Partida Rol por web

[P.L.1] Policía Local de Llanura del Buenpaso.

Capítulo 11. Una Advertencia al Inicio el Servicio.

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08/04/2019, 09:22
Joan Ripoll

- ¡Han sido ellos! - Se explicó ante el oficial. - ¡Les dije que la abuela se iba enfadar y me llevaron igualmente! - Inculpó a los novatos. - ¡Si me hubieran hecho caso!

Joan profirió todas sus acusaciones y alegatos entre zapatillazo y zapatillazo. La anciana estaba fuera de sí y cargaba contra Joan con toda su ira y su mala leche.

- ¡Aturi senyora Aina, pero favor! - Le suplicó a la anciana.

Notas de juego

Pare señora Aina, por favor.

Si, la vieja también se llama Aina.

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08/04/2019, 10:19
Aina Vallespir

Ver a la anciana liándose a zapatillazos con Joan Ripoll resultaba algo cómico. Pero en el fondo aquella vieja tenía buen corazón, pues no cualquiera recoge a un borracho de la calle.

Ya decía yo que esta era demasiada casa para alguien sin oficio ni beneficio...

Y por más que le pesase eso era Joan a estas alturas de la vida. O solucionaba su problema o no habría modo de enderezarlo. En un pueblo habían pros y contras, ser el borracho del pueblo estaría para siempre en su currículum, pero si se reponía alguien se apiadaría y decidiría darle una oportunidad de trabajar. Si Joan lograse hacerlo bien y sin recaer... Bueno, quizás lograse tener incluso una vida normal.

Aina lo miraba mientras pensaba todo esto y se preguntaba qué hacer con aquel hombre.
Entonces llegó otro coche patrulla y se acercó a ellos el oficial Más. Parecía preocupado, y no era para menos con lo que le habían dicho, pero al final todo parecía haber sido un susto.

-Hola- saludó a su superior -Creo que sí, que ahora ya está controlado- y miró a su compañero, que tenía el arma en su posesión, cosa que hacía a Aina sentirse más segura y tranquila, aunque ella todavía no sabía que resultaba ser de fogueo.

-Cálmese señora- trato de apaciguar a la anciana que propinaba una paliza al alcohólico. No creía que fuesen zapatillazos muy fuertes, dudaba que a Joan le saliese ni un morado, pero era inadmisible ese comportamiento por muchos años que se llevasen a la espalda.

-No querrán dormir los dos en el cuartelillo ¿Verdad?- sabía que aquello era cuestionable, el que les hiciese pasar la noche "a cubierto", pero ellos no tenían por que saberlo y esperaba que con esto se relajasen y decidiesen hablar en vez de golpear y acusar falsamente a otros.

-Joan. ¿Cuál es tu casa de verdad?- no creía necesario explicarle todo de cabo a rabo a la pistolera más rápida de Llanura de Buenpaso, pues al final ellos no eran familia y Aina tampoco era amiga de los chismorreos

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08/04/2019, 19:16
Álvaro Isern

Despúes de la tensión vivida, ver como la abuela loca golpeaba a Joan, no le preocupaba mucho. Más bien nada, sonreía al ver la situación.

-Va, senyora, que ja li ha golpejat suficient. Deixem-ho per avui.- Dijo Álvaro, aunque no con mucho ímpetu.

Se giró hacia Aina.

-Parece que todo ha salido bien, menos mal. Y parece que es hora de terminar el turno...-

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09/04/2019, 11:02
Narrador

Sí, todo había acabado bien. Nadie había resultado herido o muerto, cosa que ya era bastante a tenor de los acontecimientos que es habían tocado vivir. Suerte había tenido la señora Aina Martorell de no haber acabado sus días aquella fatídica noche y suerte había tenido Joan Ripoll de que las órdenes de Álvaro para que la señora Martorell detuviera su agresión, tuvieran éxito, pues aunque no le estaba haciendo demasiado daño, si era cierto que era bastante molesto y avergonzante, el estar siendo apaleado por una vieja demente armada con una zapatilla.

La señora Martorell tenía ochenta y cuatro años. Tenía una enfermedad mental degenerativa, por lo que iba a ir a peor con el tiempo. Lo cierto fue que no la detuvieron, pero si realizaron un informe judicial y requisaron el arma con la que habían sido amenazados. Esa noche, una ambulancia trasladó a la señora Martorell a un centro de psiquiatría y pasó allí ingresada tres días. Meses después acabó en una residencia de ancianos y murió no mucho más tarde desgastada enormemente por su enfermedad.

Joan Ripoll, pareció empezar a cambiar desde ese día. Empezó a frecuentar menos los bares y más el nuevo trabajo que obtuvo un par de semanas después en una carpintería de Llanura. No obstante, fue un espejismo, pues duró tan solo tres meses en su trabajo y volvió a las andadas. El alcohol fue de nuevo su refugio y acabó por perder el trabajo, no poder pagar el alquiler en el que se había metido y durmiendo de nuevo de prestado en una y en otra casa hasta que acababan por echarlo. 

Pero esas dos, son dos historias en las que Aina y Álvaro no volvieron a intervenir. Dos historias tristes que acabaron como se presuponía, mal y muy mal. Mientras tanto, la noche en que Aina Martorell disparó con una pistola de fogueo a los dos agentes, concluyó sin más incidentes y con una anécdota que contarían durante el resto de sus vida, tanto uno como otro agente.

Fin del capítulo.