Partida Rol por web

Ethan comenzó a respirar más tranquilamente, sintiéndose reconfortado gracias a la ayuda de Brianna que prestaba su mano para limpiarlo un poco. El momento ya había pasado, y ahora todo había vuelto a la tranquilidad, aparentemente.

- Sí, estoy bien, no te preocupes. Encontré algo en él, pero no me dio tiempo a cogerlo antes de que dispararas. No tardo.

El enfermero se dirigió hacia el cadáver de nuevo, agachándose y manteniendo el tipo ante la visión de la cabeza agujereada del vigilante. Metió las manos una vez más en sus bolsillos, sabiendo dónde buscar del registro anterior: en el bolsillo del pantalón, su móvil; en el bolsillo de la camisa, un paquete de tabaco y un mechero tipo Zippo. Ethan miró el móvil con un vistazo rápido. Era un móvil de pantalla táctil, más caro que el suyo con diferencia (¿Desde cuándo los vigilantes cobraban tanto? Ni él mismo tenía la facilidad para obtener un dispositivo así.), protegido con contraseña. Sin embargo, las funciones de llamada de emergencia, cámara y linterna podían ser accedidas desde las opciones de la pantalla de bloqueo.

El mechero, por su parte, era rojo y simple, sin ningún grabado a simple vista. El paquete de tabaco estaba empezado, de una marca cara, tipo rubio. 

Cuando se acercaron a ver las cajas, el enfermero pudo distinguir entre ellas el ibuprofeno y el paracetamol, además de la penicilina. Más de una vez había tratado con aquellos fármacos, tanto para su uso personal como para utilizarlo con enfermos, pero Brianna no había sido capaz de reconocerlos en absoluto, a pesar de que eran bastante comunes. La ceftriaxona, por su parte, le resultaba algo más desconocida, pero parecía ser algún otro tipo de antibiótico también, al igual que la penicilina. 

¿Fumas? - preguntó a su compañera tras sacar la cajetilla de tabaco. - Yo no, así que si te interesa el tabaco y el mechero, todo para ti. - aunque el enfermero pronto cayó en su error. Fumara o no aquella mujer, no se acordaría. Aun así decidió no corregirse a si mismo y darle la oportunidad a Brianna de probar el tabaco si quería.

Recogió un teléfono también, muy caro. - Si lo llego a saber, me hago segurata... - bromeó en voz baja. - Buenas noticias, volvemos a tener luz. Aunque esta vez, preferiría hacer algo, por si acaso nos pasara algo. - activó la cámara del móvil y la puso en modo vídeo.

Me llamo Ethan Cole Newman, trabajo en el Hospital Psiquiátrico Mensvour, Mansfield. Estoy atrapado en el sótano de dicho hospital con una enferma llamada Brianna, no hay datos de su apellido. - enfocó la cámara a su compañera para que quedara constancia de su aspecto físico, después volvió a enfocarse si mismo. - Llevo trabajando aquí bastante tiempo y viendo a gente extraña trajeada de negro entrar y salir del edificio. Siempre me habían dicho que eran del gobierno, que andaban pasando inspecciones, pero hoy me ha quedado claro que no estaban haciendo lo que se decía. - suspiró. - Han estado experimentando con los enfermos de este hospital y ahora parece que se les ha ido de las manos, pues todos los enfermos se han vuelto excesivamente agresivos. Creo que los únicos que quedamos con vida y cuerdos somos Brianna y yo, aunque sufrimos graves alucinaciones. Brianna debido a los experimentos a perdido toda su memoria, aunque quizá por eso no ha perdido la cabeza, porque ha borrado de su mente lo que les hace volverse locos... - miró con seriedad a la cámara. - No sé si saldremos de aquí con vida, pero sea quien sea el que encuentre esto, por favor, no dejes que lo encubran, haz que se corra la voz y se sepa la verdad de lo que ha sucedido aquí. - con esas últimas palabras, cortó el vídeo.

Revisó también la opción de las llamadas de emergencia, pero no tenía mucha esperanza de que funcionaran. Miró a su compañera, parecía que en aquellas cajas solo había medicina, todas bastantes comunes quitando uno, que era un tanto extraño. - No creo que debamos quedarnos mucho más tiempo por aquí. Ahora que tenemos luz deberíamos continuar y buscar una salida. ¿Lista para continuar, compañera?

