Partida Rol por web

Por un instante me preguntó qué estará siguiendo. Por el siguiente instante, me pregunto si alguien habrá notado que está siguiendo a alguien y le siguen a él.

Sea como fuere, no termino de confiar y, aunque la tentadora idea de volarle la cabeza y decir que fueron los malos surca mi cabeza más de un par de ocasiones, me resisto y resoplo, para terminar siguiendo al Bond en busca de su protección.

Daniel intenta distinguir los telesillas en la distancia, pero le cuesta un horror. La presencia de Eva y su belleza eclipsan cualquier detalle del paisaje que les rodea. Finalmente decide fiarse de ella y esperar a ver un poco más de cerca a esos telesillas.

Señorita Green... lo siento pero no acabo de distinguirlas. Creo que será mejor descender hasta aquella zona y verlas un poco más de cerca. 

Rogerni corto ni perezoso se acercó al espejo para saludar y ajustarse la corbata, él era un caballero, siempre tenía que estar presentable y más si encima lo estaban observando.

Cuando su reflejo le devolvió el saludo, el tercer Bond se dió cuenta de varias cosas, una parecía estar más joven... como un par de años más de lo que lo rejuvenecieron en el MI6 y dos, que efectivamente aquel espejo daba a otra habitación, ya había visto muchos de esos durante sus años al servicio de su majestad, sólo había que saber como mirar para reconocerlo, lo que le hizo llegar a otra conclusión, no había visto cámaras porque todas estaban ocultas tras los espejos.

Silva se dispuso a seguir al cuarto Bond con sigilo, parecía que en cualquier momento el espia inglés se iba a dar cuenta de que lo venía siguiendo, pero tenía tanta premura porque no se le escapara su objetivo que simplemente siguió adelante, lo que le permitió permanecer justo a su espalda.

Los pasos del perseguido, condujeron al terrorista de Spectra por los pasillos del sótano del hotel hasta desembocar en una especie de sala de congresos donde Tim se detuvo a obersvar. Desde la posición de Silva sólo pudo ver como una persona se metía por una pared que no era pared de verdad, pues la que lo son tienen la deferencia de no moverse... salvo catástrofe claro, y aquel no era el caso.

Acto seguido, el cuarto Bond se acercó para inspeccionar la zona y por lo que parecía estaba meditando mientras observaba una especi de panel.

Parecía que Daniel no las tenía consigo aquel día, quizás se deberiera al embrujo que Eva ejercía sobre él o que simplemente necesitaba unas vacaciones de verdad... pero necesitaba mirar más de cerca. De manera que ambos decidieron recorrer el camino que los conducía a los telesillas con sus esquís, mientras caminaban se dieron cuenta de varias cosas, una que el camino no era especialmente dificultoso y la distancia era corta, podrían incluso ir con algún vehículo motorizado pues no abundaban los obstáculos.

Una vez llegaron a la casilla, se percataron de que estaba cerrada al público por mantenimiento.

Sonreí mientras comprobaba como mis impresiones eran correctas, lo cual me daba la ventaja necesaria para seguir con mi plan. Lo que estaba en mente ahora mismo era la incertidumbre del porqué ahora era mucho más joven... ¿si sigo a este ritmo terminaré como un quinceañero?

Con elegancia y discreción cogí uno de los cuchillos de la cubertería de la mesa y miré hacia el cristal.

- Señorita Lange, sabe perfectamente que tengo la sartén por el mando. No haga que utilice este cuchillo para provocarme una herida con tal de que salgáis de vuestro escondite para asistirme médicamente. Yo soy más inteligente para hacer algo así, ahorrémos el circo y la sangre y dialoguemos sobre cual es el siguiente paso para llegar a un acuerdo - dije mientras terminaba de ajustarme la corbata de nuevo.

- Ninguno de los dos nos merecemos perder el tiempo con tonterías -

-Creo que sé cual puede ser el tema en cuestión...es fácil. Usted es muy conocido por su caracter...¿cómo se decía? ¿Campechano?- Sean sonrió. Sabía perfectamente la idea que tenía el pueblo español del rey. Y la idea que tenía el rey de él mismo. Como Sean, se creía el mejor, solo que en ese caso, Juan Carlos estaba equivocado.–¿Quién se iba a resistir a asistir a un concurso de baile? ¿Y si añadimos que sean bailes latinos?. TOdos los periodistas, políticos, asistentes....todos querran verle bailar.

