Partida Rol por web

El ingeniero levanto la ceja, y luego puso cara de claro.

Bueno, pues no tienen de que preocuparse. Nuestro laboratorio tiene una seguridad increíble. No está conectado a la red, los paquetes de información de actualización del sistema se mandan por separado a los distintos sistemas.

Y el código de encriptación que he diseñado, cambia cada 24 horas, y esta codificado por 42 caracteres, que se corresponden a 42 algoritmos. Sin dicha clave, que solo está en mi cabeza, nadie puede piratear la central que esta unos metros más adelante.

Y sin piratearla no se puede hundir el sistema. En las próximas 17 horas el sistema quedara purgado, y no será necesaria ninguna actualización.

Espero haber sido explicito. Pero como supongo que querrán ver por ustedes mismos el lugar donde está la central, les invitaba a pasar. Pero si tienen prisa ya pueden marcharse, nadie se lo tendrá en cuenta.

La secretaria, que tiene ahora permiso para saltarse toda la parte técnica, se estaba marchando pero se queda a escuchar la explicación del jefe del proyecto. Luego, con cara de enfado, se da la vuelta y se dirige de nuevo al ascensor, quedando fuera de vuestra vista. 

Durante la los comentarios del ingeniero, puedes ver en su mente los planos de unas maquinas, y muchos, muchos números. Está claro que este tipo piensa como en genio, pero igualmente te queda claro que lo que dice es verdad, el está convencido de que su sistema es infalible.

En cuanto a los datos técnicos no tienes ni idea de si es cierto lo que dice o no. No tienes ni idea sobre servidores, datos, algoritmos y internet en general, casi no sabias usar una tablet hace un mes.

Así que dejas pasar los datos tranquilamente.

La mujer en cambio, parece muy nerviosa, te agradece el que la mandes para casa, pero se queda a escuchar la explicación, y lo hace con interés. Sin embargo, puedes ver en su mente un “será capullo” cuando este explica que todo el código pasa por un sistema que tiene el tio controlado.

La mujer se marcha, y lo hace con prisas, y hay urgencia en su mente, y esta pensando en hablar con su novio, Phillipe, seguramente lo llame en breve, puede que para recogerla…, pierdes conexión, cuando dejas de mirarla subirse al ascensor.

Estas algo sorprendido, una central de generación de códigos no suele ser muy normal. Punto positivo. Un código encriptado, que se usa con una clave manual, eso tiene gracia, pero no es la primera vez que lo escuchas.

Una vez sepas cual es la clave, sueles poder modificar incluso la central. Pero este tipo usa una clave de 42 letras, que son algoritmos. Eso es muy jodido de piratear, se podría, quizás con una década, y mucha gente echando un cable, pero lo cierto es que cualquiera desistiría, porque más tarde o más temprano cambiarían la clave.

Estaba claro que era un sistema fiable, siempre que ese hombre no perdiera la cabeza. Literalmente. Porque sin él, el sistema se vendría abajo.

No obstante, te pica la curiosidad de saber cómo llegan los paquetes de actualización a los sistemas, si el central no está conectada a internet.  

Entra en materia y soy desterrado de la conversación. Espero que mi compañero entienda de que esta hablando, porque yo solo soy capaz de imaginarme el posible símbolo chino correspondiente a cada palabra extraña que pronuncia y tampoco soy capaz de descifrar nada en su mente. Pues piensa en los mismos términos desconocidos para mi. 

- 17 horas dan para mucho. - y yo lo sabía como pocos. - Mi compañero le acompañara hasta la... central. Yo inspeccionaré el resto del edificio. ¿Por donde accedieron?  - 

Sin esperar a la respuesta empiezo a girarme y dedico una breve mirada a Subpython. - ¿Te apañas? - mi voz suena nítida en su mente, destacando entre sus pensamientos al ser reconocida como ajena. Pero tampoco le doy demasiado tiempo parar contestar antes de dirigirme en dirección al ascensor. Allí no sería de mucha utilidad...

