Partida Rol por web

Parecía que nuestro hombre no iba a aparecer, quizás los otros agentes habían tenido más suerte en sus destinos. Tim manejaba su moderno movil mientras caminaba alejandose del lugar terminando de dar esquinazo a sus perseguidores. Cuando acabo de escribir en su terminal un mensaje salió a George y Sea. No hay pescado en el mercado de la plaza, ¿habéis encontrado vosotros? Tras enviar el mensaje observo la foto y la mando al MI6 a fin de que le dieran una identificación del sujeto. Al guardar el móvil Tim volvió a situarse y se encamino nuevamente a la plaza, aunque en esta ocasión se quedaría en las proximidades sin dejarse ver tanto por si hubiera una llamada de última hora o alguno de los otros 007 contestaba con un positivo.

Pequeños fragmentos llegaron a mi cabeza como piezas de un puzzle que se fueron encajando hasta que finalmente reconocí al individuo: Timothy, un antiguo 007, quien se conservaba exactamente igual que cuando estaba operativo. “Veo que el MI7 ha empleado las mismas artimañas que Spectra para traer de vuelta a sus mejores agentes” –pienso recordando también los demás 007s que han pasado por el puesto. Poco a poco vuelve a mí toda la información que tengo almacenada en mi mente.

Timothy, sin previo aviso, se levanta y se marcha en busca de otro taxi, como si se hubiera dado cuenta de que había estado observándolo. Yo pedí un taxi para que lo siguiera, pero el taxista que me había tocado no era precisamente un gran conductor. “Maldición, quizá no debería haberle dicho a Igma que se marchar...” 

Al recibir el mensaje en su teléfono móvil Tim volvió a la carretera en busca de un taxi que le acercara al congreso, parecía que la presa había aparecido en aquella zona por lo que ya nada le retenía en el lugar y menos con agentes de spectra husmeando.

Me acomodo en el coche y observo el túnel con total tranquilidad y elegancia. En cierta manera este tipo de vías subterráneas me hacían sentir cómodo, seguro, en mi salsa. Tal vez sea por el aislamiento que ejercen respecto al mundo exterior.

Cuando llegamos no pierdo detalle de la institución en la que nos encontramos ni de los armarios empotrados que vigilan el lugar. Un verdadero agente tiene su músculo en el cerebro.

Ernesto me pide que me siente en un despacho y me revela lo que es obvio para ojos expertos como los míos -Si, usted es el único que no parece un portero de discoteca, estoy seguro que tiene que destacar por su mente y eso lo coloca en un lugar alto de la jerarquía -respondo dándome un momento para mirar mi dispositivo de comunicación con mis compañeros -trataré de ser breve ya que tenemos mucho en juego. Me han mandado para descubrir a un científico que tiene en su poder un avance trascendental para la humanidad. Creemos que, o bien está en problemas o se ha unido al bando equivocado. No tiene que sumar mucho para darse cuenta que mandar a tres agentes 007 rejuvenecidos no es algo que se hace a diario. Tome esto, mire la foto y dígame si sabe algo de este personaje -concluyo mi explicación mostrando la foto que me ha enviado Timothy hace solo unos segundos.

Mientras George miraba por el cristal de la cafetería en la que se encontraba, pudo ver como un taxi paraba cerca del congreso y como Tim se apeaba de él.

Al cuarto Bond sólo le hizo falta echar un vistazo para percatarse de que George le estaba haciendo señas en el interior de una cafetería, sin pensarlo más se dirigió rápidamente a su interior.

Una vez dentro, se sentó en la mesa donse se encontraba el segundo Bond, quien practicamente había terminado de tomarse un desayuno a la española, es decir... tostadas con tomate y jamón y un café con leche.

La habilidad de Timothy quedó demostrada por la rapidez con la que se movía... era bueno, pero Alec también había trabajado para el MI6 y sabía usar muy bien sus ojos además de moverse con celeridad, de manera que consiguió que el taxista no perdiera el coche del agente británico... para su sorpresa el taxi de Tim paró cerca del Congreso.

Nada más bajar del taxi el cuarto Bond, no tardó en ponerse nuevamente en movimiento dirgiéndose hacia la parte trasera del edificio, el sitio por donde entraban y salían los diputados.

Alec se apresuró a pagar y bajar del coche... Tim se había metido en una cafetería cercana al Congreso.

Ernesto sólo necesitó unos segundos para reconocer el rostro que Sean le mostró desde su teléfono móvil... y al primer Bond sólo le bastó una ojeada al rostro del jefe del CNI para percatarse de que no era bueno.

