Partida Rol por web

Respondo al camarero en buen inglés, un tanto incómodo: -Eh... no gracias. Luego de un viaje así no me quedan ganas de nada.- Sonrío a medias, y luego dedoblo el periódico y comienzo a ojearlo, buscando algo de interés.

En ese momento oigo a alguien comentar algo sobre la hora, y saco mi celular. Viendo que no parece haber nadie cerca, llamo al barman y le pregunto la hora local.

-De donde de donde......................de donde te conozco?-me pregunto mientras lo veo sacar su celular y preguntarle algo al barman.

De repente se hizo el silencio. No me refería a que tácitamente me bebería el "culin" de té y me iría corriendo... pero no supe como decirlo. Me bebí de un trago el resto, dejando un hilillo, como era costumbre (rara vez me bebía el fondo del vaso) mientras tenía mi mente en otra parte.

-Bueno... creo que aquí llega el "hasta luego". Nos volveremos a ver. -Digo guiñando un ojo inocentemente-. Espero que al menos te haya gustado el té.

Me acerco a Rafael y al hombre barbudo y con un gesto en señal de disculpa por la interrupción y digo:

-Yo me voy ya...un gusto Dr. Rivas, espero volver a verlo pronto y conversar un poco más. -Digo extendiendo la mano para saludarlo de manera afable.

Hago un asentimiento en dirección al hombre de la larga barba (Heraclides) en señal de saludo y me marcho a la recepción.

Le sonrío y le saludo con la mano, luego mientras se despide de Rafael y su amigo, me pido otra copa de champagne y pienso en levantarme e ir a tomar una ducha pero parece que eso será un poquito imposible, sin comer y con champagne, la cosa se complica. Me quedo donde estoy, mirando la punta de mi zapato.

Cita:

-Pues, ordenar lo que es odernar...se me da bastante bien... -dejo en el aire la frase-; veamos, ¿qué me apetece comer? -diciendo esto se giro hacía el camarero-: como entrante me gustaría una ensalada cocktail con guarnición de gambas, si puede ser, con muchas gambas. -Se ruborizo...- de segundo, la mejor carne con salsa que tengas en el menú mucho de todo por favor y algo de pan... -era consciente de que cada vez estaba más roja-, y de beber cerveza.

Una vez hecho el pedido, continuo hablando con Juan.

-¿Venezuela dijisté? Me encantan los acentos, sólo que el venezolano... -se calló antes de meter la pata-, ¿En que lugar de España has estado?

¿A qué se debe la verguenza? - Pregunté antes de responder a Skeel. Retomando el hilo de la conversaión dije - Estuve viviendo en las islas Canarias, y creeme, el acento canario es peor que el venezolano - Soltando una carcajada disimulada

¿Se me permite preguntar por sus origines? - Sentencié para devolver la pregunta a Andreea

-Molestarme no, después de todo estoy acostumbrada a estar en lugares con mucha afluencia de público, pero reconozco que es un poquito caótico todo ésto y me siento algo intimidada.

Camila termina de comer, su gaseosa se ha acabado y la verdad es que tiene sed. El jugo natural que bebiera al llegar estaba muy sabroso y le apetece uno más, aunque también podría ser un helado.

Mira a sus alrededor buscando algún mesero. Los hay, de hecho, pero todos se ven muy ocupados y ella es bastante autosuficiente al respecto, así que, educadamente, le pide a Marcos permiso para pararse e ir a la barra en busca del jugo. Al mirar el vaso de él nota que también está vacío.

-¿Vas a querer otro? -toma la cartera y se la cuelga al hombro- Ven, vamos a la barra mejor, si esperamos que alguno de los meseros se desocupe nos van a salir raíces -bromea y camina en dirección a la barra.

Al llegar allí, con esa actitud relajada -cuando anda de buenas es así- que la caracteriza, habla a uno de los barman y le pide un jugo natural de fresas. En el lugar que ella y Marcos se han ubicado, están cerca de una pareja, ambos rubios, aunque el color de ella es más claro. Está esperando que le entreguen su vaso, distraída mientras conversa con Marcos y no se da cuenta que justo a su lado se pone una chica y su mascota. Eso no hubiera sido problema de no ser por la mascota... era un hamster o algo que se le parecía. Camila tiene fobia a esos animales, la chica lo dejó sobre la barra y al animalejo no se le ocurrió nada mejor que olisquear a Camila. Fue cosa de que ella se diera cuenta de lo que le rozaba la mano para que diera un único grito, asustada y se apartara con brusquedad hacia atrás, buscando poner distancia entre el bicho y ella... La escena, ya de por si caótica, empeoró.

