Partida Rol por web

Recientemente, os habéis unido a un pequeño club de mercenarios debido a ciertas causas: que no os aceptaron en la sociedad u os tienen de becarios, os sirve para entrenar, necesitáis más dinero para vivir, aburrimiento...

A pesar de que no tenéis experiencia de campo y vuestra armadura está prácticamente nueva, habéis anunciado a vuestro grupo por las cercanías de vuestras casas, con la esperanza de que alguien os contrate para labraros un nombre.

Han pasado unos días, cae el atardecer en Golarion y cada uno está haciendo vida normal...

Amereca se entretenía lanzando piedras al mar en el muelle. Le fascinaba como actuaba la gravedad en aquel planeta. En el suyo, la piedra no hubiera podido resistir la atracción gravitatoria y hubiera atravesado el agua como si no existiera. La inteligencia de Amereca no le daba para entender un concepto como aquel pero le causaba placer ver las piedras rebotar una, dos, tres y hasta cuatro veces.

Cierto es que, cuando tienes cuatro brazos, tienes más posibilidades por minuto.

-Eh! Mira, Tico! Cuatro botes! ¿Qué te parece?

Tico  había llegado recientemente a la gran Ciudad desde su perdido convento en las altas cimas al Norte de Tian. Y gustosamente acompañaba a su nuevo amigo Amereca al muelle, para huir del mundanal bullicio. El lo llamaba sanar el karma, de tanta vibración negativa que reunía aquella gran urbe.

El joven monje observó como se divertía el curioso compañero, al hacer rebotar la piedra sobre la calmada mar.

Eh! Mira, Tico! Cuatro botes! ¿Qué te parece?

Muy profundas son tus palabras amigo,..

"Todo lo material como uno mismo puede flotar, rebotar o incluso hundirse en el agua. Como en la vida misma. Lo importante es la voluntad con la guíes tus pasos así como la destreza en lanzar la piedra" 

Y con las piernas plegadas y brazos extendidos, sentado en pose de meditación. Tico Bananas se fusionó con el entorno,  siendo uno con todo lo que le rodeaba. El Sol, la brisa, el salado sabor del mar impregnado en el ambiente y la buena vibración de su cercano amigo, hacían regenerar su maltrecho Karma.

Amereca escuchó a Tiko y le pareció estar escuchando a sus propios maestros monjes.

-Por las dunas de Kasath! Se nota que te tomabas en serio las lecciones de los monjes, eh? Los míos era menos metafísicos. Nos enseñaron a combatir y a combatir. Bueno, y a hacer miel y hornear pan. Pero eso se me da fatal.

La voz del Kasatha surgía alterada de su máscara y era difícil decir si era de varón o hembra, al igual que su físico espigado. Tiko sabía que Amereca era macho y que aquello no significaba mucho en una sociedad matriarcal como las Kasatha.

Gabriel, miro a sus dos exóticos compañeros, y rio alegre, mientras escuchaba sus conversaciones. Ella que siempre había sido algo discriminada por su piel verde, se sentía una más cuando estaba con ellos, y aunque sabía defenderse sola, muy pocos se atrevían a burlarse de ella, en compañía de esos dos…

Mientras charlaban y meditaban, la joven Goblin, saco su pequeña cimitarra y comenzó a danzar con ella, con unos bonitos y peligrosos movimientos coordinados…

Una semiorco se acerca a vosotros con un papel en la mano y dice: -Perdonad que os moleste, pero tengo que preguntaros algo- os muestra el papel, es el cartel de vuestro grupo de mercenarios -¿Sabéis donde está su sede o conocéis a alguno de ellos?-

Grabriel detuvo su danza del sable y se quedó mirando durante unos segundos a La medio orca... Hola, justamente tienes a los mercenarios que buscas delante tuyo, mi nombre es Gabriel y estos son mis compañeros Amereca y Tico. La pequeña Goblin hace una reverencia y señala a sus compañeros, para enfatizar la Presentación. ¿Quien los busca? Y ¿por que motivo?

-Encantada, yo soy Ulisha y yo misma os estaba buscando para que me hechéis una mano con unos problemillas. Me gustaría quedarme a contaros los detalles, pero tengo prisa y mi vida está en riesgo. Si os interesa, nos veremos aquí mañana al mediodía y explicaré vuestra misión. No os preocupéis por el pago, será generoso- dice Ulisha. Se despide y se marcha con prisa

No lo entiendo. Si tu vida esta en peligro, no tienes tiempo que perder. Por que no contarnoslo ahora y podremos ayudarte desde ya? 

Me parece mas arriesgado dejar pasar un dia entero

Tico aún estaba anonadado por el exótico baille de Gabriel. No sabía si por efectos de su trance pero imaginó la danzarina como un enorme plátano verde de lo más jugoso y aún por madurar. Pero su embriagadora visión fue interrumpida ante la propuesta de la semiorco. Y ante las prisas de la última en marchar.

Tus motivos tendrás para esperar mañana,  pero el peligro quizás no tenga tanta paciencia como nosotros. A nuestro lado estarás protegida más no te obligaremos a nada. Solo tenemos por tu salud, como bien dices amenazada.

Si la semiorco marcha igualmente..

Como bien rezan las enseñanzas "Si Erastil no va a la montaña, la montaña va a Erastil" 

La seguimos compañeros?

Curiosa la chica, supongo que tendrá sus motivos, comenta la pequeña Gabriel encogiendo sus hombros. Podriamos aprovechar para intentar averiguar algo sobre ella...

Gabriel tira de recursos y intenta averriguar algo sobre la semiorca llamada Ulisha.

No es muy conocida por la zona, pero preguntando a la poca gente que queda por allí descubres que es una exploradora que pasó años en los reinos fluviales. Sin embargo, cabreó a la nobleza local y ahora ella tiene puesto en los reinos un precio por su cabeza 

He estado preguntando por nuestra misteriosa Ulisha y he descubierto que es una exploradora que pasó años en los reinos fluviales. Sin embargo, cabreó a la nobleza local y ahora ella tiene puesto, en los reinos, un precio por su cabeza.

Yo estaba esperando a que nos avanzaras tu al dia siguiente a la hora de lareunion.

La noche cae finalmente y decidís ir a descansar antes de reuniros con Ulisha. Son alrededor de las 11 de la mañana, así que desayunáis lo suficiente para aguantar bastante parte del día, preparáis vuestro equipamiento y os reunís en la plaza del pueblo. Justo al iniciar la marcha, una chica se acerca a vosotros

-¡Hola! ¿Sois vosotros los mercenarios que Ulisha ha contratado?-

Amereca miró a sus compañeros a un lado y a otro. Lo que suponía que pasaría debía de haber pasado. 

-Mmm... sí. Yo soy Amereca. No me digas, ha desaparecido.

-No que yo sepa, me envía para que os ayude con su problema.-