Pardiez, hasta yo...puede ser extremadamente hilarante

Y además, con su nuevo estado físico, arrasará

Mientras sigo al Bond, éste se detiene frente a una pared con extrañas deferencias, pero claro, quién soy yo para cuestionar a la pobre pared.

Al ver cómo parece meditar frente a la pared, me decido a acercarme y poner mi mano en su hombro mientras siseo un poco para solicitar silencio y que no se altere. Al menos era Timothy y no Daniel o Pierce, o si no podría estar bien seguro de que su respuesta sería un puñetazo, aunque esperaba una actitud distinta de él.

Timothy meditaba la forma de activar el mecanismo cuando una mano se posó sobre su hombro acompañado por un siseo ofreciéndole su ayuda. Al girarse con un sobresalto se encontró con el inquietante rostro de Silva.

Fue una pena que Tim no llegará a ver el código que había marcado aquel individuo para poder acceder la pasillo. Parecía que no podría ser por las buenas, no tenía ni los medios ni tiempo así que saco de su pastillero un par de piezas que colocó cuidadosamente junto al cierre de la falsa puerta.

Justo en ese momento apareció Silva,

Apartémonos dijo mientras desactivaba el detector de humos más cercano, acto seguido activo la miniexplosión controlada que produjo un sonido seco aunque no demasiado fuerte como para llamar mucho la atención.

Segundos después el cierre de la puerta estaba forzado permitiendo acceder a su interior, donde se enconctraba un luminoso pasillo

Timothy era sin duda el Bond más serio, lejos de soltarle algún discurso o ironía a Silva, se limitó a pedirle que se hiciera a un lado para volar el sistema y que la puerta se abriera. Tras aquello ambos agentes se aproximaron a la entrada, sorprendentemente no saltó ninguna alarma, al menos que ellos hubieran escuchado.

El cuarto Bond sin esperar a que Silva dijera nada lo miró un instante para después dirigirse hacia el pasillo que ocultaba el panel. Estaba perfectamente iluminado y enmoquetado.

Todo parecía estar en orden, algo extraño o indicativo de a lo que podía conducir el pasillo, el cual no era demasiado largo y desde su posición tanto Silva como Tim, se dieron cuenta de que torcía a la derecha... lo que hubiera más allá no se podía saber a no ser que avanzaran y alguno de ellos se asomara primero.

El rey sopesó las palabras de Sean durante unos segundos antes de contestar, los dos Bond fueron conscientes de que los engranajes de la maquinaría cerebral real estaban funcionando con rapidez, pensando en los pros, los contras y los hilos que podía mover.

- Suena bien- sonrió a los pocos segundos, parecía que la idea lo había divertido- los bailes latinos, como usted los llama suelen tener mucho éxito en estos países. Pero ya que la organización correría por mi cuenta, va a haber representación española, en España tenemos una gran trayectoría musical. Se podría hacer un concurso de baile por categorías, Pasodobles, Tango, y... ¿bachata?- se puso una en el pecho como disculpándose- realmente no soy muy entendido en bailes modernos- finalmente se permitió una carcajada- Mi cadera podrá permitirse una pequeña exhibición siempre y cuando ustedes participen- la mirada del monarca adquirió un brillo de picardía, todo tenía un precio y Juan Carlos quería divertirse.

Roger permaneció delante del espejo un par de minutos sin que nada pasase, tan sólo se percató de que algo había ocurrido cuando el característico olor del tabaco le hizo girar sobre sus talones. La camarera había desaparecido, en su lugar se encontraba a unos escasos metros de él, sentada sobre la misma silla que había ocupado el tercer Bond, Cris Lange dando una calada a un cigarrillo.

