Partida Rol por web

Su rodilla derecha toco suelo, no podía soportar mucho más el peso del enorme sujeto. Fue gracias a las palabras de quien enfrentaron que todo se calmo, estaba cansado despues de la batalla, le dolía el cuerpo y las heridas causadas por la esgrimista, sin duda alguna había sido una batalla bastante exhaustiva. Se levantó lentamente colocando las espadas en el suelo y luego guardarlas, elevo las cejas al notar que la esgrimista era una chica y no solo eso al parecer se trataba de una capitana pirata y ese enorme sujeto era uno de sus tripulantes o al menos los pocos que quedaban. 

Elevo la mano derecha para dejar en claro a Hitomi y Sea que estaba bien, que las heridas provocadas por el estoque de la chica no causaron heridas demasiado graves. -Estoy bien... -Su mirada se posiciono en los nuevos pariticpantes. Elevó nuevamente una ceja al escuchar la pregunta de Dante y sin dejarle espacio para poder responder debido a los gritos de Hitomi, aunque pudo interponerse en la conversación/discusión cuando llevo su mano izquierda hasta el simil hombro de la peli castaña, daba igual que amenazara con su Bo al recién llegado no iban a iniciar una batalla campal ahora mismo. -Ya basta. El duelo fue planeado desde antes, era un 2 vs 2 pero ella decidió venir sin nadie más. Nunca estipulamos condiciones de victoria ni tampoco que el perdedor moriría. -Miró hacia el pistolero y simplemente le hizo un gesto para que bajara las armas algo fastidiado. -Deberías aprender a levantar un arma en el momento adecuado, si realmente tuvieramos intenciones hostiles no estarías hablando de una herida, más bien de un cadaver. Por lo que veo tampoco la conocen lo suficiente. -No tenía ganas de explicar los detalles y mucho menos por el hecho de que las heridas en su cuerpo eran pequeñas pero profundas.

Sea tomó las riendas de la situación, al parecer su ex trabajo como marine le daban ciertos dotes de mando. Antes de que se fueran del lugar a todo pulmon el carpintero necesitaba aclarar unas cosas. -Podemos ir donde el viejo carpintero, podremos conseguir las cosas prometidas para reparar el barco. Era una sorpresa pero también he ganado dinero por solucionar su deuda, podemos utilizarlo para conseguir tratamiento medico para la chica. -Dejando en claro que no permitiría que quedara sin tratamiento. -No conozco su pasado ni tampoco las situaciones que han vivido, pero ella era la campeona invicta con 20 victorias. -Acto seguido emprendió camino hacia donde indicaran, si decidían hacerle caso entonces guiaria el camino, siempre apoyado en Hitomi.

Iba a decir algo pero entonces Sea empezó a dar órdenes, y aunque no tenía muchas ganas de cumplirlas Kaito también parecía estar a favor de lo que dijo, así que en vez de presentarme a los nuevos, junto con Dante y aquella pelirroja cogí al hombretón, no sin esfuerzo pues debía pesar por lo menos una tonelada y ayudé a trasladarlo.

- Despúes deberíamos hablar todos, la verdad es que no me parece nada justo lo que ha pasado aquí, y como ha dicho Kaito, si hubiésemos querido haceros más daño, lo habríamos hecho, así que a ver si quitáis esas caras largas que lleváis, son muy aburridas, probad a sonreír, aunque solo sea un poquito, ya veréis que bien os sienta.

Sonreí mirando a Hitomi, había estado muy graciosa mientras se enrabietaba gritándoles a todos, no conocían lo temible que podía ser aquella pequeñaja si se lo proponía...

Nada mas la cria trato de lanzarse a por mi, la apunte a ella con un revolver, no obstante sus compañeros la pararon. Intente escuchar a la niña vociferar, pero escuche muy poco en claro, lo de tuerto que me resbaló y lo de que no eran piratas - Ya y que mas - luego sus compañeros empezaron a hablar unos entre otros y de todos la que mas me llamó la atención, fue la chica que gritó y empezó a ordenarnos a todo lo que hacer.

Me sonaba de algo, la habia visto en algún lugar, pero no se donde.

Al final opte por levantar las armas haciendole caso a los que parecian tener mas cordura y no se comportaban como crias. Lentamente baje ambos revolveres hasta dejarlos enfundados bajo mi capa. - Esta bien. Lux, ten cuidado y estate pendiente de todo. - ignorando entonces a aquella cría, me acerque poco a poco a la espadachina y a la que tomo el mando por un momento.

