Partida Rol por web

[P.L.1] Policía Local de Llanura del Buenpaso.

Capítulo 6. El Primer Día de Fernando como Policía.

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20/09/2018, 19:54
Narrador

Lunes 3 de Junio de 2024. 21:41 horas. 

Había llegado al fin el día o mejor dicho en este caso, aunque había dicho que no le importaba hacer noches, finalmente le habían asignado turno diurno. Fernando bajó del piso que compartía con Álvaro y se dirigió hacia el ayuntamiento. Tenía el estómago algo revuelto y supuso que no era por otra cosa que por nervios. Aquel no era un trabajo normal. No sabía realmente a lo que se enfrentaba y por supuesto que era normal estar nervioso ante su primer día de trabajo.

Tampoco sabía demasiado acerca de lo que le iba a tocar hacer esa tarde. Sabía por lo que habían dicho Aina y María, que su primer día de trabajo había sido un tanto extraño. Los uniformes eran de segunda mano y los compañeros un tanto excéntricos, aunque tampoco habían querido dar más detalles.

El jefe tan solo les había enviado un cuadrante en el que figuraba el número que le había asignado en horario de tarde. Estaría con otro compañero que no conocía de momento. Eso sin duda le ponía todavía más nervioso.

Fuera como fuera, allí estaba él, caminado decidido hacia su nueva vida. Cuando puso los pies sobre la plaza le sobrevino un nudo en la garganta y le costó tragar. Tuvo que pararse un momento y a punto estuvo de darse media vuelta, pero la responsabilidad adquirida al acceder a aquel cargo le obligó a seguir avanzando. Finalmente llegó ante la puerta de madera que daba acceso a la oficina de policía y tocó a la puerta antes de abrir.

Su turno empezaba a las 22:00 horas. Le habían dicho que como primer día esperaban que llegara un poco antes. Tenían que explicarle algunas cosas, así que las 21:45 ya estaba allí. Todavía no había cenado, pero tampoco tenía hambre de hecho tenía de todo menos hambre.

Una vez se internó en la oficina de policía se encontró con una cara nueva y no vio por ninguna parte a su compañero de piso.

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20/09/2018, 19:55
Miquel Capllons Ruitort

Miquel Capllons. – Se le presentó un hombre de unos cuarenta y pocos años.

Se le veía fuerte, en forma y decidido. Sin duda se trataba de un veterano curtido. Vestía con el traje de intervención, que era exactamente el mismo que el uniforme normal, pero con los pantalones por dentro de la bota, refuerzos en las espinillas y la pistola colocada con una pernera.

- Tu compañero del turno de noche o ha llegado todavía, pero yo te explicaré cuatro cosas. – Dijo mirándole seriamente mientras le ofrecía la mano. – Un placer. También soy el encargado de armamento. Ahora te asignaré un arma… Hoy he conocido a tu compañero Álvaro. Le he dejado marchar hace unos momentos… ¿No te has cruzado con él? – Antes de que pudiera responder continuó hablando. - ¡Ah mira! Allí tienes tu uniformidad… - Señaló hacia un banco situado en el interior del vestuario.

Cuando aquel hombre le señaló el banco en el interior del único vestuario, por supuesto unisex y vio una pila de ropa mal doblada y sin duda de segunda mano, se le vino el mundo a los pies. Además sobre el banco había todo tipo de objetos entremezclados, una bolsa de plástico, una herramienta, una caja de cartón de coca-cola...

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03/10/2018, 15:15
Fernando Tur

 - Encantado, Fernando Tur - dijo estrechando la mano del veterano.

Aquella uniformidad, y la pernera, le dejaron dudando: ¿por qué llevaba uniforme de intervención? ¿Realmente era necesario?  Llanura del Buenpaso parecía un sitio tranquilo... en todas partes hay que detener a gente violenta, pero hasta el punto de parecer un GEO... a Fernando le resultaba exagerado. A lo mejor aquella imagen tan militarizada generaba rechazo en los vecinos. Por otra parte, quizá también impresionara lo suficiente como para impedir que le agredieran en una intervención.

De cualquier manera, no dijo nada sobre ello, y se limitó a responder acerca de Álvaro.

 - Pues no, no nos hemos cruzado - dijo - De todas formas, compartimos piso, así que nos tenemos muy vistos ya - añadió sonriendo.

En una plantilla pequeña, aquella información pronto sería vox populi, así que a Nando no le importó dar unas explicaciones que no le habían pedido. Así, de paso, rompía un poco el hielo con Capllons.

 - Me voy cambiando ya, ¿no?

