaje.

Como algunos ya hacían, yo me preparé para seguir cualquier orden que fuese necesaria para mantener nuestro rumbo a flote.

- IKKuso, IKUSOO, JAJJA, AHORA TODOS DEPENDEIS D EMI GRAN PERICIA, JAJA.

Agito mi nueva espada de fuego de un lado a otro, pero con solo una mínima llamita no fuese que Ayira me la quiera quitar. Después cojo el timón aferrándolo con fuerza.

Sylphie estaba agarrada al mastil del barco para que los movimientos no las tirasen.

-CAW CAW... NO ES POR NADA, PERO COMO NOS METAMOS ES ESA... CAW CAW... TORMENTA PUEDE QUE ME FRIA... CAW CAW CAW.... UN RAYO... O PEOR.... CAW CAW.... ME MOJE EL PELO... CAW CAW... ASI QUE EVITEMOSLA... CAW PORFAVOR.

Grito desde el palo mayor hacia sus compañeros

Con cierta pena, dejé mis bombas en el cofre de la capitana y me preparé para la tormenta. Corriendo hacia la proa, me subí al mascarón de proa para ojearlo mejor. Parecía una gran tormenta, pero estaba segura de que podríamos pasarlo, habíamos visto peores. O eso esperaba.

Fui a dejar mi espada al baúl con las demás, ahí estaría a salvo del mar.

Tras eso me coloque al lado del timonel parecía muy exaltada y emocionada, me coloque a su lado como solía hacer en estos casos, para ayudarla y relajarla mientras navegaba por estas complicadas aguas. Además si todo iba bien ella iba a ser de la que dependiera todo, si podía ayudar aunque fuera mas fácil lo haría. Recordaba cierta melodía de piratas que me enseñaron hace mucho así que decidí tirar por ahí. Era lo mas animado que se me ocurría ya que recordaba que a la chica le gustaba la música mas bien animada. Así que empecé a tocar mientras hablaba con ella.

¿Todo bien Darra? ¿Crees que podremos evitar la tormenta?

Siguiendo las indicaciones de Mari Deepsea y ante los deseos de la Capitana Mary de Belleville, Darra Mael no solo fue capaz de dirigir el barco aprovechando el viento y las corrientes oceánicas lo suficiente como para esquivar el grueso de la tormenta que poco a poco se les iba acercando.

De hecho, lo hicieron tan bien que esta tormenta apenas logró mover el pequeño barco de pesca re-transformado a barco pirata y nadie tuvo la necesidad de vomitar desde la cubierta o en la cubierta misma. Pues pese a lo que pudiera parecer el grupo tan dispar parecía estar completamente preparado para este tipo de cosas.

A costa de desviarse de aquella tormenta que probablemente los pondría en mas de un aprieto con un montón de tiradas para evitar quedar hundidos o encallados en algún arrecife o isla de arena que no pudieron ver ni prever, aquel barco continuó su travesía hasta un banco de niebla.

Y aunque esto era claramente un problema para la navegante, siempre y cuando tuviera aquella brújula siempre sabría como y por donde estos deberían seguir, por lo que no debería ser un gran problema para aquellos piratas. Eso sí, iban a depender bastante ahora de Sylphie Madorigaru para ver si había algo en el horizonte y de Darra Mael para esquivarlo.

Por fortuna para todos no llovió encima de ellos y tampoco las olas saltaron por encima de la cubierta y los empaparon, por lo que las armas de fuego de los presentes seguían siendo completamente funcionales sin necesidad alguna de buscar una reparación para quitar la pólvora endurecida.

-Al final no hizo falta que recogiera todas las pistolas. -Dije con una sonrisa de alivio- Pero aún así esta niebla no me gusta nada. Seguro que humedece la pólvora que no esté bien guardada, así que tomaré todas las armas de fuego y las llevaré dentro de mi camarote en el pequeño cofre del tesoro que tengo debajo de la cama. Ahí estarán bien seguras.

Y después de recoger todas las armas de fuego, (la de dardos de Victor no contaba), las guardé bajo llave que me colgué al cuello y las llevé a mi camarote.