Sonrió divertida mientras negaba —No tengo idea, pero quizás no sea el momento de averiguarlo, quizás al salir de esta parte del hospital pueda probar — se encogió de hombros, agarrando la cajetilla y el zippo. No quería probar allí adentro porque bueno, estar encerrados bajo tierra no iba con el humo.

Lo vio agarrar el teléfono y por el comentario asumió que debía ser bastante caro, ella realmente por alguna razón no recordaba sobre modelos de teléfonos, cuales eran más nuevos o no y por lo tanto no tenía idea de los precios. Al verlo comenzar a grabar se quedó tranquila a un lado esperando que aquello no se perdiera al final del día para la posteridad y que sirviera de algo si no llegaban a salir de allí con vida. Cuando fue enfocada saludó brevemente y luego dejó que finalizara.

Como no vio ninguna reacción frente a las medicinas no comentó más nada. Sinceramente ningún nombre le sonó en ese instante. —Perfecto, vamos entonces — dijo asintiendo decidida a salir de allí, no quería terminar como ese pobre guardia muerto en un rincón sin nadie que supiera quien era.

Después de enviar aquel mensaje de vídeo a la galería, Ethan trató de llamar a los servicios de emergencia. Habitualmente, aunque un teléfono estuviera sin cobertura aún era posible llamar a dichos servicios, pero el móvil sorprendentemente colgó automáticamente. ¿Habrían cortado las comunicaciones los de fuera?

Ambos se pusieron en marcha más tarde, destrabando de nuevo el candado. Al salir, de nuevo tenían la posibilidad de volver por donde habían venido y subir las escaleras, o continuar por el pasillo a mano izquierda.

Vio a Ethan intentar llamar sin ningún éxito e hizo una mueca. —Pues pareciera que planearon todo o por lo menos parte de ello. ¿Crees que quizás soltaron a los locos de esta manera para probar algo? No podemos descartarlo viendo las pocas oportunidades de librarnos que estamos teniendo, está demasiado organizado para ser un accidente — de lo contrario, habrían menos cuidado en cosas como por ejemplo la falta de comunicación con el exterior.

Lograron salir de nuevo de allí y Brianna agarró nuevamente bien el arma y el cuchillo, consiente ahora que estaban afuera que era la única armada y que los defendería de lo que apareciera, realmente no estaba segura de nada, pero no podía dejarse caer o decirle a Ethan que se ocupara él, no ahora. Miró a los lados y luego a Ethan para ver que hacían —¿Te sientes listo para tratar con los locos de afuera? Yo sinceramente quiero ver que más hay aquí abajo, quizás encontremos algo importante que nos ayude o más información de lo que pasó realmente en este hospital.

Nuevamente, tras escuchar las palabras de su compañera, no pudo evitar quedarse asombrado ante la inteligencia que demostraba, además de la tranquilidad que transmitía. ¿Quién demonios era aquella chica? - Efectivamemte... Si que parece un ataque planificado. Alguien debía saber todo el embrollo que había aquí montado. Los experimentos, el dinero negro que debía circular, esos hombres de negro... Lo cual me hace pensar que ese alguien debía pertenecer a la organización que te hizo lo que te hizo Brianna. - se quedó dubitativo un segundo. ¿Por qué traicionar a los tuyos? Era lo único que no encajaba en aquello, siendo cierto el supuesto de que era uno de aquellos hombres de negro.

Tras salir de la estancia, nuevamente tenían dos caminos a elegir. Rió nervioso ante la pregunta de su compañera. - Eres la única paciente que quiero ver ahora mismo, así que sigamos por aquí abajo. - aunque aquella pequeña broma pronto se volvió preocupación. Esther seguía arriba y con heridas muy graves. ¿Seguiría viva? No le dijo nada a Brianna con tal de no preocuparla, por lo que aún con ese pensamiento en mente puso su mejor cara y se dirigió a su compañera. - Yo me encargo de iluminarte, ve delante.

El pasillo era exactamente igual al que habían atravesado antes de entrar a la habitación. Ahora con un poco más de luz, era más fácil ver los detalles del sótano. Las paredes estaban limpias, aunque parecían algo viejas, lo cual no concordaba con lo nuevo e impoluto que era el edificio en las plantas de arriba. Las tuberías colgaban y atravesaban el techo como una maraña, expuestas. Las puertas estaban todas cerradas, y en este pasillo parecía haber menos de ellas, menos celdas.

