Partida Rol por web

Con la fiesta ya empezada, la carga de trabajo de los cocineros parece disminuir un poco, por lo que Bazooka tiene algo más de libertad de movimiento. Siempre y cuando pueda alejarse del estirado chef Vatel, claro.

Randall sigue entrando y saliendo del salón. En uno de sus paseos ve a Hoban, Gideon y Richard charlando con un hombre no muy alto que parece degustar por primera vez alguna de las frutas que se ofrecen en una de las mesas que han preparado con anterioridad.

Uno de sus compañeros se le acerca en el distribuidor.

- ¿Te has fijado en Banning Miller? - comenta señalándole a una chica vestida con un ajustado vestido que no deja demasiado a la imaginación. - ¡Este año se ha superado! Si sigue a este ritmo, el año que viene vendrá sin ropa a la fiesta...

Otro de los compañeros de más edad se acerca y le reprende.

- ¡Dejad ya de chismorrear! - El chico se aleja rápidamente, bajando la cabeza ante la exclamación mientras el otro camarero se acerca a Randall. - ¡Jeje! Me encanta meter miedo a estos novatos. Pero tú parece que tienes algo de experiencia en esto... - Mira hacia un lateral y señala la puerta de salida que está en la despensa detrás de Bazooka. - ¿Sales a fumar un cigarrillo? El Chef parece ocupado ahora mismo y es buen momento para escaquearse... - sugiere.

Me animo un poco al ver que mis compañeros intentan pasar más desapercibidos. Aunque la presencia de este hombre no ayuda mucho. Si él se ha fijado... en cualquier caso, recuerdo mi misión, y la segunda copa que tengo en la mano. Sonrío al caballero y le hago una ligera flexión con la cabeza, a modo de despedida.

- Disculpe si le parezco poco amable, caballero desconocido, pero he de saludar a una vieja amiga.

Sin esperar respuesta del hombre me dirijo hacia Xiao. Cuando llego ante ella, le dedico una pequeña inclinación con la cabeza a su acompañante.

- Señor Harrow.

Luego repito el gesto de saludo hacia la mujer.

- Señorita Kazakov. - Sigo con ambas copas en la mano, como si nada. Pretendo no ir más allá de donde su el noble local me deje. No estaría bien enfadar a nadie. - No sé si me recordará. Nos conocimos en una fiesta de los Lawson hace algún tiempo.

¿Quién podría no fijarse en ella? Espero trabajar aquí en esa fiesta.

Le comenta admirando semejante monumento, pero llega un enteradillo a asustar al otro y Randall le sigue el juego.

-No es la primera vez que me toca llevar comida a una panda de pijos decadentes, por cierto el salmón ahumado está de coña (Randall hace referencia a alguna de las tapas que les haya tocado pasear, de esas que es fácil que una o dos palmen como “peaje” en el pasillo entre la cocina y la sala)

Cuando estén fuera mirara el edificio y comentara -menudo chozon- aunque su mente está tratando de ubicar a donde lleva cada ventana y en que partes de la fachada están oscuras y cuales iluminadas.

El mechero que ha sustraído de las cocinas, le sirve para socializar mientras empiezan a fumar. –¿Quien te toco en la entrevista de trabajo? A mí una con cara de sota.- Mientras habla trata de detectar más medidas de seguridad.

Gideon observó al hombre desde su altura. Lentamente, le ofreció la mano.

-Así, es, señor. Se olvidan muchas costumbres básicas en el espacio. Mi nombre es (insert fake name 1 here*), señor. Mi compañero es (insert fake name 2 here*) y quien se ha despedido antes de presentarse es (insert fake name 3 here*)...señor.

Gideon confió en que lo que no había logrado con maneras durante la fiesta lo consiguiera delante del tipo aquel con su aspecto, bien enfundado en un traje que recordaba claramente un pasado militar, su propio porte y su tamaño en general.

Hoban no quería que sus modales le delataran. Él no era como Gideon ni como Richard. De los tres era el que menos "caché" tenia para estar alli, asi que sonrió como pudo y le tendió la mano. Quizás el tipo solo traia intenciones amistosas.

- Supongo que un poco de altas esferas nunca vienen mal. ¿Qué le trae por aqui, señor...? - dejo la frase en el aire para que él la terminara.

