Partida Rol por web

Tras un buen rato caminando detrás de la "cosa" llegáis a un río que os corta el paso. Ya es casi de noche y está bastante oscuro. Sobre las ramas más altas de los árboles, enormes ojos iluminados os acechan, el frío se cuela entre las raíces y otro tipo de animales repta por el sotobosque. Ya no os da tiempo de volver para la cena, eso está claro.

Vuestra amiga se detiene justo en el borde del agua, sus pies se hunden bastante en la tierra más húmeda, y os hace un gesto para que miréis hacia la otra orilla, donde el bosque continúa y hay más árboles, ¿o el gesto es para que crucéis el río?

-Parece... Parece que quiere que lo sigamos. Oye, amigo, entonces... -digo, cuando veo que parece que contesta a mi especie de pregunta sobre su nombre...- Te llamaremos Tlin-tlan. ¿O solo tlin? ¿Te parece bien?

Se me había olvidado lo que contaban del bosque, se me había olvidado la aldea, incluso el porque habíamos venido. Estaba simplemente fascinado por aquel ser, y lo que hacía. De hecho, cuando lo seguimos, avanzaba rápido, y en ocasiones... En ocasiones hacia lo que tanto había asustado al leñador. -¿Os fijáis chicos? Parece que intento ir a Drake a por ayuda... Y este se asustó de cómo elimina los arbustos, y todo eso... ¡Quería ayuda! 

En el río, me pongo a mirar alrededor. Sé que nos quiere decir algo, pero no entiendo del todo. -¿Qué deseas amigo? ¿Ir al otro lado? -Digo, mientras hago el gesto de cruzar el río... Pero hay que ver por dónde, si hay peligros...

Sale corriendo y yo detrás sin pensarlo, nunca había llegado tan lejos y cada paso, aunque ya era de noche y no se veía mucho, me seguía pareciendo fascinante. Sentía un poco de miedo, pero la emoción de lo nuevo, era más fuerte. 

Al llegar a un río, se detiene y nos hace un gesto, que no sé muy bien cómo interpretar - ¿Será que no puede cruzarlo porque se oxidaría? a lo mejor lo tenemos que llevar a cucu- les digo a mis amigos

El camino junto a Rupert, Trea y Tlin-Tlan por el bosque ha sido, de lejos, la experiencia más fascinante de mi vida... el rato que llevábamos junto al extraño ser de metal me había bastado para darme cuenta de lo equivocado que estaba respecto a nuestro nuevo compañero... Tlin-Tlan, como lo había llamado con mucho acierto Rupert, nos estaba haciendo muy fácil el avance por el bosque, arrancando de cuajo y partiendo en astillas árboles como... ¡como si fueran briznas de hierba!

Tras un buen rato, llegamos a la orilla de un río... ¿y ahora?

- Mmm... pues a lo mejor es eso, sí...  igual tiene miedo de oxidarse - Respondo a Trea mientras me acerco un poco intentando ver entre las juntas de la piel de metal de Tlin-Tlan... El cobre y el bronce no se oxidan tan rápido como el hierro, pero no tengo ni idea de si debajo de lo que vemos, hay más metal que pueda echarse a perder... - Si el río no es profundo, podemos intentar atravesarlo... Con tan poca luz no tengo ni idea de dónde está el fondo... - A decir verdad, me cuesta  incluso distinguir la otra orilla... - Tengo una cuerda, si le atamos un peso y la lanzamos al río... a lo mejor podemos ver qué parte se ha mojado... como cuando el pocero mide el nivel del agua del pozo.

No sé muy bien si eso servirá de algo...

Tomé un palo, largo, y miré al río... -Quizas sea mejor que coja la cuerda, y me acerqué a ver la profundidad, y decidimos, ¿No os parece? Mi intención era acercarle, agarrado al cabo, por si había algún problema, y tantear la profundidad con el palo, y si no era muy profundo, podríamos cruzar sin demasiada ayuda. Si no... -Si es un poco más profundo de lo que podamos cruzar directamente, podemos tender la cuerda, y usarla como pasarela... No se

Tiltán parece alegrarse cuando decidís ponerle nombre. Sigue haciéndoos señas para que crucéis al otro lado, y cuando Rupert le pregunta directamente se vuelve a oír la campanita. En cuanto a por qué él (o ella) no cruza, parece que su cuerpo puede oxidarse debido al material del que está hecho, pero cuando da otro paso más empieza a hundirse en el barro y a escurrirse hacia el fondo. De una zancada salta hacia la orilla y cae de costado, parece asustado. Os dais cuenta de que le da miedo el agua, o la profundidad; es demasiado pesado para cruzar, podría clavarse en el lodo del fondo. ¿Podrá ahogarse? ¿Le afectará el agua de algúna otra manera aparte de oxidarle?