De repente, una música comenzó a sonar a lo largo del pasillo, cuando ya habían avanzado unos cincuenta metros. Parecía una caja de música por cómo se escuchaba. Solo de pensar en una caja de música, en esa situación, hacía que a ambos se le pusieran los pelos de punta. Rápidamente se giraron para todos lados, mirando en todas direcciones, pero no vieron nada cerca que los amenazara. La música sonaba acelerada, inquieta, con un fondo más bajo que desentonaba por alguna razón. A pesar de que intentaron determinar el lugar del que provenía el sonido, no fueron capaces de hacerlo por el eco. Parecía provenir de todas partes.

Entonces la vieron. Una pequeña muñeca, puesta en una posición sentada en mitad del pasillo. La muñeca era una simple muñeca de trapo, cosida a mano con una boca hecha de hilo negro y botones por ojos. Llevaba un vestido rojo hecho a mano también. Ethan iluminó con el teléfono móvil, sintiendo el corazón en un puño, pero no parecía haber nada detrás de la muñeca. Solo estaba esa muñeca, que los miraba con sus negros ojos. La música continuaba sonando, inquietando a ambos. La muñeca estaba completamente parada en su sitio, como se esperaba de un objeto inerte como era, inofensiva, pero aún así ambos tenían miedo a continuar avanzando. No podía estar puesta al azar, no podía ser una coincidencia. Alguien la había puesto ahí, probablemente sabiendo que ellos vendrían.

La música comenzó a sonar más bajo, cada vez más bajo, pero nada parecía ocurrir. El tiempo parecía estar pausado en aquel momento, con ambos, enfermero y enferma, mirando con pavor al pequeño juguete. Más de una vez miraron hacia detrás, por si algo les sorprendía por la espalda, pero nada apareció. En una de esas, de repente, la muñeca ya no estaba en el pasillo.

La música ya casi era inaudible, pero en su lugar los latidos desbocados de ambos ocuparon su lugar en sus oídos. No parecía haber pasado nada, seguían estando bien. Pero ahora tenían la certeza, si es que antes no lo habían supuesto ya, de que no estaban solos allí. Porque algo los vigilaba. Algo los observaba, y algo, probablemente, quería que ellos lo supieran.

La música cesó. Y con ello la aparente tranquilidad volvió al pasillo.

Esto es... Extraño. - comentó el enfermero. - Se supone que el edificio tiene unos... No sé ¿diez años? Pero esto parece tener mucho más. No tiene sentido... Parece como que han construido encima de este extraño sótano para ocultarlo.

Pero pronto la teorización y la cháchara se irían al traste. La música lo sacó completamente de sus casillas y no se tranquilizó ligeramente hasta encontrar la cajetilla de la que venía... Aunque estaba tan centrada en el pasillo que daba un miedo terrible solo pensar que lo habían puesto allí por ellos. Pero lo que más llamó la atención del enfermero, fue la muñeca que apareció... Y desapareció como si nada.

Ethan, lleno de furia, se puso a gritar. - ¡¿Quién está ahí?! ¡Da la cara, mamonazo! - apuntaba a todas partes con el móvil, alumbrando en busca de algo o alguien que le diera una explicación lógica a lo que acababa de pasar. Se negaba a creer que aquello fuera algo paranormal. - ¡No juegues con nosotros, no nos das miedo capullo! - hasta Brianna podría ver que el miedo de Ethan se había transformado en agresividad, una faceta bastante difícil de ver del normalmente tranquilo enfermero.

Asintió entonces siguiendo el camino, sus manos se movían de vez en cuando entre las armas para no arruinar el agarre y así evitar que el nerviosismo que cargaba hiciera de las suyas. Escuchó curiosamente las palabras de Ethan sobre el tiempo del hospital y le extrañó mucho ¿Seria que lo construyeron sobre algún hospital más viejo? ¿O algo por el estilo? Podría ser, iba a comentarle aquello cuando comenzó a escuchar la música.

Quedó helada ante la misma, sintió un frío atravesar su cuerpo y de alguna manera se comenzó a sentir mal. Esperaba que solo fuera el miedo congelándola, porque no podía recordar lastimosamente ninguna otra situación donde hubiera sentido algo así o bueno, un miedo de esa manera, sin la adrenalina de por medio ayudando a que no se espantara del todo únicamente. La muñeca no ayudó a su estado de ánimo y que desapareciera tampoco. Tenía ganas de llorar, de esconderse, de irse de nuevo y encerrarse en aquella habitación, pero la actitud de Ethan la hizo evitarlo. El hombre parecía reaccionar de una manera nueva a la que no sabía cómo reaccionar, pero por lo menos si uno de ellos no estaba tan asustado o prefería atacar así al intruso, ella podría tomar valor de su persona, porque realmente quería decirle que él podía ‘no tener miedo’ pero ella estaba aterrada.