-Tu guias, yo la llevo. - entonces pase mis manos por debajo del cuerpo de la chica para levantarla a pulso, espere a que ella diera el primer paso y fui caminando lentamente para poder hablar a solas con ella y a cierta distancia de los demas.

Una vez estuvimos lejos de los demas hable sin centrarme mucho en ella - ¿Nos conocemos? No habia reparado en ti hasta que gritaste, pero cada vez que te miro siento que te he visto en algun lado, pero no se si es de conocernos de verdad, o de haberte visto de refilon... - espere un momento suficiente para que ella respondiera con tranquilidad - También puede ser solo la sensacion y que no sea real. Nanashi, por cierto

Al final fuí detenida por Kaito. Tuve que aguantar y tragarme todo el cabreo que tenía porque tenian razón... No era momento de montar una batalla campal, pero después podría zurrar a unos cuantos. - Está bien... Dios... odio todo esto - me dije a mi misma despotricando mientras guardaba el bo y pegandole una patada al suelo

-Kaito, iremos a por el medico directamente, yo llevo dinero encima, le pagaré... Es necesario salvar vidas de tanto en cuanto. Luego, cuando nos reunamos iremos a por el carpintero, pero esto es más urgente. ¿necesitas ayuda para andar o puedes solo? - Le pregunté para que con lo que dijera supiera si podía ir adelantandome un poco o debía ir a su ritmo.

Una vez alejandonos de los demás aproveché la oportunidad para desahogarme junto a Kaito.

-¿Por qué todo el mundo nos llama piratas? Estoy muy harta ¿Es que no hay gente más allá de los marines y los piratas en este mundo? Y encima ahora alguien que ni nos conoce. ¿De que va ese peliplateado ojituerto - Remarqué al fijarme en su parche en el ojo - El si que parece más un pirata con esas pintas. Le falta solo la pata de palo y el loro - Solo me salió estereotipar el termino de pirata.

-¿Sabes? Da igual... A este ritmo pronto me voy a cansar del mundo, de los piratas y de los marines que se pelean entre ellos. Hay que enfocarse en encontrar el medico... Pero los callejones son un impedimento - Miré a cada callejón por el que pasabamos buscando algún letrero de médico, hasta que finalmente me paré durante el trayecto

-Kaito ¿crees que puedes lanzarme dandome un impulso hacia arriba? Si me pongo encima de un tejado podría ubicar rápido algún local de medicina. Sino habrá que seguir corriendo... - Me puse a pensar - Si tuviera un mapa detalado de esta isla... - Empecé a pensar un poco mientras trataba de recordar si había visto alguno y lo pasé por alto.

Por suerte no hubo pegas a llevar a los heridos para curarlos como era debido así que se levantó siguiendo el movimiento de Nanashi, apretando la heridas todo lo que podía. Empezaron a andar con lentitud para no desestabilizar a la chica y para mantenerla a salvo realmente, debían llegar al médico con los daños minimizados.

Miró fijamente a Nanashi por unos segundos antes de suspirar. -Pensé que no dirías nada y lo dejarías estar. Ya sabes mi nombre, Ojo Certero... No voy a meterme en tu vida, Nanashi.

Con aquello dejaba claro que aún sabiendo quien era no diría nada más. Sus ojos a pesar de la calma y la seriedad con la que actuaba la estaban delatando pues mostraban una profunda tristeza, ¿Arrepentimiento quizá? -Aguanta, ya estamos llegando. Se lo decía a la chica estuviera o no desmayada como acto de optimismo y ánimo hacia su situación. La realidad era que iban despacio y aún les faltaba un buen tramo para llegar al lugar. 

Me alegra que sobrevivieras, se anunció que todos perecieron en ese asalto que tuvisteis... 

Los silencios eran largos en comparación a la conversación que se daba pero era normal, ambos estaban más pendientes de no hacer movimientos bruscos y de llegar bien al destino.

Incluso desde el suelo, agachada junto a la amiga de Inzory, pude imaginarme que Nanashi había sacado sus armas. No sabía si por eso o por que tenía muy mal carácter, la chica de pelo castaño y coletas empezó a gritarle como si no hubiese un mañana, por lo que me asusté y di un pequeño bote en el suelo. Gracias al cielo había una chica allí más normal que la primera y con la suficiente cabeza como para pensar en soluciones y no en solo armar escándalo. Incluso trató un poco a los heridos, sin duda era una buena chica.

Me levanté del suelo y fui hacia la chica de la gorra (Sea) para coger sus manos y le dediqué mi mejor sonrisa. - ¡Muchas gracias! Luego podemos hablar todo juntas, al final no parecéis mala gente. - El resto también parecían personas sensatas, quitando a la chica enrabietada me sentí aliviada de que fuesen así y estuviesen por la labor de ayudar. Aunque eso no quitaba que se habían pasado con aquel duelo, ya les echaría la bronca luego.