- Es la primera vez que un hombre recurre a la autolesión para poder verme... me siento halagada- le dijo esbozando una sonrisa tras expulsar el humo de manera elegante, por la boca- aunque, en el fondo tiene razón- dió una nueva calada para añadir- he sido descortés con usted. Hablemos- le indicó con la mano donde sostesnía el cigarrillo que se sentara.

–Siempre que haya una hermosa dama a la que pueda pasar un clavel con mi boca, acepto– repuso Sean sonriente al imaginarse a todas las mujeres caer rendidas ante el poder de su baile. De hecho, tenía una capacidad para el tango que hacía que las mujeres lo adorasen, y en su madurez había inventado medio movimiento de brazos y torso que hacía que las pelirrojas se desmayasen. Sí. ¿Cómo iba a resistirse Sean ante un baile?– Normalmente me negaría a esto, pero se supone que nuestro equipo tiene que crear la distracción. George,¿le parece que avisemos al resto de nuestro plan con un mensaje?

Había que hacer creer a los pobres y muy inferiores novatos que tenían algún tipo de voz o voto, cuando estaba claro que no era así.

- Sabía que estaba a la altura de mis expectativas Srta. Lange - la felicité mientras me ponía cómodo para también estar sentado. Una reunión que iba a resultar la mar de interesante.

- Veo que se ha tomado y sigue tomándose muchas molestias en mantenerme con vida aquí en sus instalaciones en Suiza, pero todavía no logro alcanzar porqué tanto interés. Sé que soy el más apuesto de mis compañeros pero... debe haber algo más - coloqué mi mano sutilmente bajo el mentón.

- Además, es indudable que el "milagro" del rejuvenecimiento sigue actuando, porque incluso ahora aparento ser más joven que hace una semana -

Cristine miró a Roger a los ojos mientras dejaba que el humo le circundase el rostro, otorgando un aire misterioso a la dama, que parecía estar contenta con aquella situación.

- Se ha dado cuenta de donde estamos...- sonrió- no esperaba menos de usted- exhaló el humo con lentitud, Lange fumaba como una actriz de cine, elegante y condenadamente seductora a pesar de la edad- No es usted el más apuesto, lamento contradecirle, pero si el más cautivador- amplió su sonrisa- siempre me ha resultado muy agradable su presencia- la mente de Roger le trajo el recuerdo de una joven científica trabajando en la sección Q, una muchacha guapísima que siempre estaba enfrascada en su trabajo y que parecía pasar desapercibida a todo el mundo. Por eso, al verla tan tímida y retraida siempre le dedicaba unos minutos de su tiempo para hacerla sonreir y siempe lo conseguía... era Lange, ahora la recordaba- Carece usted de la prepotencia de su predecesor, de la seriedad y profesionalidad de sus sucesores, pero es eficiente y tiene la virtud de hacer amigos incluso entre tus enemigos- Roger se acordó de dientes de Tiburón, el villano reconvertido a colaborador del MI6 tras varios enfrentamientos con el tercer Bond.

Lange se mordisqueó la punta del pulgar donde sostenía el cigarrillo sin variar la sonrisa, que había adquirido un tinte pícaro, un gesto que en cualquier otra persona resultaría común, pero que en ella quedaba estupendo.

- Pero, tiene usted razón... no malgasto el dinero en nadie sólo por que me caiga bien. La razón es muy sencilla- volvió a dar una calada- quiero recuperar mi juventud, pero el genoma que elaboré no funciona conmigo. Como sabrá monté todo este teatro para que el MI6 y Spectra terminaran de desarrollar mi invento y obtener la formula que funcione conmigo...- con un suspiro terminó de expulsar el humo que tenía en sus pulmones para extender el brazo y liberar el cigarrillo de la ceniza, dando unos suaves toques con los dedos sobre un cenicero que había en la mesa, manteniendo la vista fija en el mismo.

- En realidad lo que yo pretendía era determinar como funcionaba el genoma en los distintos grupos sanguíneos, puesto que todo parecía indicar que el problema estaba en mi sangre, poseo uno de los grupos sanguíneos menos comunes- la mujer giró la cabeza para mirar con intensidad a los ojos de Roger- al igual que usted, señor Bond.