—Ethan… Cálmate — intentó tranquilizarlo medio tartamudeando y mirando a todos lados. —Esa cosa puede moverse tan rápido que no vimos cuando se llevó la muñeca —Intentó razonar, era una gran desventaja si aquello significaba aquello —Eso, o tendremos que replantearnos lo de los fantasmas y demás y no solo estamos enfrentándonos a locos asesinos.

Ethan, después de su estallido de rabia, andó hacia delante, y un destello de luz, casi imperceptible de no ser por la linterna del móvil, le llamó la atención. A la altura del suelo, al agacharse, pudo ver el fragmento de un hilo fino y transparente. Hilo de pescar. El extremo estaba desatado, y aunque trató de seguirlo para ver de dónde venía, pronto se encontró con que este estaba cortado, por lo que no podía darle información útil sobre de dónde había estado enganchado.

Más adelante en el pasillo las puertas eran más escasas. Las celdas se acababan, y el resto de puertas eran puertas normales de madera.

No, no y mil veces no. ¡Me niego a creer que aquí hayan fantasmas! - decía con la voz temblorosa tras lo sucedido. Tenía mil vídeos demostrando que no existían los fantasmas ¡ahora no iba a dejarse engañar! Al menos eso es lo que le decía su cabeza, pero su cuerpo, sudoroso y tembloroso, indicaba todo lo contrario. Se acercó a investigar, con el poco valor que le quedaba y finalmente encontró hilo de pescar. Suspiró aliviado por una parte, porque eso daba una explicación racional... Por otra significa que los que daban por locos, estaban mucho más cuerdos de lo que pensaban.

Se giró hacia su compañera, ahora mucho más calmado, aunque más alerta que antes, pues ahora estaba completamente seguro de que había alguien por la zona. Parecía alterada, no más de lo que lo estuvo él al principio de la escenita, pero ahora que había terminado y había encontrado una explicación, estaba más calmado que ella. Se acercó y le puso una mano en el hombro, le habló con seriedad y a la par con calma. - Han usado hilo de pescar, no ha sido un fantasma, pero eso significa que hay alguien por aquí puteando... Pero es una persona, si viene a por nosotros, nos defenderemos ¿vale? No hay nada que temer. - intentaba tranquilizarla con el compañerismo y el trabajo en equipo que le brindaba, a pesar de que sus palabras eran todo lo contrario a algo tranquilizador. - No podemos pararnos, debemos continuar ¿vale?

Le tendió una mano a su compañera, iluminando con la otra hacia el final del pasillo, quizá si sentía que Ethan estaba a su lado, ella se sentiría mejor. - Ya estamos cerca de algo, lo presiento. A lo mejor tras esas puertas de madera encontramos un almacén subterráneo de esos que tienen puertas de metal que dan al exterior. - no pensaba que fueran a encontrar aquello, pero en el fondo también quería pensar que debía pasarles algo bueno en algún momento.

Asintió tratando de calmar a Ethan —Está bien, no es momento de que nos alteremos tanto, es lo que ellos quieren, no dejes que se metan más en tu mente, tenemos que ser fuertes — le dijo al verlo encontrar el hilo. Quizás el no saber su pasado y solo recordar los pasos que habían tenido en ese bizarro lugar, estaban evitando que se desmoronara del todo. Realmente no quería que algo raro apareciera y la hiciera explotar o derrumbarse como el enfermero estaba haciendo ahora.

—Ves, hay una manera — le dijo con una sonrisa momentánea en su rostro —Si, juntos saldremos de esta, hay que defendernos. — ese era el Ethan tranquilo y confiado que había conocido, esperaba que continuara así un rato más. Asintió nuevamente a sus palabras, si no debían separarse, no ahora.

Agarró con cuidado la pistola y el cuchillo en una mano y agarró la mano de Ethan con su mano suelta. Ante sus palabras lo siguió por el camino que estaba indicando, ella estaba totalmente en blanco sobre lo que estaban buscando, pero se emocionó un poco más al tener la posibilidad de que encontraran algo importante allí abajo. —Entonces continuemos, si encontramos ese almacén es una salida fácil de aquí sin pasar por los locos de allá arriba.