Fernando esperaba que toda la ropa fuera realmente de su talla; de cualquier manera, otro día podría hacerle unos arreglos al uniforme, aunque fuera...

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05/10/2018, 11:27
Miquel Capllons Ruitort

Una vez el agente Tur estuvo uniformado salió del vestuario. Allí se encontraba su compañero de patrulla durante las noches. Aquel hombre, apoyado contra la pared y con los brazos cruzados la examinó de arriba abajo, asintió con la cabeza y entonces abrió la boca.

- ¡No está mal del todo! – Exclamó. – No es de tu talla, te queda un poco grande pero servirá hasta que  llegue tu uniforme. - Afirmó con rotundidad. 

Dio una palmada y se encaminó al vestuario. En una esquina del mismo, junto a unas taquillas y el lavabo se encontraban incrustados en la pared una serie de armeros. Justo debajo de éstos se encontraba la zona fría, que consistía únicamente en un barril azul lleno de arena. Capllons sacó un manojo de llaves de su bolsillo y rebuscó una de ellas. Tras leer la etiqueta correcta abrió el armero y extrajo un arma.

- Fernando, esta es una pistola HK modelo P30. – Le dijo. – Es la que vais a llevar todos durante el servicio. De momento te asignaré ésta a ti y a tu compañera de noche. – Le miró a los ojos. – Si, tendréis que compartirla. Están pedidas otras tres pistolas, pero hasta que lleguen… - Sonrió. – Como buenos hermanos.

El agente Capllons le entregó el arma a Fernando, no sin antes abrir la corredera y comprobar que no había ninguna bala en la recámara. Entonces se agachó y de una caja de madera extrajo una defensa extensible y unos grilletes.

Éste va a ser tu material de defensa. – Le hizo entrega de éstos. – Una defensa extensible marca asp y unos grilletes hiatts. Son los mejores. Ahora vamos a tomar el café al Club y luego te busco un chaleco antibalas. ¿Alguna pregunta?

- Tiradas (1)

Notas de juego

Realizo tirada oculta de saber legislación.

Tienes entendido que está prohibido compartir armas. Un arma un agente, nada de dejársela y menos tenerla asignada dos policias al mismo tiempo.

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05/10/2018, 19:44
Fernando Tur

Fernando no las tenía todas consigo, y mientras colocaba las armas y los grilletes en sus correspondientes fundas del ceñidor, preguntó a Capllons:

 - ¿Tengo que firmar algún "recibí" por el material?

 

Su intención, si firmaba un recibí por el arma de fuego en el que figurase el número de serie de la misma, era no decir nada sobre el tema de compartirla; - Yo la dejo en el armero, y si el cuerpo nos proporciona el mismo arma a dos personas, no pueden demostrar que lo supiera... a no ser que expliquen que ellos mismos nos hicieron compartirla.

En caso de que no le hicieran firmar un "recibí", lo imprimiría él mismo y, con tacto, pediría que se lo sellase y firmase o bien Capllons, o (si no se le veía muy por la labor) el jefe de servicio.

 - Madre mía, acabo de empezar y ya estamos con chanchullos... en fin, no tiene por qué pasar nada.

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06/10/2018, 09:24
Miquel Capllons Ruitort

Aquel hombre frunció el ceño ante aquella pregunta. Parecía que era del todo inesperada para él, como si le estuvieran hablando en chino. No obstante, rápidamente pareció reaccionar cambiando el gesto y tratando de esa forma que no se notara demasiado su sorpresa. Al fin y al cabo aquella petición era del todo lógica.

- No… - Dijo con un hilo de voz y entonces carraspeó. - ¡Qué va, no te preocupes! Somos una familia pequeña. No lo pierdas y ya está. Sobre todo el arma. – Rió. - ¡Vamos a tomar algo al bar! - Exclamó.

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06/10/2018, 09:25
Narrador

Una vez uniformados y armados, cerraron la oficina de policía, cogieron el teléfono móvil corporativo y se encaminaron al bar que se encontraba frente al Ayuntamiento, el famoso Es Club. Capllons tuvo a bien dejarle a Fernando la responsabilidad de portar el teléfono y tendría que contestar si se daba alguna llamada. Algo de responsabilidad para empezar no estaba mal del todo.

Seguía como la primer vez que lo vieron, aunque el que había cambiado era el camarero. Se trataba de un hombre de unos cuarenta años calvo y con cara de pocas ganas de estar allí. En el resto de la sala se hallaba otro hombre sentado junto a una máquina tragaperras malgastando su dinero y dos mujeres cotorreando en una mesa. Al ver entrar a la policía bajaron el tono y los miraron con cierta suspicacia.