El galimatías que suponía la mente de aquel tipo y su incomprensible conversación me incomodan hasta tal punto de buscar una excusa por la que abandonar su presencia. Podría investigar como habían penetrado en aquel edificio, pero aun sentía el nerviosismo y la urgencia de la mujer remanente en mi mente.

Me dirijo hacia las escaleras para intentar alcanzar a la secretaria en la planta baja. Mi mente, más paranoica que despierta, conjeturaba acerca de sus intenciones y yo no podía menos que comprobar su honradez. Mantengo mi concentración en mi poder telepático para rastrear la posición de Teresa y para sumergirme en sus pensamientos con más detenimiento y precisión.

Acompaño al grupo un par de pasos por detrás de Plectrum y asisto al intercambio de palabras entre este y el supuesto genio de esta sección. Odio a la gente prepotente, no aporta nada más que rencor de la gente y este tío ya me caía mal desde su presentación.

Sin embargo, reprimo el impulso que me surge de contestarle y adopto una estrategia completamente opuesta, la del condensador de fluzo.

Cuando Plectrum se despide tomo la palabra, impidiendo que Aiden diga algo.

Es un sistema muy interesante señor Pierce. Una verdadera innovación en este campo. -Dame tiempo y te piratearé hasta la lista de la compra. -El sistema seguro que utiliza algoritmos Eulerianos de encriptación que... -Y ahi va el listillo estupido. Cualquier persona que no sepa de que estoy hablando pensara que soy un genio. Los que sepan algo, no acabaran de seguir mi hilo pero reconocerán cosas de las que digo. Sin embargo, y aquí esta la gracia de esta estrategia, alguien que de verdad entienda de lo que hablo verá que se algo del tema pero que realmente digo cosas sin sentido pensando que realmente esto me viene grande. En resumen, mi objetivo es que después de esta perorata Aiden Pearce esté convencido que se borrar los virus de mi ordenador y poco más. La gente suele ser más comunicativa con los idiotas. -... sin embargo, señor Pearce, ¿como se defendería de un gusano que utilizase una desencriptación del tipo Rufus?

Mientras decia todo esto, un mensaje le llega al móvil de Plectrum:
Me apaño. Si consiguieses la clave que tiene este hombre en la cabeza me harias un hombre feliz. :) Me puedes contactar por aquí. 

No se hasta donde llegan las habilidades de Plectrum pero por pedir que no quede, igual su procesador es más potente de lo que creo.

Acompaño a Aiden hasta el generador y le pregunto las dos cuestiones que mi propio cerebro no deja de notificarme como tareas pendientes:

-Entonces señor Perci -No se si era exactamente este su apellido. Lo puedo comprobar con un pensamiento, pero todo sea por parecer más idiota. -¿Que método utilizan para actualizar el sistema si no es por la red? ¿Algún tipo de conexión interna? -Lo dudaba mucho. A ojos de un hacker una conexión interna es como una conexión a internet. Sin embargo, la otra opción que me quedaba era la manual: técnico mete en un USB la actualización desde la central y lleva físicamente el USB a otra terminal que si tenga conexión. Eso es, cuanto menos, arcaico. -En estos momentos, ¿Que clientes tienen un sistema susceptible de ser quebrantado por el cifrador maestro?

Escaneo a Aiden para ver si noto otros objetos electrónicos que pudiese llevar encima, ademas de la tablet. Ademas escaneo lo que estaba haciendo en la tablet cuando llegamos y compruebo si tiene una cuenta de correo enlazada a la tablet para volcar toda la información a mi propia tablet.

Por cierto, te pongo la tirada que se me paso la otra vez. Sorry. (Creo que no voy a reconocer a nadie asi XD)

Las escaleras estaban más lejos de donde pensabas, y tardaste un poco en bajar, lo cierto es que no conocías bien el edifico y te costo llegar abajo, y localizar con la cabeza a la mujer.

También podías ver al agente de seguridad, que te seguía con la mirada, y se mostraba protector con la mujer.

Esta estaba hablando por teléfono, por cómo se sentía, y por como hablaba en su mente, estaba hablando con su pareja. Pero estaba incomoda con su novio. Te centraste en ese momento en su mente.