Tim se ajusto el traje, sacudiéndolo ligeramente para quitar el poco polvo que se había depositado tras la explosión, echo un primer vistazo al interior del pasillo y sin mayor dilación se puso en marcha atento a cualquier sonido que pudieran alertarles de que tenían compañía.

Silva parecía una sombra tras de si, no le hacía especial gracia tener a un agente de spectra tan cerca y desde luego no dejaría de ponerle un ojo encima para que no hiciera nada raro.

Sean le había propuesto a Juan Carlos un concurso de baile, y el campechano monarca no solo había aceptado, ¡si no que de golpe y porrazo había decidido meterlos a ellos en el ajo también! Conociendo los precedentes y el carácter del español, tampoco debía de haberse sorprendido demasiado. Como tampoco le sorprendió que su compañero aceptara sin mostrar demasiados reparos. Para Sean todo era un desafío o una competición, incluso si nadie estaba haciendo nada concreto a su alrededor, George estaba convencido de que el escocés procuraba respirar más fuerte y cogiendo más aire que el resto de los presentes.

-Si todo esto es por generar una distracción que ayude en la misión, bailaremos.-Dijo aceptando la propuesta de Juan Carlos.-Y sí, será necesario avisar al resto de compañeros antes de que piensen que hemos perdido la cabeza o algo por el estilo. Una lástima que Roger no esté con nosotros en estos momentos, se habría apuntado a lo del baile el primero.

Soltó un leve suspiro al acordarse de su compañero prisionero, solo esperaba que no le estuvieran torturando demasiado donde fuera que lo estuvieran reteniendo.

Poco a poco todos los recuerdos comenzaron a venirme. ¿Aquella chica enfrascada en su trabajo era Lange? Quién lo diría, parece que los años no han pasado en balde para ninguno.

- Ambos somos donantes universales... 0-... - aquello era tanto un don como una maldición. Podríamos donar a cualquier persona del mundo pero... ¿quién nos donaría a nosotros? cualquier otro tipo de sangre sería rechazada.

- Somos únicos sin lugar a dudas querida Lange - por fin se había descubierto el pastel, el verdadero motivo detrás de todo este teatro. Un motivo que llegaba a entender, tenía lógica y sentido ¿quién no deseaba ser joven? y lo peor era comprobar como el resto sí podía pero ella no.

- Igualmente si me lo permite... aclararé que aunque su búsqueda es coherente... no compensa todo el esfuerzo y las vidas que se ponen en riesgo - cada palabra iba junto a una mirada directa a los ojos.

- ¿Qué es la juventud?¿De qué sirve? Cada uno hemos vivido nuestra vida, cada etapa tiene su parte encantadora al igual que su parte siniestra. La vejez... o madurez si prefiere llamarla así, tiene la elegancia de habernos convertido en personas sabias y curtidas por las décadas vividas. Vemos el fruto de lo que hemos sembrado y sobre todo contemplamos a las nuevas generaciones que por supuesto, no llegarán nunca a nuestra altura - sonreí.

- Srta. Lange... acabemos con esta locura. Yo he conseguido ser joven de nuevo y... ¿cree usted que ahora soy más feliz? Daría todo lo que tengo por volver a mi mansión, disfrutar tranquilo del paisaje y pasar lo que me quede de vida con una buena copa de vino en la mano - suspiré.

- ¿No cree que también es un futuro digno para ambos? -

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- Eh espere, ¿ha dicho que no soy ni apuesto ni profesional? - dije enarcando una ceja cuando recuperaba las palabras que había dicho al principio comparándome con los otros agentes.

–Y una cosa más, señor.–añadió Sean mietras se ajustaba la corbata–Todo esto lo hacemos para evitar que los civiles se involucren en un tiroteo.Sin embargo, no podemos descartar una evacuación. En ese caso usted y solo usted podrá hacerlo, apelando a su carisma y al amor y respeto que sienten todos por usted. En el caso de que le avisemos, usted iniciará una conga que guiará a todos los presentes a un lugar seguro. Solo usted puede hacerlo.

También haciendo la pelota Sean era el mejor.

¿Se te ocurre alguna clave, George?