Olía a comida recién preparada, pero lo cierto era que no había suficiente clientela como para mantener el bar a flote y mucho menos para pagar los gastos de lo que fuera que estuvieran cocinando. Era posible que las dos mujeres hubieran pedido algo para comer, pero tenían frente a ellas dos tazas de café y desde luego, no eran las típicas mujeres que comen fuera de casa.

Capllons se sentó junto a la barra en una esquina de la misma y le hizo un gesto al camarero. Este se acercó a Capllons y puso en marcha la cafetera y a la vez colocó una taza para preparar un café. Entonces agarró una botella de ron amazonas y la colocó sobre la barra entre Miquel y Fernando. 

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06/10/2018, 09:29
Raul Garcies

- Lo de siempre para ti y... ¿Para el mozo? - Preguntó el camarero. - Mi nombre es Raul, encantado... - Dijo.

En ese momento y antes de que Fernando pudiera presentarse se giró agarró la taza de café de su compañero y la sirvió frente a él. Entonces Capllons echó un buen chorro de ron dentro de su café y empezó a menearlo con la cucharilla.

- ¿Empiezas de cero? - Le preguntó a Fernando.

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06/10/2018, 10:15
Fernando Tur

 - Yo, un café con leche, por favor - pidió Fernando, intentando que no se le notase la cara de desagrado al ver a su compañero bebiendo alcoholazo, vestido de uniforme y en público.

 - Haz lo que yo diga pero no lo que yo haga - pensó - Luego, si le tenemos que poner el pipo a alguien y le huele el aliento a cazalla... Qué asco. No me extraña que nos miren mal - se dijo, fijándose en las señoras - ¿Cuántos años llevará haciendo esto?

 - Hola Raúl; Fernando, encantado - contestó intentando sonreir - Sí, primer día. Bueno, primera noche.

 - No me extraña que no quiera estar aquí. Menudo tugurio...  A nosotros nos pilla bien, frente a base, pero hay que tener una vida muy triste para venirse aquí voluntariamente a jugar a las máquinas o a tomarse un café a estas horas.

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06/10/2018, 13:24
Miquel Capllons Ruitort

- Bueno chico… - Dijo entonces de improviso Capllons. – Lo primero que tienes que saber es que no estamos aquí para salva el mundo. Hacemos lo que podemos… - Dio un sorbo a su café. – Conozco a los chicos como tú. Salís con muchas ganas de la academia y eso, pero os topáis con una realidad que no es lo que os han contado y eso no os gusta. Lo sé porque a mí también me pasó.

En ese preciso instante empezó a sonar el teléfono móvil corporativo en el bolsillo de Fernando. Al cogerlo observó el número 971 21 10 20. Capllons miró por encima del rabillo del ojo y abrió los ojos de par en par.

- Es el 112… empezamos pronto. – Dijo el veterano. – Contesta y quédate con los datos, dirección y eso principalmente. – Entonces se bebió de un trago el café y rellenó la taza hasta arriba de amazonas mientras Fernando contestaba al teléfono.

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06/10/2018, 13:25
Telefono

Fernando descolgó el teléfono algo nervioso y respondió.

- Buenas noches, policía local de Llanura de Buenpaso... - Dijo escuétamente.

- Del Centro de Emergencias. - Respondió la operadora. - Tenemos una llamada de un vecino de la calle Libertad número 67. Nos informa de que está escuchando gritos procedentes de su vecino del segundo B, el requirente vive en el segundo A. Manifiesta que parece una discusión de pareja. No es la primera vez que tiene que llamar y llevan discutiendo un mínimo de media hora, pero dice que a medida que avanza la discusión es cada vez más acalorada y ha oído algo de cristal romperse.

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07/10/2018, 19:31
Fernando Tur

 - Libertad 67, segundo... el llamante vive en el A, el vecino en el B... - Fernando intentaba memorizar todos los datos - ¿Dónde he dejado la libreta?  En la mochila... mal.

 - Recibido, vamos en camino.

Fernando sacó su cartera y la colocó sobre la barra, junto al teléfono.

 - Cóbrame los cafés, por favor - dijo, antes de dar un trago corto al suyo, que todavía estaba demasiado caliente como para apurarlo.

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08/10/2018, 17:18
Miquel Capllons Ruitort

- ¿Qué es? – Preguntó intrigado Capllons.

- Posible violencia doméstica o de género en calle Libertad 67. – Respondió Fernando muy profesional.