Si, el ingeniero ha vuelto a intentar conquistarme con sus tonterías. No, no tienes que preocuparte. Si, ya sabes que él es la pieza más importante de aquí, así que hay que aguantarlo.

Un silbido del agente de seguridad, hace que ella se gire, y se ponga muy nerviosa al ver que estas allí. La clásica reacción ante la policía.

Cuelga el teléfono y te observa. Tiene dudas sobre si quieres hablar con ella. Y está pensando en coger las llaves del coche. 

El hombre se queda un poco perplejo, no por tu verborrea sino por la reacción de Plectrum, que pone pies en polvorosa antes incluso de que pueda contestarle.

Luego te escucha y sonríe. Parece divertido con tus comentarios.

Oh por favor, si es usted todo un experto, haga el favor de seguirme.

Empieza a caminar hasta el fondo del pasillo y allí abre una puerta. En la sala que se abre ante ti, hay una maquina bastante extraña que está conectada al suelo. Tiene algunos cables que salen de la misma y se conectan a unos servidores que están bajo un suelo de metacrilato.

Pearce, se dice Pearce.

El gusano tendría que ser introducido por este terminal, y eso solo puede hacerse físicamente. Y hay un sistema de chequeo que cada doce horas reconoce todo el sistema. El dueño de la empresa es un loco de la seguridad.

Así que por ese lado el gobierno puede estar tranquilo.

Ves que se muestra muy comunicativo, conciliador, desde que se fue la chica no parece interesado en parecer más listo de lo que es, y por lo que puedes ver de su tablet, que se está cargando a tu mente, y es muy densa, es alguien excepcionalmente inteligente. Mucho más que tu, pero la paciencia es el verdadero arma de los Hackers.

Me preguntaba que como se cargan los paquetes. Bien este es nuestro novedoso sistema. Octopus.

Esto cables de fibra son capaces de cargar en un segundo la información a los servidores sobre los que estamos. Para cargar la información, tengo que acercarme a esta consola. Dice al tiempo que saca una pantalla sujeta a la maquina. Cifro el código, y luego físicamente queda unir este cable con esta entrada. La conexión es prácticamente instantánea. Así que es difícil que algo entre por aquí. Además de que mientras el código está cargado la central está bloqueada.

En resumen, tiene un súper ordenador que cifra un código cada 24 horas, que por lo que ves debe de ser excesivamente complejo. Y luego transfieren los datos a los servidores de manera mecánica, pero sin necesidad de hacer copias externas. Es sorprendente, y precario. Pero la explicación no acaba ahí.

Cada proyecto que se nos ha asignado tiene un servidor especifico, este es Goliat, Picasso, Borgoña, Zelanda, sin el nueva. Fue idea mía.

Sonríe ante el comentario invitándote a que hagas un chiste con aquello.

Estaba claro que había varios servidores, y cada uno tenía un cifrado especifico. Que mas tenia aquel hombre guardado.

Bueno, el secreto está en que los distintos proyectos, gobiernos, empresas, tienen un servidor que se enlaza únicamente con uno de los que hay aquí, así que la red nunca esta entera en peligro.

El hombre toma aire y se pone algo más serio para decir lo siguiente.

Lo cierto es que no hemos tenido ninguna intrusión, pensé que su compañero lo sabía. Interceptaron un paquete de datos de Goliat, no estamos seguros de si el código cifrado ha caído, y aunque así fuera, el conjunto no corre peligro.

Me temo que no puedo informarle directamente de quienes son los clientes que están usando Goliat ahora mismo, pero si usted está aquí puede hacerse una idea de quien está detrás. Entiendo que quieran asegurarse de que la seguridad de su información es la mejor. Pero ahora mismo esos datos solo servirían si alguien tuviera acceso a mi cabeza.

Y en eso tenía razón, no había ningún indicio entre los miles de datos que tenias dando vueltas en la cabeza desde su tableta que te diera una pista de cuáles eran los algoritmos que ese hombre usaba para cifrar los programas bases.

