Partida Rol por web

Wilson sale corriendo de vuelta hacia el coche con la pistola de Todd. Mientras se aleja, desde detrás de la furgoneta alguien dispara hacia él, pero a pesar de su tamaño, la oscuridad de la noche le proporciona suficiente cobertura como para que el tirador no acierte con su disparo.

Mientras discutís cómo proceder se escucha un disparo más en vuestra dirección y las astillas de uno de los árboles que sirven de cobertura saltan en todas direcciones. Sin embargo, a pesar de que hasta el momento se habían mostrado relativamente sociables, ninguno de los presentes en el otro grupo se molesta en dirigiros la palabra.

Richard se agacha sobre Randall y, mientras bromea con él, improvisa unos vendajes rápidamente. Nada realmente importante, pues el chico necesita cirugía, pero al menos evitará que se desangre por el camino.

Asiento a Hoban, aunque aprieto los labios. No lo tengo nada claro. Además, soy inútil a distancia, como no les tire el cetro y crean... espera. Se me ocurre una cosa.

Hago acopio de piedras. Grandes, pero no demasiado como para no poder lanzarlas a distancia. Escruto el flanco izquierdo. Busco una zona clara de tiro libre de árboles. Empiezo a tirar piedras, cada una más lejos que la anterior. Con suerte, conseguiré que alguno piense que se trata de un desesperado que busca rodearlos con una enorme torpeza. Quizá sirva para desviar algún tiro y más aún, para revelar la posición de alguno de los que están delante. De momento no hemos tenido suerte con eso.

-¡Vamos chaval!, ¡a la de tres!, - miro a Richard para coordinarnos y llevar al chico hasta el taxi.

- Espero que ese jodido cocinero nuestro tenga ya el taxi controlado

Voy atento por si aparece algún enemigo inesperado, e intentando buscar coberturas para estar lo menos a tiro posible. Trato de que nuestra aproximación al Taxi, no pase por delante de sus luces para no ser un blanco claro.

Bane le hizo a Todd un gesto de agradecimiento y mientras se colocaba detrás de un árbol con los ojos ligeramente sobresaliendo, empezó a buscar blancos.

Ésto ya era lo suyo, a ver que podía hacer.

Las piedras de Gideon no parecen llamar la atención de los hombres de detrás de la furgoneta, pero en cuanto ven a Todd y Richard empezar a moverse para ayudar a Randall, el resplandor de un disparo ilumina a una figura pequeña cubríendose tras el cajón blindado del furgón de seguridad. Carl Pettit.

Levanta la mano de su pistola y apunta hacia el grupo antes de disparar.

Hoban no era mal tirador, sin embargo, no queria que le pillaran desprevenido y trataba de ocultarse entre la cobertura, más que tratar de acertar a sus enemigos.

Agachado todo lo largo que era, intento no desconcentrar demasiado a Hoban, mientras le informo.

-Lo de las piedras, nada. Como no me los acerquéis, va a ser bastante difícil que yo os sirva de algo, si no es de diana. Y soy una diana fácil.

En el momento en el que ve la figura, Bane trata de aprovechar la oportunidad.

Escucho el ruido de una bala pasar muy cerca. Demasiado. Supongo que era de esperar que no quisiesen que les sacásemos. Espero que ahora mis compañeros nos den algo de fuego de cobertura... o si no, hará falta arrastrar 3 heridos. Miro a Todd, esperando a ver si tiene alguna idea. Y mientras tanto, sigo intentando no resultar un blanco fácil para los tiradores.

Las balas silvan por el aire mientras Todd y Richard ayudan a arrastrar a Randall hacia el vehículo. Bane y Hoban cubren su movimiento disparando hacia el furgón aunque, salvo el disparo que no llega a alcanzar su objetivo, nadie más parece tener intención de abrir fuego desde el otro lado del camino.

Bazooka llega hasta el taxi y se encuentra al conductor pensando en largarse de aquí. El pobre taxista cambia dramáticamente de idea cuando se encuentra con el cañón de la pistola que Wilson le cogió a Todd a un palmo de su cara. El ex-boxeador abre la puerta del taxi y saca al conductor de un tirón, aunque el hombre no opone la más mínima resistencia y trata de alejarse corriendo en cuanto sale del vehículo.

Con un acelerón, Wilson se acerca hacia el furgón con el taxi y para para dejar que Todd y Richard metan al herido en la parte de atrás. Gideon aprovecha para hacerle un gesto a sus compañeros y se acerca al vehículo, agachándose tras la cuneta. Hoban y Bane le siguen poco después.

Al ver el movimiento, los hombres al otro lado del camino parecen reaccionar. El motor del furgón se pone en marcha y un par de disparos más impactan la carrocería del taxi. Sin embargo, cuando todos montáis en el vehículo, Bazooka pisa el acelerador antes de que el pesado furgón se ponga en movimiento. El disparo de la escopeta de Bane por la ventanilla no evita que Pettit y su gente empiece la persecución por el camino.

Gideon, el cetro bien oculto a pesar de todo, entre sus ropas, por aquello de la prudencia del superviviente, hace un gesto universalmente reconocible con el dedo central extendido hacia los perseguidores.

-Acelera, Bazooka. Va a ser el primer viaje aéreo que hago con gusto. En cuanto llegue a la nave haré una llamada a un antiguo amigo.

Mientras nuestro conductor se preocupaba de sacarnos de allí, yo seguía preocupado por el estado del paciente.

- Cuidado con los baches... o Randall te odiará muy mucho.

Presionaba la herida para evitar que se desangrase. De momento, con lo que tenía a mano, era todo lo que podía esperar.

Miro impotente a Randall, mientras avanzamos en dirección al hangar.

-Vamos chaval, aguanta, que ya casi estamos

Luego miro a los demás, - bueno, ¿alguien me hace un resumen? llevo toda la noche aquí a la intemperie, más aburrido que un mono sin una ballesta.

- ¿Hemos conseguido lo que venimos a buscar?

- De todas formas, van a tener bastante complicado hacerse con ese cetro... - dice sin darse la vuelta. - Está en una vitrina y necesitarán más tiempo del que tienen para moverla antes de que se reactiven las cámaras.

-El cetro sige en la mansión, en una vitrina, o eso me hicieron creer- Dice Randall en un momento lucido

-Nunca se tienen suficientes ballestas- Añade en modo mareo, quizá hacia Todd.

-¡Joder! eso confirma el desastre de noche que está siendo,- digo palmeándole en el hombro con cuidado, y sonriendo ante su comentario sobre las ballestas. 

-Esta noche especialmente chaval.- O unos rifles, o unas granadas...