- Alec Trevelier...- Ernesto miró muy serio a Sean- este hombre debería de estar muerto... que yo sepa no se llegó a recuperar gran parte de sus restos tras su enfrentamiento con el quinto Bond...- accionó un botón haciendo que una pantalla táctil de ordenador emergiese de la mesa mostrando información- dado que usted ya no se encontraba de servicio es lógico que no posea esta información... permítame mostrársela.

Tras leer lo que había en la pantalla, Sean se topó con la inquisitiva mirada de Ernesto.

- Creo que va a tener que contarme algo más sobre ese avance transcendental y ese científico... aunque parece que me hago una idea...

La respuesta del director del CNI no me gustó en absoluto. Parece que todos nuestros enemigos se han activado a la vez, todos juntos tratando de acabar con nosotros...

Vaya, parece que la situación es altamente conflictiva. Una pena que solo detecten la llegada de los buenos y no puedan averiguar cuando entran los "malos" en su país -digo con cierto sarcasmo ante el operativo montado para contactar conmigo y la evidente falta de medios para cosas más interesantes -bueno, ha llegado la hora de cooperar. Digamos que tenemos a una evidencia científica que, o bien ha sido secuestrado o se ha pasado al bando del enemigo. Además, tenemos agentes enemigos rejuvenecidos o que, pese a estar supuestamente muertos, han vuelto a la actividad, a sus tareas de asesinos psicópatas. Creo que tenemos mucho trabajo por delante pero mis compañeros han encontrado algo y debo estar con ellos de inmediato. Si quiere ayudarme no le voy a detener -sugiero al tal Ernesto buscando su colaboración e implicación activa, pese a ser yo el que lleve las riendas de la misión.

“Es rápido el condenado” –pienso cuando contemplo la pasmosa movilidad que posee. Parecía interesado en el Congreso, pues por eso se había dirigido a una cafetería cercana. Quizá iba a tener un encuentro con algún diputado o alto cargo, y yo estaba allí, intentado aprovechar mi posición para no perder detalle de los próximos sucesos. Lo cierto es que todo está pasando tan deprisa que no me paro a pensar en lo mucho que estoy disfrutando de esta situación. Vuelvo a sentirme importante y útil. Voy luchar contra el MI6 de nuevo, pero esta vez cuento con poderosos aliados.

Parecía que Tim había conseguido despistar a sus perseguidores, pero eso es algo que nunca se sabe del todo. Al parar el taxi el agente oteaba a través de los cristales en busca de George mientras el taxista le daba el cambio, al salir se dirigió al bar que su compañero le había indicado.

Intentó entrar sin llamar la atención, echando un rápido vistazo a la situación y a las personas que en él se encontraban, no pareció reconocer a su perseguidor pero si que vió a George sentado en una mesa. Tras hacer una señal al camarero para que le sirviera un café Tim se sento junto a George

Observeé como Tim entraba en el bar, tratando de aparentar toda la naturalidad posible para que su entrada fuera discreta.

Gracias a dios, al menos ya ha llegado alguien de refuerzo. No podemos dejar escapar a de Gea.

Traté también de aparentar tranquilidad, pues observar la llegada de mi compañero me había puesto algo nervioso. Una vez se sentó y pidió sin prisas su café a la camarera, se quedó observándome. Por su reacción, temía que no hubiera reconocido a De Gea. Así que saqué el móvil para enseñarle la fotografía que había consultado hace un rato para confirmar la identidad de nuestro hombre, y traté de señalar con un par de ligeros movimientos de cabeza hacia donde se encontraba nuestro objetivo, ojeando despreocupadamente un periódico. Tampoco había demasiada gente en ese momento en el interior del local, no debería ser demasiado complicado.

Ernesto pasó por alto el comentario sarcástico de Sean sobre la seguridad en España, pero no pudo evitar enarcar una ceja cuando le dijo lo de la eminencia científica.

- Alec debería de estar muerto...- murmuró- y usted no debería tener ese aspecto... me hago cargo de lo que supone la existencia de esa eminencia científica... algun tipo de suero o tratamiento supongo- dedujo rápidamente- Y luego los fallos de seguridad son sólo cosa del CNI- se permitió una ligera sonrisa, pensar que al todopoderoso MI6 se la habían colado de esa forma le producía cierto placer- todo lo que pase en nuestro territorio es asunto nuestro, le ayudaremos señor Bond- a una señal suya apareció un nuevo gorila- ¿donde necesita ir? nos dará los detalles por el camino- lo invitó levantándose del asiento.