Te sorprendía que aquella tecnología, a años luz de muchos gobiernos estuviera simplemente custodiada por un informático, que aunque tuviera coeficiente de genio, no era más que un empleado. Aquel edificio carecía de seguridad, y estaba claro que si alguien quería piratearlo necesitara entrar en él, como tu habías pensado, para instalar un gusano, un virus, o simplemente copiar la información del código base.

Era extraño, y sorprendente, pero era agradable. Estabas seguro que piratear eso desde el exterior era imposible. Para que habrían interceptado el paquete. O puede que los malos no supieran todo lo que tu sabias. Porque seguramente si no tuvieras una placa de la interpol, y muchísimos conocimientos no hubieras llegado a entender la mitad de lo que ese muchacho te explicaba.

Es más, Plectrum hizo bien en irse, porque no se hubiera enterado de nada. 

Al no conseguir pasar desapercibido, como esperaba, me dirijo hacia el guardia de seguridad. Aun así concentro mis habilidades en la mente de la mujer para llegar a capas de pensamiento más profundas. Parecía limpia pero quería asegurarme al cien por cien, después empezaría a registrar la cabeza del hombre. Lo primero era confirmar que la casa era segura o si habían recibido ayuda desde el interior.

- ¿Qué sabe del asalto? - 

Como Olimpo definió nuestra misión con aquella misma palabra yo había supuesto que se trataba de una intromisión en el edificio, sin ser consciente de que se refería a un ataque informático de los que ignoraba todo detalle. 

El guardia de seguridad te mira, y pone cara de no saber de que hablas, y así mismo te lo deja saber por dentro y por fuera de su cabeza.

Que asalto. De que está hablando.

El muchacho que llevaba toda la tarde con un turno muy tranquilo,  y ahora estaba sobresaltado. Su vista miro los monitores, se llevo una mano al revolver de su cadera, y luego volvió a mirar hacia ti.

Estaba claro que no tenía ni la más remota idea de que hubiera habido un asalto.

¿Está de broma?

Escucho lo que dice con verdadero interés. El hecho de que exista esto y de, que encima, yo no tuviese constancia ni siquiera por rumores dice mucho.

Voy soltando comentarios mientras Aiden explica el sistema.

Por supuesto.

Claro.

Muy bien pensado.

Precisamente te iba a preguntar eso.

Hasta me río ligeramente con su comentario sobre Zelanda.

En un momento dado, me acerco a la maquina y pregunto::

¿Que sistema de refrigeración usáis para un servidor de este tamaño? -Y pongo la mano encima para comprobar la temperatura.

Realmente me la sopla la temperatura. Conecto mi mente al sistema... y que sea lo que Dios quiera. El volumen de información seguramente sea tan alto que no lo pueda manejar así que, como si de un software se tratase, coloco un filtro para buscar la información relacionada con los nombres de los clientes de los distintos servidores, especialmente de Goliath.

Otro mensaje aparece en el móvil de Plectrum:

Varios servidores distintos. Solo uno comprometido: Goliath. No se quien es el cliente. ¿No hay seguridad en el edificio?

Miro a Aiden.

Hablando claro. Como usted entenderá hay fuerzas muy poderosas interesadas en resolver esto lo antes posible. ¿Como interceptaron el paquete si su sistema es tan seguro? Y lo más importante ahora mismo, pongámonos en el peor de los casos: ¿hasta donde pueden llegar si el cifrado de Goliath ha caído? Entiendo que a toda la información del servidor mientras no se purgue, ¿no?

Espero la respuesta mientras continuo con la mano apoyada en la máquina.

El edificio es un sistema de refrigeración.

Contesta y luego estás hablando con él, cuando el da dos pasos atrás, y te mira escandalizado.

Se encuentra bien.

Y lo cierto es que no. Has intentado meter tu mente en aquello, y al mismo tiempo hacer varias cosas más, y te has encontrado con la horma de tu zapato.

Algo caliente y líquido te sale de la nariz, y de repente te cuesta respirar. Te miras la mano tras pasarla por la cara, y ves una mancha de sangre.