- ¿En el 67? ¡Ja! – Negó con la cabeza. – Tranquilo, Fernando, que esta ya me la conozco…

Capllons no parecía tener prisa alguna por salir del bar. De hecho se recreó en beber el contenido alcohólico de su taza de café saboreando cada sorbo. Fernando permaneció a la espera de su compañero casi cinco minutos hasta que al fin se dignó a ponerse en marcha. Durante esos minutos Capllons le contó algo acerca de la llamada.

- Fernando, sé que en la academia os han enseñado que hay que llegar con celeridad a las llamadas, sobre todo si son graves… - Dio un trago. – Pero, a las peleas hay que llegar cuando ya han acabado. Así es mejor para todos. En este caso conozco bien a la pareja. Julián y Susana gritan mucho, rompen cosas, pero nunca ponen denuncia y no han llegado a las manos nunca. Susana es un mal bicho… el pobre Julián tiene que aguantar lo que no está escrito…

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08/10/2018, 19:44
Narrador

El vehículo policial estaba estacionado junto a la oficina. Se trataba de un coche eléctrico de la marca Hyundai modelo Ioniq. El agente Capllons se dirigió directamente a la puerta del piloto y tan solo tocando con el dedo sobre la manilla, la puerta se abrió. Por dentro el vehículo estaba algo desgastado, pero para tener seis años y ser un coche policial estaba aparentemente bien.

Cuando Fernando se sentó en el lado del copiloto, Capllons tocó un botón y el coche se puso inmediatamente en marcha. Accionó una palanca que se encontraba en un cuadro de mandos y luego toco otro botón. Inmediatamente los rotativos azules empezaron a destellear y el coche patrulla salió zumbando por encima de la plaza en dirección a la calle Libertad.

Pese a haber perdido cinco minutos apurando su “trago”, el agente Capllons no perdió la oportunidad de demostrar sus dotes de conductor. Amparado por la señal se saltó dos semáforos, circuló por la calle principal en contra dirección y en menos de dos minutos se encontraba ya en la calle Libertad. Para cuando se pusieron a la altura del número 67, Miquel frenó el coche de forma brusca y descendió del mismo encaminándose hacia la puerta.

Fue al bajar del coche cuando Fernando reparó en que no portaba el chaleco antibalas. Aunque no era obligatorio llevarlo, en las clases de intervención siempre le habían dicho que para servicios como aquel siempre era recomendable. Miquel tampoco lo llevaba puesto, aunque se había fijado que en la parte trasera del coche había dos fundas de chaleco. Quizás fuera buena idea ponerse uno...

En la vía pública se hallaban un matrimonio vestido con batín que miraban hacia el segundo piso. Al ver llegar a la policía se sintieron aliviados y rápidamente se acercaron a ellos. A tener de los gritos que se escuchaban desde la calle parecía que la cosa iba en serio. Una mujer pedía auxilio mientras que un hombre gritaba cosas ininteligibles para los que hallaban a pie de calle.

- ¡Han tardado mucho! - Le recriminó una mujer que lucía un batín rosa.

¡Rápido, la van a matar! - Exclamó su marido que lucía un batín de cuadros azules.

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08/10/2018, 19:47
Miquel Capllons Ruitort

- ¡Hacemos lo que podemos, señora! - Le recriminó Capllons de malas maneras. - ¡Estábamos lejos cuando recibimos la llamada! ¡No hemos tardado ni cinco minutos!

Capllons extrajo su pistola y de forma disimulada cargó una bala en la recámara y volvió a enfundarla. Se acercó a Fernando y le hizo un gesto con la cabeza de complicidad. Entonces le susurró algo al oído.

- Parece que esta vez va en serio... - Dijo de forma inaudible para el resto. - Deja que hable yo...

Ambos policías encararon las escaleras y en un santiamén se encontraron frente a la puerta del segundo b. A través de la misma se escuchaban todavía gritos y justo cuando Miquel iba a tocar a la puerta se escuchó un estallido de cristales contra el suelos. Fue entonces cuando Miquel tocó al timbre y de pronto se hizo el silencio.

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08/10/2018, 20:59
Fernando Tur

 - Bueno, vale más entrar pronto... ya me acordaré del chaleco la próxima vez - pensó Fernando.

Se sentía torpe; en la academia las cosas eran distintas, todo era más relajado: aquí de repente se daba cuenta de que se le había olvidado la libreta en la mochila, o no se había puesto el chaleco...

 - ¿El día que de verdad lo necesite también se me va a olvidar?

Tenía el pulso acelerado, la boca seca, y se limitó a seguir a Miquel a cierta distancia, para no estar los dos pegados, tal y como le habían enseñado en la academia.