Sus cabezas dolían. La sangre martilleaba en sus oídos, con un sonido constante, acelerado. El dolor ya era algo a lo que se habían habituado, el dolor y rigidez de cuello. No era un pronóstico agradable, pero al menos no iba a peor... por ahora.

Las puertas de madera estaban enmohecidas y polvorientas, como si se llevaran sin usar décadas enteras. Algunas tenían marcas ilegibles en ellas, como talladas con algo afilado. Parecían símbolos de algún tipo, pero no seguían patrón o lengua alguna como para poder ser identificados. Quizá ni siquiera fueran símbolos, aunque lo parecieran.

Sin embargo, una de las puertas, aunque igual de enmohecida que las demás, no tenía polvo alguno, y el pomo de la puerta se encontraba semiabierto, como si se hubiera utilizado con asiduidad. Al fondo del mismo pasillo la vista era igual que veinte metros atrás, pero una bifurcación se podía entrever a lo lejos, continuando el pasillo tanto en línea recta como hacia la derecha.

Siguió mirando alrededor mientras caminaban solo con sus pasos como una música de fondo. Eso no ayudaba al dolor de cabeza que aún tenía y la rigidez que sentía, pero como a todo, uno se acostumbraba rápidamente mientras más pasabas por una situación, por lo que no podía decir que se sentía peor que antes, su cuerpo ya no recordaba muy bien en ese momento como era estar sin esas sensaciones.

El lugar se veía cada vez más abandonado y viejo, intentó identificar alguna de las palabras o símbolos que encontraban, pero si ella sabía algún otro idioma, no podía recordarlo realmente, así que asumiría por ahora que eran simplemente símbolos tan antiguos que ellos no los conocían. Siguieron caminando y una puerta resaltó como un faro en la oscuridad, únicamente por que el poco por alguna razón se veía más ¿Limpio? Que los demás. —Pues, tenemos esta puerta aquí o seguir caminando al fondo, veo que el camino sigue. ¿Quizás encontremos alguna pista dentro? ¿O seguimos adentrándonos? — le preguntó al pelinegro, aunque ella realmente quería ver que había allí así fuera por encima, para ver si debían perder tiempo allí o continuar simplemente.

Había aceptado ya que se iba a quedar con ese dolor de cuello durante lo que les quedaba de exploración en aquél macabro sótano, ya iría a algún fisioterapeuta que le echara un ojo.

Miraba con incredulidad a medida que avanzaba por el pasillo. ¿Cómo es que podía tener el escenario perfecto para un episodio en su canal debajo de sus pies tantos años y no saberlo? Si encontraba algún trabajo nuevo, sin duda alguna iba a dedicarse a explorar de arriba a abajo el edificio primero.

Las puertas con símbolos extraños no le inspiraban ningún tipo de confianza, ahora tenían una trifurcación y parecía que Brianna había dejado la decisión en manos del enfermero. - Derecha. Vamos por la derecha. No creo que sea buena idea ir por esta puerta entreabierta, me da muy mala espina y podría haber cualquiera esperándonos detrás. Por otra parte seguir adelante por el mismo pasillo no se siente bien, así que vamos por la derecha. - mientras decía las últimas palabras, avanzó con paso decidido hacia donde había indicado.

Ethan, inquieto por lo que pudiera haber tras la puerta de madera, decidió que era mejor girar la esquina y no seguir por el mismo pasillo. Brianna lo siguió, algo indecisa, manteniendo sus armas listas. 

Al girar la esquina, unas escaleras de subida se desplegaban ante ellos. Parecía que subían a la planta baja por fin, pero Ethan no sabía a dónde llevarían, pues el recorrido de los pasillos de aquel sótano le era totalmente desconocido. Sin embargo, al subir por ella, unos peldaños más arriba apareció una figura misteriosa.

La figura permanecía inmóvil, sin decir ni hacer nada, mirando con esa extraña máscara hacia vuestra dirección. 

Cuando encontró la escaleras, no pudo evitar emocionarse ¡parecía la salida! - Creo que estamos cerca de salir de aquí, a lo mejor esto nos lleva fuera. - intentó esperanzar a su compañera, pero pronto sus sentimientos de ilusión se transformaron en puro miedo tras ver la figura que apareció delante de ellos. Bajó un peldaño y puso un brazo delante de su compañera, no solo para indicarle a aquél tipo que le importaba aquella chica, si no para indicarle a Brianna que no disparara aún.