Alec se acercó con disimulo a la cafetería, desde su posición... tras una tupida maceta de esas mastodónticas que una vez plantadas en un macetero se lian a hechar hojas y no hay forma humana de frenar su crecimiento, dando lugar a una especie de subárbol... que le vino a Alec estupendo para camuflarse... Observó como Tim se sentaba al lado de otro hombre.

Le sonaba...

Mientras Tim y George intercambiaban miradas, hacían de espias y degustaban el café de mezcla propia de al cafetería, De Gea parecía seguir a lo suyo. El hombre en cuestión iba vestido con su traje y corbata, el pelo lo llevaba bien engominado y en vez de consultar el periódico manoseado por todo el mundo, que el local tenía a disposición de su clientelas... el político, como buen político español que se precie, estaba leyendo las noticias... o lo que fuere a través de una IPad de las grandes, de las que valen unos 500 euros para arriba.

Al sentarme Timothy enseguida se dio cuenta de las señales que George le hacía indicandome la posición del susodicho individuo. Parecía que no se había alertado de la presencia de los agentes o al menos lo disimulaba bien.

Timothy echó un vistazo al resto de personas del local, en busca principalmente de algún guardaespaldas o algún agente de contraespionaje, mientras tanto bebía su cafe con aparente tranquilidad.

¿LLeva mucho tiempo aqui, ha entrado solo?

No pasó mucho tiempo hasta que Timothy se reunió con un individuo que también me resultaba familiar, de hecho, juraría que era otro Bond. Uno más desconocido y que estuvo poco tiempo operativo. “Vaya, vaya. Están tramando algo los del MI6, al igual que Spectra. A saber lo que ocurre conforme se desarrollan los acontecimientos…” –cavilo antes de entrar en la cafetería. No servía de nada estar tanto tiempo oculto, probablemente allí dentro conseguiría escuchar algún dato relevante de la conversación. Me senté a una distancia prudencial, lo suficiente como para aguzar el oído e intentar averiguar qué planeaban.

Alec, entró en la cafetería con tranquilidad... se sentó en una de las mesas y rápidamente fue atendido por una simpática camarera que no tardó mucho en servirle un buen café de cosecha propia, nada más saborearlo se dió cuenta de que no tenía nada que ver con los aguados cafes ingleses que había ingerido mientras estaba trabajando en el MI6... y hasta le habían puesto una galletita de canela... al final había estado acertada la idea de venir a España.

Sin embargo, la mente de Alec continuaba alerta... debía estarlo si quería coscarse de lo que pasaba a su alrededor... desde la mesa en la que se encontraba, los dos Bond... porque no eran otra cosa, aunque a uno de ellos no lo conociera ni su padre... estaban sentados enfrente suyo, dedicando alguna que otra mirada furtiva a un caballero que parecía consultar un Ipad...

Escucho con atención al jefazo español y le tiendo la mano cuando acaba, clara señal de estar de acuerdo con todo lo dicho -Perfecto, pongámonos en marcha. Vamos a la zona del palacio de congresos, a una tal cafetería Gürtel, un nombre bastante peculiar, por cierto. Prepare a sus hombres, podríamos tenderle una emboscada a nuestro querido Alec...

Dicho esto mando un mensaje a mis compañeros, informándoles de la situación.

Gracias a las señas que acababa de hacer, mi compañero pareció localizar por fin a De Gea. Tras lo cual, manteniendo la calma y tras pegar un sorbo a su café, procedió a hacerme unas preguntas.

-Pues lo he visto entrar sin compañía de ningún tipo. Por la conversación con la camarera, parece cliente habitual de este local. Lleva aquí poco más de cinco minutos, te agradezco que hayas podido llegar tan rápido. Espero que Sean también se pueda unir pronto, cuando termine su reunión con el CNI.

En realidad sigo sintiéndome incómodo con la presencia del grandullón primer Bond y sus pavoneos autosuficientes, pero estamos de vuelta al servicio de su majestad, así que haré el esfuerzo de comportarme como un profesional.

Y como respuesta a las palabras de George... el sonido de un pitido en los teléfonos de los dos agentes, les indicó que Sean se había puesto en contacto con ellos.

Me dirijo a la cafetería Gürtel con el apoyo de la agencia de inteligencia española. El hombre que te sigue, Timothy, es Alec Trevelier, ex agente 006 y un traidor. Atraelo a la cafetería y le tenderemos una trampa

A los pocos minutos de aquel mensaje, los dos Bond vieron aparecer un coche negro del que se apeó Sean acompañado de otro caballero