Ayudé a la chica rubia y al otro hombre a levantar a Inzory, mi poca fuerza no era de demasiada ayuda, pero al menos era mejor que quedarme quieta. - ¡No te preocupes, Nanashi! Resulta que son majos, no va a pasar nada, ¡Así que pórtate bien! - Con lo rápido que desenfundaba Nanashi y el genio de la chica de las coletas a la mínima chispa seguro que acababan a golpes. - Pensé mirando de reojo a ambos.

Me dejé guiar para ayudar a llevar a Inzory a la casa de cuidados que habían mencionado.

-Que me porte bien dice Lux, eso dependerá sobre todo de la pequeña marine que tengo enfrente - Pensaba antes de que finalmente y tras la diferencia de distancia con los demás, la marine lo mencionara por abajo. No me equivocaba, era ella, la hija de aquel capitan tan cabezón y orgulloso... y por supuesto uno de esos retrogrados que de seguro ocultaron la verdad de mi desaparición.

-Ja, seguro que sí... ¿La marine a favor de la justicia no quiere meterse en la vida de un traidor o un caido en guerra? ¿Que te contaron Sea? Tengo muchas ganas de saber la sarta de mentiras que los corruptos de los marines te han dicho... ¿Y que haces aquí? ¿Estas de incognito o algo parecido? Es muy raro verte sin el uniforme - Empecé a decir casi practicamente atacando con las palabras, precisamente para tratar de mermar sus defensas... No obstante cuando su cara cambió me sorprendí, y me quedé confundido por un momento antes de bajar la cara y suspirar.

-He visto esos ojos antes... Esa mirada más bien... Fue la misma que tuve yo durante un tiempo cuando descubrí que sobreviví al ataque... No sé lo que te ha pasado, y mentiría si te dijera que no me importa... Pero la verdad es que espero que se algo referente a los marines. - Suspiré de nuevo mirando detrás de le marine viendo cuan lejos estabamos del resto... - Pero si de verdad tus intenciones son las dichas, ya que no has dicho mi nombre... Estaré dispuesto a oirte si necesitas un compañero que pueda consolarte... Que ya no sea marine no significa que deje de ser un amigo. Al menos contigo no tuve problemas en la marina.

Caminaba hacia atrás, con cuidado de no tropezar con nada y mirando de vez en cuando para asegurarse de que no hubiera escalones o algo con lo que caerse. Seguía apretando las heridas mientras escuchaba en silencio a Nanashi, no le respondió cuando este le preguntó qué hacía ahí, se podía notar que no quería responder, su rostro lo decía claramente así que cuando le dijo que no dejaba de ser amigo alzó la vista hacia el y por poco trastabilleó, aunque logró mantener el equilibrio.

-Gracias... Pero no ahora, esto es más importante.

En su dedo anular de la mano derecha llevaba el anillo de compromiso, hermoso, con un pequeño diamante que denotaba sencillez. Brillaba al sol por la posición en la que estaba y era el único cambio en Sea además de no llevar el uniforme de la Marina. 

Siguió caminando, lenta pero segura junto a Nanashi llevando a la herida, sin responder una sola cosa más, callada, metida en sus pensamientos mientras los ojos le delataban nostalgia y tristeza, arrepentimiento y mil sentimientos arremolinados más. 

Sus heridas sangraban y perdía sangre, aunque las heridas se iban curando, el coagulo tapaba la herida y comenzaba a dejar de sangrar con cada minuto que pasaba, podía caminar por las suyas así que decidió hacerlo alejandose lentamente de su compañera. -Hay limites en los cuales te encasillan, más ahora. -Dijó con bastante tranquilidad, sabía que la chica le fastidiaba el hacerse entender como una pirata pero tampoco podían decir otra cosa. -Si eres alguien que navega en el mar y se ha enfrentado contra la marina entonces eres considerado un pirata. Nosotros podríamos decir que somos más como "Aventureros". -Cuando dijó aquello de cansarse del mundo el peliblanco no pudo evitar darle un pequeño golpe en la cabeza, carente de fuerza y más bien un cariño para dejarle en claro que aquello no era agradable de escuchar. -Idiota...

Kaito saco sus espadas mientras se colocaba a unos metros de distancia dejando en claro que era algo bastante fácil de hacer. -Solo salta a mis espadas, te lanzaré tan fuerte como pueda. -Pronuncio mientras flexionaba levemente sus piernas, giraba las espadas para darle con la parte sin filo. Una vez llegase hasta sus armas el muchacho impulsaria todo el cuerpo hacia arriba y abriendo las manos para lanzarla disparada hacia arriba. 