La mujer se vuelve hacia ti y te mira sonriendo.

- ¡Oh! Me va a disculpar, pero no recuerdo su nombre... - Te tiende la mano para que se la beses mientras te presentas. - ¿Qué tal están Jareth y Jennifer? - pregunta con tranquilidad.

El hombre a su lado te observa de arriba a abajo.

- ¡Oh! ¡Qué descuido! Le presento a Sir Warwick Harrow, que me ha hecho el honor de invitarme esta noche a la fiesta...

El hombre sonríe mirando a la acompañante.

- ¡Oh, no querida! El honor es mío, sin duda, por poder gozar de tu compañía esta noche.

Se vuelve hacia ti y estira su mano, estrechando la tuya con fuerza.

- Un placer, señor ¿Highwarden? - repite para asegurarse de que ha entendido bien tu nombre. - Así que conoce usted al bueno de Jareth, ¿no? ¿Sabe si va a venir esta noche?

Extiende la mano hacia vosotros.

- Pettit. Carl Pettit - dice sonriendo. - Un apellido muy acorde a mi estatura, me temo - añade sonriendo ante una broma que sin duda ha utilizado en más de una ocasión*.

Se vuelve hacia Hoban.

- Negocios, pro supuesto. Imagino que lo mismo que a ustedes... - añade con una sonrisa. - Es lo mejor de estas "altas esferas", suelen tener dinero suficiente como para permitirse pagar a algún contratista, y este tipo de fiestas suele ser bastante provechoso para los negocios... Si uno consigue una entrada, claro está. ¿Tuvieron algún problema para obtener las suyas?

El hombre sonríe ante tu pregunta.

- ¡Jaja! La señorita R. Meyer, seguro... Parece un ogro, pero es una buena persona cuando la conoces - explica. - No, yo estoy en plantilla de Ganímedes. Solemos tener bastante trabajo, pero no tanto como para cubrir un evento como este sin contratos temporales. No habría beneficios para mantener tanta gente en plantilla permanente, y no siempre conseguimos ser los proveedores para estas fiestas.

Charláis durante un rato mientras tratas de estudiar los movimientos de los guardias de seguridad. Esta parece ser una de las pocas puertas que no está permanentemente vigilada, seguramente porque siempre hay alguien de cocina entrando y saliendo por aquí, pero aún así siempre hay algún guardia a la vista y otro parece estar paseando por el patio y cada tres minutos pasa junto a vosotros.

Hoban sonrió. Y asintió cuando dijo lo de los negocios. Era obvio... si él hubiera tenido que decir algo, como ahora sucedia, también habia pensado en el tema de los negocios y los transportes.

- Con una nave de transporte*, siempre has llevado o traido a alguna persona de las altas esferas. Si el trato es bueno, después te recomiendan. Al final es todo una red de contactos, ¿no cree? Y lo peor de todo es que ni ellos mismos parecen conocerse. 

Devuelvo ambos saludos.

- Así es. Doctor Richard Highwarden. - El título era importante aquí. - Lamentablemente, creo que los Lawson no podrán acompañarnos esta noche. Aunque quizá nos den una sorpresa. Quién sabe. - Yo lo sabía. Tenía su invitación.

Sonrío a ambos, como si todo aquello fuese un comentario ligero.

- Pero el señor Jareth me dio recuerdos para la señorita Kazakov. - Hago una pausa. - Supongo que de haber sabido que vendría tan bien acompañada, también me habría dado recuerdos para usted, señor Harrow.

Randall memoriza los detalles lo mejor que puede, charlando con aquel inútil. Lo mejor que podía hacer era compartir esos datos con el resto de la tripulación y esperar ordenes, no veía ninguna oportunidad de avanzar más en solitario.  

Gideon se vuelve a observar a Richard, sin dejar de pegar el oído a la conversación, como si simplemente estuviera en un grupo donde no tuviera mucho más que decir, pero tampoco fuera cortés abandonarlo. Entre otras posibles novedades en la escena, buscaba más gente atenta a ellos y a su conversación. Tuviera el trato que tuviera este tal Pettit, no era el tipo de individuos que se encargaba solo de sus asuntos.