¿Quién eres? - preguntó el enfermero, intentando poner toda la tranquilidad que le quedaba en sus palabras. Si no les había atacado aún, seguramente no sería uno de los pacientes. - ¿Eres tú el que nos ha estado asustando aquí abajo?

Su curiosidad había querido ir por la puerta, pero al final decidió seguir la idea de Ethan porque debían de dejar de ir tan a la ligera, podría salir algo de ese lugar y no estaban preparados en ese instante para pelear con nadie, no con el estado en el que estaban. Unos pasos luego de pasar la dichosa puerta, subieron la escalera y las palabras del enfermero la emocionaron ¡Aire libre! Pero de repente fue detenida por el brazo del ojiazul, miró al frente y la figura allí parada la hizo tener un mini infarto.

Alzó rápidamente la mano de la pistola apuntando a la misma, sin disparar, dejando que Ethan hablara, pero lista para atacar si llegaba a hacer algún movimiento hostil contra ellos.

La figura se mantuvo en el sitio, quieta en su totalidad. No emitía sonido alguno, ni parecía tener intención de hablar en absoluto. Al ver el arma en la mano de Brianna, sin embargo, sí que giró la cabeza hacia ella. Fue un movimiento sutil, pero los ojos de aquella máscara, que parecían haber estado mirando a un punto intermedio entre vosotros, se enfocaron entonces en la pistola. 

Una voz algo apagada surgió de debajo de esa máscara, átona y sin energías. «Hazlo, y no saldréis de aquí con vida.»

La figura permaneció de nuevo en silencio, mirándoos fijamente, pero sin hacer ademán alguno de acercarse a vosotros. No parecía conoceros, aunque era difícil dilucidar reacción alguna, ya que el sujeto iba oculto bajo su máscara y ropas de color negro. Era un atuendo peculiar, y sobre todo inverosímil. Fuera quien fuera, se había tomado muchas molestias en traer eso consigo. Pero era imposible saber a ciencia cierta si se trataba de un enfermo o de otra persona. 

Las dudas asaltaron a la pareja, sin saber cuál debería ser el siguiente movimiento. La figura seguía sin moverse, y continuaba mirando la pistola con aire críptico, sin decir nada más. Un golpe metálico sonó desde la parte superior de las escaleras, y entonces de nuevo habló. «No subáis. No peleéis. Esa pistola no os servirá contra él. Todo lo que podéis hacer es seguir huyendo. Huid... huid... Huid como ratas. Porque ser ratas os salvará, pero ser leones os matará. Igual que murió ese.»

La figura alzó la mano entonces, una mano enguantada de negro, y señaló hacia vuestra espalda. Al giraros, no pudisteis ver nada, solo una pared vieja y agrietada, igual que en todo el sótano. Confusos, volteasteis de nuevo a ver a la figura enmascarada, que finalmente se había puesto en movimiento, lentamente, como si caminar pesara en su propio cuerpo como losas de piedra, subiendo por la escalera. Un susurro acompañó a su subida antes de comenzar a desaparecer en el siguiente rellano.

«Corred... Huid... Corred... Huid...» 

A Ethan le tranquilizó que aquella extraña figura no les atacara, a pesar de que sus palabras no fueran esperanzadoras. - No queremos luchar, ni matar, solo queremos salir de aquí... Pero si para ello debemos acabar con quien esté en medio, lo haremos. - dijo con determinación. - Ya hemos llegado muy lejos como para simplemente rendirnos y vivir aquí.

Pronto de sorprendió nuevamente, pues parecía que ya no había marcha atrás. Ethan se acercó a la pared, con asombro y desesperanza. - Esto no tiene sentido... - rió un poco, por lo bajo. - Debe ser una alucinación, debe haberse cerrado alguna puerta o algo... Pero nosotros lo vemos así... Porque este hospital nos está volviendo cada segundo un poco más locos Brianna... - apoyó su cabeza contra la pared, suspiró y dio un golpe pequeño con la parte inferior de su puño, lleno de pura impotencia.

Se volvió a girar, apoyado en aquella pared nueva. - No tenemos más remedio que seguir subiendo. Pero no sé que habrá arriba... Tengo miedo Brianna, no te lo voy a ocultar. Si las balas no le afectan, ni los golpes... ¿Qué es? ¿Un jodido fantasma? No podemos hacer nada contra eso, solo correr. - resopló nuevamente, esperando que su compañera tomara el mando. No podía evitar pensar que estaban allí por su última decisión, quizá camino a sus muertes.