Camila al retroceder chocó con un camarero, éste por poco y deja caer lo que llevaba en la bandeja sobre uno de los invitados. Por suerte eso no ocurrió. Nerviosa, como estaba ella y avergonzada además por el papelón en el que se estaba viendo envuelta, literalmente parecía un muñeco porfiado, y chocó por lo menos con dos personas más.

Cuando ya había conseguido recuperar el control, roja hasta las orejas, se disponía a regresar toda digna a la mesa cuando un perro se le atravesó en el camino y la hizo tropezar, de no ser porque alcanzó a afirmarse de Rafael Rivas, nombre del que se enteraría después, habría terminado de bruces en el suelo.

-¡Ayyyy, disculpa! -exclamó mirándolo con sonrisa compungida.

Al ver a la chica morena en el medio de tremendo zafarrancho, me levanto de la mesa y corro hacia ella.

-¿Uyyy linda estàs bien? ¿Necesitas algo?¿Querés sentarte un minuto?

Observo lo que sucede con la chica que acaba de tropezar con Rafel, apenas logro entender lo que sucede; otra de las presentes se le acerca y le pregunta si está bien, no puedo más que hacer lo mismo, en especial porque la veo asida del médico aún.

-¿Necesitas algo?-pregunto con amabilidad aunque arrastrando un poco las palabras.

Pusó un mohín raro, al pensar en el acento canario.

-La vergüenza... Como mucho y normalmente cuando acabo de pedir siempre me miran mal -dijo con cara de niña a la que acaban de regañar-.
-En cuanto a mis origines pues realmante soy rusa, aunque mi acento no lo demuestre, me fuí de Siberia recien nacida; así que podría decirse que soy Rusa-Española-Valenciana. -Hizo una pausa-, y ya vale de hablar de mi, no se me da bien... Así que hablemos de ti, ¿por qué te asociaste a Paraíso?

No me tomes mal, no soy un ecologista nato ni un hippie ama-arboles. Pero algo es cierto, en el planeta vivimos y si éste se jode, nos jodemos nosotros con el. Paraíso ofrecía una buena oportunidad de aportar mi pequeño grano de arena, pero lo hago únicamente para que mis descendientes tengan un mundo decente donde vivir. - Veo al camarero acercarse con los platos y Mini levanta la cabeza repentinamente ante el olor de nuestra comida. - Porfín, nuestra comida, y parece que no soy el unico que tenía hambre...

Tras saborear el primer pedazo de carne, paro un momento y digo. - A riesgo de sonar repetitivo y prolongar esta sesión interrogatoria mutua, debo preguntar, pues la curiosidad me llama. ¿A qué se debe tu pertenencia a Paraíso?

Al escuchar el grito de Camila me levanto de mi asiento, con cara de preocupación. Luego veo lo que ocurre, me paso la mano por la frente, tal vez con alivio, y me vuelvo a sentar, sin hacer comentarios. Y sigo con mi comida con la mayor naturalidad del mundo

El ruido de una bandeja golpeando el suelo me hace darme vuelta a tiempo para ver como una señorita golpea a varias personas antes de recuperar el equilibrio.

Tras dudar un segundo, permanezco sentado en el sitio donde estoy. En ese momento veo corretear por encima de la barra a un roedor histérico, en dirección a mi trago. En cuanto queda a mi alcance, lo agarro con el mayor cuidado posible, y lo miro por un momento, antes de preguntar en inglés: -Oigan, ¿es de alguien este... animal?

Levanto la mirada ante la voz en inglés y en otro igual de perfecto, me dirijo a él.

-Esa cosa creo que es de ella...-señalo a la chica en la barra que ha soltado a su mascota y por la cual Camila descansa en los brazos de Rafael, así que me acerco al joven que tiene al roedor y lo examino -al roedor-.-Tanto escándalo por esta cosita, tiene que ser...-sonrío amablemente, muevo la cabeza y arrastrando suavemente las palabras digo:-Soy Erin, un placer...