Estas sangrando por la nariz. Te has metido mucha info en la cabeza, y eso que casi no habías empezado. Aquella maquina trabaja a mucho mas nivel del que puedes controlar, quizás si supieras sacar mejor rendimiento a tu poder.

El caso es que el hombre, te agarra con firmeza por el brazo, y te invita a salir de la habitación.

Salga conmigo, no sé lo que le pasa, pero no puedo permitir que se quede en esa sala. Necesita un medico. Es normal que le sangre así la nariz.

Y es cierto, algo no va bien, porque la cabeza te da vueltas, y parece que no dejas de sangrar, necesitas ir a un baño, limpiarte, parar la hemorragia.

Además, de que intentas concentrarte en mandar un sms a través de tu reloj, o tu móvil o lo que fuera, y por lo pronto tu poder esta K.O.

Te suena el telefono y de repente lees esto. 

Varios servidores distintos. Solo uno compro &&3="·$^*Ǩ!2123h8&%$···1¨Ç*%$%·

Pasar algo, porque parece que a mitad de pensamiento la mente de tu compañero ha empezado a fallar. 
Esta aun en la parte de arriba, al lado del tecnico, pero la notas completamente en sus minimos. 

Pasa algo, y aun no sabes que es. Pero puede que le hayas dejado solo y le esten atacando. 

¿Que le pasaba a aquel agente de seguridad? ¿No sabía que habían asaltado su empresa? Su confusión me desconcierta. Más al ser consciente de que su mente muestra el mismo signo y que no puedo dudar de su sinceridad. 

- Si, claro. - finjo una breve risa. ¿Por qué no lo sabía? ¿acaso querían mantener a su equipo de seguridad al margen? No tenía mucho sentido...

Entonces recibo el mensaje de mi compañero.

- Mierda...

Me doy la vuelta y echo a correr escaleras arriba. Joder, joder, joder, joder, no, no, no, no.... No podía dejar de pensar que había fracasado, que había fallado en mi misión. Tenía que protegerle. Olimpo se había tomado la molestia de comentármelo por telepatía, volcando su confianza en mi, y yo no había cumplido. 

Escaleras arriba intento pensar que aun no estaba todo perdido, aunque no conseguía autoconvencerme con contundencia, y expando mi mente en busca de otras mentes cercanas a Subpython. Si le estaban atacando quería saber cuantos, pues tendría que enfrentarme a ellos. 

Me toco la nariz con los dedos y los noto húmedos. Confirmo que es sangre y rápidamente, con la otra mano empiezo a tantear la bolsa que llevo hasta que localizo un pañuelo usado y lo uso como tapón.

¿Que me esta pasando?

Dejo que me arrastre fuera de la habitación sin ser muy consciente de ello mientras con la mente intento, futilmente, conectarme a algo. Aunque sea algo mínimo como ver si mi móvil esta encendido o no.

Una vez fuera de la habitación me niego a avanzar más y me siento en el suelo apoyado en la pared y con la nariz en alto. Por fin mi mente empieza a reaccionar.

Déjeme, déjeme. Por favor, no pasa nada. Solo una pequeña hipoglucemia, me pasa de vez en cuando. Un ratito sentado y listo. -Mi poder sigue sin funcionar, pero al menos mi cerebro ya ha salido del embotamiento. Lo que ha sido la primera escusa que se me ha ocurrido me servirá también para deshacerme temporalmente de Aiden. -Me iría bien algo de azúcar, ¿tiene una chocolatina o algo similar? Voy a avisar a mi compañero.

Cojo el móvil y, a la manera tradicional, llamo a Plectrum.

-Hola, soy yo. Mira, que me ha vuelto a dar uno de mis mareos. Si, me he quedado ko. Casi ni te puedo mandar un mensaje para avisarte, jejeje. -Espero que pille la indirecta. -Voy a ver si se me pasa, sino tendré que irme, en este estado no puedo hacer gran cosa.