Cuando todavía iba a clase, siempre había pensado si debería llevar cartucho en recámara...  No quería sacar la pistola, no le parecía que la situación fuera a ser tan grave; sin embargo, no tener que montar el arma le parecía una ventaja, y, al fin y al cabo, él llevaba una funda anti-hurto...

El sonido de los cristales rotos interrumpió sus pensamientos de golpe, y se quedó quieto, apenas respirando.

Miquel tocó el timbre, y Fernando se llevó la mano a la defensa extensible.

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10/10/2018, 13:01
Narrador

Pasaron unos segundos bastante incómodos en los que reinó el silencio. Fernando notaba como el corazón empezaba a bombearle con fuerza. La adrenalina corría por sus venas. Una gran aliada ante un peligro, aunque debía saber medir sus efectos. Ahora era policía y se suponía  que estaba preparado para momentos como aquel. Había llegado el momento de comprobar de que pasta estaba hecho y ver si lo que le habían enseñado en las clases de intervención de la academia iba a serle de utilidad o todo o contrario.

Capllons miró  a Fernando y durante unos segundos en los que se mantuvo el silencio hablaron únicamente con la mirada. Era evidente que quien estaba del otro lado no tenía intención de abrir. Los motivos eran desconocidos para ellos. Toda la ventaja la tenía quien aguardaba tras la puerta la entrada de los policías. Ni Fernando ni Miquel podían prever que se encontrarían tras la puerta y no habían faltado en la academia las historias de gente esperando tras la puerta con una escopeta lista para detonar en el momento en que los agentes tirasen la puerta abajo.

Capllons se puso los guantes que no llevaba hasta el momento y entonces golpeó sobre la misma puerta con fuerza. 

¡Policía, abra! - Dijo con un imponente tono de voz.

Fue tras aquella clara orden cuando tanto Fernando como Capllons escucharon como alguien cuchicheaba algo con otra persona tras la puerta. Diferenciaron claramente  la voz de un hombre y también la de una mujer. Posteriormente pasos acercándose hacia la puerta y el giro de una llave para abrir la misma. 

Capllons miro a Fernando. Le dijo con la mirada que permaneciera alerta y que estuviera  muy  atento a las manos de quien fuera que abriera la puerta y también a su alrededor.

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10/10/2018, 13:23
Enzo

Fue entonces cuando se abrió la puerta. Tras de esta se encontraba un hombre enorme, tanto por su altura como por su anchura. Las indicaciones de Capllons de no perder de vista las manos de aquel hombre resultaron inútiles, puesto que tan solo abrió la puerta una rendija, ya que estaba anclada  al marco por medio de una cadenita. Pese a lo poco que podían ver de aquel tipo, dedujeron que su  cuerpo ocupaba todo el marco de la puerta y lo cierto era que su aspecto era intimidante. Se trataba de un hombre de origen latino. Vestía únicamente con unos pantalones cortos anchos y una chancletas, dejando totalmente a la vista su oronda barriga. 

Cuando Capllons vio a aquel hombre su rostro cambió por completo. No dijo nada, pero evidenciaba que lo que esperaba encontrar tras aquella puerta no era esa enorme mole de músculo y grasa. Miquel tragó saliva y trató de decir algo, pero no le salieron las palabras y finalmente fue aquel hombre quien habló con un acento latino, posiblemente de Puerto Rico o República Dominicana.

- Buenas noches, oficiales. - Dijo con voz profunda. - ¿Qué  pasó?

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13/10/2018, 09:09
Fernando Tur

Fernando miró a Miquel.

 - Creo que esperaba encontrarse a otra persona... se habrán mudado.

Como no parecía que reaccionase, el novato decidió tomar la iniciativa.

 

 - Buenas noches. ¿Podría salir para hablar con nosotros, por favor? - dijo con toda la firmeza que pudo reunir.

 

 - Prefiero que salga él, por si acaso, y que no se meta a la cocina a por el cuchillo jamonero...  Además, si decide cerrar con la cadena, no vamos a tener forma de abrir si fuera necesario.

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14/10/2018, 12:14
Enzo

- ¿Pero qué paso? No los llamamos señores ofisiales... - Preguntó entonces el tal Julián, si es que realmente se llamaba así. - Mi hijita está durmiendo y no puedo desantenderla...

Parecía que por las buenas no iba a surtir efecto la idea inicial de Fernando de hablar aparte con aquella mole sudamericana. No obstante, con un poco de insistencia posiblemente acabara por ceder. Al fin y al cabo sabía tan bien como él que al final por las buenas o por las malas iba a tener que ceder.