Empezáis a buscar un modo de cruzar vosotros, Rupert examina la orilla en busca de posibles peligros, Trea mira alrededor, ideando alguna solución alternativa a nadar. Berod se acerca atando una piedra al extremo de la cuerda, caminando sobre unas rocas, con la intención de medir le profundidad del río, pero se acerca demasiado y cae al agua en plancha. Aquí no es muy profundo y puede hacer pie, pero está completamente empapado.

Al observar con atención veis que en el río hay una especie de brillo azulado, en las zonas más oscuras se ve mejor. Es algo extraño que llama vuestra atención. Es una especie de neblina muy fina, casi imperceptible. La seguís con la mirada, ideando una manera de cruzar, y un poco más río arriba veis que se forma una pequeña espuma en el agua.

La espuma la forma la corriente al chocar contra unas piedras que están puestas en fila, y que os pueden ayudar a cruzar entre orillas, saltando de una a otra. Son piedras algo resbaladizas, pero no están muy distantes las unas de las otras. Tiltán quizá se resbale, al tener sus pies completamente lisos, pero vosotros podréis caminar sin demasiados problemas.

Berod está algo distraido, rebuscando algo en el agua, y no ha visto este paso.

Al caer al agua te invade el miedo. ¿Sabes nadar? Por un momento el agua entra en tu boca y te falta el aire, pero al instante te das cuenta de que haces pie y te levantas. Los demás no se han dado cuenta, pues están más pendientes de algo que han descubierto río arriba. Estás completamente empapado, tus ropas y la manta pesan algo más. Y no tienes tu cuchillo de guarnicionero. Se te ha caído al río.

Sigo a Rupert e intento ponerme en la primera piedra pero me resbalo un poco, no caigo al agua pero casi.

-Eso azul, creo que son haditas pequeñas o luciérnagas! he oído hablar de animalitos que brillan- respondo a Rupert

De nuevo, me subo a la piedra pero me vuelvo a resbalar, seguro que he pillado la piedra con más moho que había en la fila -No pasa nada estoy bien- Voy a por el tercer intento, pero bastante cabreada por no ser capaz de cruzar. Me pongo a cuatro patas, para esta vez tener más sujeción por si me caigo de nuevo.

Me acerco a Berod lo primero, ya que se ha caído en el agua, y le pregunto por como está, me imagino que ha sido como lo de Tiltán, susto y poco más. De todos modos, no quiere cruzar por ahí, pero lo está deseando. Hum...

He visto, algo más arriba, unas rocas , y creo que podemos pasar por ellas. Podríamos intentarlo, diría que incluso tu, Tiltán, podrías cruzar, son saltos no demasiado complicados, mirad, allí. 

Sigo tratando a nuestro amigo amablemente, pero en el río, hay algo que me escama. Cuando puedo, y veo que no nos escucha, les comento a mis dos amigos: -Hay algo raro en el río, una especie de luz azulada, no se... ¿Será seguro? 

Luego, sencillamente, me acerqué a las rocas, y me dispuse a saltarlas hasta el otro lado. Lo hice más o menos bien, aunque alguna de ellas resbalaba, y casi termino en el agua. Desde la mitad del recorrido les dije: ¿Veis? No es tan complicado. 

¡Mi navajita plateá!

¿He caído muy cerca de la orilla, o como hacia el centro del cauce? Por si puedo entender que la profundidad en la parte más honda no llega a cubrir.

Caes en la orilla.

El chapuzón inesperado me da un buen susto, ¡no sé nadar! Al caer de bruces en el río empiezo a sacudir brazos y piernas como un loco, hasta que me doy cuenta de que... hago pie... Estoy a poca distancia de la orilla, así que no sé cómo de hondo será el río en la parte más profunda...

- G-gracias Rupert, estoy bien... ¡Oh, no...! Mi cuchillo... - Ha debido caerse al agua, así que empiezo a buscarlo frenéticamente... - ¡Aquí está! - Vuelvo a la orilla calado hasta los huesos por el chapuzón... entre el peso de la ropa mojada y la búsqueda frenética del cuchillo de guarnicionero, me noto más cansado... Pero me consuela ver que Rupert y Trea han tenido más suerte en sus averiguaciones para cruzar el río. Los dos consiguen cruzar, Rupert con unas pocas zancadas ágiles, y Trea con un poco más de esfuerzo, inclinada como un gato.