Asumo que también es de Paraíso, así que ni vale la pena preguntar.

 -No, no... -resopla y se ordena el cabello, recobrando la compostura- estoy bien, gracias. Ha sido... bueno... ha sido... -duda- lo que sea haya sido, pero estoy bien -le responde a ambas damas y mira a Rafael- Te pido disculpas otra vez.

Escucha el comentario de la chica (Erin) junto a la barra y mira al tipo, guapo tipo, que sujeta al bicho en la mano.

-Tanto escándalo, sí, pero no lo pude evitar, le tengo fobia a esos bichos... ratones, hamster o como se llamen, ponme una serpiente si quieres al cuello y me verás de lo más feliz con ella, una araña peluda y me dará igual, pero no se te ocurra acercarme nada que se le parezca a un ratón...

Esbozo una ligera sonrisa al darme cuenta de la situación un tanto ridícula en la que me encuentro. -Ah, mi nombre es Roberto, el placer es mío.- respondo con educación a la señorita rubia con la copa de champagne.

En ese momento veo a la pobre chica del percance acercarse, y decido que lo mejor es alejar al pequeño hamster de allí. -Si me disculpa un segundo...- Doy un paso hacia la barra, y deposito al pequeño animal en las manos de su dueña.

Luego regreso a mi sitio, mientras me froto las manos para sacarme el pelo del pequeño roedor. Una vez acomodado, cojo el vaso con mi trago y le comento a la otra dama, todavía en inglés: -Vaya, entonces claramente no es su día de suerte. Este hotel parece atestado de animales.-

-Tranquilo -dijo casi devorando su comida-, no me molesta que lo prolongues, realemente ahora mismo no tengo nada mejor que hacer, además, odio comer sola. Así que podremos continuar con esté duelo todo el rato que gustes... -como siempre se estaba yendo por las ramas.

-¿Por qué me asocie a Paraíso? -dijo mientras pelaba una gamba con una mano-, ¿aburrimiento? La verdad, no soy verde, el mundo me preocupa relativamente... Quizá tan solo me apunté porque pensé que no tendría que hacer nada; o sea lo típico: folletos que te llegan y haces como que te interesan, o poner cierto dinero al mes en cierto número de cuenta, pero mira aquí estoy. -dijo esto último con la cerveza en la mano.

Interesante, de verdad interesante. - Dije al tiempo k colocaba a Mini en el suelo y ponia su plato en el mismo. - ¿Cuándo crees k dará comienzo nuestra... congregación? Tengo ganas de ver que tiene preparados para nosotros, y lo juro, si es otra charla para comprar una multipropiedad pienso arrasar el minibar. - Expresé con mi voz un tono de seriedad absoluta y un sarcasmo malévolo. - No me gusta abusar de la confianza de los demás, pero no me gustan que me falten el respeto ni que me tomen el pelo, aunque supongo que tras ver la escenita con la amable.... - Solté una leve carcajada irónica. - señorita Nuria, no te quedará duda alguna de esto.

Sin decir una palabra más, sigo comiendo al tiempo que llamo a un camarero y le pido, por favor, otro Buchanan's 18 doble.

- Eh... cuidado que te esfarras... -, le digo a la chica que tropezó conmigo. - Estás disculpada, preciosa, no pasa nada. Me llamo Rafael y ella es mi amiga Erin... imagino que también estarás aquí por esto de Paraiso ¿no? -

Mientras me despido del fanático del te con un apretón de manos, busco con la mirada a un camarero para pedirle un par de cosas. Cuando el camarero se acerca, miro a Erin con una sonrisa, para que vea que no me he olvidado de ella y le pido al camarero un par de platos para que picoteemos algo y algunas bebidas más.

El camarero se aleja rápidamente con el pedido hecho, mientras que la chica que tropezó conmigo continúa hablando con Erin acerca de ratones y demás roedores.

- Oye. -, le digo a la señorita tropezona. - ¿Quieres quedarte a comer algo con nosotros? -

-Ok. Espero que estes mejor-le digo y vuelvo a mi mesa donde Facundo y Jack seguían hablando.

Miro a Chloe que no le sacaba los ojos de encima al hamster, voy corriendo a agarrarla..........pero ya era demasiado tarde.