El camarero se despide de Randall y vuelve al interior.

- No deberíamos tardar mucho en regresar. Un descanso está bien, pero si es demasiado largo alguien se dará cuenta de nuestra ausencia.

Randall está a punto de seguirle, pasando al lado de Bazooka, cuando se queda parado y mira otra vez al exterior. Se le da bien calcular el tiempo, es una parte innata de sus habilidades, y mientras hablaba fuera se fijó en que un guardia pasaba cerca de ellos a intervalos más o menos regulares, como si estuviese siguiendo una trayectoria fija en el exterior. Pero, justo cuando Randall iba a entrar, el guardia debería estar pasando otra vez.

Espera un par de minutos, pero nadie parece reemplazarle.

La acompañante frunce el ceño ligeramente.

- Entonces, ¿los Lawson no van a venir? ¡Vaya, eso sin duda será un duro golpe para su reputación! Los Courtland no perdonarán que no asistan a su fiesta. - Sir Harrow asiente, confirmando el comentario de Xiao, lo que te hace preguntarte si realmente Jareth te dió su entrada o una adicional que podía haber conseguido. - Salvo que tengan alguna causa de fuerza mayor que les haya retenido, por supuesto... - Añade la mujer.

Gira ligeramente la cabeza, en gesto de desinterés, perfectamente estudiado.

- En fin, transmítale mis mejores deseos a Jennifer y Jareth - añade con una sonrisa. - Ahora, si nos disculpa, aún tenemos que saludar a mucha gente antes de que lleguen los Courtland - dice despidiéndose cortesmente.

¡Mierda! –Piensa el chico- alguien va a dar un golpe el mismo día que nosotros. Rápidamente regresa al interior, necesita hacerse con un arma, aunque sea un cuchillo de cocina, y avisar a los demás, tanto a bazooka como algunos de los otros que estén en la sala antes de salir a fuera a investigar qué pasa.
 

Hago una pequeña flexión de la cabeza.

- Quizá me den una sorpresa y aparezcan. Estoy seguro de que lo intentarán en cualquier caso. - Esbozo una sonrisa amable y amplia. - Bien, saludos, una tarea agotadora a la par que necesaria. Que disfruten de la fiesta.

Dedico un gesto de despedida a ambos, y me giro para marcharme. Habrá que esperar un momento adecuado para acercarse en privado a Xiao. Aunque ahora al menos no resultará tan extraño que hablemos. Y espero que ella haya cogido la indirecta y haga lo posible por hablar conmigo... en el caso de que ella sepa que tengo algo que darle, claro. Quizá debí haber preguntado por esos detalles a Jareth. En cualquier caso, me encojo de hombros y vuelvo con Hoban y Gideon.

Sonríe mientras coge el último trozo de mango de una bandeja.

- Redes de contactos. Sí... Al final todo nuestro trabajo se reduce a eso. "Hay que tener amigos hasta en el infierno", me decía mi padre. - Pasea la mirada por toda la sala, señalando de forma genérica a toda la concurrencia. - Curiosamente, ninguno de ellos llamaría amigo a cualquiera con los que están compartiendo su cena y sus bebidas, ¿no es así? A veces es más fácil tratar con gente como nosotros que con estos nobles enriquecidos... Claro, que si hiciéramos negocios entre nosotros seguiríamos igual de pobres...

En este momento vuelve Richard, no demasiado contento por cómo ha ido su conversación con la acompañante y Sir Harrow.

- ...y ellos igual de ricos - concluye el señor Pettit saludando con la cabeza al médico.

Gideon se pregunta si en otras circunstancias no hubiera empotrado al tipejo contra una de las riquísimas columnas por seguir sin dar su nombre. En algunos actos de homenaje, de hecho, alguien como él podría excusar su violencia en la falta de respeto y se le habría dado la razón. Sin embargo, él ya no era Gideon Artemidoros Wool, no tal y como solía ser, al menos, y no podía esperar actuar como él y recibir el mismo resultado por sus acciones.

Así que el nuevo Gideon se despegó de la conversación como una gota se despega de un río y se dirigió distraídamente a las escaleras, hacia el lugar donde se suponía que reposaba ese museo de vanidades que adorna toda mansión unionista que se precie.