El golpe me pilló de sorpresa, más el insulto que lejos de herir quería quitarme esas ideas de la cabeza... No obstante orgullosa y tonta de mi, y aún con el enfado, no respondí de forma buena, aunque si que quería llorar, solo inflé mofletes - No me trates como a una cría... - reproché antes de ver que se alejaba un poco con las espadas aprovechando mi idea

Me palmeé la cara para cambiar la actitud y tragar un poco de la tristeza que había sentido por un momento - Bien, estate preparado... Si puedo me encaramo a los edificios, pero sino preparate a cogerme. No me dejes caer ¿Entendido? - Tomé un par de pasos de impulso, calenté las piernas y entonces corrí hacia el para pegar un salto encogiendome y apoyandome en la espada para que el me redirigiera y, entre su fuerza y mi impulso, el salto fuera mayor.

Mientras andaban en busca de algún médico, todos pudieron observar como Kaito e Hitomi hacían un acto para intentar ver desde más alto y así encontrar más rápido el lugar: la acción constaba de el peliblanco lanzando con su espadas a la chica por los aires. Pero no contaban conque justo cuando Hitomi estuviese apunto de agarrarse a un tejado, un relámpago iluminase el cielo e hiciese que la chica entrase en un shock muy breve, pero lo suficiente para hacer que perdiese la posición y terminase por darse un fuerte golpe en la barbilla con el borde del tejado, cayendo luego inconsciente sobre los brazos de quién pudiese atraparla*...

No fue mucho el tiempo que la chica paso dormida, o al menos ella lo sintió así, pues para cuando abrió los ojos ya se encontraba reposando en una camilla de una pequeña cabaña. Junto a su camilla se encontraban otras dos, donde estaban aún inconscientes Inzory y Yuul; mientras la ladrona estaba inconsciente, el resto pudo dar con el médico.

-Estarán bien... Solo necesitan reposar... -el médico entregó una factura a Kaito, el cual empezaba a considerar que haberle causado tantos daños a la espadachín tal vez no fue buena idea... -. Con esta tormenta no se cuanto pueda tenerlos aquí, pero seguramente podrán pasar bien la noche antes de recuperarse e irse. Solo dos de ustedes pueden quedarse a cuidar a ambos pacientes -explicó el médico antes de dejar sus cosas sobre una mesa. -. Volveré enseguida con algunas pastillas para ti -le dijo a Kaito antes de desaparecer por una puerta que llevaba a otra sala.

Justo entonces, cuando tras la partida del médico, tres personas más llegaron al lugar, tal vez también con intenciones de ver al doctor...

Tras hablar un poco con aquel hombre, terminaron de alguna forma siendo acompañados por esté por la isla, después de todo no parecía mala persona. En esos momentos el cielo se encontraba nublado, con posible lluvia acompañada por tormenta. Aún así, múltiples locales continuaban abiertos a esas horas y con ese tiempo.

-Me pregunto si el médico seguirá atendiendo a estas horas... Me vendría bien una revisión... -aquel comentario les hizo considerar que tal vez necesitaban conseguir no solo alimento, si no también conseguir cosas para la enfermería del barco; como buenos médicos que eran, llegaron a la conclusión de que era la prioridad, y con ayuda del hombre se dispusieron a ir a la cabaña donde atendía el médico.

Un gran letrero que decía "Enfermería" fue lo que los recibió. Dispuestos a terminar antes de que el cielo empeorase, entraron, y se encontraron conque el lugar no estaba solo: En dos camillas reposaban dos personas; una era una chica joven con múltiples heridas ya tratadas, y el otro era Inzory. Ambos eran acompañados por un grupo de seis personas, entre los cuales estaban la pareja que los acompañó a Loguetown...

La chica rubia y el niño hicieron acto de presencia en aquella enfermería, siendo acompañados por un hombre de gafas y de expresión que mostraba el estado de alcohólico en el que estaba.

-¡Woh! ¡Cuanta gente! -dijo el hombre antes de reír un poco. -. ¿Se encuentra el médico...?

Mientras tanto, Inzory y Yuul, la mujer espadachín que yacía en la camilla, continuaban inconscientes en su reposo para recuperarse.

Al ver quienes llegaban, os llegó un aíre un tanto familiar no de Ikame o de Kidd, si no de quién los acompañaba. Sentían que lo habían visto ya en alguna parte, pero... ¿Donde?