Es sorprendente, durante los dos años de entrenamiento he intentado no acostumbrarme a mis habilidades, a seguir viviendo como si fuesen otro aparato más y que, en caso de quedarme sin ellas, no fuese una gran pérdida y pudiese seguir adelante con total normalidad. No ha sido así, siento que me falta algo. Esa sensación constante de que mi móvil esta encendido. La comprobación ya casi automática de su nivel de batería. Han desaparecido, y es como si me faltase una parte de mi.

Mientras espero a Plectrum, sigo intentando recuperar mis habilidades con cosas sencillas, como en los primeros días del entrenamiento.

Plectrum que esta a escasos metros de la puerta de la planta superior recibe una llamada telefónica de su compañero, y escucha lo siguiente en lo que recorre el último tramo de escalones.

Hola, soy yo.

Mira, que me ha vuelto a dar uno de mis mareos. Sí, me he quedad KO. Casi ni te puedo mandar un mensaje.

En ese momento abre la puerta y entra en la zona de la secretaria en lo que Subpython termina de hablar, y ya observando a Aiden Pearce esta rebuscando entre las cosas del mostrador en busca de algo.

Voy a ver si se me pasa, sino tendré que irme, en este estado no puedo hacer gran cosa.

La visión es bastante cómica. Subpython en el suelo con la nariz taponada, el ingeniero con un caramelo que se le acerca y Plectrum colgando el teléfono.

No está claro si le han atacado, porque no hay marcas de agresión en el informático, y el hombre que os ha recibido se muestra solicito ante lo que podáis necesitar.

Nuevamente volvéis a estar juntos.  

Miro a Plectrum que entra en la sala justo cuando cuelgo el teléfono.

Que rápido.

Como puedo me incorporo manteniendo la cabeza hacia atrás para no facilitar que la sangre salga por mi nariz.

Me he mareado, me costaba respirar Vincent. Es falta de azúcar, hoy no he comido mucho.

Otra vez hago pruebas pequeñas para ver si, poco a poco, recupero mis habilidades.

Muchas gracias. -Cojo el caramelo que me ofrece Aiden y me lo meto en la boca. -Espero que sirva de algo. ¿Le importa dejarnos a solas un momento? Tenemos que decidir si hace falta llamar a algún compañero para que nos acompañe o no.

Me siento en la silla de la secretaria para facilitar el mantener la cabeza hacia atrás y con pocas intenciones de trasladarme a otra sala.

Usted puede seguir con su trabajo.

El jefe del proyecto os deja para bloquear la sala de los servidores, y luego se dispensa.

Pueden hacer lo que crean. Pero como ya les dije, no hay de qué preocuparse. Yo mismo estoy por irme a mi casa.

Espero que entiendan que aquí no hay mucho más que hacer.

No solo no os deja solos, aunque bien es cierto que no está encima de vosotros, sino que espera que vosotros mismos salgáis del edificio.

Es consciente de que debe de pasar algo grave para que un hombre sangre por la nariz y argumente que se trata de falta de azúcar en sangre.

Pero no dice nada. Simplemente espera vuestra respuesta.  

La escena que me encuentro dista mucho de lo que me esperaba, aunque la llamada ya me había puesto en situación y había relajado el paso y mi actitud. Al parecer se trataba solo de un desmayo. ¿Le pasará a menudo? 

- No se vaya del edificio por el momento. - Pido a Pearce antes de que nos deje solos y luego me acerco a Subpython. - ¿Me lo explicas? - Le tiendo una mano para ayudarle a levantarse. Gesto que también me serviría para comprobar su estado e intentar estabilizar su cuerpo. Empezaba a pensar que mi trabajo de niñera era más literal de lo que me suponía. 

Miro alrededor. Podría parecer que me aseguraba de que nadie nos escuchaba pero comprobaba la ausencia de todo rastro de violencia. Tanto por la escena que había protagonizado mi compañero como el asunto que veníamos a investigar. Estaba confuso.

- Y de paso cuéntame si has averiguado algo de interés. El guardia y la secretaria parecen limpios. De hecho el primero no se ha enterado del asalto... Menudo profesional.-