- Vale... v-voy a intentarlo... - Con la ropa mojada noto mi movimiento más limitado, y me da miedo caer en una parte más profunda donde no haga pie... con cuidado, me acerco a las rocas que han atravesado mis amigos, y doy una zancada... y pego un resbalón que casi me hace caer... empiezo de nuevo, esta vez intentando poner más cuidado...

Cuando te levantas y te acercas, esto es lo que han descubierto tus amigos:

Es una hilera de piedras sobre el río, por las que podréis pasar saltando de una a otra. Lo extraño es esa neblina brillante...

Los tres llegáis al otro lado sin problemas, saltando de una piedra a otra, metiendo alguna vez el pie en el agua, eso sí, pero sin llegar a caeros. No es el caso de Tiltán, que resbala una y otra vez, al tener los pies metálicos y completamente lisos. Es imposible para él. Finalmente se da por vencido y se queda en la orilla viendo cómo os alejáis.

A medida que pasáis la bruma azulada, uno detrás de otro, tenéis una extraña sensación, como una brisa en la cara, ahora es como si estuvieseis más despiertos, más avispados. Antes de cruzarla, al otro lado no había más que bosque, y os sentíais adormilados, cansados. Pero una vez del otro lado podéis ver claramente una alta y destartalada torre, a pocos metros del borde del río. Es imposible que no la hayáis visto antes, ¿tan despistados estabais? ¡Pero si está ahí mismo!

vosotros estáis entre la bruma azulada y la torre

Todo está en completo silencio. Tras la hilera de piedras empieza un estrecho sendero que llega hasta la puerta en la base de la torre. Es casi toda de ladrillo, esbelta, sin ventanas, salvo en la parte superior, donde parece que alguien haya construido una pequeña casa, de cuyas ventanas sale una luz amarillenta, o verdosa, o azulada... la luz varía y cambia por momentos. La construcción es extraña, ¿por qué no hay ventanas en la torre? ¿Por qué es tan estrecha? Y sobretodo ¿por qué tiene una casa encima?

El mapa que llevas doblado en uno de los bolsillos de tu vestido ha estado a punto de mojarse cuando has resbalado al cruzar. Afortunadamente no ha pasado nada.

Mientras me ponía a cruzar, y animaba a los demás, veía como Tiltán estaba miedoso e incapaz de cruzar, nuestro nuevo amigo con esos pies... Es que no podía, así que sencillamente le grité: -​​​​​​-Amigo, veremos qué pasa por aquí, y espéranos, luego venimos a por ti. ¿Vale? 

Al cruzar, me iba sintiendo mejor. Y mira que no me sentía mal. Maravilloso lo que estaba viendo. Y lo comentaba en alto, con ellos: -Que maravilla, espectacular, es súper extraño, ¡Qué luces! Vamos, vamos, ¡Teneis que verlo! 

Estaba mirando una torre, de ladrillo, y con luces en la parte superior. Aquello era fascinante, maravilloso, espectacular, y algo que no habíamos visto nunca. La verdad, aquello me apetecía verlo, era chulo. Aunque estaba como aquellas casas de final del pueblo, algo estropeada, pero tenía luz .. -¿Quién vivirá ahí chicos?

Me dio un poco de apuro dejar allí solo a Tiltán, pero debíamos seguir avanzando. Fue llegar al otro lado y tras pasar la bruma azul, me sentía como si ya hubiese descansado, supongo que se deberá a que el aire será más fresco y eso me ha espabilado. Recordé que en uno de mis bolsillos llevaba un mapa, lo saqué para ver si se había mojado - Uff menos mal- mi bien más preciado estaba intacto.

- ¿Qué estarán haciendo ahí dentro para que haya tantas luces de colores?- comenté extrañada y le respondí a Rupert -Yo creo que esa debe ser la torre del mago, Tiltán nos ha conducido hasta aquí para que hablemos con él y le ayudemos a deshacer el embrujo- dije totalmente convencida. 

Los nervios del chapuzón accidental y la preocupación por no caer al río donde pudiera no hacer pie no me habían permitido darme cuenta de esa especie de red suspendida de luces azules... casi que hasta que la hube atravesado...

- Dioses... esto es... increíble... - No podía entender por qué, pero de repente me sentía...¡me sentía muy bien! La vista de esa extraña torre y sus luces cambiantes, lejos de atemorizarme, me despertaban una fuerte sensación de que todo iba encajando en una especie de... en algo así como un plan...

Me volví a ver a Tiltán al otro lado del río... hace algunas horas (¿o quizá días...?) para mí sólo podía ser un ser creado por algún tipo de arte oscura... Y ahora creo que nos ha traído hasta aquí por algo... por una buena causa...

- Creo... chicos, no sé por qué, pero... sea quien sea la persona que está en esa torre... creo que nos está esperando.